Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sálvame por Akashi_Male

[Reviews - 48]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡HOLA! :D

 

He vuelto con otro capitulo ¡chan! :´D

 

¡¡Pues estoy inspirada!! También, en el capitulo anterior, me di cuenta que quizás a algunos se les dificulte imaginar a Chopper humano, por lo que edite una imagen en Rinmaru para que lo viesen como yo me lo imagino. Quiero aclarar que la edad de Chopper es de 17 años 

 

Link: 31817393_1795435910512510_3041495715026042880_n.jpg (445×593)

 

Tambien quería pregunarles que les parecería la idea de que la pareja de Yonji sea Chopper. Haganme saber su opinion en los comentarios :D

 

¡¡Muchas gracias por los comentarios en el capitulo anterior y espero que este les guste!!

Cerraba y abría los ojos, la camilla era bastante cómoda pero no podía dormir. No podía sacarse aquella imagen de la cabeza, le daba vueltas y vueltas, impidiéndole conciliar el sueño.

 

 

―Oh, oh…― Estoy en un gran problema. ¿Cómo saldré que aquí? ¡Por favor suéltame, suéltame!

―Mamá…― Murmura en sueños mientras me abraza con mas fuerza, ¿esta soñando con su madre?― Quiero ver a mamá…

 

Frunce el entrecejo, no parece estar soñando algo que lo haga feliz, al contrario.

 

―Tranquilo, todo va a estar bien…― Como puedo le acaricio la mano, no sé porqué lo hago, pero tengo la necesidad de alivianar su sufrimiento.

 

Medio segundo después relaja su expresión y sonríe levemente, su agarre va aflojándose, pero no tanto como para poder soltarme.

 

―…― Gira su cabeza hasta quedar demasiado cerca de mi rostro, y de un segundo a otro me agarra la cara, estampando sus labios contra los míos.

―¡…!― ¿Qué? ¿Qué? ¿Qué? ¡¿QUE ESTA HACIENDO?!

 

 

Se tapo con la cobija al recordar aquello, sus mejillas estaban totalmente rojas. ¿Qué había sido eso? ¿Por qué lo había besado?

 

―Quizás estaba soñando con su novia…― Sin saber por qué su corazón se apretujo dolorosamente―. Fue… Fue mi primer beso―. No había sido de la forma en la que lo había esperado, pero sentía un cosquilleo en su estómago, el cual no era nada desagradable.

 

Se dio una cachetada mental, ambos eran hombres, su primer beso había sido con un hombre. ¡¿Que le pasaba?! ¡No podía sentirse así!

 

―¡Ya basta, Chopper!― Se dio vuelta de forma brusca, quedando frente a la pared―. ¡Debo olvidarme de lo que paso! Además, si Law-nii se entera… ¡Me mata!

 

Law jamás había hablando con él sobre su opinión sobre las relaciones homosexuales, así que realmente no sabia que pensaba sobre ellas.

 

―¿Relación? ¿Qué estoy diciendo?― Volvió a girar su cuerpo, esta vez mirando al techo―. ¡Si no me siento atraído hacia ese chico!

 

Vale, admitía que era bastante guapo y tenia un nombre peculiar, pero solo había sido un beso, que encima el otro le había dado entre sueños. En cuanto se despertará no se acordaría de lo sucedido.

 

―¿Por qué duele?― Apoyo su mano sobre su pecho, sentía un vacío que dolía―. ¡Bueno, ya! ¡Tengo que dormir!― Se tapo completamente y cerró los ojos, debía descansar para ir a la escuela, si no estaría demasiado cansado durante las clases.

 

Sin embargo, presentía que aquella noche no pegaría ojo, y todo por culpa del tipo peliverde que se le ocurrió abrazarlo y besarlo en sueños.

 

 

Hospital General de Sabaody, habitación 312.

 

La luz del velador iluminaba la habitación, el paciente estaba sumido en un profundo sueño y todo parecía ir en paz.

Él se dedicaba a leer una revista, realmente se preguntaba quien dictaba la moda en esos tiempos, las ropas de temporada eran verdaderamente horripilantes, a su parecer claro.

Vale, él no tenia un gran sentido del estilismo, pero tampoco se vestía tan mal. Nunca fue de seguir las ideas de otros y prefería su propio estilo.

 

―Agh…― Tiro la revista sobre la mesa de luz y se apretó la sien izquierda, los dolores de cabeza eran recurrentes últimamente y ya estaba cansado de tomar pastillas para que bajara un poco.

 

En ese momento una melodía comenzó a sonar, y sintió una vibración en su pierna. Era su celular marcando una llamada entrante, la cual se apresuro en contestar para no despertar a Sabo.

 

―¿Hola?― Noto como su voz salió débil, el maldito dolor de cabeza estaba atacando con fuerza.

Ichiji―. La dura voz de su padre resonó del otro lado de la línea, y no tardo en notar que estaba molesto.

―Padre―. Su mano comenzó a temblar de forma inconsciente, ¿había hecho mal los reportes? Por un lado, no le sorprendería, después de la rapidez con la que tuvo que hacerlos. Pero, por otro lado, siempre los verificaba por si había algún error y esa no había sido la excepción.

¿Dónde esta tu hermano? Lo he estado llamando durante una hora y no responde―. Un suspiro de alivio salió de sus labios, no tenía nada que ver con él.

―¿Cuál de los dos?― Aceptaba que él los viera como maquinas y no como humanos, pero tampoco era cuestión de no aclarar a quien se refería.

Yonji.

―Tiene el turno nocturno de vigilancia, así que debe estar en la habitación que se le fue asignada―. Lo supo aun sin escuchar nada, al darle esa respuesta Judge estaba a un paso de pasar de molesto a furioso.

Ve y dile que me llame de inmediato―. Sin esperar respuesta, colgó la llamada.

 

Se alejo el aparato del oído y volvió a suspirar, realmente estaba cansado.

 

―Bendito sea el día…― No pudo terminar la oración porque escucho la puerta siendo abierta―. ¿Uhm?

―Hola…― Abrió los ojos de par en par al divisar a la persona que acababa de entrar.

―¿Qué haces aquí?― Se levanto sorprendido al ver a Katakuri con una bolsa en su mano izquierda y un vaso cerrado en la derecha.

―Pues…― Carraspeo y desvió la mirada, al tiempo que le tendía ambas cosas―. Te vi cansado y pálido cuando me fui, así que te compré esto.

―¿Eh…?― Lo que contenía el vaso, por el olor, supo que era café con leche. Cuando abrió la bolsa se encontró con una envoltura, que desprendía un aroma a chocolate y dulce de leche―. ¿Por qué…?― Se quedo pasmado al descubrir que era una porción de tarta, volviendo su vista hacia el más alto.

―Somos compañeros ¿no? Es lo menos que puedo hacer―. Aun cuando el de cabello granate escondía la mitad de su rostro bajo la bufanda que siempre llevaba, juraría que pudo divisar una sonrisa. 

―G-gracias…― Sonrió de forma abierta y sincera, nunca nadie había sido tan amable con él―. ¡Oh!― En ese momento recordó lo que su padre le había encargado―. Oye, sé que quizás estoy pasándome un poco luego de esto, pero…

―¿Pero?― Katakuri levanto una ceja, curioso por lo que le pediría.

―¿Podrías quedarte unos minutos? Debo ir a buscar a Yonji―. Sabia que no era correcto pedir tal cosa, después de todo era su turno y su compañero debía ir a descansar, pero si no obedecía las ordenes de su padre le iría muy mal.

―¿A Yonji?― El mas alto lo miraba confundido.

―Mi padre lo ha estado llamando durante una hora, pero no responde, así que me llamo a mi para que le avise y pueda comunicarse.

―Oh… Tu padre si que es temerario―. Sin esperárselo, Katakuri lo tomo de los hombros y lo sentó en la silla, dándose vuelta al instante―. Come y bébete el café, yo iré a hablar con Yonji.

―Pero…― Sin esperar que terminara de hablar, el chico salió de la habitación―. No lo parece a primera vista, ni a segunda, pero… es realmente amable.

 

 

Hospital General de Sabaody, habitación 211.

 

Apretó los parpados con fuerza al sentir una corriente de frio sobre él, luego abrió los ojos rápidamente al notar que se había quedado dormido.

 

―¡Otra vez!― Sin embargo, notó algo al tratar de levantarse: tenía su capa tapándolo del frio, y sus manos se sentían extrañamente cálidas―. ¿Qué ha pasado?― Tenia una sensación rara recorriéndole el cuerpo, algo que nunca antes había sentido. 

―Yonji―. Se sobresalto al oír su nombre, levantándose de un salto y poniéndose en pose defensiva―. Tranquilízate, soy yo.

―Katakuri―. Sus hombros se relajaron al divisar bien al hombre―. ¿Qué haces aquí? ¿Tú no estas en el turno diurno?― Inquirió extrañado.

―Si, pero debía hablar algo con Ichiji―. Respondió con simpleza para luego señalar el celular que yacía en el suelo―. Tu padre te ha estado llamando, y como no le contestabas llamo a tu hermano, así que vine a avisarte.

―¿Mi padre?― Un sudor frio comenzó a caer por su espalda, de ser verdad lo que acababa de escuchar estaba en un serio problema.

―Si, dijo que te comuniques con él―. Le hizo un saludo con la mano y volvió sus pasos hacia la salida.

―Oh… Mierda…― Agarro su celular, que de alguna forma había terminado en el piso, y vio la cantidad de llamadas que tenía―. Espero que no sea nada serio, sino será peor.

 

No se dio cuenta que unos orbes marrones habían presenciado todo lo ocurrido.

 

 

Hospital General de Sabaody, habitación 312.

 

Cuando entro a la habitación se sorprendió de la expresión de felicidad que tenia el pelirrojo, aunque nunca llegaría a decirlo en voz alta debía admitir que era realmente atractivo.

 

―Ya le he avisado, aunque no le pregunte por qué no le contesto las llamadas―. Informo mientras se sentaba en el suelo, Ichiji de inmediato lo miro.

―No importa, mientras ya este enterado―. Miro la porción de tarta, la cual seguía casi completa, y la partió a la mitad―. Ten…― Katakuri lo miro extrañado cuando vio que le estaba compartiendo un pedazo de la tarta.

―No hace falta, te la he traído para ti―. Ichiji negó lentamente con la cabeza al tiempo que formaba una pequeña sonrisa.

―Enserio, yo no como mucho y quiero compartirlo contigo―. El mas alto lo observo fijamente a los ojos, notando que era completamente sincero y no lo hacia por educación.

―Vale, gracias…― Un calor subió hasta sus mejillas, pero gracias a la poca iluminación que había el menor no lo notaria.

 

En ese momento, Ichiji se levanto de la silla y se sentó en el suelo junto a él.

 

―¿Qué haces?― Pregunto con confusión.

―Nada, simplemente…― Tomo un trago del café―. Me siento al lado tuyo.

―La silla es mas cómoda que el piso, lo sabes ¿no?― Sonrió divertido al escuchar el intento de tono serio del mayor.

―Si, pero así esta bien―. Ambos sonrieron al tiempo que se miraban directamente a los ojos.

 

¿Por qué se sentían tan bien estando juntos? Habían empezado con mal pie y estaban seguros que se llevarían de los peor, pero ahora no querían separarse uno del otro.

 

 

||Al otro día||

 

Hospital General de Sabaody, consultorio de Trafalgar Law.

 

Se levanto tallándose los ojos, había sido una noche larga y su cerebro no quiso parar de pensar, la imagen del peliverde seguía intacto en su cabeza.

 

―Enserio tengo que tranquilizarme―. Se vistió rápidamente antes de colocarse su mochila sobre sus hombros―. Gah… Solo espero no quedarme dormido en clases.

―Buenos días, Chopper―. Su hermano entro y le sonrió al ver que ya estaba preparado―. ¿Vamos a desayunar?

―¡Si, Law-nii!― Con una sonrisa le siguió el paso, pero en silencio pedía no cruzarse con el chico que le había robado el sueño.

―¿Dormiste bien?― Pregunto el mayor mientras caminaban a la salida.

―Si…― Claramente Law notó que estaba mintiendo, ya hablaría seriamente con él por su extraño comportamiento de los últimos días, además de los golpes con los que había llegado días atrás.

―Me alegra―. Iba a decir algo mas, pero una voz lo detuvo.

―¡Oh, doctor Trafalgar!― Ambos miraron hacia donde provino el llamado, encontrándose con la persona que menos quería ver el castaño.

―Yonji-ya―. El medico sonrió levemente como saludo―. ¿Ya has terminado tu turno?

―Si―. Respondió mientras caminaba hacia ellos, fijando su vista en el mas pequeño de forma inconsciente―. Hola...― Chopper se sobresaltó al ver que le estaba hablando directamente a él.

―Creo que nunca se habían visto―. Irrumpió el pelinegro sin percatarse de la reacción del menor―. Él es mi hermano pequeño, Trafalgar Chopper―. El nombrado hizo una leve avenía tratando de no mirar al chico―. Chopper, él es Vinsmoke Yonji, el cuidador nocturno de Luffy.

―Es un placer―. Y fue entonces cuando el castaño cayo en cuenta, no debía ponerse nervioso, no había razón para ello… porque el peliverde ni siquiera sabía lo que había pasado.

―Igualmente―. En su intento de sonreír le salió una mueca, causando un mal sabor en Yonji.

 

Por alguna razón le dolió ver los ojos tristes del chico.

 

―Nosotros iremos a desayunar, nos vemos a la noche―. Law agarro a su hermano de los hombros y se despidió del peliverde.

―Si―. ¿Qué le pasaba? ¿Por qué de repente sintió tanta angustia rodeándole?

 

 

Estación de Policía de Sabaody, despacho de Monkey D. Garp

 

―Ya he hablado con Judge y Trafalgar, a las tres de la tarde será el interrogatorio―. Informo Garp mientras apoyaba unos informes sobre la mesa.

―Vale, me comunicare ahora con Katakuri, Zoro y Niji para que estén al tanto―. Agarro su celular, pero antes de poder hacer la primera llamada su amigo hablo.

―Judge ya me ha dicho que sus hijos estarán. ¿Katakuri y Zoro también?

―Claramente, aún cuando los hermanos Vinsmoke cumplen más funciones además de guardas, los nuestros seguirán en sus funciones y ambos deben seguir cuidándolos en el interrogatorio.

―¿Y Marco? Hasta lo que tengo entendido esta de baja, no se separa de Ace ni por un segundo―. Realmente estaba agradecido de que su nieto hubiera elegido a alguien como el rubio.

―Aún si le ordenáramos que no estuviera, nos desobedecería―. Si bien el oficial no era de su prefectura, lo conocía muy bien. Era uno de los mejores hombres bajo el mando de Garp, y ambos sabían que él nunca dejaba las cosas a medias ni hacia nada que perjudicara a los demás.

―Es un buen chico, Shirohige debe estar orgulloso.

―Tiene qué, los ha educado muy bien a todos ellos―. Iba a realizar la llamada hasta que se acordó sobre un asunto que no había discutido todavía con Garp―. Katakuri me informo sobre algo sospechoso respecto a Killer.

―¿Qué? ¿Killer?― El hombre se enderezo al escuchar aquello―. Es uno de los mejores y de confianza. ¿Por qué sospecha de él?

―No es que sospeche, pero le pareció extraño encontrarlo en la habitación de Sabo cuando no fue designado a vigilancia―. Garp apoyo su mentón sobre la palma de su mano.

―Bueno… si es extraño―. Suspiró―. Creo que no debemos confiar plenamente en nadie, al menos no hasta que tengamos por seguro hacia quien nos guían las investigaciones.

―Tienes razón, por eso pensé en mandar a Rosinante a vigilarlo…― En cuanto escucho el informe de Katakuri, y sabiendo que sus predicciones siempre eran ciertas, hablo con su subordinado para que vigilase a Killer, por lo que en esos momentos el rubio esperaba su llamada.

―Me parece bien―. Sengoku asintió y marco el número de quien él consideraba su hijo.

 

 

Orfanato Moby Dick, al sur de Sabaody.

 

―Oyaji, buenos días―. Un castaño entro al despacho de su padre con una sonrisa, la cual el hombre imito.

―Hola, Thatch―. El menor se sentó frente a él y apoyo unas carpetas sobre la mesa―. ¿Pasa algo?― Pregunto preocupado al ver sus ojos, los cuales parecían idos.

―No…― Abrió una de las carpetas y se la tendió―. Quería preguntarte algo…

―¿Uhm?― Vio que dentro había unas fotografías, eran bastante fuertes―. ¿Es del caso Monkey-Portgas?― Inquirió mirando todas las fotos, eran muy inquietantes y si alguien no preparado las viera realmente vomitaría por la cantidad de cadáveres que se veían.

―Si, los tiradores no han dado ninguna pista, se niegan a hablar y descubrir al cabecilla de todo esto―. Explico con una voz molesta―. Y no sé porqué siento que se me esta escapando algo con esas fotografías.

―…― El hombre comenzó a mirar una a una con mucho detenimiento, tratando de encontrar aquello que su hijo decía―. Pisos huecos, escondites secretos, como si Dragón hubiera sabido que algo así pasaría.

―Lo mismo pensé, creo que sentía que estaban en peligro y por eso estaban esos lugares.

―¿Por qué tantos cadáveres?― En todas las fotos aparecían cuerpos tirados, demasiadas personas.

―¿Qué?― Lo miro confundido, su padre le tendió tres fotografías.

―Los cuerpos… mucha gente―. Al ver que el chico no entendía, procedió―. Dragón nunca fue de tener mucha servidumbre, no le gustaba, por eso…― Le dio la carpeta entera―. ¿Por qué había tantos empleados en la casa?

 

Conoció a Monkey D. Dragón cuando era joven, y podía decir que lo había llegado a calar en demasía. Era una persona seria, que vivía solo para su familia, y odiaba la multitud de gente. Por eso mismo estaba seguro que una de las claves estaba en ese punto: ¿Por qué la cantidad exagerada de personas dentro de la casa? Había mas empleados de los que necesitaban para los cinco miembros de la familia.

 

―¿Entonces que sugieres?― Pregunto inseguro mientras su padre revisaba las otras carpetas.

―Que empiecen por ese punto, probablemente es el trazo desencadenante.

 

Edward Newgate había sido oficial de investigación durante más de treinta años, poseía mucha experiencia y solía ver cosas en las pruebas fotográficas que otros no.

Muchos de sus hijos adoptivos habían seguido sus pasos, haciéndose oficiales, y en momentos de investigación donde estaban trabados recurrían a él para pedirle consejos.

Confiaban plenamente en su ojo.

 

 

Escuela secundaria Red Line, al norte de Sabaody.

Aula 101, alumnos de ultimo curso.

 

―Miren a quien tenemos aquí―. Un sudor frio cayo por su frente al verse rodeado de cinco chicos―. Al rarito...

―Déjenme en paz, no les he hecho nada―. Su voz salió baja y débil, tenía miedo.

―Cállate, monstruo―. Sintió un dolor punzante en su cabeza, uno de los alumnos le había dado un fuerte golpe en la sien―. No te hemos dado permiso de hablar.

―Lo siento…― Esta vez, con una fuerza moral, el líder del grupo lo tiro de la silla, cayendo de trasero al piso.

―¿Pero eres sordo o qué? ¡Te hemos dicho que te calles!― Comenzó a pisarle el tobillo, dolía mucho y temía que se lo rompiera.

―¿O es que la lección del otro día no sirvió de nada?― Sin esperárselo le dieron un rodillazo directo a la cara.

―Parece que no―. Comenzaron a patearlo ante la mirada de los demás alumnos, quienes solo se reían.

 

¿Por qué eran tan crueles? ¿Por qué lo lastimaban cuando nunca les había hecho nada? ¿Por qué nadie decía nada? ¿Acaso disfrutaban viéndolo sufrir?

 

―Oh, pobrecito, esta llorando―. El chico le agarro de los pelos, obligándolo a mirarlo―. ¡Qué marica eres!

―¡Qué asco das!― Esta vez su cara termino estampada en el suelo con una fuerza descomunal.

 

Ahora solo escuchaba las risas a su alrededor, sentía la sangre fluir por su rostro y el tobillo comenzó a dolerle. ¿Qué había hecho para que lo trataran de esa forma?

 

―¡Levántate, marica!― En cuestión de segundos estaba de pie, su vista se volvía negra y la nariz no dejaba de sangrarle.

―Vete de aquí, nadie te quiere―. Se dio media vuelta para salir del salón, debía ir a la enfermería si no quería terminar desmayado en el suelo, pero no conto con que alguien pondría una mochila y se la llevaría por delante.

 

Mas golpes, mas risas, mas crueldad.

 

―Das pena, chaval―. Hiro, el líder del grupo, paso por encima suyo, pisándole la espalda, y se fue a sentar a su lugar.

 

Se levanto como pudo, sosteniendo todo el peso de su cuerpo sobre el pie derecho, y salió como pudo.

Gruesas y silenciosas lagrimas comenzaron a resbalar por sus mejillas, ya era tarde, no podría detenerlas.

 

―Law-nii…― Deseaba tanto estar con su hermano, quería irse lejos de allí.

 

Comenzó a caminar hacia la enfermería, sintiendo las miradas de los alumnos de otros cursos sobre él, pero ignorándolas por completo.

 

―¿Pero qué te ha pasado?― Fue la bienvenida de la enfermera en cuanto cruzo el umbral.

―Me caí de las escaleras―. Embozo una falsa y enorme sonrisa―. Soy muy torpe.

―Chopper, todos los días te pasa algo, debes tener mas cuidado―. La mujer, que era una cuarentona regordeta y de cara amable, comenzó a examinarlo rápidamente.

―Lo sé, no puedo evitarlo…― Una extraña risa salió de sus labios, era obvio que estaba mintiendo.

―Tienes el tobillo doblado―. Se lo vendó ágilmente antes de desinfectarle las heridas de la cara―. ¿Quieres que te diga algo?

―¿El que?― Pregunto con curiosidad.

―El bullying es un problema que esta en todos los colegios, y afecta a muchos alumnos―. Le puso una bandita en la nariz―. Tu hermano es médico, y créeme que no se tragará por siempre que te caes de las escaleras―. Le aplico una crema en el labio―. Sea lo que sea que este pasando contigo, debes confiar en él y decírselo.

―…― Quería decírselo, claro que sí. Pero, no quería decepcionarlo por ser tan débil.

―Y no te sientas culpable, Chopper, porque tú no eres el problema―. Le sonrió tiernamente, luego le acaricio la mejilla de forma maternal―. Ellos son el problema, descargan sobre los demás las cosas malas que pasan en sus casas y sus vidas.

 

 

 

Continuará…


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).