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Del crepúsculo al amanecer por zandaleesol

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Título: Del crespúsculo al amanecer

Personajes: Harry/Severus

Disclaimer: Los personajes pertenecen a J.K. Rowling, no percibo beneficio económico por esto.

Clasificación: R

Advertencia: Totalmente AU, muerte de personajes.




Capítulo 2: Tragedia


Lo único agradable de aquella reunión para él, era la alegría de Harry. El ver a ese chico tan feliz y radiante le facilitaba el tener que soportar la presencia de la familia Malfoy; aunque en realidad era el hombre de cabello largo y rubio lo que más le molestaba. Severus sabía que se estaba mostrando demasiado retraído, pero no podía evitarlo, no entendía que estaba sucediendo. Estaba seguro de que estaba reviviendo esa noche fatal en que la familia Potter había muerto y que Harry había desaparecido, comenzaba a sentir miedo, no sabía si su extraña presencia podía cambiar los hechos acaecidos esa noche. Se preguntaba una y otra vez por qué le estaba sucediendo eso a él.


Observaba embelesado a Harry que en ese momento bromeaba con su padre, tanto que apenas se percató de que el hombre rubio llamado Lucius se había acercado hasta él.


-¿Es un muchacho encantador, no te parece Severus? -dijo de pronto la voz de Lucius Malfoy a su lado.


Experimentó un leve sobresalto al oír ese tono rastrero y a la vez lleno de insidia. Se volteó para enfrentar al hombre rubio.


-Es un gran muchacho -respondió.


Lucius esbozó una sonrisa comedida, pero en sus ojos había una expresión cargada de rabia.


-No me cabe ninguna duda. Pero dime Severus, ¿es bueno follando?

Severus no respondió, sólo apretó la mandíbula fuertemente.

-Oh vamos Severus -dijo Lucius sin dejar de sonreír, aunque su mirada estaba cargada de odio -, no me mires de ese modo… el que los padres del chico sean tan confiados como para no darse cuenta de las clases tan especiales que le das a su hijo no significa que yo no pueda notarlo, te conozco Severus.

-No tengo ganas de escuchar estupideces -respondió Severus, luego hizo ademán de marcharse, pero Lucius le retuvo por el brazo.

-Espera Severus, no estoy criticándote, el muchacho es sin duda un encanto. No sería sensato de tu parte no aprovechar la oportunidad; yo lo haría -dijo Lucius con tono ladino.


Severus sintió rabia y desprecio por ese hombre. Desde hacía tiempo comprendió que no valía nada, era un miserable.


-Creo que Lily me está llamando…

-Por favor Severus, pensaba celebrar esta noche en mi casa, pero acepté la invitación sólo porque James mencionó que vendrías esta noche -dijo Lucius con un tono muy diferente al que había utilizado antes.


Severus miró al hombre con preocupación por un par de segundos. Ya había comprendido que el Severus Snape de hacía cincuenta años había sido amante de ese hombre por mucho tiempo, pero eso había terminado por alguna razón. Sin embargo, también comprendía que el Severus del pasado amaba a Harry; y aunque fuese una locura creía que él también se había enamorado del chico de ojos esmeraldas.


-No era necesario Lucius, no debes esperar nada de mí -respondió Severus con tono resuelto.

-Severus, tú me conoces, nunca he implorado, pero ahora estoy dispuesto a hacerlo si es eso lo que deseas. Desde que te marchaste de mi lado he vivido un infierno -dijo el hombre en un tono de súplica que no le era propio.


Severus le miró con asombro y temor al mismo tiempo.


-Yo… lo lamento… no quisiera causarte…

-Severus soy yo quien lamenta no haberte valorado como debía, sólo después de que te marchaste comprendí lo mucho que te amaba, lo mucho que te amo aún.

-Por favor, este no es momento para habar de esas cosas.
-Tengo que hacerlo, es la primera oportunidad que tengo en un año. Severus te juro que daría lo que fuera por cambiar esa noche.

Severus miró al hombre rubio con más atención, no entendía cómo ni por qué, pero sabía a que se refería el hombre rubio. Le descubrió en la cama con otro y por eso le había dejado para siempre.


-Eso ya pasó Lucius, lo olvidé y es mejor que tú también lo hagas. Tienes esposa, te debes a ella.

-¿Entonces realmente dejaste de amarme? Es por ese muchacho, lo amas a él.

-Ya basta, no es momento para esto, estamos en una fiesta -dijo Severus con tono duro.

-No es posible que te hayas enamorado de ese mocoso, podría ser tu hijo -dijo Lucius con tono violento.

-Será mejor que te tranquilices Lucius, ya te lo dije, no es el momento ni lugar para hablar de esto…

-¿Cuándo lo será entonces, Severus?


Severus dirigió su vista hacia el otro lado del salón. La mayoría de los presentes parecía no percatarse de la conversación que mantenían, sin embargo entre esa mayoría no estaba Harry, que en ese momento ya no se divertía, al contrario, su rostro estaba levemente pálido. Y por supuesto él comprendía el motivo, el muchacho le había asegurado que no tenía celos de Lucius, pero sin duda que esa era una prueba difícil de superar para un chico de sólo diecisiete años. Era hora de acabar con esa charla, no quería que Harry sufriera.


-Lucius, nuestra historia acabó hace un año y fue definitivo. Tú me encontraste un reemplazo.

-Eso fue una tontería, solo ocurrió una vez, ese sujeto realmente no me importaba, ni siquiera recuerdo su nombre.


-Pero yo sí recuerdo como los descubrí en la que yo suponía era una cama exclusivamente nuestra.

-Sé que te lastimé…

-Me decepcionaste Lucius y eso hizo que dejara de amarte.

- No lo aceptó Severus, tú eres mío, siempre lo serás.

-Ya no -respondió el hombre de ojos negros dando por terminada la conversación


Sin embargo, el hombre rubio le retuvo por el brazo con fuerza. Severus le miró desafiante.


-¿Qué pretendes? ¿Hacer una escena delante de todos? No me parece apropiado estando presentes tu mujer e hijo. Tu gran secreto sería descubierto, piensa en tu prestigio Lucius, ¿qué dirían los Parkinson al saber que Lucius Malfoy es un invertido y que tenía de amante a su secretario privado?


Lucius automáticamente soltó el brazo de Severus, mirando a todos lados. Esperaba que ninguno hubiese notado su descontrol.


-Severus, por el bien de ese chico espero que no tengas nada con él, sería capaz de una locura si supiera que lo amas -fue lo último que dijo Lucius antes de darle la espalda para regresar junto a su esposa.


Ese tono y palabras despertaron un gran miedo en él. Por alguna razón inexplicable estaba reviviendo lo sucedido esa noche de Halloween de hace cincuenta años. Comenzaba a comprender con horror que de algún modo él o el Severus que había vivido hace cincuenta años era culpable de lo que le había sucedido a la familia Potter. Aquello se convertía en una pesadilla.


Cuando se quedó solo se acercó a la mesa donde estaban los tragos, se sirvió un whisky, tenía las manos temblorosas. Las últimas palabras de ese hombre le habían llenado de pavor, «sería capaz de una locura si supiera que lo amas», se pasó la mano por la frente. No sabía que hacer, porque no tenía certeza de lo sucedido una noche como esa hacía cincuenta años. Comenzaba a desesperarse, aún no tenía claro el porqué de ese fenómeno inexplicable que estaba viviendo. Pero de algo sí estaba seguro, no era por casualidad que llegase a esa casa y no era una casualidad que llevase el mismo nombre del Severus Snape de esa noche del 31 de octubre de 1947.


Se disculpó y salió del salón por unos minutos. Se quedó un buen rato en el tocador de visitas que estaba junto al despacho de James. Intentó calmarse para analizar la situación. Él tenía información sobre lo sucedido esa noche cincuenta años atrás, pero no toda, puesto que la muerte de los padres de Harry había sido un misterio sin resolver tal como lo fue la desaparición del muchacho. No quería pensar que su presencia sería la de un simple espectador, no podía ser, ese fenómeno tan extraño que vivía debía tener una razón. Se quedaría esa noche ahí, no estaba seguro de si serviría para evitar la tragedia, pero como no sabía que había sucedido realmente debía actuar sobre la marcha.


Justo cuando dejaba el baño se topó con Harry. El chico tenía el rostro levemente sonrojado, él conocía esa expresión, estaba molesto, molesto y muy celoso.


No pudo evitar mirar con preocupación hacia el salón donde estaban todos reunidos.


-Harry, deberías estar en el salón.

-Necesito hablar contigo.

-Ahora no, volvamos con los invitados.

-No, quiero que hablemos ahora.

-¿De qué quieres hablar, de Lucius?

-Sí.

-Hace unas horas me dijiste que él no te preocupaba, que no tenías celos de él.

-Quiero saber de qué hablaban.

-De nada importante, regresemos al salón, no debemos estar aquí solos -dijo Severus tomando al muchacho, pero Harry se resistió.

-¿Qué te pasa Severus? ¿Temes que él pueda pensar que hay algo entre los dos? -preguntó Harry molesto.

-No hagas esto Harry, no es el momento para esta conversación, ya tendremos tiempo de hablar después, ahora estamos celebrando.

-No me trates como un idiota, Severus.

-No lo hago.

-Te conozco, estás preocupado y es por causa de Lucius, ¿temes que tu amante descubra que te acuestas conmigo?

-¡Maldición! No vuelvas a decir eso, cualquiera podría oírnos.


Harry retrocedió unos pasos con los ojos húmedos y cargados de desilusión. No soportaba verlo sufrir por su causa, lo tomó del brazo y lo arrastró hacia el baño, cerró la puerta con seguro.


-Harry, hace dos horas me dijiste que no tenías celos de Lucius porque confiabas en mí.


El muchacho bajó la vista con aire culpable. Severus ya no estaba seguro si eran sus sentimientos o los del «otro», pero sentía que amaba locamente al chico. Se acercó y lo estrechó con fuerza.


-Mi amor, te adoro, no lo dudes. Jamás en la vida amé a nadie como te amo a ti, lo juro.


Harry respondió a ese abrazo con todas sus fuerzas.


-¿Y si me amas tanto por qué no confías en mí? ¿Por qué no me dices de que hablabas con Lucius?


Severus cerró los ojos un instante. Luego apartó al chico para mirarlo a los ojos.


-Lucius vino esta noche porque sabía que yo estaría aquí. Piensa que aún tiene una oportunidad conmigo.

-Pero tú terminaste con él hace un año, ¿cómo es posible?

-Lo piensa porque es demasiado arrogante como para aceptar que yo dejé de amarlo. Me preguntó por ti, sospecha que entre nosotros hay algo.


Harry palideció.


-¿Cómo puede ser eso?

-Estuve a su lado muchos años, me conoce demasiado. Creo que le basta con mirar mis ojos para saber que estoy loco por ti Harry.


Se miraron intensamente por unos segundos. La molestia de Harry se esfumó, pero no sucedió lo mismo con el miedo de Severus.


-Perdóname Severus, soy un tonto… dije que confiaba en ti…
-No mi amor, no digas nada. Lo único que deseo es que tú estés bien -dijo el hombre mayor mientras estrechaba al chico con fuerza.

-Severus, estás temblando -dijo el muchacho asombrado.
-Es porque te amo, y me da mucho miedo que algo malo pueda sucederte.

-Lo dices por él cierto, ¿qué sucede Severus, acaso te amenazó?

No tenía mucha idea como hubiese actuado el «otro» Severus, pero él no quería subestimar al muchacho, ya no era un niño. Tal vez él estaba reviviendo los hechos de esa noche lejana para cambiar las cosas, para que todo fuese distinto.


-Sí, es cierto, sus palabras tenían mucho de amenaza, y la verdad es que tengo mucho miedo.

-¿Crees qué le pueda decir algo a mis padres?

-Me temo que Lucius pueda ser capaz de algo peor.

-Quieres decir que tal vez quiera lastimarme si llega a saber que tú y yo nos amamos.

-Harry, tal vez sería mejor que yo me alejara un tiempo…

-¡No! No puedes dejarme.

-No quiero dejarte, no voy a dejarte mi amor, nunca.

-Pero estás hablando de separarnos.

-Harry aún eres menor de edad, no lo olvides. Estoy cometiendo un delito al relacionarme contigo.

-¿Cómo puedes decir algo semejante? Te amo porque es mi deseo amarte no me has obligado a nada.

-Tú y yo sabemos eso, pero los demás no. Tus padres podrían acusarme de haberte seducido Harry, y tendrían toda la razón del mundo.

-Tú no me sedujiste Severus, yo me enamoré de ti.


Severus miró al chico seriamente. En ese momento no pensaba en el «otro» Severus, sino en él, se había enamorado de un sueño, de algo imposible; cincuenta años lo separaban de Harry y el saber conscientemente de que no era a él a quien ese chico amaba, sino al «otro».


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~


De pronto había dejado de percibir el calor del cuerpo de Harry. Estaba con los ojos muy abiertos, pero ahora se encontraba en medio de la sala frente a ese cuadro, era como si hubiese vuelto al presente, pero ya no despertaba de un repentino sueño, sino que era como si la escena vivida hacía tantos años simplemente se hubiese desvanecido de golpe y él había sido arrojado al tiempo presente otra vez. No era lo que deseaba, quería regresar a 1947, quería ser participe de los hechos acaecidos esa terrible noche; quería salvar a la familia Potter de lo que fuera que les había sucedido. Pero la verdad era que no sabía con certeza si eso sería posible.


Un ligero mareo se apoderó de él y debió sentarse en el sofá. La habitación se oscureció totalmente, por un segundo pensó que había quedado ciego, el corazón le latía tan rápido que parecía arrancar de su pecho. Le costaba respirar, intentó tranquilizarse, el sentir pánico no le ayudaría en ese momento. Su respiración se fue regulando poco a poco hasta que alcanzó un ritmo normal y los latidos de su corazón se calmaron por completo. Expulsó el aire de los pulmones, aún estando con los ojos cerrados podía darse cuenta de que esa percepción de oscuridad plena había desaparecido.


Abrió los ojos por fin y al hacerlo con inmensa alegría comprobó que había regresado, no sabía cómo, pero había sucedido y no estaba dormido como las dos veces anteriores. Miró en derredor y comprobó que los adornos alusivos a Halloween estaban ahí, las calabazas con una vela encendida dentro seguían esparcidas por los muebles. Sin embargo, todo estaba silencioso, extrañamente silencioso.


Se levantó del sofá y miró el reloj de pared, eran casi la una. Debía buscar a Harry, todo parecía indicar que la fiesta finalmente había acabado y su última conversación con el muchacho de ojos esmeraldas tuvo lugar hacía más de dos horas, no podía imaginar que había ocurrido en ese intervalo de tiempo. Sabía perfectamente donde estaba la habitación de Harry así que iría en su busca. Sin embargo, las voces que escuchó acercándose al salón le pusieron en alerta.


James y Lily entraron al salón seguidos de Harry. Aquello le causó un gran alivio, aún nada malo había sucedido y eso le tranquilizaba muchísimo. Sin embargo, pareció que ellos no reparaban en su presencia aún, fue lo que pensó hasta que casi con miedo se vio a sí mismo entrando al salón tras los tres Potter. Fue tanta la impresión que sintió de ver al «otro» que sin darse cuenta se fue alejando del sofá y retrocediendo hacia la pared.


-Severus querido, no entiendo, qué eso tan importante que tienes que decirnos -dijo Lily.


-La fiesta se extendió un poco más de lo previsto, todos estamos cansados -repuso James.

-Lo sé, pero esto que debo decirles es muy importante -dijo Severus, luego de darle una rápida mirada a Harry.


Lily miró a su hijo que había bajado la vista al suelo.


-¿Qué ocurre Severus? -preguntó James.

-James, quiero pedirte que Lily, Harry y tú dejen la casa esta noche, que se marchen ahora mismo.


Harry abrió los ojos con asombro, al igual que sus padres.


-Creo que no te comprendo Severus.

-James la vida de ustedes tres está en peligro.


El silencio se prolongó por unos segundos.


-Severus que tontería estás diciendo -dijo Lily.


El hombre de ojos negros miró al muchacho que había palidecido de golpe.


-Hay algo que debo confesarles en este momento, y lo hago sólo porque temo que este secreto pone en peligro la vida de Harry -dijo Severus.


Mientras esto decía el Severus de 1947, el otro permanecía pegado a la pared sintiendo más confusión que antes, pero no sólo eso, sino mucho miedo, comprendía que ante sus ojos se estaba revelando ese misterio acaecido hacía cincuenta años.


-Severus, no por favor -suplicó Harry, causando un gran asombro en sus padres.

-Tengo que protegerte Harry, no puedo permitir que por mi causa seas lastimado.


Estas palabras de Severus causaron gran alarma en Lily y James.


-¡Por Dios, Severus! ¡Me estás asustando! -exclamó Lily.

-Sí tiene que ver con Harry, habla de una vez Severus -dijo James en un tono autoritario.


El hombre de ojos negros titubeó por un segundo, pero luego de mirar a Harry se armó de valor por fin.


-Existe algo que ustedes ignoran sobre mi persona, perdón es todo lo que puedo pedirles aunque sé que no lo merezco.


En este punto Harry comenzó a llorar silenciosamente, presentía que ese sería el fin para Severus y él.


-¿Qué es eso que ignoramos Severus? -preguntó James nervioso, mientras le daba una mirada a su hijo.


-Yo… por muchos años fui amante de Lucius Malfoy -dijo Severus antes de que el valor lo abandonara por completo.


James arrugó el ceño, mientras asimilaba el significado de tal revelación. Mientras Lily se dejó caer sobre el sofá aturdida, sin poder comprender la terrible verdad que oiría a continuación.


-¿Estás diciendo que eres… invertido, es eso?

-Sí James, así es, aunque yo preferiría decir homosexual.

-Pero Lucius… está casado, tiene un hijo… él… -susurró James incrédulo.

-Lucius es igual que yo, siempre lo ha sido, su familia sólo ha sido el parapeto que necesita para conservar su prestigio -dijo Severus.


James se quedó en silencio por unos segundos, pero luego miró a Harry que estaba pálido como la cera, en su mente comenzó a dibujarse una terrible sospecha.


-¿Qué tiene que ver mi hijo con ese turbio asunto que tienes con Lucius? -preguntó James con tono amenazante.


Severus lanzó un suspiro.


-Yo terminé esa historia con Lucius hace un año, cuando renuncié a mi trabajo, pero él aún no acepta que yo jamás regresaré a su lado -explicó el hombre de ojos negros.


-Aun no entiendo que tiene que ver Harry en esto -repuso James.


Severus no se atrevía a mirar a los ojos al hombre que era su amigo, que le había confiado a su hijo con toda la inocencia del mundo.


En ese mismo instante Harry se levantó del sofá, entendiendo que debía comportarse como un adulto.


-Severus y yo nos amamos, padre -declaró Harry sin más.


James le miró con horror en los primeros segundos, pero luego su expresión se llenó de odio, pero no odio hacia su hijo, sino hacia el hombre que lo había pervertido.


-¡Miserable bastado! ¿Cómo pudiste? -exclamó James furioso lanzándole un golpe en pleno rostro a Severus.


El hombre de ojos negros trastabilló, hubiese caído al suelo de no ser por Harry. En apenas una fracción de segundo James se abalanzó sobre Severus y le tomó del cuello, estaba cegado por la ira.


-¡Papá, por favor no lo lastimes! ¡No fue su culpa! -gritaba Harry con desesperación.


Pero James estaba cegado por la rabia y el odio y no escuchaba las suplicas de su hijo, ni las de su esposa que hacía esfuerzos para que liberara el cuello del hombre.



El Severus de la época actual que había presenciado impotente toda esa dramática escena, desesperado se abalanzó sobre James para impedir que siguiera asfixiando al «otro» Severus, pero nada sucedió, no podían verle ni oírle.


También eran infructuosos los esfuerzos de Harry y Lily, para que James liberara a Severus. De pronto el estampido de una pistola congeló la escena. James liberó a Severus y los cuatro miraron impactados a la persona que acababa de disparar su arma. Lucius Malfoy estaba en la entrada del salón mirando la escena con ojos frenéticos.


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~


Severus comprendió con horror porque Lucius estaba ahí con esa arma. Había venido a cumplir su amenaza. Olvidando por completo que hacía un segundo no podía respirar porque James estrangulaba su cuello, se colocó delante de Harry para protegerlo. Esta acción arrancó una sonrisa malvada de los labios de Lucius.


-Ya adivinaste porque estoy aquí verdad Severus.


-Lucius por favor, esto es una locura, piensa en tu familia -dijo Severus con tono desesperado.


James comenzaba a comprender que la vida de su familia peligraba.


-Lucius si tienes un problema con Severus, arréglenlo en otro lugar -dijo James.

-James, yo no tengo ningún problema con Severus, mi problema es tu hijo.

-Lucius, mi hijo no tiene que ver contigo -respondió James.

-Tú muchacho James, quiso robarme a Severus y debo castigarlo por eso.


James con el miedo reflejado en los ojos ni siquiera pensó en lo que hacía y se adelantó hacia Lucius, mientras Severus seguía protegiendo a Harry con su cuerpo.


-¡No le harás daño a mi hijo! ¡Antes tendrás que matarme! -gritó James mientras se abalanzaba sobre Lucius, que no dudó ni un segundo en disparar.


El disparo hizo que el cuerpo de James cayera hacia atrás con fuerza. Los gritos horrorizados de Harry y Lily llenaron la habitación. La mujer pelirroja corrió hacia su esposo, del cuerpo de James comenzaba a manar sangre que le manchó el vestido, estaba muerto.


-¡Maldito seas Lucius! -gritó Lily volviéndose hacia el hombre.


Harry lloraba ocultó tras Severus al ver a su padre muerto. Todo era su culpa, quería que Lucius lo matara de una vez, tal vez así por lo menos su madre se salvaría de la locura de ese monstruo.


-Maldice a tu hijo querida, él es el culpable de todo esto -respondió con odio el hombre rubio y a continuación le disparó a la mujer pelirroja.


Harry gritó hasta quedar sin voz, Severus luchaba con él para evitar que corriera hacia su madre que había caído muy cerca de su padre.



El Severus que observaba esa horrible escena como simple espectador, sin poder hacer nada, pues aquello había sucedido hacía cincuenta años, lloraba arrodillado en el suelo.


-Mira lo que me obligaste a hacer muchacho -le dijo Lucius a Harry.


El Severus de hacía cincuenta años también había caído de rodillas, cuando finalmente Harry, después de darle tanta guerra se zafó de su abrazo y corrió hacia el cuerpo de su madre. Lucius con una sonrisa de triunfo en los labios le apuntó con el arma.


-Lucius no… te lo suplico -rogó Severus, mientas escuchaba los sollozos del muchacho -, él no tiene la culpa… fui yo, es sólo un niño, yo lo seduje, todo fue mi culpa… por favor te lo ruego… haré lo quieras… por favor déjalo ir…

Lucius al oír la voz de Severus suplicarle, desvió su mirada de Harry. Se acercó al hombre de ojos negros que lloraba mientras permanecía de rodillas. Dentro de su locura aquella visión fue lo único que logró conmoverlo, lentamente levantó su mano enguantada y le tomó la barbilla. Se quedó observándolo por algunos segundos y luego le acarició la mejilla.


Sólo fue una fracción de segundo en que Severus reaccionó por puro instinto. Mientras intentaba arrebatarle el arma a Lucius le gritó al muchacho que aún lloraba junto al cuerpo de sus padres.


-¡Harry huye! ¡Vete Harry!


Harry quería quedarse, pero ese natural instinto de conservación que posee el ser humano le hizo levantarse y correr, mientras Severus seguía luchando con el hombre rubio.


El muchacho salió de la casa y corrió con toda la velocidad que sus piernas le permitieron, pero de pronto otro disparo que rompió la noche le hizo detenerse. Se quedó paralizado en medio de la oscuridad, de pronto la luz de la puerta principal abierta se proyecto hacia el exterior y el muchacho vio la figura de un hombre que comenzaba a bajar los peldaños de piedra, era Lucius que caminaba hacia él, comprendió que todo había acabado, ya no había razón para seguir huyendo, se quedó de pie esperando su final.



El Severus espectador, caminaba junto al hombre rubio, era el único testigo de aquel horror. Vio al chico de ojos esmeraldas entregado a su destino.


-Veo que decidiste quedarte Harry. Tu amado Severus está muerto también, ¿crees que tienes algún motivo para desear seguir vivo? -preguntó el hombre con crueldad.


-No -respondió el muchacho fríamente.

-Eso pensé -dijo el hombre rubio y levantando el arma, le apuntó al chico directo al corazón.


Severus espectador gritó como jamás creyó que podría hacerlo en su vida, lloró mientras veía impotente como Harry exhalaba su último aliento.



*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~


Aún estaba arrodillado llorando, con las manos cubriéndose el rostro, pero ya no estaba fuera de la casa, la grava del suelo ya no le lastimaba las rodillas, estaba en la sala de aquella mansión vacía que le había revelado la más horrible de las tragedias. Se levantó del suelo e intentó calmarse, pero era difícil, con los ojos inundados de lágrimas miró el retrato de esa familia que era tan feliz y que por causa de un hombre que llevaba su mismo nombre se había hundido en la desgracia.


Continuará…

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