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El modista por Lauree

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Notas del capitulo:

Lo siento me tarde en actualizar, pero a qui esta el capitulo que lo disfruten.

Mientras un joven de cabello negro y ojos verdes tomaba su plato, que le ofrecía su madre Lily Potter, y salió del camión-casa, para desayunar junto con su hermano Neville, que ya llevaba rato en la mesa de afuera.


Neville Potter, no era su hermano de sangre, pero lo amaba como si lo fuera. Neville es un chico especial en todo sentido de la palabra, Neville sufrió mucho con la muerte de sus verdaderos padres, por lo que quedo en un estado de mutismo no solo del habla sino que también Neville no siempre se encontraba en con los pies en la tierra, sino que se iba siempre hacía la nada, parecía un niño con autismo, no se podía hablar con él, ni siquiera lo podían tocar, el único que podía acercarse y hablar un poco con él sacándole de su mundo era Harry, su hermano. Lily lo había adoptado junto con su marido James antes de que esté muriera.


Al llegar afuera junto con su hermano, Harry dejo su plato en la mesa, pero antes de comenzar a comer se escucho unos gritos a lo lejos. La casa rodante de la familia Potter, estaba cercas de la casa de Narcisa la Loca, debido a que ellos Vivian retirados del pueblo por su estilo de casa y de vida, ya que estaban cercas del Molino y del Silo (lugar, generalmente subterráneo que carece de humedad y esta destinado a almacenar grano), ya que se dedicaban a trabajar y cultivar el Sorgo (planta parecida al trigo).


-Suéltame, asesino- gritaba estérica Narcisa ala vez que se aferraba de la mesa donde se lavan los trastes y a todo lo que tuviera alcance.


- Cálmate, no te voy hacer daño, solo te voy a dar un baño- dijo Draco agitadamente, sosteniendo a Narcisa a la vez que la jalaba para que se soltara, acomodándola entre sus brazos.


En un movimiento rápido Narcisa logro soltarse y corrió hacia afuera, pero antes de que lograra escaparse del todo, Draco corrió y la levanto del suelo cargándola forzadamente debido a que su madre ponía resistencia y se aferraba en el barandal de la casa.


-Auxilio, me quieren asesinar- gritaba desesperada


Draco logro que se soltara por lo que, la llevo a dentro y empezó a quitarle la ropa.


-Auxilio, me quieren violaar- gritaba a la vez que se removía entre los brazos de sus hijos.


Draco le dio risa, -No te quiero violar madre, te voy a dar un baño deja de decir incoherencias, por favor.


-Deja de llamarme madre, dijo enojada Narcisa a la vez que volvía gritar.


Draco suspiro y dejo caer en la tina a su madre, la cual ya había preparado con aceites florales y flores, para quitarle toda la mugre que se había a cumulado en el cuerpo de su madre todos estos años. Al parecer su madre nunca se daba un baño, al igual que no limpiaba la casa, por eso olía la casa, tan feo al igual que su madre. Pero él ya estaba ahí, para cuidar de su madre, pero también para saber si era cierto que el había asesinado, su madre no podría creer que se le hubiera olvidado algo así, pero esa era la triste verdad.


Una vez que termino de bañar a su madre comenzó con terminar de arreglar la casa, saco los muebles que ya estaban percudidos por el olor y que estaban desgastados, luego iría al pueblo a comprar unos nuevos, los destrozo y los arrincono hacia una esquina fuera de la casa. Pero al sentir calor se arremango las mangas de su camisa de vestir y se limpio el sudor de la frente.


A lo lejos un pelinegro observaba todo, había dejado de comer para contemplar aquella bella imagen que presenciaban sus ojos, un muchacho tan bello y de rasgos finos en la casa de la Loca, ahora entendía el porqué de los gritos de Narcisa. Había llegado al pueblo Draco y vaya que se había vuelto un joven demasiado a tractivo, tanto que no podía apartar sus ojos de aquella bella figura, parecía que por fin iba a ver algo interesante en ese pueblucho tan aburrido.


Una vez que termino de destrozar todos lo muebles desgastados y percudidos les prendió fuego con su exendedor. Su madre ya estaba afuera sentada en el balcón de la casa, Draco se metió a la casa para sacar una mesita, una silla y la maquina de coser para acompañar a su madre en el balcón, además de que le hacia bien respirar aire fresco, mientras que cosía unas cortinas para la casa.


Una vez que saco todo comenzó a coser.


Esa misma mañana en el hospital del pueblo, la enfermera atendía a Tom Riddle, un viejito al que le había salido una joroba y él cual no podía parar de caminar sin ayuda, venia como todas las mañanas desde que le creció la joroba, por sus medicamentos.


-Y no lo olvide Sr. Riddle, tiene que tomárselas antes de cada comida, dicho esto le dio los medicamento al Sr. Riddle en una bolsita de plástico.


Tom Riddle toma la bolsa y asintió dio la vuelta y comenzó a caminar hacia con su esposa que lo esperaba al otro extremo donde se encontraba su casa.


La enfermera en cuanto le dio el empujón al Sr. Riddle, se dirigió a su despacho y marco el número de su asistente.


-El Sr. Riddle va para allá.


-Gracias, Claire, dijo la muchacha e inmediatamente colgó y salió, cuando vio al Sr. Riddle lo detuvo.


-Buen día Señor, dijo la muchacha amablemente.


-Buen día flor


La muchacha posiciono le dio la vuelta al Sr. Tom para que caminara derecho y llegara con su esposa, pero al ver hacia donde estaba ella, la vio sobándose la mano derecha, la cual le dolía.


-Señor, porque no pide medicamento para su esposa para que ya no le duela.


Tom la miro, frunció el señor y dio un resoplido


-Ella no necesita nada, sufre porque a pecado, que Dios la perdone, gruño el Sr.Riddle


La muchacha solo negó la cabeza y le dio un empujón. El Sr. Riddle camino en dirección hacia su esposa. Quien lo esperaba con un cojín entre sus brazos.


--


En la parada de autobuses se encontraba Margaret Zabini esperando la llegada de su hijo, su muchacho llega por fin al pueblo después de estudiar derecho en la ciudad, por lo que estaba muy alegre. Ya lo extrañaba. Vio el autobús llegar y espero a que su hijo bajara, cuando bajo un muchacho de piel blanca pero bronceada por el sol, cabello negro y ojos verdes de aspecto delgado pero fuerte, se quito el sombrero como saludo hacia su madre, que lo miraba anonada.


Vaya que su hijo había cambiado con vertiéndose en un apuesto varón, además de guapo licenciado no como los del pueblo, por lo que le llenaba de orgullo. Margaret inmediato le sonrió a su hijo y se acerco hacia él, para envolverlo en un abrazo cálido.


-Mírate, te has vuelto un joven muy guapo, todo un hombre, dijo Margaret con orgullo y pellizcándole las mejillas a su hijo.


Blaise le sonrió y correspondió el abrazo a su madre, tomo su maleta y comenzó a caminar junto con su madre en dirección al auto de su madre, subió la maleta en la cajuela y se sentó, su madre ya se había sentado en el asiento de copiloto por lo que empezó a manejar hacia su casa. En el trayecto su madre le platicaba como estaban las cosas desde que se había ido, Blaise en ocasiones le respondía.


-Por cierto, hijo, se me olvidaba tengo que pasar a la tienda de los Weasley para comprar azúcar, podrías pasar por ahí primero, Por favor.


-Claro, dijo Blaise dirigiéndose a la Tienda de Arthur Weasley.


En cuanto llegaron Blaise estaciono el coche y salió del auto, después abrió la puerta de la tienda y le dio el paso a su madre, que gustosa, paso primero dándole una inclinación a su hijo por tal acto de caballería.


-Buenos días Señora Zabini, saludo Molly Weasley sonriendo, pero al momento de ver quien la acompañaba, mostro sorpresa. -Vaya si es el Joven, Blaise, me alegro de tenerlo de vuelta muchacho, dijo con una amable sonrisa.


Blaise le sonrío y en cuanto iba a responder el saludo.


Un Señor pelirrojo salía de su despecho. En cuanto el Señor Weasley había escuchado el nombre de Blaise inmediatamente dejo las cuentas de su negocio a un lado y salió.


-Pero que tenemos aquí, dijo con alegría Arthur mientras pasaba un brazo hacia los hombros de Blaise y lo iba llevando a su despacho. -Blaise nos alegra tanto que hallas vuelto, dijo Arthur con una sonrisa.


-Gracias, contesto Blaise un poco confundido, ya que su familia nunca había sido tan cercana a la Familia Weasley.


Arthur abrió su despacho y sentó al muchacho en una silla cercas de su escritorio mientras que él buscaba entre su libreta de paste roja el total de la deuda de su madre.


-Mira muchacho aquí tienes, tu madre nos debe $5000, de todo lo que se ha llevado y que no ha podido pagar, pero nos dijo que en cuanto su hijo llegara nos iba a poder pagar, dijo Arthur mientras le mostraba lo que estaba escrito y le entregaba la libreta a Blaise para que la mirase con más detenimiento, -Como veras no es mucho, por lo que podrás pagarlo sin problema.


Ahora Blaise en tendía porque tanta amabilidad desde que llego por parte de los Weasley, miro los apuntes y la cantidad que debía de pagar, después le entrego la libreta a Arthur.


-Claro, no se preocupe le pagare en cuanto me acomode, le gustaría en ¿efectivo o en cheque?


-Por mi está bien en efectivo, dijo Arthur sonriéndole a Blaise.


--


-Ya viste lo guapo que se ha puesto Blaise, dijo Molly discretamente a su hija Ginebra, ella solo sonrió nerviosa y se ajusto las gafas, mientras miraba a la Señora Zabini que estaba haciendo a tendida por su hermano Percy, esperando que no hubiera escuchado a su madre. Molly dejo a su hija y se posiciono a lado de la señora Zabini.


-Sabe mi hija es un buen partido no lo cree, dijo disimuladamente, mirando a la señora que estaba comprando azúcar, ella volteo y miro de reojo a Ginebra; la chica estaba usando un vestido azul, opacado de tantas lavadas, llevaba unas horribles gafas que opacaban su rostro y su mirada, su mando le su cara llena de pecas que en vez de darle un aspecto juvenil le hacían ver como toda una ñoña.


-No creo que mi hijo encuentre un buen partido por aquí, nadie lé llega a los talones, dijo la señora Zabini mirando a Molly con seguridad, -a lo mejor mi hijo tendrá que conseguirse una muchacha de fuera.


-Pero no sabes lo que es capaz de hacer mi hija, ella sabe cocinar además de que se le da muy bien el trabajo pesado como el cultivo entre otras cosas, dijo Molly jocosamente.


Ginebra que no aguantó más la humillación salió, con una canasta para recoger trigo para molerlo y venderlo en la tienda.


Cuando salió Blaise del despecho del Señor Weasley, él y su madre se despidieron de los que estaban en la tienda y salieron, pero al llegar hacia el auto, Blaise vio que salía humo de la casa que estaba en la colina, donde vivía Narcisa la Loca.


-Vaya no se ha muerto, dijo Blaise mirando hacia su madre.


-¿Quien?


-Narcisa, dijo Blaise apuntando hacia el humo que provenía de la casa


Su madre miró hacia allá y se asombró, entonces era cierto el asesino había regresado. Todos los del pueblo se habían salido de sus casas y trabajos para ver de dónde provenía el humo.


--


Draco estaba terminando de coser una cortina, para la casa, cuando levanto la vista y vio a lo lejos que los del pueblo le miraban. Su casa a pesar de estar cercas de la colina no estaba tan lejos del pueblo por lo que a lo lejos se podría observar lo que hacían los del pueblo y por esto mismo Draco sonrió de lado.


-Vaya ya era hora, no pensé que tardarían en notarlo, dijo Draco mientras cortaba el hilo con sus labios de una manera provocativa. Dejando a las mujeres con una mirada molesta mientras que Blaise lo miraba con una sonrisa coqueta.


-Vaya que se ha vuelto muy sexy, dijo en un susurro para que no lo escuchase su madre.


Narcisa miro a Draco y solo negó la cabeza mientras que seguía sentada leyendo una revista que le había dado Draco, a la vez que tomaba tequila a escondidas de Draco en una tequilera.

Notas finales:

Nos veremos en el próximo capitulo- clases de seducción, no olviden dejar sus comentarios 


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