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Del crepúsculo al amanecer por zandaleesol

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Título: Del crespúsculo al amanecer

Personajes: Harry Potter/Severus Snape

Disclaimer: Los personajes pertenecen a J.K. Rowling, no percibo beneficio económico por esto.

Advertencia: Totalmente AU, muerte de personajes.



Capítulo 3. Reencuentros


Cuando despertó ya amanecía, dio gracias a Dios por ello. Nunca había pasado una noche tan espantosa en su vida, con el cuerpo dolorido se incorporó lentamente en el sofá. La botella de vino estaba vacía y los recuerdos de esa noche de horror muy precisos en su mente. Se preguntaba por qué le había sucedido todo eso; quería apartar de sí esa sensación dolorosa que le oprimía el corazón, pero no pudo hacerlo.


Dirigió su vista apenas un segundo hacia el cuadro de la familia Potter. Casi sentía vergüenza de enfrentarse a la mirada de esas personas, aunque sabía que era una tontería, después de todo sólo se trataba de un retrato. Sin embargo, en su corazón pesaba esa sensación de culpabilidad por llevar el nombre de quien a sus ojos era responsable de la desgracia que vivida por aquella gente.


Las ideas aún no tomaban una forma precisa en su cerebro, estaba cansado y tenso. Pero un sentimiento de algo indefinido se había instalado en él. Necesitaba llegar al fondo de ese misterio, debía buscar respuestas a ese extraño fenómeno que vivido, de no hacerlo, no tendría paz en su alma. Nunca fue un hombre que creyera en sucesos paranormales, era muy escéptico al respecto, pero después de esta experiencia, debía reconocer que su llegada a ese lugar no fue un hecho dictado sólo por la casualidad, como tampoco podía ser fortuito el que se llamara Severus Snape.


Pero antes de definir las directrices que tomaría para llegar al fondo de ese enigma, debía darse un buen baño y comer algo. Antes de lo esperado vio llegar al hombre llamado Weasley. Pensó, que siendo ese hombre un residente del lugar y teniendo algunos antecedentes sobre la familia Potter, de seguro había escuchado a su padre hablar de los Malfoy. Se arregló un poco el cabello antes de abrirle la puerta al hombre.



-Buenos días, señor Snape -una mirada curiosa acompañó el saludo del señor Weasley.

-Buenos días -respondió Severus intentando verse normal, aunque no estaba seguro de que su rostro fuera reflejo de la normalidad que intentaba a aparentar.

-¿Pasó una buena noche? -preguntó el hombre pelirrojo mirándolo con aire preocupado -. Usted no parece haber descansado muy bien.

-Descansé todo lo bien que puede permitir una botella de vino -respondió el hombre de ojos negros.

-Ah bueno. Sigo creyendo que hubiese pasado una mejor noche si se hubiese ido al hotel del pueblo.


Severus prefirió ignorar esta última frase.


-Me quedaré en el pueblo unos días.

-Entonces usted no ha decido aún si comprará la propiedad.

-No tengo prisa, imagino que no hay más compradores interesados.

-Por supuesto que no, usted es la primera persona en años que se interesa en este lugar.

-Entiendo -dijo Severus -, pero me gustaría saber más sobre la familia que vivió aquí, usted cree que pueda encontrar alguna información en el pueblo.

-Bueno… la verdad no lo sé -respondió el hombre mientras se rascaba la cabeza -, como le dije la muerte de la familia fue muy extraña.

-Y es justamente eso justamente lo que ha despertado mi interés, usted dijo anoche que la investigación de la policía no dio ningún resultado.

-Así fue.

-Supongo que la policía tiene algún archivo al que se pueda acceder libremente.

-Pues yo creo que sí, el caso se cerró hace cincuenta años, no creo que tengan problemas en que alguien busque información.

-Pasaré el día en el pueblo, usted dijo que había un hotel donde alojar.

-Sí, El Astor, es muy bueno.

-Bien, le agradezco la información, iré al pueblo.

-Puede venir cuando quiera, si tiene alguna pregunta estaré encantado en ayudarle.

-Muchas gracias, señor Weasley -respondió Severus, que estuvo tentado a preguntarle al hombre si conocía a la familia Malfoy.


Severus regresó al interior de la casa para recoger su abrigo y darle una última mirada al cuadro de la familia Potter. Luego salió prometiéndose que develaría aquel misterio. Se despidió del señor Weasley y subió a su automóvil, lentamente se fue alejando por el camino de grava hasta llegar al límite de la propiedad, salió a la carretera y enfiló hacia el pueblo.


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~


Una vez que estuvo en su habitación del hotel, se tendió en la cama sintiéndola muy agradable después de haber dormido de tan mala forma la pasada noche. Su mente aún estaba demasiado alerta como para desear dormir, así que aprovechó de tomar una ducha que sin duda le ayudaría a relajarse. Al salir del baño lucía un aspecto bastante mejorado, envuelto en la bata del hotel se dejó caer en la cama y sin más se durmió.


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~


Eran más de las tres cuando dejó un pequeño restaurante donde comió liviano, sólo para conservar su energía. Las impresiones dejadas por la noche vivida en la mansión de los Potter, afectaron su apetito. De algún modo debía comenzar su investigación, pero aquel no era su fuerte, no tenía idea por donde iniciaría. Lo meditó por algunos segundos, lo más sensato era empezar por la biblioteca del pueblo, de seguro ahí tendrían periódicos antiguos que hablaran del suceso acaecido en la mansión.


Pero la búsqueda no resultó fácil y la muchacha que atendía la biblioteca pública no era una experta, sólo hacía un reemplazo; la bibliotecaria estaba enferma y tardaría varias semanas en regresar, él no podía esperar. Así que pidió los periódicos antiguos, exactamente los del año 1947. Con paciencia se dedicó a leer todo lo escrito sobre los sucesos de esa noche del 31 de octubre, pero también se le ocurrió leer los que eran anteriores a esa fecha, esperaba encontrar en ellos algún dato de la familia Malfoy. No tuvo mucha suerte, se hablaba de ellos en una que otra nota de carácter social. Pero nada los relacionaba con lo sucedido en la mansión de los Potter esa noche, y eso le resultaba muy extraño porque ellos estuvieron ahí, él lo sabía.


Meditó por un buen rato. Antes de regresar los periódicos a su sitio se encargó de anotar el nombre de los policías que había estado a cargo de la investigación durante esa época, no estaba seguro de que sirviera de mucho, después de todo habían pasado largos cincuenta años y era muy probable que los relacionados con la investigación estuviesen muertos en su mayoría, y si alguno vivía sería un estado de avanzada vejez. Pero como su decisión era firme, pues acudiría a otra instancia, los archivos de la policía, eran públicos a estas alturas.


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~


Al joven oficial de la policía que le solicitó los archivos del caso, simplemente le dijo que era periodista y que recorría las ciudades recopilando historias en las que inspirarse para un libro que pensaba escribir. El oficial no le miró con otra cosa que no fuese indiferencia.


Estuvo bastante tiempo revisando los todos los datos que la policía había recopilado sobre el caso en aquella época. No fue mucho lo que consiguió. El caso se cerró cincuenta años atrás sin que hubiese responsables de la muerte del matrimonio compuesto por James y Lily Potter. El hijo desaparecido figuraba sólo como sospechoso de tales muertes, pero como no fue habido el caso pasó a ser un misterio sin resolver. De los Malfoy nada se decía, sólo que habían cenado esa noche con los Potter, lo mismo que la familia Parkinson, pero que luego de retirarse todos juntos pasada la medianoche, nada involucraba a las dos familias en los hechos acontecidos esa madrugada.


Severus se preguntó una y otra vez que habría pasado ¿Qué hizo Lucius Malfoy con el otro Severus? Le había asesinado tal como hizo con Harry, pero ¿y sus cuerpos? ¿Dónde los había enterrado? Solo cabía la posibilidad de que estuviesen en la misma propiedad, pero si la policía en aquellos años había hecho un trabajo como mínimo decente hubiesen encontrado el cuerpo del chico ¿Y qué sucedió con el cuerpo del otro Severus? Demasiadas preguntas sin una respuesta.


Devolvió los archivos a su sitio, el policía que le atendió le preguntó si había encontrado algo que fuese útil, naturalmente le dijo que la información del caso era demasiado vaga. Justo antes de que se marchara de la estación de policía el joven oficial le recomendó que visitara a la familia Malfoy, tal vez ahí alguien pudiera hablarle de los Potter, después de todos las familias fueron muy cercanas. No supo explicarse porque no fue capaz de preguntarle al oficial de policía si Lucius Malfoy aún vivía.


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~


Con las señas que le dieron en la estación de policía, llegó hasta la propiedad de los Malfoy. El lugar tenía características similares a la mansión de los Potter, sólo que esta no estaba abandonada, sino que muy bien conservada y ahí vivía gente.


Severus luego de estacionar su automóvil, se encaminó hacia la entrada principal. Un hombre con el tradicional vestuario de los mayordomos le saludó. En pocas palabras trató de explicar lo que le llevaba ahí, el sirviente le hizo esperar en el vestíbulo mientras le avisaba al señor de su visita. Al preguntar por el dueño de casa se había referido al señor Malfoy, pero no había especificado a cual, sin embargo, estaba seguro que debía ser el hijo de Lucius quien le recibiría, era imposible que Lucius, si aún vivía, estuviera en condiciones de hablar con él, debía tener a lo menos noventa y tres años.


El mayordomo no tardó en regresar y le dijo que el señor Malfoy le recibiría en la galería que daba al jardín. Severus no entendió porque el mayordomo le advirtió que al saludar al señor Malfoy esperara a que éste le tendiera la mano primero. Caminó tras el hombre, preguntándose si su parecido con el Severus de tantos años sería reconocido, el hijo de Lucius debía tener sesenta y siete años, quizá su memoria ya no fuese tan buena. Al llegar vio al hombre sentado ante una mesa, pudo observar a una persona mayor con el cabello enteramente blanco y reconoció en él las facciones de los Malfoy, por sus movimientos pudo entender que estaba ciego.


-Buenas tardes, señor Malfoy, ha sido usted muy amable en recibirme, mi nombre es Samuel Smith, soy periodista.

-Mucho gusto señor Smith -dijo el hombre mayor tendiéndole la mano, llevaba puesta unas gafas oscuras, Severus rápidamente tomó la mano del hombre, luego la retiró -. Por favor señor Smith, tome asiento.


Severus se sentó en el lugar que le indicaban y miró al mayordomo.


-Horace, sírvele una taza de té al señor Smith, siempre resulta agradable compartir el té de la tarde con una agradable compañía -dijo el hombre de gafas.

-Muchas gracias señor Malfoy.


El mayordomo con toda parsimonia sirvió el té y luego se marchó discretamente.


-Entonces es usted periodista.

-Sí señor Malfoy.

-¿Y está interesado en la familia Potter?

-Pues así es. Estoy recorriendo algunas ciudades en busca de material para mi libro y de casualidad me topé con la mansión Potter. Su cuidador me contó algunas cosas con respecto a la historia de la familia. Me pareció un material interesante para lo que pretendo escribir.

-¿Estuvo usted en la mansión?

-Sí, ayer la visité.

-Supongo que vino a verme porque habrá oído que yo estuve allí con mis padres la noche en que sucedió aquella desgracia -dijo el hombre con tono pausado.

-Sí señor, y espero no incomodarle.

-No se preocupe si me incomodara no le hubiese recibido.

-Muchas gracias por eso señor Malfoy.


El hombre mayor hizo una pausa en la que se quedó meditando, como si pusiera en orden sus recuerdos.


-Aquella noche fue la última vez que vi esa mansión, esa noche de Halloween mis padres y yo estábamos invitados a cenar con los Potter, fue una velada muy agradable, nos impactó saber lo sucedido.

-Puedo imaginarlo, los padres muertos y el joven desaparecido, una historia muy siniestra -dijo Severus.

-Sí, y muy misteriosa como ya sabrá. Nunca se encontró al responsable de la muerte de los Potter, tampoco encontraron el cuerpo de Harry, si es que en realidad murió.

-¿Usted cree eso que dicen? Que asesinó a sus padres y luego huyó.


El hombre tardó en responder unos segundos.


-La verdad jamás lo creí. Debo confesarle señor Smith que a pesar de que Harry y yo teníamos la misma edad, no simpatizábamos.

-¿Puedo preguntar por qué? Tengo la impresión de que sus padres y los Potter se llevaban bien.

-Mi padre, Lucius Malfoy, era socio y amigo de James Potter, se llevaban bien, jamás tuvieron una diferencia.

-¿Pero no sucedía lo mismo con su hijo y usted?

-Siendo totalmente honesto señor Smith la poca simpatía que nos teníamos Harry y yo nacía un poco de los celos, de mis celos. Sus padres veían con buenos ojos la posibilidad de un noviazgo entre Harry y la muchacha que a mí me gustaba, la misma que años después de transformó en mi esposa.

-Ah creo que comprendo, ustedes querían a la misma muchacha.

-Eso creía yo, siempre pensé que él estaba interesado en Pansy, pero después de lo sucedido y la desaparición de Harry comprendí que mis celos fueron infundados, Pansy me aseguró que Harry nunca se había interesado en ella.

-Entiendo señor Malfoy, ¿me permite que le haga otra pregunta?

-Adelante.

-Su padre, ¿cómo reaccionó ante la muerte de su amigo y socio?


Draco Malfoy guardó silencio una par de segundos.


-Mi padre apreciaba mucho a los Potter. Nadie imaginó que esas muertes le afectarían tanto, después de esa noche mi padre jamás volvió a ser el mismo.

-¿Su padre murió hace mucho?

-Me doy cuenta de que usted ha pedido información sobre los Potter, pero no de los Malfoy.

-Bueno señor yo…

-No se preocupe señor Smith, me agrada que viniera usted a buscar esa información directamente a la fuente, es una buena característica en un periodista. Esta casa que usted ve, no es la mansión Malfoy original, fue restaurada. Hace cuarenta y cinco años, un terrible incendio la destruyó casi en su totalidad. Mi padre murió en ese incendio y yo perdí la visión.

-No lo sabía, lo lamento mucho señor Malfoy.

-Todavía la gente dice que el incendio lo provocó mi padre, decían que estaba loco.


Severus comprendió que lo dicho por la gente era totalmente cierto.



-Debió ser terrible para usted.

-Lo fue, realmente lo fue. Mi padre nunca fue el mismo luego de lo sucedido a los Potter. Ha pasado mucho tiempo, ahora soy un hombre de sesenta y siete años que ve las cosas desde otra perspectiva. Le haré una confidencia señor Smith, eso sí le advierto que no puede poner esto en su libro, si lo hace, mis abogados le demandaran a usted y la editorial que publique su libro.


Severus miró al hombre con ansiedad.


-Le juro señor Malfoy que en mi libro no diré nada que pueda perjudicar el prestigio de su familia.


El hombre mayor guardó pareció meditar algún tiempo.


-Esa noche del incendio, mientras intentaba salvar a mi padre… él me hizo una confesión -dijo el hombre lanzando un suspiro -, me confesó que había asesinado a los Potter.


Severus guardó silencio, eso era algo que él ya sabía.


-Yo fui el único que conoció ese secreto de mi padre. No dije nada porque pensé que ya no valía la pena, ellos estaban muertos y mi padre también.

-Pero sólo los cuerpos de los padres fueron encontrados, ¿sabe usted que pasó con el muchacho? ¿Le explicó su padre porque había hecho eso?

-No tuvo tiempo de decir porque hizo aquello. Pero sí me dijo algo que nunca le dije a nadie, usted es el primero.

-Entiendo señor, si usted desea que guarde esa información…

-Hágalo señor Smith. Mi padre además de asesinar a los Potter, le disparo a otro hombre, un hombre que había sido su amigo y secretario, se llamaba Severus Snape, estaba con los Potter esa noche.


Seveus sintió que todo le daba vueltas.


-Pero nunca nadie habló de otro cuerpo, a parte de los padres, ni siquiera el muchacho fue encontrado. Perdóneme la pregunta señor Malfoy, pero su padre le dijo si había hecho desaparecer los cuerpos del muchacho y de ese hombre llamado Snape.

-Mi padre me dijo que nunca comprendió como habían desaparecido, porque él estaba seguro que los había matado y luego salió de ese lugar dejándolos ahí.


Severus se quedó en silencio tratando de imaginar lo sucedido. En sus sueños o lo que fuesen aquellas visiones había visto como Lucius le disparaba a Harry, después de haber asesinado al «otro» Severus. Por primera vez le cruzó la idea de que tal vez no murieron después de todo, quizá Lucius los había herido, pero no de muerte y de ese modo huyeron. Quizá una parte del misterio estaba siendo explicado, pero quedaba la otra, él mismo. Por qué había vivido esa experiencia y ahora en su mente surgía con fuerza la mayor pregunta de todas, por qué llevaba ese nombre.


~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*


Severus regresó a dormir al hotel. Siempre fue muy escéptico en cuestiones de ese tipo, pero ahora estaba seguro de que nada era porque sí, creía firmemente que él era una parte importante del engranaje de ese misterio y pensaba llegar hasta el final. La información que necesitaba ya la había obtenido, ahora su investigación debía tomar otro curso, ya sabía cuál.


~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*


Se encontraba frente al hospital San Germain en Londres. Había tardado tres días conduciendo en auto, pero sabía que el misterio partía en él y era ahí donde comenzaba todo, el hospital donde su madre le trajo al mundo. Era huérfano, su madre murió al dar a luz, lo único que conocía de ella era el nombre. Eileen Price. Ahora tenía que averiguar porque se llamaba como aquel hombre y si resultaba que era su padre, significaba que Severus Snape no había muerto esa noche de Halloween.


En los archivos del hospital consiguió la última dirección que tuvo su madre treinta y siete años atrás. Sabía que no sería fácil conseguir datos tan antiguos, pero hasta ahora la suerte estaba de su lado y esperaba que no le abandonara. Su madre fue empleada administrativa en una escuela primaria, el profesor más antiguo de la escuela llevaba enseñando cuarenta años y por fortuna recordó a esa muchacha llamada Eileen Prince.


Los datos entregados por aquel viejo maestro de primaria sirvieron a Severus para corroborar lo que era en él casi una certeza, llevaba el mismo nombre de su padre. Su madre había viajado durante un verano a Liverpool y al regreso venía embarazada, según aquel maestro nunca dijo mucho sobre el padre de su hijo, sólo que fue producto de la aventura de una noche y que había sido llamado como su padre, aunque él jamás supo de su existencia.


Severus presentía que se acercaba a la solución de ese misterio. Podía ser que su padre aún viviera, si lo hacía debía tener ochenta y siete años. Usó todo los medios de que disponía para encontrar a un hombre que llevaba su nombre, y lo consiguió. Casi a fines de noviembre por fin entró a la casa hogar donde se suponía que vivía su padre. Por primera vez en todo ese tiempo sintió miedo, tal vez el hombre a esas alturas ya no recordara su pasado, era probable que estuviese enfermo y postrado. Si era así, difícilmente sabría qué había sucedido con Harry en realidad.


Sin preámbulos habló con la mujer que dirigía aquel lugar, le explicó que buscaba a su padre.


-Señor Snape, me temo que no tengo buenas noticias para usted con respecto a su padre. Ojala usted hubiese llegado un poco antes.


Severus sintió una punzada en el pecho.


-¿Ha muerto?

-No, pero está muy mal, hace varios días que cayó en un estado de inconsciencia y los doctores del hospital han dicho que será difícil que se recupere.

-¿Sólo hace unos días?

-Sí, fue el día de Halloween. Hace varios años que él está con nosotros y siempre esta festividad le afecta, pero ahora hubo algo más.

-¿Algo más? ¿Qué sucedió?

-Bueno, aquella mañana vino el grupo de doctores de San Germain que nos visita siempre para chequear a todos nuestros ancianos. Su padre siempre se ha llevado muy bien con los doctores en general, pero esa mañana se puso muy mal cuando uno de ellos quiso atenderlo.

-¿Y eso por qué?

-Nadie lo sabe, fue muy extraño porque el doctor que vino esa mañana era un encanto de muchacho, un joven que ha terminado su residencia en el hospital y se ofreció para reemplazar a un médico que no podía venir.

-No comprendo.

-Nosotros tampoco, ese muchacho fue tan atento, pero su padre lo vio comenzó a llorar y a gritar de una forma espantosa, pobrecillo debieron sedarlo.

-Pero usted dice que está inconsciente, ¿está sedado desde el día de Halloween?

-No exactamente, lo cedamos con una pequeña dosis, pero él cayó en un estado de inconsciencia esa misma noche, fue muy extraño, así está desde entonces.

-¿Está en el hospital?

-Sí, en Saint Germain.

-Comprendo.

-Nos ha sorprendido mucho saber que el señor Snape tenía un hijo, jamás dijo nada al respecto.

-Mi padre jamás supo de mi existencia -explicó Severus -, mi madre no tuvo tiempo de decírselo.

-Claro -dijo la mujer -. Me imagino que deseará ir usted al hospital para estar con él.

-Sí, por supuesto -respondió Severus.

-Su padre no poseía mucho, pero en su habitación hay algunas cosas que tal vez usted desee conservar.


Severus asintió en silencio. Sentía que había llegado demasiado tarde, muchas preguntas quedarían sin respuesta, aunque ahora creía comprender un poco más porque había vivido esa experiencia. Su padre había caído inconsciente el día de Halloween, el mismo día que él llegó a la mansión de los Potter.


Una enfermera del hogar le condujo hasta la habitación que había ocupado su padre por tanto tiempo. Al entrar al cuarto se sintió extraño, durante toda su vida estuvo solo, y ahora de la forma más insólita encontraba al hombre que le había dado la existencia. Comenzaba a entender el lazo tan extraño que los había unido esa noche de Halloween.


Se quedó un rato en la habitación observando con curiosidad. De pronto vio en una caja amontonadas las pertenencias del hombre que era su padre. Procedió a revisar y encontró un diario, comprendió que había sido escrito por su padre. Comenzó a leer y, en esas páginas descubrió la parte de la historia que le faltaba.


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~


Lucius lo dejó tirado sobre la alfombra, creyéndolo muerto, pero la bala se había desviado un milímetro y él aún vivía. Escuchó el disparo que rompía la quietud de la noche, el corazón se le había llenado de un amargo presentimiento. Cuando consiguió levantarse y con gran esfuerzo salir de la casa encontró a Harry herido de muerte. Lo cargó en sus brazos y lo llevó hacia el interior, el chico apenas respiraba, haciendo un gran esfuerzo Harry le obsequió unas últimas palabras, «te amo, sé que en otra vida sí podremos estar juntos».


Se quedó con el cuerpo del muchacho en sus brazos durante horas. En un primer momento pensó en dejarlo ahí junto a sus padres. Pero un sentimiento de rabia contra Lucius le hizo cambiar de parecer, decidió llevarse el cuerpo de Harry, no lo dejaría ahí para que ese miserable sintiera placer de saber a Harry muerto, si el cuerpo desaparecía y también él, la duda acabaría matando a Lucius, bien podía creer que habían sobrevivido y huido juntos.


Trasladó el cuerpo de Harry en su auto. Condujo durante horas esa noche, cuando amanecía llegó a un lago, y decidió que en ese sitio descansaría el chico al que amaba y cuando él muriera también descansaría en ese lugar.



Severus siguió leyendo el diario, había anotaciones de la vida que tuvo su padre. El nombre su madre también estaba escrito ahí, aunque él no fue concebido por amor, su madre solo fue una aventura para su padre, pues sabía que el único amor de su vida fue Harry, no lo juzgaba, él también amaba a Harry.


Salió del lugar para dirigirse al hospital. Al llegar a ahí, preguntó por el paciente, estaba nervioso, por fin vería al Severus Snape de hace cincuenta años, el amor de Harry. La enfermera lo llevó hasta la habitación, al entrar sintió una mezcla de pena y emoción, después de tantos años por fin conocía a su padre. Aquella historia del pasado se le hizo más cercana, no comprendía del todo, pero no lamentaba esa experiencia vivida, sólo lamentaba que su padre viviera durante cincuenta años con aquel dolor. Pero todo parecía indicar que muy pronto se reuniría con Harry otra vez.


Se acercó al lecho del enfermo y le tomó la mano, nunca lo esperó, pero aquel hombre anciano que estaba al final de su vida, apretó su mano como para decirle que sabía quién era él y le agradecía su presencia. Sintió una profunda emoción y no pudo evitar derramar lágrimas.


-Padre, puedes ir con Harry… ha esperado por ti cincuenta años, ve con él.


Su mano fue liberada del agarre, la mano del hombre anciano cayó inerte y así se quedó para siempre.


Severus derramó lágrimas por ese hombre que sufrió tanto, por fin descansaba. Ahora se reuniría con Harry.


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~


Severus regresó a la casa hogar para recoger las pocas cosas que pertenecieron a su padre. La última voluntad del hombre fue que sus cenizas fueran llevadas al pueblo donde estaban enterrados Lily y James. También había dejado una carta explicándole a la policía todo lo sucedido en la mansión Potter aquella noche de 1947 y el sitio exacto donde estaba el cuerpo de Harry, pedía que lo devolvieran al lugar donde estaban sus padres.


Había transcurrido una semana desde que su padre murió, sus cenizas las llevaría hasta la mansión Potter, tal como pedía en su última voluntad. Decidió finalmente comprar la propiedad y restaurarla, pero no pensaba venderla, se quedaría con ella, a pesar de la tragedia vivida en ese lugar, por la memoria de Harry y de su padre la conservaría.


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~


Se despidió de la gente de la casa hogar y ahora guardaba en la cajuela de su auto las pocas cosas que habían pertenecido a su padre. De pronto, vio a una persona que caminaba en dirección a él, sin embargo no le dio mayor importancia hasta que el hombre le llamó por su nombre.


-Señor Snape.


Cerró el maletero de su auto y se volvió para mirar a la persona. Al tener al muchacho más cerca, se sintió impactado y no pudo decir ni una palabra.


-Señor Snape, me alegra haber llegado a tiempo -dijo el muchacho.


Severus estaba atónito, era él, era Harry Potter pero con algunos años más. No podía creerlo, era imposible. El joven casi tuvo que tomarle la mano, pues Severus aún no reaccionaba.


-Lamento no haber hablado con usted antes. Soy Daniel Cadwell, el doctor que atendió a su padre aquí en la casa hogar. Siento mucho lo que sucedió, nunca comprendí porque su padre reaccionó de esa forma al verme.


Severus lo comprendió enseguida, era como si Harry hubiese reencarnado en ese joven médico llamado Daniel Cadwell.


-No se preocupe doctor -dijo Severus encontrando por fin la voz -, mi padre era un hombre muy anciano y como tal sus reacciones eran algo extrañas.

-Sí, creo que lo comprendo, sólo quería hacerle saber que realmente lamento lo sucedido.


El joven doctor Cadwell estaba un poco abochornado ante la mirada intensa del hombre de ojos negros.


-No quiero causarle más molestias señor Snape.


Severus no pudo evitar sonreír y eso hizo que el joven enrojeciera de golpe.


-No me causa molestias doctor, al contrario. Me sentiría muy honrado de que aceptara tomar un café conmigo -propuso Severus.

-Me encantaría –aceptó el joven doctor.


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~


Severus estaba encantado con ese joven que era idéntico a Harry. No podía comprender ese impactante parecido, los mismos ojos, las mismas facciones, el mismo color de cabello, sólo que este era mayor, tenía veintisiete años; ahora entendía la reacción de su padre al verlo.


-¿Este es su día libre doctor? -preguntó Severus.

-No, mi residencia terminó hace una semana, ahora tomaré vacaciones.

-Ah ya veo, ¿y ya tiene planes?

-No, aún no.

-¿Ha estado usted alguna vez Sherborn Fall?

-Lo siento, no conozco ese lugar, ¿dónde está?

-Es un pueblo que está a unas pocas millas Somerset.

-Ah, ¿usted vive ahí?

-Aún no, pero compraré una propiedad en ese lugar. Es una bella mansión que ha estado abandonada por cincuenta años.

-Eso suena interesante -dijo Daniel -, cincuenta años, es mucho tiempo, ¿puedo preguntarle porque se interesó en ese sitio.

-La verdad es una historia asombrosa y algo compleja, pero si le parece doctor, puedo contársela de camino a Sherborn Fall.


El joven doctor le miró algo sorprendido, pero luego sonrió de una forma que le recordó más que nunca a Harry.


-¿Es esa una proposición señor Snape?

-Sí, y puede llamarme Severus.

-Bien, te llamaré Severus, pero sólo si tú me llamas Dan.

-Es un trato Dan.


El joven sonrió otra vez, algo intimidado ante la mirada intensa del hombre de ojos negros.


-¿Y cuánto tiempo te quedarás en ese lugar, Severus?

-Para siempre.

-Ah, ¿y cuánto tiempo podrá quedarme yo?

-El tiempo que tú quieras, pero siendo honesto, me gustaría que fuese para siempre.


Daniel miró al hombre a los ojos por unos segundos y luego sonrió.


-Esto es muy extraño…

-Sí, seguro que lo es, no todos los días un extraño le propone a uno un viaje hasta una ciudad desconocida.

-No, no me refiero a eso. Es otra cosa, es extraño… tal vez no me creas esto Severus, pero siento como si te hubiera conocido antes, es muy raro y algo loco.

-Hace unos días yo era un escéptico, pero ese viaje a Sherborn Fall cambió mi vida y mi forma de pensar.

-Entonces ese lugar debe ser realmente especial -dijo Daniel -. Sabes Severus, aceptaré tu invitación, algo me dice que debo ir contigo.


Severus sonrió.


-No lo lamentaras, te lo aseguro -dijo Severus extendiendo su mano para tomar la del joven doctor.


Daniel le miró sorprendido y sin embargo no retiró su mano, luego su expresión cambio.


-Hace mucho tiempo atrás, una mujer en una feria de diversiones me dijo que yo en otra vida había amado a un hombre de ojos negros y que en algún momento volvería a reunirme con él. En ese momento me pareció ridículo, porque yo nunca en mi vida miré a un hombre, hasta ahora.

-¿Crees que ese hombre del que habló esa mujer pueda ser yo?

-Apostaría mi vida a que eres tú -dijo Daniel con una sonrisa nerviosa -, lo que estoy sintiendo en este momento jamás lo había experimentado con nadie.

-Entonces no debemos dudar Daniel, nuestros destinos están unidos -dijo Severus con total convicción, miró intensamente al joven de ojos esmeraldas y luego posó sus labios en los de él.


Cuando Severus rompió el beso Daniel aún estaba con los ojos cerrados. El hombre mayor sonrió visiblemente complacido.


-Severus… si te amé en otra vida -dijo el muchacho abriendo los ojos por fin.

-Haré todo para ser digno de tu amor en esta vida Daniel.


El muchacho sonrió, sus mejillas cubiertas de rubor y sus ojos esmeraldas brillaban con asombro.


-¿Me acompañas al hospital para recoger mis cosas? -preguntó Daniel -. Mi residencia acabó y no tengo donde vivir.

-La mansión de Sherborn Fall es muy grande doctor, creo que hasta usted podría instalar una consulta ahí.


Daniel sonrió.


-Ya veremos Severus, no digo que no, acabo de convertirme en un creyente. Todo puede ser.

-Cuando lleguemos ahí comprenderás que perteneces a ese lugar, yo lo comprendí en unas horas, unas horas entre el crepúsculo y el amanecer -dijo Severus en tono misterioso, luego sonrió -. Los dos pertenecemos ahí.


Luego de unos minutos dejaron la mesa del pequeño café. Les esperaba un largo camino, el viaje más importante de sus vidas.



FIN

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