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El arco y las flechas carmesí por Shinjimasu

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Sí, no podía equivocarse, era la misma ropa, la misma complexión ¡Era el ladrón que había perseguido! Si lograba atraparlo ahora frente a sus padres, seguramente le harían caso.

Suelta la vara y camina sigilosamente hacia un lado para lograr capturarlo. Cuando lo tiene en la mira comienza a correr para lanzarse sobre ella, derribándola al contacto.

Levi se queja y comienza a forcejear con él -¿¡Qué haces!?-

-¡Tú le robaste al panadero!-

-¡No lo hice!-

-¡Claro que sí, fuiste tú!- se queja intentando mantenerla quieta, lo cual resulta muy sencillo al ser ella increíblemente débil pese a lo rápida que era para correr -¡Le robaste a un hombre honesto que se gana la vida trabajando! ¡Eres despreciable!-

Los cristalinos ojos de Levi no mienten -¡Ya déjame en paz! ¡Me estás lastimando!-

-¡No! Le diré a mis padres y estarás en problemas-

-¡Yo no hice nada! ¡Suéltame ya!- se queja logrando zafarse de un brazo. Empuja a Eren y se lo quita de encima, logrando ponerse de pie para correr hacia la casa. El chico se incorpora y la persigue: no le permitiría escapar tan fácilmente de nuevo. Levi entra rápidamente y se precipita hacia su madre sentada en la mesa.

-Levi ¿Qué haces?- pregunta sorprendida al verlo ocultarse tras la silla, viendo a Eren entrar de pronto.

-Eren ¿Qué crees que estás haciendo?- lo llama Carla poniéndose de pie.

-¡Mamá! ¡Cuando fui por la madera en la mañana, yo vi a…!- comienza a delatarla, pero se distrae al escucharla llorar del otro lado de la mesa.

-Levi ¿Por qué estás llorando?- le pregunta Kuchel, su madre, acariciándole el cabello negro mientras Levi la abraza sobre su regazo.

-¡No quiero estar afuera!- gimotea -¡No quiero estar con él!-

-¿Por qué no? Eren es un buen niño- responde ella intentando animarlo –No puedes estar solo todo el tiempo Levi, tienes que convivir con otros niños-

-¡Yo quiero quedarme contigo!- se queja.

Eren la mira y rápidamente recibe un discreto coscorrón parte de su madre, quien lo mira molesta –¿Qué le hiciste a Levi, Eren? ¿Por qué no quiere estar contigo?-

-¡Yo no le hice nada!- dice sobándose la cabeza –Ni siquiera estábamos jugando-

Levi lo mira. Esperaba ser delatado por él, pero hasta ahora no  entiende por qué Eren no le había dicho nada a su madre.

-¿Entonces por qué está llorando? ¡Seguramente no porque quiera hacerlo!- sigue discutiendo Carla con él, pero antes de seguir, son interrumpidos por Kuchel.

-No, por favor… lo que sucede es que Levi no suele convivir mucho con otros niños, se inquieta muy rápido- dice ella –No es culpa de Eren-

Carla suspira –Pues aun así. Eren, debes contener tus energías ¿De acuerdo? Quiero que seas amable con Levi ¿Puedes hacerlo?-

-Sí, mamá- responde molesto.

-¿Lo ves, Levi? Puedes salir con Eren- le sonríe su madre limpiándole el rostro –Hazlo-

Levi mira desconfiado al chico, pero sabe que su madre se sentirá mal si no la obedece. La suelta y se pasa la manga de su playera por el rostro. Carla le sonríe y camina con ellos hasta la entrada, asegurándole que Eren se portará bien.

La puerta se cierra y los niños están afuera, bajando la pequeña colina hasta el arroyo. Eren la mira con recelo, pero no puede enfadarse ¿Qué clase de lloriqueo fue ese? ¿En verdad la asustó tanto?

-Creo que me equivoqué- le dice él -Eres demasiado cobarde como para haber robado ese pan-

Levi no contesta y sigue caminando. En verdad no quiere estar ahí, menos aun escuchando esas intimidantes y molestas palabras.

-Si tienes un problema no puedes solo correr con tu mamá ¿Cuántos años tienes? ¿Tres? Eso es aún más cobarde. Si tienes un problema, enfréntalo. No puedes ser tan débil… das vergüenza- le dice Eren apropósito para hacerla sentir mal, provocándole nuevas lágrimas. Reacciona de inmediato, temiendo que su madre aparezca de pronto y lo regañe de nuevo -¡Oye! ¿Qué acabo de decirte? ¡Deja de llorar o me meterás en problemas! No te acusé hace rato aunque sí debí hacerlo ¿Qué más quieres…?-

-¡Ya cállate!- le grita de pronto -¡Yo tomé ese pan, así que ya deja de molestarme con lo mismo! ¡Eres odioso!-

-¿Yo soy odioso? ¿¡Y quién se supone se la pasa llorando todo el tiempo?!- se queja encarándola –¡Además, me la debes por no haberte acusado! ¿Cómo puedes hacer algo así si tu mamá es tan amable? ¿No te da vergüenza?-

Sus palabras lastiman a Levi y lo hacen permanecer callado. No quiere seguir escuchándolo, no quiere seguir ahí… lo piensa poco y se da la vuelta para escapar de nuevo, pero Eren reacciona a tiempo y la persigue, derribándola de nuevo.

-¡Dime por qué lo hiciste! Si me lo dices, te soltaré y no te acusaré- dice, pero sigue sin obtener respuesta -¡Dímelo!-

Forcejean de nuevo y Levi golpea accidentalmente a Eren en su mentón, derribándolo  a su lado y provocándole un enfado. Lo mira asustado y se arrastra, pero Eren la sujeta por sus pies y logra dominarla de nuevo, colocándose sobre ella para terminar con todo de una vez.

-¡Espera! ¡No me pegues, por favor! ¡No quería hacerlo, perdóname!- pide asustada justo cuando ve a Eren amenazando con su puño, haciéndolo reaccionar. Se había distraído tanto que olvidó con quién estaba.

Confundido, intenta pensar en la tontería que estaba por hacer, pero al no prestar atención al lugar en donde estaban, pierde el equilibrio y ambos caen, rodando hacia abajo para aterrizar en el arroyo. La profundidad es poca, así que no tienen problemas en levantarse de nuevo; Levi patalea y obliga a Eren a sujetarlo por su pecho.

-¡Ya basta!- le grita Eren goteando, pero de inmediato se fija en sus manos puestas sobre su pequeño pecho y se aparta completamente avergonzado –L-Lo siento, no quería hacer eso-

Levi lo mira asustado y confundido. Quiere irse de inmediato, pero tantas cosas en tan poco tiempo terminan por desanimarlo más de lo necesario y pierde fuerzas mientras comienza a lamentarse. Ahora odia a ese insoportable e inoportuno niño.

Eren se voltea y nota su sollozo, siendo invadido por una terrible culpa –Oye, de verdad no quería tocarte ahí ¡Fue tu culpa por golpearme y…!- se queja, pero no puede seguir. Fija sus ojos en su rodilla sangrante y se siente peor. Suspira y camina hacia ella –Levi, perdóname-

-Yo solo quería llevarle ese pan a mi mamá- solloza cubriéndose el rostro–Lo tomé porque pensé que le gustaría… no quería causar problemas-

-Está bien ¿Sí? Después de todo ese pan no es tan bueno- intenta bromear, fracasando inevitablemente. Ella está herida y asustada gracias a él… él quien se decía ser alguien bueno que ayudaba a los demás.

-Vamos, Levi, levántate- dice intentando tomarla por sus manos para ayudarla, pero ella se niega a tocarlo –No te lastimaré, lo prometo-

Levi desconfía, pero termina por aceptarlo -Mi ropa está toda mojada- contesta una vez en pie.

-Ah… te traeré algo para que te seques- dice el chico alejándose rápidamente, escapando de la incómoda situación.

No puede creer que hubiera causado tantos problemas solo por querer hacer algo “bien”. No había querido ser grosero con ella, solo quería ser reconocido por sus padres, que ellos supieran que él ya no era un niño y que podía hacerse cargo de mucho más. Pero haciendo llorar a niñas no iba a lograrlo.

Se escabulle dentro de la casa sin ser visto por su madre y la madre de Levi, quienes toman té en la mesa del comedor. Sube las escaleras y llega a su habitación, sacando algo de ropa seca y tomando una toalla para dársela a Levi, pensando en que había actuado como un tonto con ella.  Ni siquiera había escuchado sus razones y ya la había juzgado de una forma muy grosera, incluso se había atrevido a tirarla al suelo y tocarla sin importarle que solo fuera una niña pequeña.

Aunque, probablemente, si se disculpaba apropiadamente, podrían aclarar las cosas. Ella era linda después de todo, y quizá podrían hacerse amigos.

Se anima con esa idea y se cambia de ropa para después bajar con sigilo, logrando salir exitosamente sin ser visto. Camina volteando hacia atrás para asegurarse de no llamar la atención y finalmente llega con Levi.

-Encontré esto. Quizá te quede grande, pero al menos estarás…- dice, pero al ver a la pequeña desnuda a la orilla del arroyo, su rostro se enrojece completamente y deja caer la ropa -¡¿Qué haces?!- exclama ante semejante escena, pero de inmediato se cubre el rostro y evita ver.

-No puedo quedarme con la ropa mojada, me enfermaré-

-¡Pero no tienes que desnudarte solo así y en un lugar como este! ¿Qué si alguien te ve?-

-Pero aquí se bañan las personas- dice –Además tú me acabas de ver-

Eren se ruboriza más. No puede creer que Levi sea tan inconsciente. Toma la toalla y se la entrega sin atreverse a voltear -¡Yo no vi nada! ¡Cúbrete pronto!-

Levi cambia su expresión y toma la toalla. No entiende la actitud del raro chico –No sé por qué te pones así…-

-¿Y te parece poco? ¡Solo soy un niño!-

-Yo no tengo nada que tú no tengas- contesta Levi envolviéndose en la toalla.

-N-No seas ridícula, yo soy un chico, no una chica-

-Yo tampoco soy una chica-

Ante esas palabras, Eren se gira de inmediato sin poder creerlo. Toma la toalla por el borde y se la quita, mirando su pequeño miembro entre sus piernas. Queda atónito y se dice “Idiota” cientos de veces.

¿Cómo pudo confundirse de esa forma tan estúpida? ¡Incluso le había parecido lindo! ¿Acaso estaba loco?

Apenas reacciona cuando recibe otro golpe de Levi justo en su pómulo derecho.

-¡Eres un estúpido!- le grita Levi avergonzado antes de tomar la ropa de Eren e irse a cambiar lejos de él.

-¡Levi, espera!- intenta detenerlo, pero decide no seguirlo. Otro golpe así en un solo día es demasiado. Toma la toalla de nuevo y la extiende sobre el pasto, haciendo de todo para no prestarle atención al chico mientras se cambia.

En verdad se lamenta por haberse confundido tan tontamente como lo hizo, pero ya no hay más por hacer. Espera unos minutos más y por fin ve al chico vestido, sentado en la orilla. Suspira y camina hasta él, sentándose en silencio a su lado.

Ahora tiene más razones para disculparse.


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