Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La Guardia nocturna - Jack Sparrow x Comodoro Norrington por mofetarabiosa

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Todos los personajes son propiedad intelectual de Disney, este fanfic está escrito únicamente con el fin de entretener y sin fines de lucro.

Port Royal aceleraba sus carrozas entre el terraplén y los florecimientos de primavera, zarandeando la joyería y los aparatosos mariñaques de las jóvenes señoras, la noche oscura se alzaba bella por los cielos y reflejaba sobre la fuente de agua principal un mar de estrellas de la cual los caballos sorbian agraciados.
 
Nada más se oía qué el compás de un centenar de galopes rodeando hacía la principalia del lugar, el uniformado británico poco a poco descendío por las colinas, y mientras más carromatos se acentaban en la capital los indicios festivos se avivaban con fiereza. El teniente Norrington sostenía un semblante riguido y hostil, sus hombres se encontraban esparcidos sobre el perímetro de lugar en una marcha coordinadamente pulcra, y nada ni nadie podría impedir tal celebración, ni siquiera el mismísimo Jack Sparrow.
 
Bajó las escalinatas lindantes a la entrada principal, y con la mano pegada con porte al mango de la espada dio una leve inclinación hacía un par de nobles que se adentraron en las dimensiones de la casa del gobernador, donde dicha fiesta se celebraba. Norrigton iba y venía, nervioso y bajo una pequeña manta de sudor, si su deseo era el de adquirir un rango superior, como el de comodoro, entonces pondría todas sus jarras y empeño en ello. Aún si se trataba el de desempeñar un papel ajeno a su tarea, como la montura de una guardia nocturna.
Una cálida brisa removió el césped, haciéndolo vibrar suavemente, la peluca de gala y el uniforme ceñido a sus brazos y piernas le eran de rotunda incomodidad, por lo cual, luego de dar la sexta ronda alrededor de la casa e inclinar el torso en saludo unas doce veces más, aquella tibia caricia de aire le acondiciono el rostro sonrojado, hasta aquél momento todo marchó con excelencia... solo hasta aquél momento.
Luego llegaron los indicios de madrugada: la música, el ron y el baile.
Y con ellos los primeros indicios de problemas.
 
 Un muchacho con la peluca torcida y los mechones desordenados por el rostro se tiró a la fuente, salpicando a una joven señora que rompió en gritos, de eso el se encargó, no mucho después una pelea entre dos marineros por cortejar a una damisela se convirtió en un ir y venir de puños, de lo cual también se encargó. Para resumir a grandes rasgos todo lo que sucedido hasta entonces en aquella noche podría decirse qué el ni en todos sus años navegando aguas misteriosas tuvo tan arduo trabajó.
 
Ya pasada la hora del sueño, y con la  celebración por el cumpleaños del gobernador a flote, el teniente mantenía la espalda erguida a regañadientes para no perder la compostura, pero sentía las extremidades de plomo y el perseguir a un grupete de jóvenes señores le tenía de fastidio, pero ni por toda la sal del mundo le daría una decepción a sus superiores.
Un nuevo galope qué se hizo más y más audible con el paso de los segundos le quito de su ensoñacion, y una carroza que se tambaleaba choco contra los pastizales sobresaltado al teniente qué  corrió entre la humedad de la tierra, desenvainando su espada. Unos cuerpos magullados y con cardenales en el rostro salieron de entre los pedazos de madera rota, riéndose a carcajadas. Piratas. ¡En Port Royal! Piratas ¡En su Guardia nocturna de prueba! no y no, el hombre fruncio el ceño, mando a llamar al resto de sus hombres y en una rabieta de nervios los señaló acusador.
 
—¡Malditos y sucios rufianes, han venido a la boca del lobo, de esta no se salvan. 
—el hombre avanzó, lento y con una mueca de desdén por la cara. Los bandidos se miraron unos a otros, divertidos. Y entre la cortina de ron, olor a sudor, barbas y pieles bronceadas un hombre moreno se tambaleo, como si flotara en el aire para posicionarse delante del teniente, qué tras ver sus fachas no pudo no disimular el repudio hacía la poca clase e higene de aquellos sujetos, el qué por excelencia se mantenía con el uniforme pálido y ausente de mancha alguna, y que nunca dejaba su rostro sin afeitar.
 
—Escuchame, hombre de peluca y sexualidad dudosa, estas ante el mismísimo Capitán Jack Sparrow
 y — proclamó aquél sujeto para luego abarcar con el brazo extendido al resto de sus entusiastas compañeros, qué intentaban ponerse de pié y contener las náuseas  —tú te estas interponiendo entre esa fiesta y nuestro camino, sólo robaremos algunas joyas, quizás nos embriagemos un poco más — avanzó unos pasos más, sosteniendose del hombro de aquél desconcertado muchacho, quien con todo el desagrado posible intentó retroceder —y quizás, sólo quizás nos apoderemos de Port Royal ¿Savvy? —el andrajoso pirata río, y un coro le siguió por la espalda, como si acabará de contar el mejor chiste del mundo. Norrigton le apunto con la espada, pero aquello no amortiguo las carcajadas y ya con una chispa de rabia consumiendole el rostro llamo a gritos al resto de la guardia, pero nada sucedió, tan sólo una nueva cálida brisa vino a socorrerle
—No gaste su voz, teniente  —uno de los piratas intentó quitarle el sombrero, a lo que el teniente respondió con un manotazo. 
 
—Seres despreciables, no pasarán un metro más de aquí, y si mi vida depende de qué no avancen paso más, entonces con orgullo y porte transitare mi destinó 
—dicho aquéllo le cortó los tendones a uno de los bandidos, haciéndolo caer al suelo y derramar sangre. Aquello sobresalto al resto de los piratas, qué sacaron las pistolas de entre escondites extrañisimos. ¡Malditos piratas, sí para el contrabando de armas eran buenos! 
—Teniente Norrington —Jack salto el cuerpo desangrado, con una sonrisa de oreja a oreja mientras se le dirigía con una gran parsimonia —sus hombres están anudados entre las palmeras del lado sur, no tiene caso que se interponga entre nuestro destino —está vez el capitán si logró quitarle el sombrero al teniente, y tras colocarlo en su cabeza se miro entre los vidrios espejo rotos de la carroza, nego con la cabeza y lo tiró al suelo.
—¡Voy a oponerme! y maltratar el uniforme de un hombre de la guardia es vandalismo y yo no voy a permitir qué ningún... —Sparrow rodo los ojos, sorbio un último trago de su ron y tras indicarle a sus secuaces las acciones para llevar a cabo el atracó, tomo al bajo y delgado cuerpo el teniente, cargandolo como una bolsa de papas por los hombros, silbando un estribillo mientras ignoraba las constantes protestas y patadas hacía su estómago, sus compañeros se perdieron entre la oscuridad de la noche y cada paso que se alejaban por los terrones opacaba un poco más los gritos de las víctimas del asalto.
 
—Es un desgraciado, cuando me recupere de esta ya verá, colgaré su cabeza en una pica y ¡Escucheme, escucheme bandido! 
—Jack rodo los ojos, observando al teniente lanzar rabia por la boca tras ser despojado de su espada y atado a una palma de hojas extensas —guarde silencio, o me veré obligado a hacerle callar y puedo ser muy persuasivo con mis métodos ¿Savvy? —el moreno lanzó la botella vacia de alcohol, tambaleadose hacía el hombre platinado, dando una vuelva alrededor suyo, sonriendo ampliamente para cuando intentó por séptima vez forzar el lazo que unía sus muñecas por detrás de su espalda —no tiene caso alguno teniente, es un nudo ciego y bastante mal hecho, podría perder las dos palmas.
—No me interesaría perder media cara o la mitad de mis piernas con tal de reprenderlo a la ley; asqueroso, sucio y perverso pirata —al platinado le dolían las ataduras, pero aún más el orgullo y la desdicha de saber que por su culpa, el gobernador y Port Royal se encontraban en problemas.
 
—Pirata siempre, asqueroso quizás —bajo la mirada hacia sus ropas hechas arena y jirones, asintiendo para si mismo —¿Sucio y perverso...? ¿Le gustaría ver qué  tan sucio y perverso podría llegar a ser, teniente? —El pirata esbozó su mejor sonrisa de sarcasmo, poniéndose de pié para pegar repentinamente su cuerpo hacía Norrington, comenzando a tocarle los muslos con lentitud, pero claro qué James iba a mostrar resistencia, retorciendose e intentando escapar de aquellas sucias y polvorientas manos.
—¡No me toqué, ajelese! No tiene usted ni el estatus ni la sangre para siquiera posar sus manos en las telas de este uniforme — Jack lanzó una carcajada, encogiendo levemente los hombros antes de quitarle la camisa y el el uniforme superior al teniente, qué con la mirada asustada y la bronca consumiendole dio tantos rodillazos como pudo al moreno, sin más este le desató los nudos, liberandole.
El teniente se lanzó como una fiera, asqueado por ser tocado por un ser tan inmundo como un pirata. 
Pero Sparrow fue más rápido, lo pego contra el tronco de un roble cercano, subiéndose encima suyo para terminar de despojarlo de sus prendas.
—¡Sucio asqueroso pirata, suelteme, suelteme ahora mismo! —y las protestas e intentos de golpearlo siguieron, el teniente tenía el rostro sonrojado por la vergüenza y se sacudia con violencia para escapar, como un insecto atrapado en una telaraña. Sparrow olía a ron, a sal de mar y a hombre, sus labios recorrieron la piel cubierta de colonia del teniente, y su lengua le acaricio el cuello hasta los pezones, y quizás fuera el morbo de ser tocado por otro hombre, quizás el hecho de su frustrado amor platónico por Elizabeth, o el hecho de qué el bandido era experto en las artes amatorias, pero sus protestas disminuyeron un poco, dejando escapar gemidos disfrazados.
Bajo la mirada, y allí pudo observar como eran deborados sus botones de piel, qué se erizaban y le empujaba la polla entre los pantalones, aquel pensamiento le alarmó, no podía... El, un hombre correcto, delicado y respetuoso de la ley, no podía disfrutar del tacto y el calor de un sucio pirata. Intento ponerse de pié, levantando el torso para huir, desparramando dientes de furia.
—¡Suelteme, suelteme ahora mísmo, asqueroso pirata, no me vuelva a tocar o yo mismo me encargaré de qué lo castren, pervertido homosexual. —al capitán poco más que nada le importaba aquellos comentarios peyorativos, sus manos se posaron sobre la erección del teniente, apretandola —puede gritar y fingir todo el desagrado que quiera, o simplemente follar y guardarlo como el mejor de sus secretos, teniente —sin esperar respuesta alguna liberó el pene duro del hombre, quien abochornado oculto el rostro, Sparrow lo acaricio, descansando su pulgar en la punta —Maldito pirata, asqueroso y sucio pirata —repitió el mantra más de una docena de veces, y cuando las caricias en su glande se hicieron más lentas y tortuosas estiró el cuello, dándole paso a  los besos por parte del moreno que no tardaron en llegar, el clima frío le hacía temblar, y la culpa le comía poco a poco la cabeza, pero ahí se mantuvo, hasta sorprenderse basándo la boca de aquél pirata, hundiéndole la lengua y subiéndose encima de su falda, gimiendo cuando el andrajoso hombre le llevo la cabeza hasta su pene moreno, indicándole una felación, a la cual acepto. Y el delicioso sabor de la carne que le follaba la boca, aquella que tanto cuidaba, y la sensación de querer chupar más y más, el teniente busco fuerzas para huir, para salvar al gobernador, a la querida Elizabeth, a toda una isla. Pero una nueva estocada le llegaba hasta la garganta y le gustaba tanto que sólo podía gemir y tocarse. Pronto supo con quién estaba tratando, un ladrón de los mares y un villano del gorbierno, se había escupido los dedos y le acariciaba la entrada, poniéndole de pié antes de juntar ambos miembros, mientras los dedos le frotaban la parte más íntima de su cuerpo. 
— Espero que al menos tenga limpia esas manos —Jack le apretó a su cuerpo, basándole a la fuerza para callarlo, dándolo vuelta para hundir su extensión sin previo aviso
—Al teniente le importa la limpieza, pero se entretiene con un pirata —Sparrow canturreo, atrayendole de las caderas para embestirle mejor, y en aquel plano, nada más que los gemidos y las súplicas del teniente podía escucharse, pidiendo más y rezandole a su captor para más presión, y no podía dejar de culpar a sus hormonas por ello, un miembro cubierto de presemen se le metía y en algunas ocasiones lo chupo para lubricarlo mas, cuando sintió el peso de todas unas semanas acumularse en la punta de su miembro, gimoteo, apretando el trasero, cosa que el pirata no pudo agradecer más, se corrió dentro suyo, y el líquido tibio se escurrio entre las piernas del teniente, qué en un abrir y cerrar de ojos limpio sus manos cuanto antes en la ropa del pirata, colocándose el uniforme y poniéndose en huida, con la peluca casi tan torcida como la del muchacho que se tiró en la fuente. El pirata repitió sus acciones, dejando un silbido al aire antes de que sus compinches cargados de joyería y botellas de ron llegaran.
 
—Nos veremos pronto, muy pronto teniente Norrigton —Sparrow le dio una última mirada burlón, escapandose en la oscuridad de la noche.
 
Y sólo entonces, pudo socorrer a la isla, con la ropa sucia y el olor a siete mares juntos.
 

Notas finales:

¡Hola! Este es mi primer fanfic y agradecería muchos las críticas constructivas y su opinión al respeto del one-shot y si desean puedo escribir más sobre esta extraña pareja jaja .


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).