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Sálvame por Akashi_Male

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La Familia Donquixote era increíblemente grande, al igual que su mansión. Cada personaje que se habían cruzado hasta ese momento era digno de recordar, sobre todo Buffalo y Baby 5. Además, tuvieron el honor de conocer a los altos mandos de la familia: Trébol, Pica y Diamante. Corazón era el primero en los tronos, ya que al ser el hermano menor de Doflamingo contaba con ciertos privilegios.

Fueron presentados ante todos como los nuevos discípulos de Corazón, asesinos a sangre fría y a quienes no le temblaba el pulso a la hora de terminar con la vida de alguien, capaces de cumplir cualquier misión que se les encomendara.

Un poco exagerado pensarían algunos, pero no. Para pertenecer a la Familia Donquixote debían ser así, e incluso peores.

 

Síganme―. Corazón los guio por los largos pasillos, pasando por muchas habitaciones.

 

Cuando llegaron a un cuarto bastante alejado, el rubio cerró la puerta y se giró para verlos fijamente.

 

Ya están dentro, ahora solo es cuestión de cumplir nuestra misión―. Kid iba a decir algo, pero el hombre le hizo una seña para que se mantuviera callado―. No hablen, no olviden que las paredes escuchan. Todos los oídos y ojos estarán sobre ustedes, nadie confía en alguien nuevo tan fácilmente, menos que son tres―. Asintieron―. Si deben decirse algo, háganlo en modo encubierto, que parezca una conversación sin sentido.

―Hace calor ¿no?― Todos miraron a Killer antes de reírse y negar con la cabeza, ese intento de conversación había sido penoso.

Yo me encargaré de llevarnos a un lugar cuando tengamos información, así hablamos tranquilamente. Mientras tanto, acá adentro no olviden que los vigilan―. Volvieron a asentir, el rubio mayor sonrío.

 

 

Hospital General de Sabaody, habitación de Niji Vinsmoke.

 

Estar en ese lugar lo estaba volviendo loco, no tenia nada que hacer y se sentía prisionero en esas cuatro paredes. La visita de su hermano mejor le había alegrado el día, por lo menos tendría con quien hablar un rato.

 

―¿Los demás están bien? ¿Cómo van las investigaciones?― Inquirió con curiosidad, Yonji dudó un poco en responder.

―Bien, vamos por buen camino―. El peliazul notó su nerviosismo, estaba seguro que algo le ocultaba.

―Dilo―. El menor lo miró sorprendido, antes de ladear la cabeza levemente.

―No tengo nada que decir…― Niji frunció el entrecejo, a veces era demasiado obvio.

Yonji―. Su voz salió dura, segundos después el joven suspiró rendido―. Dímelo de una vez.

―Vale, vale. Descubrimos que Luffy es el único hijo biológico de Dragón, Ace es solo hijo de Rouge, y Sabo es adoptado―. Tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para que no se le escapará una exclamación de sorpresa―. Ace y Sabo tuvieron una fuerte discusión en la estación, incluso le pegó un puñetazo…

―¿Qué? ¿Y ahora donde esta?― Interrogó sin poder creer lo que escuchaba.

―No sabemos, se fue y creo que aun no lo encuentran―. El peliazul hizo un amago de querer levantarse de la cama, pero su hermano lo detuvo―. Ey, ey. ¿A dónde vas?

―A buscarlo, dios sabe a que peligros este expuesto, no te olvides que siguen estando en mucho riesgo―. Yonji negó con la cabeza.

―Es algo en lo que no debemos meternos, no sin recibir una orden―. El mayor lo miró con enojo―. Te mantendré al tanto de todo, tú debes quedarte aquí hasta que te den el alta, por favor no hagas mas locuras.

―…― Respiró hondo, la preocupación lo invadía completamente―. Vale…― Le molestaba, pero el peliverde tenía razón al decir que no podría salir de ese lugar sin el alta.

 

Le rompía el corazón imaginarse lo destrozado que debía estar Sabo en ese momento, más al saber que estaba deambulando solo por algún lado.

Yonji se sorprendió al ver los ojos afligidos de su hermano. ¿Era posible que a Niji le gustara el segundo hijo de la familia Monkey-Portgas?

 

 

Estación de Policía de Sabaody, despacho de Monkey D. Garp.

 

―Lamento escuchar todo eso…― El peliblanco bajó la mirada ante lo dicho por su amigo―. Ya volverá, necesita tiempo…

―No lo sé, Sengoku―. Suspiró con tristeza―. Hubieras visto su cara, estaba tan enojado y dolido…―. No podía sacarse de la mente la expresión de su nieto, debía sentirse traicionado y tan mal, tan confundido―. No entiendo porque mi hijo oculto algo así, sin decírselo a nadie…

―Estoy seguro que tuvo sus razones, no lo juzgues sin saber que fue lo que realmente pasó―. Asintió levemente.

―No lo hago, sólo quiero saber, averiguar por qué lo hizo―. El pelinegro hizo una mueca, Garp la estaba pasando realmente mal.

―¿Y sabes algo de Ace?― Afirmó con la cabeza.

―Está aquí, en la estación, Marco me avisó que esta con él―. Respiró profundamente antes de soltar el aire―. Tengo que averiguar quien es el verdadero padre de Ace, y quienes los padres de Sabo, para poder darles respuestas.

 

Toc, toc.

 

Ambos miraron hacia la puerta, diciendo un sonoro ¨pase¨. Al ser abierta, se encontraron con un joven de cabello castaño, su peinado era un extraño tupe.

 

―Garp-san, Sengoku-san―. Hizo una reverencia―. Tengo buenas noticias―. Levantaron las cejas, indicándole que se sentara.

―Dinos―. Thatch les tendió los documentos fotográficos de la causa Monkey-Portgas.

―He tardado semanas en investigar, pero por fin encontramos algo, Oyaji me ayudó―. Asintieron mientras veían las fotografías―. Tres meses antes de la masacre, Dragón contrató mucho personal, en las fotos se puede ver como la minoría tiene trajes mas claros y desgastados, además de insignias doradas en las ropas. La mayoría estaban con prendas mas nuevas, y no poseían esa insignia en ninguna parte―. Ambos hombres miraron con atención, dándose cuenta que el castaño estaba en lo cierto―. Investigue a todas las familias de los empleados nuevos, y descubrí que todos ellos necesitaban de dinero, ya sea por pobreza o enfermedades que debían ser tratados con tratamientos carísimos. Todos y cada uno dieron la misma versión: el empleador que los contrataría les daría una gran suma de dinero adelantada a cambio de sus servicios. Así mismo, todos concordaron con que, al irse a trabajar a la gran mansión, parecía que se despedían definitivamente de ellos.

―¿Estas diciendo que todas esas personas sabían que morirían?― Inquirió Sengoku con sorpresa, el menor asintió.

―Si, creo que Dragón los contrató para ser escudos humanos, entre más personas en la mansión, más tardarían en dar con los miembros de la familia―. Garp apoyó su rostro sobre su mano, dando un largo suspiro y cerrando los ojos.

―Hijo mío… ¿Cómo sabias que todo esto pasaría?

 

 

Entrada del Restaurante Baratie.

 

Miró su reloj por tercera vez, su hermanito estaba tardando demasiado. ¿Le habría pasado algo? No, de seguro se había entretenido hablando con su novio.

Una mueca apareció en su rostro al pensar en eso, realmente no podía aceptar que Chopper estaba creciendo. Le costaba, ya que prácticamente lo había criado desde que nació.

Por otro lado, sentía que Yonji era una buena persona, alguien que verdaderamente lo quería.

 

―¡Torao!― Su corazón se paró al escuchar esa voz, girando lentamente la cabeza para encontrarse con el dueño―. ¡Hola, Torao!― No pudo evitar sonreír levemente al ver que sus sospechas eran cierta.

―¡Luffy-ya!― El menor corrió hasta estar a su lado, una enorme sonrisa cubría su rostro―. ¿Cómo estás? ¿Qué haces por aquí?― Miró por sobre su hombro, notando a los seis tipos de negro siguiéndolo de cerca.

―Chopper me invitó a almorzar con ustedes, shishishishishi―. Levantó una ceja, confundido.

―¿Mi hermano?― Luffy asintió sin borrar su expresión―. ¿Cuándo lo viste?― El pelinegro mayor estaba tan nervioso que se olvidó por completo de la existencia de los celulares.

―Esta mañana, me lo crucé cuando él iba a la biblioteca―. Menos mal que no había reparado en la pregunta tan tonta que hizo.

―Ya veo―. Ya no valía la pena negarlo, ese chiquillo lo tenia totalmente cautivado, y cada vez que se veían su corazón bombeaba arrítmicamente―. ¿Quieres ir entrando? Chopper está retrasado, pero podemos ir pidiendo algo para comer.

―¡Vale, muero de hambre!― Luffy sonrió aún más antes de agarrar a Law por el brazo y obligarlo a entrar al restaurante.

 

Cerca del lugar, un castaño tenía una expresión de mucha felicidad mientras miraba la escena.

 

―¡Vamos, Law-nii!― Río bajito―. Estoy seguro que terminaran juntos, debes aprovechar esta oportunidad.

 

Tomó su celular del bolsillo, luego escribió un mensaje a su hermano: ¨Lo siento, surgió algo y no podré ir, pásala bien con Luffy¨.

 

Se alejó del lugar sin borrar su sonrisa, iría a comprarse un rico helado.

 

 

En algún lugar…

 

―Señor, la seguridad que tienen los hermanos es muy grande, no creo que podamos actuar en este momento―. El hombre sentado en el escritorio dio un fuerte golpe a la mesa, su rostro mostraba ira en su estado puro.

―Malditos―. Cerró el puño, si tan solo hubieran logrado cumplir sus ordenes aquella noche―. Bien, dejaremos pasar un tiempo prudente, cuando bajen la guardia lo haremos.

―¡Si, señor!

 

Sonrió con malicia, un poco mas de tiempo no haría mal, después de todo terminarían muertos. Solo era cuestión de esperar, se desharía de ellos como fuera.

 

 

Mansión de la Familia Donquixote.

 

Caminaba por los largos pasillos, realmente no tenia mucho que hacer. Los miembros de la Familia se habían ido a algún lugar, quedando solo los Ejecutivos y ellos.

 

―Hola Kid-chan~―. Y claro, Doflamingo también―. ¿Cómo estás?

―Bien, jefe―. Respondió, ese tipo realmente le daba muy mala espina.

―Me alegro, fufufufu~―. Se acercó a él con una sonrisa extraña―. Eres muy apuesto, ¿te lo dijeron alguna vez?― Tuvo que aguantar una mueca de asco. ¿Qué demonios le pasaba a ese tipo?

―Gracias por el cumplido―. Fue lo único que pudo responder, el otro apoyó su mentón sobre su hombro, causándole un escalofrió.

―Dime algo…― Le mordió el lóbulo de la oreja, sacándole un pequeño gemido―. ¿Eres virgen?― Abrió los ojos con sorpresa al escucharlo, quedándose en silencio al no saber que responder.

 

Crick, crick.

 

Ambos desviaron la mirada hacia donde escucharon unos pasos, encontrándose con otro rubio, quien tenía cara de pocos amigos mientras miraba la escena.

 

―Rosi, no interrumpas~―. Corazón observo levemente a Kid, quien estaba un tanto pálido.

Doffy, ¿puedes dejarlo tranquilo? Eustass es mío―. Doflamingo borró su sonrisa al instante, pasando sus ojos entre ambos.

―¿Son pareja?― Detuvo su mirada en el pelirrojo, quien tardó en responder debido a la sorpresa―. ¿Kid-chan~?

―S-si, jefe―. Asintió finalmente―. Lamento no habérselo dicho antes, no sabia como se lo tomaría.

―Ya veo, fufufufu~―. Se alejo del joven, su expresión era indescifrable―. Menos mal que llegaste a tiempo, Rosi, si no…― Río sonoramente antes de marcharse de ahí.

 

Ambos se miraron fijamente, antes de que las piernas del pelirrojo flaquearan y se dejara caer al suelo.

 

¿Estas bien?― El rubio se agachó a su altura, Kid lo miró con una pequeña sonrisa.

―Si, creí que me violaría…― Dejo escapar una gran bocanada de aire―. Gracias por salvarme―. Corazón negó con la cabeza.

No hay nada que agradecer, haría cualquier cosa por ti―. De no ser porque no tenía, hubiera levantado una ceja al leer el papel.

―Gracias, lo mismo digo―. El corazón de Rosinante se rompió al darse cuenta que el menor no entendía para nada el significado de sus palabras.

 

¿Había algo más doloroso que estar enamorado de una persona que ni siquiera sabia de tu existencia? Si, estar enamorado de alguien que sabe que existes, pero que su corazón esta esperando a alguien más, y nunca se da cuenta de tus sentimientos, y no te mira con otros ojos ni una sola vez.

 

 

 

Continuará…


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