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Del crepúsculo al amanecer por zandaleesol

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Notas del capitulo: Lo escrito en cursiva es el pasado.
Título: Del crepúsculo al amanecer

Personajes: Harry /Severus

Disclaimer: Los personajes pertenecen a J.K. Rowling, no percibo beneficio económico por esto.

Advertencia: Totalmente AU, muerte de personajes.


Capítulo 1. La familia Potter


Se encontraba frente a aquella mansión imponente. Se enteró de su existencia por casualidad, en su primera visita al pueblo. Muchas leyendas corrían con respecto a ese lugar y fue aquello lo que le motivaba a interesarse por aquella propiedad que llevaba más de cincuenta años deshabitada. Había indagado entre los habitantes del pueblo, pero sus preguntas fueron recibidas con desconfianza por los lugareños. Sólo un borracho en la taberna dijo algo referente a que en esa mansión se vivió una historia de sangre y muerte muchos años atrás y, que desde entonces nadie la había reclamado y tampoco hubo interés por comprarla. Según las creencias populares el lugar era cubierto por un halo de fuerzas malignas.


Naturalmente él no era hombre que se dejase amedrentar por tales historias. Era parte de su vida el recorrer los sitios más recónditos de Inglaterra, en busca de este tipo de propiedades, las restauraba y luego las vendía a un excelente precio. Su espíritu nómade le hacía disfrutar muchísimo su trabajo. Hasta ahora, nunca había realizado una mala inversión, y está no sería la primera vez. Era lo que pensaba antes de ver la mansión, pero ahora que estaba frente a ella le parecía que el sitio tenía un toque mágico, algo que era indefinible y le resultaba fascinante. Era muy extraño lo que sentía en ese momento al contemplar el viejo edificio gris y, recordaba lo oído en el pueblo, tontas historias de aparecidos y cosas por el estilo, aquello era propio de la gente ignorante.



Lo único que lograba ver frente a él era una hermosa mansión de estilo georgiana, reliquia de una época mejor. La casa era grandiosa, pero sombría y con los terrenos que la cercaban llenos de malas hierbas. El camino de grava era rodeado por un césped descuidado y árboles sin hojas. Dejó el automóvil estacionado y caminó hacia la entrada principal, el sol de otoño caía repentinamente tras el horizonte y le daba a la mansión ese aspecto con que era descrita por las leyendas locales. Esto le resultó más excitante.


Introdujo la llave en la cerradura y escuchó el clic que hizo el mohoso mecanismo de resorte. Lentamente empujó la puerta, una bocanada de aire frío y un inconfundible olor a encierro le golpeó el rostro. Pero no le molestó, su fascinación iba en aumento, le resultaba maravilloso ser el primer ser humano que ponía los pies dentro de la casa en cincuenta años. Las ventanas eran cubiertas por un grueso y pesado cortinaje de brocado, dejó el vestíbulo para encaminarse con paso lento, observando con detención cada detalle.


Se encontró de pronto en medio de lo que dedujo debía ser el salón principal, era muy amplio. Los muebles estaban cubiertos por sábanas que en su tiempo debieron ser blancas. Sobre la chimenea había un espejo también cubierto. Lamentó haber llegado tan tarde, pensó que con toda seguridad la casa presentaría un mejor aspecto al filtrar la luz de la mañana, aún así quitó las sabanas que cubrían el mobiliario y las arrumbó en un rincón. Después se dedicó a descorrer uno a uno el pesado cortinaje de las ventanas, era ya el crepúsculo, muy pronto anochecería.


Escuchó pasos y una voz de hombre en el vestíbulo. Se volvió precipitadamente. Frente a él se encontraba un hombre pelirrojo de mediana estatura y aspecto servicial, aunque preocupado.


-Buenas tardes, señor -saludó el hombre pelirrojo mientras se quitaba la gorra - .Me llamo Weasley, soy el cuidador, ¿supongo qué usted debe ser la persona interesada en comprar la propiedad?

-Exactamente, Severus Snape.

-La verdad no imaginé que vendría, pronto anochecerá.

-Mi automóvil tuvo un desperfecto de camino aquí, pero me alegra haber llegado antes del anochecer, de todas formas he podido ver el lugar.


El hombre pelirrojo lo miró con extrañeza y luego habló.


-Creo que usted debería volver por la mañana, así podrá recorrer la casa con más tranquilidad.

-¿Existe algún inconveniente en que permanezca aquí esta noche?


El hombre de apellido Weasley le miró estupefacto.


-¿Quedarse aquí ha dicho? ¿Está noche?

-Sí, ¿existe algún problema?

-Es 31 de octubre señor, noche de brujas -dijo el hombre con una nota de miedo en la voz.


Severus le miró con seriedad pese a que tenía incontenibles deseos de burlarse del pobre hombre.


-Noche de brujas -repitió Severus con tono pausado -, sí claro por estos lugares le dan mucha importancia a esas… creencias.

-No son solo creencias señor, en noche de brujas realmente suceden cosas extrañas.


Severus Snape dio una mirada en derredor.


-Respeto sus creencias señor Weasley, pero no las comparto, soy un hombre de negocios, sólo eso.

-Hace cincuenta años sucedió algo muy malo en esta mansión, justamente en noche de brujas.

-¿De verdad? -preguntó Severus con una sonrisa irónica.

-Esta mansión pertenecía a la familia Potter. Eran muy ricos, dueños de casi todas las tierras de por aquí.

-Ah sí, dijeron que sucedió un hecho de sangre en esta mansión, ¿conoce usted la historia?

-Todos por aquí la conocen. Alguien asesinó a los integrantes de la familia en noche de brujas.

-Ya veo -respondió Severus con aire indiferente -, ¿y era una familia numerosa?

-No, sólo eran tres, los padres y el hijo.

-¿Un bebé?

-No, un muchacho de diecisiete años. Cuando yo era pequeño mi padre me contó la historia. Los Potter eran una familia muy apreciada, ayudaban mucho a la comunidad. El hijo, Harry se llamaba, era un chico encantador y decían que muy hermoso, igual a su madre. En aquellos años todas las muchachas suspiraban por él, aunque mi padre decía que también era algo extraño, era un muchacho solitario.

-Ser solitario no tiene nada de malo -comentó Severus -. Pero que fue lo que pasó en definitiva con esta familia.

-Ah bueno eso nadie lo sabe a ciencia cierta, los padres fueron encontrados muertos.

-¿Y el muchacho?

-Nadie sabe qué pasó con él, nunca fue encontrado, pero todos creen que asesinó a sus padres y luego huyó.

-¿Y usted cree lo mismo?

-La verdad no sé, mi padre me decía que había conocido a Harry y que no era capaz de algo semejante.

-¿Y la policía qué dijo? -preguntó Severus no pudiendo ocultar su interés en el relato.

-La policía cerró el caso. Fue un dolor de cabeza para ellos. El chico desaparecido, los padres muertos, pero cuando hicieron el inventario de la propiedad nada faltaba, si el muchacho realmente huyó luego de matar a sus padres, lo hizo con las manos vacías.

-Una historia muy triste y lúgubre, no cabe duda-fue todo el comentario de Severus.


El hombre pelirrojo le observó con curiosidad.


-Por lo mismo nadie se ha interesado en la propiedad -dijo Weasley.

-Hasta ahora.

-¿Usted realmente quiere comprarla?

-Podría ser, aún no me decido. Me quedaré unos cuantos días para tomar una decisión definitiva.

-Pero esta noche…

-Sí… Noche de Halloween.

-Si se marcha enseguida llegará al pueblo antes de que anochezca.

-Hmm… Sí tal vez sería mejor que volviera por la mañana.

-Es lo mejor señor -apuntó Weasley.


Severus dio una mirada en derredor aún indeciso. De pronto volvió a fijar su vista en el espejo que estaba cubierto. El hombre de apellido Weasley siguió la mirada del visitante.


-Esa es una pintura de la familia, los padres y el hijo.


Severus miró fascinado la parte alta de la chimenea, deseaba verla, había creído que aquello era un espejo. Con paso decidido se acercó y quitó la tela, algo pesada a causa del polvo que cargaba desde hacía cincuenta años. Observó a la familia Potter con detención. El hombre tenía un aspecto bastante común. La esposa, de cabello rojo y ojos esmeraldas era bellísima. Luego Severus fijó su vista en el rostro joven del muchacho, tenía los ojos igual a los de su madre, pero el pelo era negro azabache y lucía una sonrisa radiante. Sin embargo, Severus se detuvo un poco más el detalle de los ojos, eran tan decidores, apasionados, parecían guardar tantos secretos, sólo una palabra los describía, «embrujaban».


Luego de algunos segundos Severus se volvió hacia el hombre pelirrojo. Había tomado una decisión.


-Me quedaré aquí esta noche.


El hombre palideció un poco.


-Señor Snape la mansión es antigua, el sistema eléctrico no funciona, dentro de una hora se quedará usted en tinieblas.


Severus volvió a mirar el cuadro. Había nacido en él un deseo profundo por estar en aquella casa, era extraño.


-No importa, tengo una linterna en el auto y otras cosas que siempre son útiles en mis viajes. No se preocupe por mí señor Weasley, esta no es la primera vez que pernocto en una casa que me interesa comprar.

-Bueno ya que está usted decidido no diré nada más. Tengo unas lámparas de gas que utilizo cuando me voy de pesca, se las puedo facilitar, le ayudarán más que una linterna.

-Es usted muy amable, las acepto encantado -respondió Severus con mucha animación mientras sus ojos otra vez iban hacia el cuadro de la familia Potter.


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~



Su cena de esa noche consistió en un sándwich de pavo y una copa de vino de la botella que había comprado antes de dejar el pueblo. Lo que le sucedía era realmente extraño, estaba muy a gusto en ese lugar. El señor Weasley antes de marcharse se encargó de encender la chimenea, así que la casa estaba con una temperatura muy agradable. Se había recostado sobre uno de lo añosos sofás y desde ahí no dejó de observar el cuadro de la familia Potter. Aunque con algo de vergüenza reconocía que en realidad quien había cautivado toda su atención era el muchacho, Harry Potter.


No podía dejar de observar ese rostro y esos ojos maravillosos. Las horas sentado en el volante conduciendo le habían dejado agotado y sin darse cuenta se durmió. No supo qué era, pero algo le despertó. El efecto del vino aún embotaba sus sentidos. Se incorporó en el sofá y se restregó el rostro para mejorar su visión. La luz de las lámparas de gas le daba a la sala un aspecto tétrico, intentó quitarse esa idea de la cabeza; no quería dejarse impresionar por las cosas que le había contado ese hombre Weasley, sobre lo sucedido en la casa.


Acercó la botella de vino y llenó la copa, le dio un sorbo y sin apartar la mirada del cuadro sobre la chimenea, observó detenidamente la imagen de Harry Potter. Era apenas un niño y sin embargo no podía dejar de admirarlo, era demasiado hermoso.


-¿Qué habrá sucedido contigo? -le habló al cuadro -. Eras un chico realmente hermoso, ojala yo hubiese vivido hace cincuenta años.


Desde el cuadro, Harry le observaba fijamente. Severus se estremeció, sentía que esa mirada le traspasaba. No dudó de que eso fuese efecto del vino y parte de las cosas que le había contado ese hombre Weasley. Se alejó de la chimenea para regresar al sofá, pero un fuerte ruido proveniente del segundo piso lo hizo detenerse. Se quedó estático, esperando escuchar algo más, pero nada sucedió, luego movió la cabeza en señal de negación.


-Severus no escuchaste nada, sólo te has dejado sugestionar por las historias de ese asustadizo campesino.


Sin embargo, al momento que decía su frase volvió a escuchar un ruido en la segunda planta. Pensó que tal vez la casa de tan vieja tenía ratas o quizá algún animal había convertido el sitio en su hogar. No sería extraño estando tanto tiempo deshabitada. Cuando se sentaba en el sofá le pareció oír otro ruido, pero este era muy diferente, se parecía más a una risa, que le sonó juvenil y alegre. Dirigió su vista hacia el cuadro de la familia Potter otra vez, «será posible» se preguntó con algo de nerviosismo.


Con decisión tomó la lámpara de gas que estaba sobre una mesa lateral. Se encaminó hacia la escalera y comenzó a subirla lentamente, comprobaría que los ruidos eran provocados por ratas o quizá aves que habían anidado en alguna habitación. Recorrió el pasillo con cuidado y, le pareció escuchar el mismo ruido, algo similar a una risa. Se detuvo frente a la puerta de donde salía aquel sonido, con un leve temblor de su mano tomó la manilla de la puerta y empujó suavemente.


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~


Quedó asombrado, la habitación estaba iluminada como si fuese pleno día, sin darse cuenta dejó la lámpara en el suelo y observó el lugar, era la habitación de un muchacho, el corazón le latió con prisa. La cama cubierta con doseles ocultaba un poco la ventana y el balcón, «Debo estar soñando» se dijo Severus.


No sintió temor, sólo una tremenda emoción le recorría el cuerpo, era como si supiera de antemano a quien encontraría allí. Se detuvo a dos pasos de la ventana y entonces el muchacho se volvió, era él, Harry. Le sonrió y corrió a sus brazos.


-Sabía que vendrías -dijo el muchacho en un susurro mientras se apretaba contra su cuerpo.


No sabía qué estaba sucediendo, aquel era el muchacho del cuadro, pero por qué le abrazaba de ese modo y por qué él se sentía tan emocionado y feliz.


-Cada día que pasa te extraño más Severus, ya no puedo vivir sin ti -susurró el muchacho con tono angustiado -.Te amo tanto.


No podía comprender que sucedía, aquello era un sueño y, sin embargo, los sentimientos que le inspiraba el muchacho en sus brazos eran tan intensos. Parecía que el calor de ese cuerpo ya lo conocía, el aroma de ese cabello azabache lo había percibido miles de veces.


De pronto el muchacho de ojos esmeraldas se apartó y le miró con intensidad.


-Severus yo sabía que regresarías, jamás podrás abandonarme. Me lastimó mucho lo que dijiste la semana pasada, aunque sé que todo es cierto. Este amor es prohibido, tienes la edad de mi padre y además ambos somos hombres, si alguien llegara a descubrirlo no sé qué sería de nosotros.


Severus comprendía que estaba dentro de un sueño, pero lo extraño era que sabía exactamente lo que sucedía entre ese muchacho y él. Se amaban en secreto, él era profesor privado de Harry desde hacía un año y en los últimos tres meses se habían hecho amantes. Buscó los labios del muchacho de ojos esmeraldas y lo besó intensamente, Harry respondía con total pasión y sin dejar de besarse se fueron acercando a la cama hasta dejarse caer en ella. Severus sintió como el peso del muchacho lo empujaba contra el colchón, la sensación que despertó en su entrepierna era tan intensa que gimió sin control, mientras unas manos juveniles y hábiles comenzaban a despojarle de la ropa, tembló de anticipación y deseo.


Unos segundos después sintió como la erección ansiosa del muchacho se restregaba contra la suya. Sólo pudo gemir de placer al sentir como el muchacho de ojos esmeraldas guiaba su miembro duro y punzante hacía la estrechez de su propia entrada. Las sensaciones placenteras despertaron como soles de colores que explotaban sin parar.


-Harry, mi amor seré tuyo siempre, sólo tuyo mi ángel -dijo Severus con voz ahogada por el placer.

-Lo sé Severus, somos un sólo cuerpo, una sola alma, estaremos unidos por toda la eternidad.


Cerró los ojos para dejarse llevar por las sensaciones que se despertaban en su cuerpo y que crecían en intensidad cada vez que Harry se hundía con más profundidad en él. El orgasmo final llegó con un movimiento certero del muchacho que le hizo rozar el punto del placer, le oyó gemir larga e intensamente y al final se sintió bañado por la esencia caliente del chico de ojos esmeraldas; mientras su propia semilla se derramaba sobre el cuerpo de ese joven al que sabía amaba con locura.



*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~


Cuando abrió los ojos se encontraba acostado sobre la cama, era de noche y la lámpara de gas que llevaba en la mano al entrar a la habitación estaba sobre la envejecida mesa de noche. Se levantó tembloroso y con una erección punzando con fuerza bajo su ropa interior.


-¿Qué fue eso? Parecía tan real, era yo realmente -se dijo el hombre mientras tanteaba su entrepierna -. Esto es patético, tuve un sueño húmedo con el muchacho del cuadro, por Dios, pero lo sentí tan real, esos labios, ese cuerpo ardiente. Nunca nadie me ha hecho sentir tan intensamente como ese chico en mi sueño.


Finalmente Severus se levantó de la cama, recogió la lámpara y luego de darle una mirada al cuarto movió la cabeza en señal de negación y se dirigió hacia la puerta. Justo cuando la cerraba creyó oír en un susurro levísimo su nombre, un escalofrío le recorrió la espalda. Al llegar a la sala otra vez dejó la lámpara de gas sobre la mesa que ocupaba antes y se sentó en el sofá. Miró el reloj atado a su muñeca, eran apenas las diez con treinta. Quedaba mucha noche por delante.


Las llamas de la chimenea se reflejaban en las paredes de la sala. Estaba nervioso. No podía dejar de pensar en lo sucedido en la habitación del segundo piso.


-Tal vez es cierto que la casa está habitada por los espíritus de sus antiguos habitantes, y yo sólo he venido a perturbarlos y por eso soñé aquello. Pero fue un sueño maravilloso, realmente maravilloso. Harry, te sentí de forma tan real -dijo hablándole al cuadro sobre la chimenea.


Decidió tomar otra vez una copa de vino. Si se emborrachaba seguramente dormiría como un muerto y no tendría esos sueños otra vez.


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~


Estaba de pie observando ese cuadro otra vez, era de noche, pero ahora la casa estaba completamente iluminada, había un agradable olor en el ambiente. De pronto escuchó una voz a sus espaldas.


-Severus, eres el primero en llegar -dijo la voz de un hombre que sonaba joven.


Se volteó con rapidez, era el hombre del cuadro, James Potter. Apenas lo creía, estaba sucediendo otra vez, estaba soñando.


-James, gracias por la invitación de esta noche -dijo Severus con voz segura como si supiera de antemano las respuestas, ya había estado en ese lugar antes.


El hombre de ojos castaños sonrió.


-Mi hijo no te hubiese perdonado si no cumplías tu promesa de pasar esta noche de Halloween con nosotros. Además me alegra saber que has cambiado de opinión con esa idea de dejar de enseñarle a Harry, y hablando de él le avisaré que has llegado, estaba muy nervioso pensando que no vendrías.


No puso que responder, recordaba que había estado en la habitación del muchacho y habían hecho el amor. Todo lo que sucedía era muy extraño. Sabía que decir, pero no entendía porque estaba dentro de ese sueño otra vez.


James salió, y tras unos minutos entró una mujer pelirroja a la que reconoció como Lily.


-¡Severus por fin llegas! Harry me estaba volviendo loca, ha preguntado miles de veces si ya habías llegado.

-Parece que llegué demasiado temprano -respondió el hombre algo inseguro mirando los adornos que aludían a la celebración de Halloween.

-Nada de eso -dijo la mujer pelirroja que vestía un traje negro que ceñía sus formas perfectas, mientras besaba la mejilla del hombre -. Eres nuestro amigo, el más querido y por lo tanto estas obligado a llegar de los primeros, debes ayudarme con el ponche de esta noche.

-¿Pero no soy el único invitado supongo? -preguntó Severus.

-Oh claro que no, Lucius y Narcisa vienen con su hijo y también los Parkinson con su hermosa hija -dijo la mujer con un tono medio travieso.

-Ah claro, ese muchacho al que Harry detesta -respondió Severus. -. Y esa chica tan vanidosa de la que ustedes desean sea novio, a tu hijo no le agradan ninguno de ellos en realidad.


Lily miró al hombre de ojos negros sonriente.


-Harry es un chico muy educado sabrá actuar como debe ser, además Lucius y James tienen una sociedad y en el futuro serán nuestros hijos quienes deberán continuar con los negocios comunes. Son jóvenes aún, ya llegaran a simpatizar y en cuanto a Pansy, pues creo que sería perfecta para novia de Harry.

-No le interesa esa muchacha, te lo he dicho miles de veces durante el último año -dijo Severus.

-Harry está dejando de ser un niño y me preocupa que no muestre interés aún por las chicas.

-¿Qué quieres decir con eso?

-Severus no me mires de ese modo, no creas que pienso que a mi hijo no le atraen las chicas, es sólo que es tímido y deseo que cambie. No es bueno que sea así, después podría enamorarse de la muchacha incorrecta y sufrir mucho, su felicidad es lo más importante para mí.


Se sentía incomodo al escuchar a la mujer pelirroja.


-Eres demasiado optimista Lily, me temo que Harry jamás congeniará con esa chica, es demasiado engreída, y no tiene una pizca de cerebro.

-Querido Severus, eres muy duro para calificar a la muchacha.

-Fui su profesor durante años y es una cabeza hueca.

-Lo sé, también enseñaste al primo de la chica, Draco Malfoy.

-Francamente me parece que con soportar a la familia Parkinson era suficiente -dijo Severus con tono molesto.

-Fue James, tiene negocios con Lucius, no parecía correcto decirle que no.

-No creo que sea una buena idea que James continúe esa sociedad comercial con Lucius, es probable que al final terminé con más perjuicios que beneficios.

-Ya sé lo que opinas querido amigo, pero por esta noche por favor sé amable con Lucius. Ustedes eran muy amigos, aún no entiendo que sucedió, qué hizo que esa amistad acabara así de pronto.

-Sólo sucedió que abrí los ojos Lily, durante años fui incondicional de Lucius, creía que valía la pena, pero comprendí que no es así. Lucius es el tipo de hombre que sólo piensa en sus propios intereses y utiliza a todos para su beneficio -respondió Severus.

-Me asusta eso que dices Severus, creo que hablaré seriamente con James sobre el término de esa sociedad. Pero será en otra ocasión, ahora estamos aquí para celebrar noche de brujas. Iré a la cocina a cerciorarme de que la cena esté en su punto -fue lo último que dijo Lily.


Severus vio salir a la mujer y se quedó sólo en la sala. Estaba aturdido no sabía que sucedía, estaba seguro de que soñaba otra vez, esa era noche de Halloween y parecía que él estaba reviviendo lo que había acontecido en esa casa cincuenta años atrás. Se estremeció al recordar las palabras del señor Weasley sobre los hechos de sangre ocurridos en la mansión. James y Lily muertos y su hijo desaparecido, pero ese hombre pelirrojo no había mencionado nada de invitados en la casa esa noche.


De pronto se volvió al escuchar que unos pasos presurosos bajaban la escalera de mármol. Y ahí estaba Harry. Su Harry. El muchacho se precipitó en sus brazos y ahí se quedó por algunos segundos.


-Sabía que no me fallarías, has venido sólo por mí -dijo el muchacho.

-Harry -dijo el hombre mayor con voz insegura.

-No digas nada amor, sé que te preocupa la presencia de Lucius, pero el vendrá con su esposa e hijo y no se atreverá a molestarte. Después de la forma en que hicimos el amor esta mañana no tengo celos de ese hombre, yo soy tu amor. Él fue tu pasado yo soy tu presente y futuro Severus.


Severus lo miró intensamente preguntándose si era él realmente quien había tenido ese encuentro sexual con el chico.


-¿Qué te sucede, estás preocupado por algo?

-La verdad sí Harry, estoy preocupado.

-No debes preocuparte amor, sólo vivamos esta alegre noche de Halloween, mamá preparó tu pastel de calabaza favorito.


No estaba seguro de lo que hacía, pero no pudo evitar arrastrar al muchacho hacia un rincón y besarlo con pasión.


La campanilla sonó anunciando la llegada de los otros invitados, Harry se encargó de ir a la entrada principal.


Un hombre rubio entró en la sala. Severus lo miró atentamente, era extraño, pero sabía de quién se trataba.


-Severus, ¿cuánto tiempo? -dijo el hombre con una mirada intensa que contrastaba con el tono frío de sus palabras.

-Lo mismo digo… Lucius.


Luego debió saludar a la esposa y al hijo del hombre que era físicamente igual a su padre. Recordó que un rato antes había dicho que Harry detestaba al chico. Tomó asiento en el sofá, James y Lily llegaban a la sala y saludaron con alegría a Lucius y su familia.


Severus se mantuvo silencioso mientras bebía el ponche que le había ofrecido James. Sentía algo de ansiedad, no estaba seguro de qué sucedía, no estaba claro si todo aquello era parte de un sueño o es que estaba viviendo un suceso paranormal y él se había trasladado de época. Lo más incomprensible era el hecho de que todos le llamaran por su nombre. Pero además de ello, Harry creía que él era el mismo Severus al que amaba; y él sentía que también se había enamorado del chico desde el primer momento en que lo vio en esa pintura posando junto a sus padres.



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