―Espera, espera―. El chico respiró profundo―. ¿Estas seguro que esas fueron sus palabras?
―Completamente―. Respondió su hermano―. ¿Cómo la ves?― El pelirrojo se levantó y fue hacia la pizarra donde enmarco la frase ¨sangre manchada¨.
―Que hemos resuelto el misterio―. Sonrió triunfante, los otros lo miraron confusos―. ¿No lo entienden? Según dijo Yonji, Ace sabe quien es su madre, Sabo marcó las palabras ¨yo ni eso¨, y en ningún momento mencionaron a Luffy.
―¿Y?― El peliverde no terminaba de entender, el mayor suspiró resignado.
―Que Luffy es el único hijo biológico de Monkey D. Dragón, Ace posiblemente sólo hijo de Rouge, y Sabo es adoptado―. Reiju y Yonji se miraron entre ellos, tenía sentido―. ¿Recuerdan lo que Luffy nos contó en el interrogatorio? Dijo que escuchó cuando los tipos decían claramente que Ace y Sabo no eran quienes creían que eran―. Asintieron―. Que tenían la sangre manchada, ahora sabemos cuál es su significado.
―Si ese es el caso…― Los hombres miraron a la pelirrosa―. Si la mente maestra detrás de todo sabe sobre eso, ¿por qué quiere acabar a Sabo y Ace? No tendría sentido, ya que ninguno de los dos puede tomar el mando del Clan y no significarían mayor riesgo. En tal caso, el único objetivo debería ser Luffy.
Ichiji se llevó la mano al mentón.
―Por sus orígenes―. Decretó―. Tal vez no sean hijos biológicos de Dragon, ¿pero que sabemos de sus linajes? Es posible que ahí este la clave.
―Investigaremos por ese lado―. Dijo Reiju convencida de la teoría de su hermano―. Respecto a Niji. ¿Qué deberíamos hacer? Tenemos que mantenerlo al tanto de todo esto―. Ichiji negó con la cabeza.
―No, luego de todo lo que ha pasado, y más con lo de Sabo, es mejor que no se enteré―. Yonji iba a contradecirlo, pero fue mas rápido―. Es lo mejor, no estoy diciendo que se lo ocultaremos para siempre, solo hasta que este mejor. No puede recibir noticias fuertes, además el chico sigue desaparecido―. La mayor asintió, dándole la razón.
Yonji no estaba para nada convencido de que esa fuera la mejor decisión, pero tal vez Ichiji tenia razón. Ahora se enfrentaba a un dilema: hacerle caso a su hermano mayor y no poner al tanto a Niji, cosa que seguro lo enojaría; o decirle, y aguantarse la bronca de los otros dos.
Spiders Café, Dressrosa.
―¿Cuánto tardará en venir?― El pelirrojo del grupo ya se estaba impacientando, más al notar como la barman no dejaba de mirarlos.
―No lo sé―. Killer movía su pierna derecha frenéticamente, estaba inquieto y nervioso―. Ni siquiera conocemos su cara. ¿Cómo sabremos que es él?
―Nos reconocerá―. Respondió Katakuri como si fuera lo más obvio―. Ahora manténganse en silencio, esa mujer nos está observando fijamente, no me sorprendería que fuera una informante del Bajo Mundo―. Killer miró a la mencionada con disimulo. Su compañero tenía razón, parecía que estaba estudiándolos.
Se quedaron callados, mirándose unos a otros. Realmente no tenían mucho que decirse, Killer y Kid nunca habían entablado una verdadera conversación con Katakuri, por lo cual se dificultaba un poco comenzar alguna clase de relación.
Por otro lado, estarían conviviendo mucho tiempo juntos y se tendrían solo entre ellos, entonces debían hacer un esfuerzo para no parecer extraños frente a Donquixote Doflamingo, y al mismo tiempo empezar a tener una conexión de complicidad, si no en el futuro podrían estar acabados.
―Buenos días, Corazón-sama―. Se giraron al escuchar la voz de la muchacha, encontrándose con un hombre rubio, de cabello corto y peinado haca adelante, cubierto por un gorro parecido a un chullo con acabados parecidos a corazones. Llevaba unas gafas de sol, en el ojo derecho y en los labios traía puesto maquillaje. Poseía una camisa con estampados de corazones, un abrigo de plumas negras y unos pantalones vaqueros blancos―. ¿Quiere lo de siempre?
―…― El hombre negó en respuesta, yendo directamente hacia la mesa de los tres desconocidos.
Katakuri lo analizaba con cuidado, desde el primer momento supo quien era. Ese cambio de look no lo engañaba, estaba seguro que Kid y Killer también lo habían reconocido.
―Tú debes ser…― Killer comenzó a hablar, pero se detuvo al darse cuenta que casi mete la pata.
El tipo sacó un cuaderno, donde empezó a escribir algo.
―Me llamo Corazón, ustedes son a quienes tanto he esperado―. Se miraron unos a otros, asintiendo―. Me alegra que hayan llegado a salvo, ya me encargué de todo. Doffy los espera a mediodía, ¿están listos?― Repitieron la acción con una expresión seria―. Lo que nos espera no será fácil, pero deben confiar unos en otros. No importa qué, jamás olviden que entre ustedes no se traicionaran.
Un completo silencio los rodeaba, congelándose ante las palabras del hombre. Era verdad lo que decía, a partir de ese momento iban a depender de si mismos y de los restantes. Debian aprender a confiar, cada uno era caracterizado por la lealtad que mostraron desde siempre.
―Claro que si―. Katakuri respondió por todos, Killer y Kid sonrieron mostrando su apoyo.
―Es la hora, tenemos por lo menos una hora y media de viaje―. Se levantaron de sus asientos, caminando hacia la salida.
Nadie contó con que Corazón se tropezaría con la nada y caería de espalda al piso.
En algún parque de Sabaody.
Se sentó en un banco, dando un largo suspiro. Estaba cansado, agotado, agobiado de los problemas. Primero lo de su padre, luego lo de Niji, después Katakuri se va y ahora tener que empezar una investigación desde cero.
¿Cuándo terminaría todo? ¿Cuándo podría ser plenamente feliz? Las cosas mas que ir mejorando, empeoraban. De mal en peor, se sentía como si estuviera sobre arena movediza, hundiéndose poco a poco.
―¿Señor? ¿Se encuentra bien?― Levantó la cabeza al escuchar esa voz infantil, encontrándose con una niña de cabello blanco y ojos inocentes.
―Tú…― La observó de arriba abajo, era la misma pequeña de la otra noche―. Eres la niña que cantó con su hermano esa vez, ¿verdad?― Asintió al verse descubierta, luego se sentó en el banco.
Ahora pudo contemplarla mejor que esa noche, estaba bastante sucia, el cabello lo tenia enmarañado, la ropa un tanto rota y estaba más delgada de lo que debería. Su mirada mostraba cansancio, sus ojeras eran muy notables.
―¿Esta bien? Parecía muy preocupado…― Sonrió levemente para tranquilizarla.
―Si, solo cosas de la vida―. Contestó, luego le acaricio levemente la cabeza―. ¿Y tú? ¿Qué haces por aquí?
―Eh…― Dudó bastante en responder, desviando sus ojos―. Eh, esperando a mi hermano que fue a casa a buscar algo…― Ichiji ladeó la cabeza levemente, era obvio que mentía.
―¿Segura? Puedes confiar en mí, no diré nada―. La pequeña fijó su mirada en la del pelirrojo―. Enserio, soy policía, pero no iré contra ustedes.
―Dai-chan fue a otra zona para ver si podemos conseguir más dinero…― Explicó con las mejillas sonrojadas.
―Entonces…― Pensó un poco como decir lo siguiente―. Son niños de la calle, ¿no?― La peliblanca se sorprendió ante eso, moviéndose inquieta.
―Eh… ¿Cómo…?― El mayor hizo una mueca.
―Sin ofender, pero no es muy difícil de notar…― La pequeña se sonrojó aun mas―. ¿Cuántos años tienen? ¿No deberían estar en un orfanato?
―Tenemos diez años, nuestros padres murieron hace unos años…― Movía sus manos con nerviosismo―. Nos llevaron a un orfanato, pero eran muy malos con nosotros. Nos golpeaban mucho y nos mataban de hambre…― Ichiji se quedó estático al escucharla. ¿Cómo podía haber gente tan cruel?― Es mejor vivir en la calle que en ese lugar, no queremos volver ahí.
―Siento mucho escuchar eso…― Sacó su billetera, la niña lo miraba atentamente―. Realmente no sé cómo podría ayudarlos, por favor acepta esto para que puedan comprarse algo para comer―. Le tendió algunos billetes―. Y esto también, si alguna vez necesitan algo o están en problemas, acá esta mi número―. La niña agarró ambas cosas, luego leyó la tarjeta en voz alta.
―Ichiji Vinsmoke―. Volvió sus ojos―. Woah, su nombre es tan genial―. Sonrió ante el cumplido―. Yo soy Kagome Manami, es un placer conocerlo―. Tendió su mano, la cual aceptó al instante
―Igualmente, pequeña.
En alguna parte de Sabaody.
Caminaba sin rumbo, tapando sus ojos como podía para que nadie viera las lagrimas bajando por sus mejillas.
¿Cómo pudieron mentirle de esa manera? ¿Por qué ocultaron algo así? ¡¿Con que derecho?!
―No puedo entenderlo…― Miró hacia el cielo, como si ahí llegara a encontrar alguna respuesta―. ¿Por qué? ¿Por qué lo hicieron?
Toda su vida había sido una mentira, todo lo que alguna vez tuvo era solo una ilusión, no existía. ¿Por qué sus verdaderos padres lo habían dejado? ¿Por qué lo abandonaron? ¿Acaso él tenia algo malo? ¿Era su culpa?
Ya no era nadie, perdió todo en un segundo, su vida se desmoronó en un abrir y cerrar de ojos. No sabía quien demonios era, de donde provenía, absolutamente nada.
Abrió los ojos como platos cuando se dio cuenta de algo: la única persona verdadera en su vida llena de mentiras era…
―Niji Vinsmoke…
Horas después, Dressrosa.
―Así que estos son los hombres que tanto querías, Rosi―. El jefe de la Familia Donquixote largó una sonora carcajada―. El Comandante Dulce, Katakuri. El Soldado Asesino, Killer. Y, Eustass ¨Captain¨ Kid.
Los tres mencionados se mantenían rectos, serios, sin una pizca de miedo. No debían flaquear ante el infame Doflamingo, un paso en falso y estarían muertos.
―Me agradan, fufufufu~. Son obedientes, eso me gusta―. Se acercó a ellos con una sonrisa demasiado macabra, luego comenzó a analizarlos con cuidado―. Veo muerte en sus ojos, saben lo que es, se han enfrentado a ella.
Se alejo a paso lento, volviendo a sentarse. Acto seguido, y sin borrar su expresión, los miró fijamente.
―Estarán a prueba un mes, aunque si son tan buenos como dice mi lindo hermanito seguro no tendrán problemas. ¿Verdad?― Asintieron de inmediato―. Que no se les olvide algo: mi familia es preciada, si llegan siquiera a tocar a uno no dudaré en matarlos. La traición no se perdona, recuerden que nunca doy segundas oportunidades.
Continuará…