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Sálvame por Akashi_Male

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Notas del capitulo:

¡HOLAAAAA!

 

¡Aqui he vuelto con un nuevo capitulo! :D

 

¡Muchisimas gracias por sus comentarios en el capitulo anterior! ¡¡¡Me hacen super feliz!!! :´D

 

Espero y este capitulo les guste! :´3

 

 

Nunca se consideró una persona afectiva ni emocional, para él los sentimientos eran basura y no valían de nada en la vida.

Lo único realmente importante era su Imperio.

Con esa filosofía y convicciones fue como educo a sus hijos, para así el día de mañana lo sucedieran en su puesto y siguieran con la ideología del Germa 66.

 

―Es un placer conocerlos a todos, como bien ha dicho Sengoku, me llamo Vinsmoke Judge, líder de la Unidad especial del EILA, el Germa 66―. Su voz era profunda, dura y denotaba respeto―. Les presento a mis hijos: Ichiji, Niji, Yonji y Reiju―. A todos en la sala se les cayo una gotita por la cabeza, ¿Qué tan perezoso debía ser uno para nombrar a sus hijos en orden numérico?― Los cuatro pertenecen al área de inteligencia y fuerza, por lo que ante cualquier duda o información, acérquense a ellos.

―Coronel―. Smoker levanto la mano pidiendo permiso para hablar, lo cual hizo una vez que recibió el asentimiento de su superior:― ¿Ellos trabajaran en conjunto o por separado?

―Estarán trabajando en conjunto―. Katakuri miraba fijamente al pelirrojo, el cual era el único de los hermanos hombres que no mantenía una sonrisa socarrona en el rostro.

 

Se parecían entre ellos, sobre todo por las cejas rizadas. Sin embargo, cada uno tenía un traje diferente.

En el caso de Ichiji, su cabello era rojo y manteniéndolo en un largo flequillo con varios remolinos, y unas largas patillas. Sus ojos estaban ocultos por unas gafas de sol.

Su traje consistía en una camiseta roja con los números «66» impresos en ella y de color caqui. Poseía un pantalón largo del mismo color, adornado con líneas blancas sujeto con un cinturón de hebilla redonda amarilla y naranja, y un patrón de estrella.

Sus botas eran blancas, y una larga capa con el numero ››1‹‹ impreso rodeaba su cuello, junto a un pañuelo color cereza. Además, unos guantes blancos y negros adornaban sus manos.

 

Niji tenia una camiseta azul encorchetada, junto a un pantalón largo del mismo color, decorado con siluetas de relámpagos amarillos. Alrededor de su cintura poseía un cinturón marrón y dorado, de forma redonda y decorado con una calavera y un relámpago.

Calzaba unas botas de color claro, y una capa negra con el numero ››2‹‹ impreso yacía sujeto a su cuello. Tal como su hermano mayor, tenía unos guantes de amarillos y marrones, y un pañuelo turquesa tapaba su garganta.

Sus ojos eran tapados por unas gafas de aviador con cristales negros.

 

Por parte de Yonji, vestía una camiseta verde con los números ››66‹‹ impresos en la parte central, al mismo tiempo tenía un pantalón largo del mismo color, siendo sujetado con un cinturón naranja y redondo, decorado con el símbolo característico del Germa 66.

Su calzado consistía en unas botas de color verde claro. Al igual que sus hermanos, una larga capa negra, con el numero ››4‹‹ impreso en ella, y un pañuelo naranja rodeaba su cuello; al mismo tiempo, unos guantes de metal cubrían sus manos.

 

Por último, estaba la hija, Reiju. Poseía un vestido de color rosa pálido, abierto hasta el estómago y adornado con dibujos de dianas amarillas y moradas. En sus manos llevaba unos guantes fucsias, y su cuello era adornado por una larga capa de mariposas moradas, con círculos amarillos y rosas, junto a un pañuelo color azul marino.

Sus botas eran de color rosa, mas claros que su traje y con suela oscura.

 

 

―Ichiji-san, Niji-san y Yonji-san se encargarán de los interrogatorios a los testigos Monkey D. Luffy, Portgas D. Ace y Monkey D. Sabo―. El peliazul hizo una mueca de incomodidad al escuchar el ultimo nombre que solo fue detectada por uno de los oficiales―. Vinsmoke-san y Reiju-san se quedarán por tiempo indeterminado en la oficina 106 del primer piso de la estación―. Los nombrados asintieron sin quitar su semblante serio―. Los trillizos trabajaran en la oficina 301 del tercer piso. ¿Hay alguna duda?

―¡No, señor!― Los subordinados contestaron de forma conjunta.

―Bien, entonces damos por terminada la reunión―. Se giro hacia la familia Vinsmoke―. Me gustaría hablar a solas con ustedes, serán solo unos minutos.

 

Los demás comenzaron a salir de la sala poco a poco, si algo les había quedado claro en el tiempo que trabajaron bajo el mando de sus respectivos coroneles era que debían ser civilizados a la hora de abandonar la sala de juntas. Si no, recibirían puños de amor por parte de Garp y patadas de disciplina de la cabra de Sengoku.

Si, el coronel de Arlong Park tenia una cabra que prácticamente vivía siguiéndolo.

 

―¿Estas bien, Roronoa?― Pregunto Katakuri al verlo pensativo, el otro lo miro de reojo.

―Si…― Incluso él supo que su respuesta no había sonado nada convincente―. Me quede pensando sobre el Germa―. Miro por detrás del hombro del mas alto, viendo a los trillizos hablando entre ellos a solo unos metros de donde estaban.

―¿Qué cosa?― Sus ojos mostraban curiosidad.

―Siento… que son parecidos a alguien que conozco, sobre todo el menor―. Suspiro con pesadez.

―Bueno, son el Germa, dudo que alguien no los conozca a estas alturas―. Respondió como si fuera lo mas obvio, aunque hasta ese día nunca había visto a los hijos de Judge Vinsmoke en persona.

 

Aunque conocía los rumores que corrían sobre ellos.

 

―No, de verdad tienen una esencia que ya he percibido antes―. Antes de que el de cabello granate pudiera decir algo más, Zoro tomo sus katanas y se alejo del lugar a paso apresurado.

 

Katakuri no hizo mas que ver como se iba.

 

―Jo, tu amigo se enojó―. Se sobresalto al escuchar una voz demasiado cerca de oído―. ¿Quieres que lo golpee?

―No…― Miro extrañado al peliverde que parecía querer un pleito gratis―. Y no te acerques tanto a mi―. Se giro por completo para mirar a los tres hermanos, los cuales tragaron en seco, de forma discreta, al ver que el hombre era extremadamente alto.

―Entonces no hablen de nosotros mientras estamos al lado suyo―. Agrego el segundo hijo, Vinsmoke Niji.

―Vale, vale―. Le resto importancia, e hizo amago de irse.

 

Quería rosquillas con crema pastelera y dulce de leche.

 

―¿Hay algo que quieras saber?― El pelirrojo, que se había mantenido callado y se mostraba sereno, hablo mirándole fijamente a través de sus anteojos―. ¿Sobre nosotros?

―No―. Se posiciono frente al chico, sin apartar sus ojos de él ―. La verdad, no.

―Extraño, considerando que hasta hace cinco minutos parecía que sí―. ¿Acaso lo estaba provocando? Quizás, pero no caería tan fácilmente.

―Tranquilo, solo fue la sorpresa de ver a los famosos hijos de Vinsmoke Judge, fuera de eso y de la investigación, no son tan importantes para nosotros―. Le dedico una mirada de suficiencia antes de marcharse a paso lento, de verdad deseaba unas rosquillas bien cargadas de dulce de leche y crema pastelera.

―… ¿Nos acaba de llamar poca cosa?― Yonji estaba molesto y no dudo en hacerlo notar, Niji fruncía el entrecejo e Ichiji se mantenía tranquilo.

―No lo creo―. Respondió el mayor, quien tenia curiosidad por las cicatrices que tenia Katakuri, las cuales sobresalían de la bufanda que traía puesta.

―Será mejor que vayamos al hospital, debemos hablar con el tal Trafalgar Law para que nos autorice a hablar con los testigos―. Aun con el ceño fruncido, Niji agarro los hombros de Yonji para guiarlo a la salida.

 

Ichiji los siguió por detrás, pensativo.

 

 

Hospital General de Sabaody, consultorio de Trafalgar Law.

 

―¿Estas seguro de lo que dices?― El aire era tenso, el coronel lo observaba de forma tan seria que temía ser golpeado por él en cualquier momento.

―Si, señor―. Aun con el temor, su voz salió segura.

―¡¿Pero que me estas contando?!― Se levanto tan rápido y con tanta brutalidad que el pelinegro se puso en pose defensiva por acto reflejo―. ¡¿Dónde escucho eso?!

―No sabría decirle, sin embargo, puedo afirmarle que estaba repitiendo una conversación que escucho―. Estaba realmente preocupado por lo que el pequeño había dicho, porque de ser verdad estaban en un gran peligro.

―… No tuvieron suficiente con matar a mi hijo y a mi nuera, ¿también quieren deshacerse de mis nietos?― Se sentó en la silla, apoyando sus codos sobre sus rodillas―. ¿Por qué? ¿Por qué a ellos? ¿Qué mal han hecho? ¡Ninguno!

―Garp-ya…― ¿Debía hablarle sobre el termino de sangre que uso Luffy?

―¿Si?― El mayor lo miraba con intriga, por su entrenamiento y años de experiencia supo que el doctor quería preguntarle algo.

―Esto…― Justo cuando iba a hablar escucho toques en la puerta, seguido de un pequeño castaño que entraba lentamente.

―Law-nii, y-ya estoy aquí…― Garp miraba a ambos, notando las claras diferencias que tenían. ¿Eran hermanos? ¡No se parecían en nada!

―¡Chopper!― Se había olvidado completamente que su hermano vendría a verlo por pedido suyo―. ¿Puedes esperarme un segundo? Debo hablar con coronel.

―Cla-claro―. Se estaba por marchar, pero el mayor hablo antes de que se fuera.

―No, quédate, ya hablaremos mas tarde―. Se levanto y agarro su saco―. Me quedaré un rato con Luffy, quizás logre que diga algo más, además llamare a Sengoku para poner oficiales a su cuidado.

―De acuerdo―. Ya preguntaría sobre su duda más tarde.

 

Garp asintió y acaricio cariñosamente la cabeza del hermano menor de Law, acto seguido se marcho directo a la habitación de si nieto.

 

―¿Law-nii?― Chopper noto que el pelinegro se había quedado mirando fijamente la puerta de salida de su consultorio.

―Lo siento, ven, siéntate―. Lo alzo por lo brazos y lo sentó en la camilla―. Escucha Chopper, me han asignado a un caso especial de la Policía de Sabaody, estoy a cargo del cuidado de tres testigos imprescindibles en la causa.

―¡¿Enserio?!― Los ojos del pequeño demostraban orgullo hacia su hermano.

―Si, por eso estaré aquí la mayor parte del tiempo, a lo sumo iré a casa a tomar una ducha―. Suspiro, sabia que lo que diría a continuación no le haría ninguna gracia―. No quiero que estés solo en casa, así que he pensado en algo…

―¿Eh?― No entendía, muchas veces Law hacia guardias nocturnas y él se quedaba en el departamento. ¿Por qué era diferente ahora?

―Quiero que estés conmigo hasta que se les de el alta a los tres hermanos―. Lo miro confundido.

―No comprendo…

―Quiero que, al salir de la escuela, vayas a casa, tomes una ducha, agarres lo que necesites al día siguiente, una muda de ropa y vengas para acá―. No se lo diría, pero desde hace un tiempo tenia un mal presentimiento, algo le decía que no dejará a su hermano solo.

―Pero…― Sus ojos se tornaron pensativos―. ¿Dónde voy a estudiar y a dormir?

―Podrás usar mi escritorio, es bastante espacioso, y dormirás en la camilla, es cómoda―. Se lo pensó un poco más, lo que decía era verdad.

―Vale―. ¿Por qué su hermano se veía tan preocupado? ¿Qué era aquello que le ocultaba? ¿Por qué intuía que había algo mas en el extraño pedido de Law?

―Gracias por comprender―. Le beso la frente. Fuera lo fuera que llegara a pasar, sea quien sea el enemigo invisible del cual quería protegerlo, ahí no podría hacerle daño.

 

Después de todo había mucha seguridad en el hospital, y a raíz de la causa de los hermanos Monkey-Portgas se podía ver policías en prácticamente todas las esquinas.

 

―Ahora vamos, te comprare algo para comer y beber, debes estar hambriento―. Y era verdad, ya eran pasada las doce del mediodía y aún no había probado bocado.

―¡Si, Law-nii!― Sus ojos brillaron, a lo que su hermano sonrió.

 

Protegería a Chopper aun si era a costa de su propia vida.

 

 

Restaurante Baratie, a diez calles de la estación de policía.

 

―Como siempre es un verdadero placer venir aquí―. Comía como si no hubiera un mañana, y de solo pensar que en tres horas tocaba su merienda diaria lo emocionaba aún más―. Vivi sigue siendo la mejor repostera del mundo.

―¿Verdad que si? Vivi-chan tiene manos de oro a la hora de preparar facturas, postres y tortas―. Lo secundo un chico rubio, de unos veinte años, con un mechón tapándole el ojo y sonriendo amigablemente―. Y te agradece tus cumplidos, dice que la semana que viene presentara un postre nuevo y quiere que seas el primero en probarlo.

―¡Claro que sí!― Él era un hombre duro, serio y frívolo cuando quería, pero si se trataba de postres y cosas dulces, mostraba su lado mas glotón.

 

Por supuesto que solo en ese restaurante conocían su lado oculto, y solo porque eran años de conocerlos y la confianza había crecido con el tiempo, además que ellos eran los únicos que no lo veían como menos solo por tener un lado sensible, aun si era por comida dulce.

¿Y para que negarlo? El personal del restaurante y el dueño del mismo eran las únicas personas que él consideraba amigos, en la estación policial solo eran compañeros.

 

―Por cierto…― Termino de tragar el pedazo de donut―. Hoy vi unas personas muy parecidas a ti.

―¿A mí?― Pregunto confundido mientras ponía los platos vacíos en una charola.

―Si, sobre todo uno de ellos, fue extraño―. Se limpio los dedos con la boca―. Pero en personalidad, nada que ver contigo.

―¿Por qué?― Inquirió intrigado al tiempo que se sentaba frente suyo.

―No lo sé, uno de ellos quería un pleito con uno de mis compañeros, otro fruncía el ceño todo el tiempo y el mas grande demasiado callado, sereno. Además, su vestimenta…― Dudo como proseguir la oración.

―¿Su vestimenta qué?

―Parecían trajes militares muy al estilo de lo que se espera del EILA.

―¿EILA?― Si bien se conocían hace mucho tiempo, el mayor pocas veces hablaba de su trabajo por lo que a veces no entendía algunos términos o diminutivos.

―Equipo de Inteligencia y Lucha de Arabasta―. Aclaro con simpleza.

―Uhm… Pues no sé, ¿tu intuición te dice algo?― Lo que si sabia era que la percepción de Charlotte Katakuri era impecable, jamás había fallado al predecir algo.

―No, por ahora―. Suspiro―. Pero no les quitaré los ojos de encima.

―Pues ya me irás contando―. El rubio sonrió abiertamente antes de escuchar a su abuelo, el dueño del restaurante y de nombre Zeff, gritarle para que volviera al trabajo―. ¿Vuelves a las tres?― Pregunto tomando el dinero que le tendía el de cabello granate.

―Claramente―. Se limpio lo que le quedaba alrededor de la boca antes de levantarse y salir después de despedirse.

―¡QUE YA VOY VIEJO!― Grito al escuchar a su abuelo desde la cocina.

 

 

Hospital General de Sabaody, recepción.

 

Estaba mirando unas fichas en la mesa de la recepción, fijándose la lista de visitantes de los hermanos. Su concentración era tal que no reparo en la chica que se acercaba a él.

 

―Doctor Trafalgar, perdone la intromisión―. Una de las enfermeras hizo una reverencia―. Hay tres hombres preguntando por usted, dicen que son los oficiales Vinsmoke, y que fueron enviados por el coronel Sengoku.

―¿Ein?― No había oído nada sobre que iba a recibir tales visitas.

―Si… ¡Ah! ¡Ahí vienen!― No paso por alto la cara de enamorada que puso la muchacha mientras tres hombres, bastante atractivos a su parecer, se acercaban a paso decidido.

―Puedes retirarte―. Ordeno sin quitar su mirada de los chicos, tratando de estudiarlos y de descifrar sus pensamientos.

―Si, doctor―. Se marcho rápidamente con la cara completamente roja.

―Buenos días, me ha dicho la enfermera que ¿querían verme?― Los oficiales hicieron una pequeña avenía antes de que el de cabello rojo hablara.

―Si, me llamo Ichiji, y ellos son mis hermanos: Niji y Yonji―. Una gotita cayo por la cabeza del pelinegro ¿quién en su sano juicio le pondría nombres de números a sus hijos?

―Es un placer, soy el doctor Trafalgar Law, estoy a cargo de los hermanos Monkey D. Luffy, Portgas D. Ace y Monkey D. Sabo

―Lo sabemos, por eso vinimos a hablar con usted―. Respondió el de cabello azul, y Law noto un dejo de incomodidad en su rostro, pero no le dio importancia.

―Antes que nada, me gustaría que me mostraran sus identificaciones―. Si algo le habían dejado en claro Garp y Sengoku era que cualquier persona que se presentara como oficial y pidiera acceso al estado de los hermanos, si o si debían presentar su carnet de policía.

―Por supuesto―. Los tres sacaron sus respectivas identificaciones y se las mostraron.

―Vale, síganme por favor―. Los guio a un consultorio vacío, el cual solo se utilizaba en casos de suma discreción, dada la información confidencial que se pudiera presentar.

―¿Cuál es el estado de los testigos?― Inquirió el mayor leyendo los expedientes de forma rápida.

 

Trafalgar les explico el estado de cada uno de forma explícita, dado que era poco probable que los oficiales entendieran lo que ponían las hojas de las carpetas.

 

―¿Entonces no podremos interrogarlos?― Yonji hizo una mueca de molestia, habían ido hasta allá por nada.

―Por ahora no, y en caso de que duden de mi palabra pueden ir a verlos―. Les tendió una hoja con los números de las habitaciones donde descansaban.

 

El peliverde estuvo a punto de tomar el papel, sin embargo, su hermano mayor lo detuvo enseguida.

 

―Le creemos, simplemente debemos estar al tanto de todo―. Law noto casi al instante que Ichiji parecía ser el mas tranquilo, sereno y observador―. Nos retiraremos por ahora, pero mañana volveremos.

 

Trafalgar asintió, y los otros hicieron una reverencia antes de salir por la puerta.

 

 

Un rato después…

 

Habitación 211.

 

―Ay, Luffy… No sabes cómo extraño que sonrías…― No sabía cuánto tiempo había estado ahí, mirando a su nieto, el cual mantenía su vista fija en la pared―. Por favor, dime algo…― Rogaba sin soltar su mano―. Lo que sea…

¨Sangre manchada¨―. Levanto los ojos con sorpresa al oírlo.

―¿Qué dijiste?― Sin notarlo, alguien entro a la habitación y se quedó parado, escuchando todo.

¨Monkey D. Sabo y Portgas D. Ace tienen la sangre manchada¨.

―Pero… No, eso no puede ser…― Se giró al escuchar un carraspeo detrás de él, encontrándose con Law.

―Perdóneme, Garp-ya, pero antes dijo exactamente lo mismo―. Miro un segundo al pequeño, volviéndose casi de inmediato al coronel―. ¿Qué significa sangre manchada?

―… Es un término que se utiliza en el bajo mundo, se dice que un hijo con sangre manchada no puede tomar el poder de su Clan porque no lleva la sangre de su sucesor, en otras palabras, que no lleva la sangre del líder actual.

¨No son quienes creen que son¨, eso dijo Luffy-ya antes…― Dudo un segundo como proseguir―. Eso vendría a significar que…

―Que, si es verdad lo que dice, Ace y Sabo no son hijos biológicos de Dragon.

 

 

 

Continuará…


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