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ONE SHOT - SULAY - PROMISE por helena_CB97

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Junmyeon suspiró mientras observaba cómo el objeto de su inspiración se empezaba a llenar de turistas. La Fontana de Trevi era sin duda uno de los monumentos estrella de Roma y todos los días sin excepción pasaban miles y miles de personas para admirarla, hacer fotos y tirar monedas sin ton ni son a sus aguas.

 

Miró el boceto que había realizado aquella madrugada, decidiéndose finalmente a guardar sus lápices y levantarse de su asiento justo en frente de la fuente. Pero una moneda llegó de repente a sus pies. 

 

-¡No! -escuchó a un chico exclamar en un claro chino. 

 

Junmyeon se agachó para coger aquella moneda de un euro que parecía totalmente normal y corriente como para que alguien tuviera la urgencia de aquel chico que llegaba corriendo entre la gente. Se detuvo frente a Junmyeon, encorvándose un poco para recuperar su respiración.

 

-Toma -respondió Junmyeon en un pulcro chino, observando curiosamente al preocupado chico.

 

El propietario de la moneda entonces levantó la mirada y captó su mirada, quedándose ambos en un pequeño silencio. 

 

-Gracias… -respondió el chico inclinándose un poco en una venía de agradecimiento- ¿Eres chino? -preguntó de repente un tanto sorprendido, ya que no había caído hasta ese momento que estaban hablando en su idioma.

 

-No, coreano, pero sé hablarlo un poco -respondió Junmyeon encogiéndose de hombros. 

 

Entonces el chico le sonrió de una manera que a Junmyeon le pareció encantadora, ese hoyuelo quedando marcado en su cabeza instantáneamente.

 

-¿Entonces crees en la leyenda de esta fuente? -preguntó ahora Junmyeon, todavía hipnotizado por aquella sonrisa, queriendo verla unos instantes más.

 

-Hum -asintió el otro de forma alegre- Aunque esta moneda la lanzaré de parte de mis abuelos, que como no pueden venir me han pedido el favor de hacerlo por ellos -explicó sin ningún reparo, mirando con emoción la moneda entre sus manos. 

 

Junmyeon soltó una pequeña carcajada sarcástica. Por supuesto que un chico encantador como aquel iba a creer en aquellas fantasías…

 

-¿Tú no? -preguntó un tanto confuso y desanimado el chico. Junmyeon se pateó mentalmente por provocar que esa sonrisa se fuera. 

 

-Simplemente me parece una forma de recaudar dinero -se volvió a encoger de hombros- Aunque tengo que valorar que lo que sí me atrae es su belleza -dijo echándole un pequeño vistazo a la fuente. 

 

-¿Por eso la estás dibujando? -preguntó el chico de nuevo, más animado, inclinando su cabeza hacia un lado para poder ver mejor el cuaderno que Junmyeon llevaba en su mano contra su cadera.

 

-Bueno… Es un pasatiempo al que no le puedo dedicar mucho tiempo, siempre vengo al amanecer o antes incluso para que no haya mucha gente y no perder tiempo del resto del día -explicó mientras observaba su boceto con un gesto indiferente.

 

-Pues parece que te importa -afirmó el chico mirándole de nuevo a los ojos y con gesto serio, como si pareciera realmente importarle sus gustos.

 

Junmyeon se quedó sin palabras. Nadie nunca le había conocido lo suficiente como para saber su amor secreto por la pintura; sin embargo, este chico desconocido lo había hecho sólo con observarle.

 

-Kim Junmyeon -se presentó, decidiendo por pasar de largo aquel oportuno comentario. Pero pareció que al otro no le importó el corte de tema, porque volvió a sonreírle con aquel hoyuelo que comenzaba a encantarle y le estrechó la mano que Junmyeon le ofrecía.

-Zhang… -pronunció siendo interrumpido de repente por un chico en la distancia.

 

-¡Yixing! -gritó- ¡Vamos! ¡Te habíamos perdido!

 

-¡Sí! ¡Lo siento, chicos! -gritó de vuelta- ¡Ya voy! -y se dio la vuelta para volver a encontrarse con Junmyeon- Ese soy yo -dijo alegre mientras le guiñaba con simpatía un ojo- Encantado de conocerte, Junmyeon. ¡Pediré un deseo por ti para que tengas más tiempo para dibujar! -exclamó con una sonrisa mientras se alejaba despidiéndose con una mano.

 

Junmyeon se quedó unos instantes allí parado, observando cómo Yixing se encontraba con sus amigos y se dirigía hacia la fuente para sentarse de espaldas y cerrar los ojos para conjurar el deseo que le habían encargado sus abuelos.

 

Pero antes de tirar la moneda, su mirada volvió a él. Y no pudo contener una sincera sonrisa ante la bonita imagen que se exponía ante él y, que sin duda alguna, plasmaría en su cuaderno de dibujo.

 

+.-o-.+

 

“…siempre vengo al amanecer o antes incluso para que no haya mucha gente y no perder tiempo…”

 

Esa frase estuvo todo el día en la cabeza de Yixing y fue justo lo que hizo que se levantara a las seis de la mañana. No sabía el porqué, pero aquel chico, Kim Junmyeon, con su cuaderno de dibujo y su mirada seria pero anhelante, le había cautivado de tal manera que estaba dispuesto a sacrificar algunas horas de sueño para comprobar si sus palabras eran ciertas.

 

Así que se levantó con cuidado y se preparó esperando no hacer mucho ruido para no despertar a sus amigos. Dejó una nota alegando que llegaría a la hora del desayuno, que se había ido a dar una vuelta y se dispuso a salir.

 

-¿Yixing? -la voz adormilada de su amigo Luhan le alarmó.

 

-Sh, tranquilo, Luhan, ahora vuelvo -calmó en un susurro Yixing, esperando que Tao y Yifan no se despertaran tampoco.

 

Por suerte, Luhan asintió, se dio la vuelta y siguió durmiendo. Los otros dos ni se percataron. Yixing suspiró con alivio y cerró la puerta tras de sí con cuidado.

 

Cuando salió a la calle todavía estaba un tanto oscuro, pero eso no le disuadió para comenzar a andar rápido para llegar a la Fontana. Por suerte, su hotel estaba bastante cerca, así que sólo le tomó quince minutos llegar allí.

 

El amanecer ya estaba despuntando, y al parecer sólo unas pocas personas se encontraban ya en la fuente a esa hora. Justo la que estaba buscando él se encontraba sentada en el mismo sitio del día anterior. 

 

Se fue acercando al chico de ojos y cabello oscuros, de nariz y boca pequeñas, y rasgos definidos pero suaves. Su ceño se fruncía levemente en una mueca de concentración mientras que su mano se deslizaba sobre el papel, dibujando con gran fluidez.

 

-Así que es verdad que vienes al amanecer -afirmó con voz tranquila Yixing una vez que llegó a estar frente a él.

 

-¿Yixing? -Junmyeon pegó un pequeño salto en su sitio por la sorpresa- ¿Qué haces aquí?

 

-Sólo quería comprobar que era cierto lo que decías -se encogió de hombros y finalmente se sentó a su lado- También quería ver cómo dibujabas -dijo sonriéndole.

 

Aunque eso era una verdad a medias, y lo cierto era que había tenido unas ganas irremediables de volverle a ver.

 

-Sólo hace un par de días que comencé, así que no podrás ver mucho más de lo que haga hoy… Ni siquiera sé si lo lograré terminar dentro de unos días -explicó Junmyeon mirándole con cierta curiosidad y cautela.

 

-No me importaría venir todos los días -alegó Yixing tan alegre como siempre, su hoyuelo bailando en su mejilla- Bueno, si no te importa, claro -matizó un poco avergonzado por su impulsividad.

 

Junmyeon no paraba de sorprenderse. Se sonrojó levemente y apartó su mirada, enfocándola en su dibujo.

 

-Claro, puedes venir -murmuró todavía sin creerse el poder que tenía sobre él aquel casi desconocido.

 

Seguro que era por el grácil movimiento de ese hoyuelo al reír, como en ese momento.

 

+.-o-.+

 

-Buenos días, Junmyeon -saludó Yixing cuando llegó a su lado al día siguiente. 

 

-Buenos días -respondió con una leve sonrisa, encantado de poder ver ese hoyuelo desde tan temprano.

 

-¿Desde hace cuánto que estás aquí? -preguntó curioso, ya que el día anterior y ese mismo Junmyeon ya estaba allí antes de que él llegara.

 

-La verdad que no más de diez o quince minutos -respondió mientras comenzaba a dibujar- Mi hotel está justo aquí al lado así que no tardo más de unos minutos en llegar -explicó.

 

-Oh -exclamó Yixing, alternando su mirada entre el dibujo y la cara de Junmyeon, absorto en la forma en la que fruncía el ceño con concentración- El mío está un poco más lejos, pero se llega en nada también.

 

Hubo un pequeño silencio, justo el que Junmyeon aprovechó para mirar la fuente y después buscar la mirada de Yixing.

 

-¿No crees que te vas a aburrir? Digo, sólo estoy dibujando… Podrías ahorrar energía durmiendo para estar más activo el resto del día -dijo con una de sus cejas alzadas. 

 

Observó cómo el liso pelo negro se mecía acorde con la negación de su cabeza, sus rasgados y dormilones ojos oscuros cerrándose suavemente, y su sonrisa decorada con ese hoyuelo permanente.

 

-Para nada, no te preocupes por eso. Aunque no lo parezca, tengo bastante vitalidad, y también mucha conversación -se carcajeó mientras le lanzaba una mirada divertida- Quiero saber más de ti, Junmyeon -declaró finalmente, mirando a la fuente- ¿Me dejarás conocerte? -preguntó volviendo a mirarle.

 

Definitivamente Junmyeon nunca había conocido a alguien como Yixing. Y eso se le hacía emocionante, tanto que estaba dispuesto a abrirse a ese chico soñador y alegre. 

 

Por lo tanto, asintió con un leve sonrojo de expectación.

 

+.-o-.+

 

-¿Puedo preguntar por el deseo que has venido a pedir por tus abuelos? -preguntó Junmyeon, mirándole de reojo y sonrojándose por la sorpresa de verle tan cerca de él mirándole dibujar.

 

-Claro, no es problema -asintió alegre Yixing- Mis abuelos vinieron cuando eran jóvenes a Roma, a esta fuente, por separado. Ambos pidieron los tres deseos de la leyenda, y cuando se conocieron ya en China se enamoraron y terminaron casándose. Ya que sus deseos se hicieron realidad quisieron volver para lanzar una última moneda en agradecimiento y como una promesa de amor; sin embargo, no tuvieron tiempo para hacerlo y ahora están demasiado mayores para poder venir, así que me lo pidieron a mí ya que iba a venir -finalizó con una amplia sonrisa.

 

-Una bonita historia -asintió Junmyeon, observando la fuente.

 

-Sip -Yixing le miró de reojo con una sonrisa traviesa- Y dime… Con la historia de mis abuelos, ¿no te han entrado ganas de comprobar si tus deseos se pueden hacer realidad? -preguntó, impaciente por saber si le había hecho cambiar de parecer en cuanto a la leyenda.

 

Junmyeon suspiró, negando divertido con la cabeza, sabiendo que los derroteros iban a ir por ahí. Le miró con una sonrisa sarcástica.

 

-Me alegro mucho por tus abuelos, pero sigo siendo más de casualidades que de deseos cumplidos, gracias -respondió viendo divertido cómo el otro bufaba y se cruzaba de brazos de forma muy linda. 

 

-Aburrido… -murmuró malhumorado Yixing. Pero de verdad que se sentía un poco triste por la poca esperanza que parecía que Junmyeon tenía en cosas tan bonitas como aquellas.

 

Y al parecer, Junmyeon se dio cuenta.

 

-Además, tengo suficiente con el deseo que has pedido por mí -dijo sonriendo esta vez de forma más sincera y amplia.

 

Esta vez fue el turno de Yixing de sorprenderse y sonrojarse.

 

+.-o-.+

 

-¡Guau! Es increíble que puedas reproducir los detalles tal y como son en la vida real -comentó entusiasmado Yixing mientras observaba a Junmyeon dibujar la cara de la estatua central de la fuente sin mucha complicación- ¿De verdad que no te dedicas a esto? Es decir, sino fuera más que un pasatiempo no vendrías aquí todos los días y…

 

-No puedo -cortó Junmyeon, parando a su vez de dibujar- Mi padre dirige una gran multinacional que heredaré en el futuro cuando termine la carrera, así que no puedo desviarme del camino que me han facilitado y que con tanto esfuerzo han conseguido para mí…

 

-Pero no eres feliz -sentenció Yixing, mirándole fijamente, leyendo sus más profundos pensamientos.

 

Y Junmyeon por fin se abrió.

 

-No -se sinceró devolviéndole una mirada agravada por las emociones ocultas que tanto tiempo llevaban escondidas- No lo soy, pero es lo que siempre han querido de mí y no puedo defraudarlos de esta manera; de hecho, mi padre y yo estamos aquí por asuntos de la empresa y ni siquiera sabe que vengo a dibujar porque siempre regreso al hotel a tiempo para prepararme para el desayuno… Ya me siento lo suficiente culpable haciendo lo que me gusta a espalda de mis padres como para exponerlo y dejarlo todo por… por…

 

-¿Por tu sueño? -inquirió apesadumbrado Yixing, cogiéndole la mano y entrelazándola con la suya en uno de sus muchos impulsos- Yo no lo veo así, Junmyeon. Por lo que me estás contando, quieres mucho a tus padres y por cómo ellos se han preocupado para asegurarte un futuro también lo hacen. Pero estás tan asustado de decepcionarlos que te estás reprimiendo a ti y a tus sueños para no causarles ningún problema -dijo con gesto serio. Junmyeon desvió y bajó la mirada, dándole la razón. Yixing miró sus manos aun entrelazadas y sonrió levemente- Tienes que enfrentarlos, Junmyeon, perseguir tu sueño. Y a la vez complacerás a tus padres de igual manera, yo sé que podrás hacerlo. Tú también lo sabes, aunque nunca lo has querido ver -terminó de decir mientras le quitaba un mechón del flequillo que le caía sobre sus ojos, su sonrisa y su hoyuelo siempre apareciendo de nuevo.

 

De repente, Junmyeon se abalanzó sobre él, envolviéndole en un cálido abrazo. Se tensó por la sorpresa, y después de ponerse rojo como un tomate se lo devolvió suavemente.

 

-Lo intentaré -oyó decir a Junmyeon sobre su hombro, apretando más su abrazo- Gracias, Yixing. Creo que necesitaba que alguien me abriera los ojos -agradeció alejándose de él, con una sonrisa brillante en su rostro.

 

-Bueno… Yo… Sólo quería seguir observándote hacer lo que amas -declaró todavía un poco pasmado y muy, muy sonrojado.

 

Junmyeon asintió, cogiendo las manos de Yixing entre las suyas y regalándole una sonrisa aún más amplia, sus mejillas levemente sonrojadas. 

 

Estaba seguro de que a partir de ese momento su vida tomaría el camino correcto. Y, sobretodo, de que no era solo el hoyuelo de Yixing lo que le gustaba tanto.

 

+.-o-.+

 

Pocos días faltaban para que ambos finalizasen sus viajes, pero los dos chicos disfrutaban cada amanecer en la Fontana como si el tiempo fuera eterno. Su relación fue fortaleciéndose a base de sonrisas, pequeñas bromas y conversaciones que tocaban desde los temas más triviales a los más personales. Se estaban abriendo completamente el uno al otro, sin darse cuenta de lo fácil que fue para el amor instalarse en sus corazones. Como si fuera algo que hubieran estado haciendo desde el principio, los sutiles abrazos y las dulces caricias se sucedían sin ningún reparo. Sus ojos se hablaban claramente, no haciendo falta palabras para decirse lo que parecía más que obvio. 

 

Y el último amanecer llegó.

 

 

+.-o-.+

 

Yixing corría casi sin aliento por las calles, mucho más temprano que los días anteriores. 

 

Era su último día en Roma.

 

El último día que vería a Junmyeon en aquella fuente de ensueño.

 

Y eso le rompía el alma.

 

Sin embargo, decidió aparecer con una sonrisa delante de aquel chico que le había robado el sueño desde el primer día y que había hecho de su viaje, y de su vida en definitiva, algo mucho mejor. Tenía que agradecerle por todo eso. Y mucho más.

 

Aunque no se esperó ver a Junmyeon sentado de espaldas a la fuente, sin su cuaderno, sosteniendo unas monedas y sonriéndole de aquella manera que hacía que su corazón se parara unos instantes. 

 

-¿Pero qué…? -comenzó a preguntar, intentando recuperar el aliento, parándose frente a él. Junmyeon le miraba aun sonriente y con una mirada divertida- ¿Y tu cuaderno? ¿Y esas monedas? -preguntó atropelladamente, su cabeza procesando varios pensamientos y emociones a la vez. El otro chico rió, y cogiéndole de la mano, le atrajo para que se sentara a su lado.

 

-No tengo el cuaderno porque ya lo terminé -comenzó a decir con tranquilidad- Y las monedas son para tirarlas a la fuente, por supuesto -terminó diciendo elevando sus cejas en una mueca de burlona obviedad. Yixing se quedó con la boca abierta.

 

-Quién eres tú y qué has hecho con Junmyeon -inquirió llevándose una mano a su boca en un gesto de máximo asombro. Junmyeon volvió a reírse.

 

-Un chico que conoció hace poco hizo que se abriera a él y le contara sus miedos. Ahora por fin se siente libre y esperanzado, esperando que sus sueños se hagan realidad. Ese soy yo -aclaró firmemente, con la sonrisa que ahora parecía permanente en su cara.

 

A medida que esas palabras entraban en los oídos de Yixing, el chico no se podía sentir más que extremadamente feliz por Junmyeon. Ahora se emocionaba al verle tan brillante y feliz, y no podía creerse que él había contribuido a ello. 

 

-Ahora… ¿Escucharías mis deseos? -pidió Junmyeon tal y como Yixing le pidió que le dejara conocerle. 

 

Yixing asintió con aquella sonrisa acompañada por el hoyuelo que le habían enamorado. 

 

Junmyeon entonces se posicionó y cogió la primera moneda de las que, Yixing contó con extrañeza, eran cuatro.

 

-Ésta para volver a Roma -lanzó la moneda.

 

Yixing observó la caída de la moneda y cómo se zambulló en el agua, acompañada de unas bonitas ondas. Con su perpetuo asombro, volvió su mirada a Junmyeon, quien ya estaba preparado para tirar la siguiente.

 

-Ésta por nosotros -lanzó la moneda, esta vez con una dulce sonrisa en sus labios.

 

Yixing contuvo la respiración. Quería decir algo, lo que sea para corresponder a Junmyeon y a sí mismo aunque no tuviera ni idea de lo que estaba pasando en aquel momento. Pero sus esfuerzos para concentrarse fueron en vano cuando Junmyeon cogió su mano y le miró, justo como cuando se vieron por primera vez.

 

-Ésta por nuestro futuro -lanzó la tercera moneda, apretando la mano de Yixing con cariño.

 

Yixing no pudo evitar dejar escapar una carcajada, nublada por la emoción que le embargaba por aquella repentina declaración por parte de Junmyeon.

 

-¿Y ésta? -fue lo único que pudo decir, apartando su mirada llorosa de los profundos ojos de Junmyeon y posándola en la última de las monedas de Junmyeon.

 

-Ésta… -dijo asintiendo, alzándola a la altura de sus ojos- Ésta es para ser fiel a mí mismo y a mi amor por ti, Yixing -declaró firmemente, tirándola por fin por encima de su hombro.

 

En ese momento se volvió para ver a Yixing, acercándose a él, apoyando su frente contra la suya, acunando su cara con sus manos y secando las pequeñas lágrimas de emoción que caían finalmente de sus soñadores ojos. 

 

-Es una promesa, Yixing -declaró suavemente Junmyeon, sintiendo cómo las manos de Yixing atrapaban sus muñecas, acariciándolas con cariño.

 

-Gracias -agradecieron los dos al unísono, Yixing haciendo que su nariz acariciara la de Junmyeon al mover la cabeza para acercarse y por fin juntar sus labios en su primer beso.

 

Cuando el beso finalizó, ambos se quedaron resguardados el uno en los brazos del otro, observando cómo todo se iluminaba con la luz del amanecer, esos mismos colores que habían sido testigo del comienzo de aquella hermosa historia de amor.

 

Y en una grande habitación de hotel, descansaba sobre una mesa un cuaderno que guardaba un dibujo terminado aquella misma noche de la hermosa Fontana de Trevi, y sentado de espaldas a él, aquel precioso chico de dulce sonrisa y hoyuelo encantador.

 

FIN.

 

Notas finales:

¡Estoy de vuelta! :D

Es el primer one shot SuLay que escribo y espero haberlo hecho medianamente bien x’D 

 

Como siempre, es de temática fluffy y espero que no hayáis vomitado mucho arcoíris como yo al escribirlo (aunque me encanta, nunca voy a parar xDDDDDDD)

 

Está basado un poco en un hecho real que viví con mis amigas cuando viajamos hace casi un mes ya a Roma, y es que una de ellas se quiso levantar en la madrugada para ver si podíamos ver la Fontana de Trevi con menos gente. Cuando llegamos había como mínimo 30 personas allí (un poco alucinante, ya que eran las 7:30 de la mañana) pero la fuente se veía perfectamente sin agobio y con mucha más tranquilidad :)

 

¡Muchas gracias por leer y espero que cuando termine los exámenes tenga mucho más tiempo libre para traeros algunas historias más!

 

¡Nos leemos! ^w^

 


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