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Sin vergüenza por Z_kv

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Notas del fanfic:

Es la primera vez que participó en los desafíos de Es de fanfics, me tocó desarrollar una historia con Wolf in sheep's clothing.

 

Una sonrisa pintada de oro. Ojos decorados con estrellas. Y el siniestro sonido que él llama “risa” fue todo lo que Kibum necesitó para conseguir tener a Jinki a sus pies.

Engañar es natural para él. Complacer un don.

¿Quién necesita trabajo duro cuando se tiene ese tono rojo en el cabello?

Nunca cruces tu vida con la de él; Kibum es un lobo disfrazado en pieles de oveja.

Recuerda que esto no es más que una advertencia.

Sin embargo, Jinki ignoró a todos los ángeles caídos objetando que Kibum había sido víctima de su pasado.

De la misma manera que las hojas caen de los árboles, la energía de Jinki fue desprendiéndose de su cuerpo.

–¿Cómo puedes dormir tan fácil cuando solo piensas en ti mismo? –preguntó mirándolo –Te dije claramente que realizaras los depósitos a las cuentas bancarías que te entregué.

–Olvidé hacerlo pero te garantizo que mañana estarán listas.

Kibum lo miró frotarse las yemas de sus dedos en la sien mientras buscaba una solución.

Jinki se levantó de su asiento tras el escritorio para caminar hacia él.

–No es la primera vez que “lo olvidas”.

–Ayer estaba muy ocupado revisando las modificaciones del plan de negociación e inversión que olvidé completamente hacer los depósitos, pero iré en este momento, ¿estás de acuerdo?

–Ve por favor y que sea la última vez que olvidas algo importante–, suspiró cansado –Por favor.

–Lo haré, ya regreso.

Kibum salió enviando un corto mensaje de texto a cierto contacto, luego tomando la chequera se dirigió al elevador en dónde ya lo esperaban.

Sonó la alarma en todo el edificio, los trabajadores aturdidos por los sonidos fueron incapaces de reaccionar a las personas con armas hasta que el sonido de un disparo proveniente del elevador los aterró.

De inmediato los agentes de seguridad intervinieron; no había heridos graves más que Jinki a quién la primera bala le rozó el antebrazo suponiendo que los rehenes del elevador estuvieran sanos y salvos.

–Entregarán a los rehenes solo si el jefe de la compañía sube a negociar.

–Lo haré–, afirmó Jinki sosteniendo la venda sobre su piel –Kibum estaba en el elevador.

Sus piernas temblaban pero repasaba una y otra vez las indicaciones de la policía mientras cuidaba que el micrófono bajo su corbata no fuese visible. Cuando el elevador se detuvo y la puerta se abrió de inmediato su rostro fue cubierto y un certero golpe en el estómago le hizo doblegarse.

–¿Es él? –escuchó una voz lejana –¿Seguro que es él?

–Es él –confirmó Kibum al reconocer su fragancia – ¿Sabes lo que tienes que hacer, cierto?

–Si la póliza dice lo que dijiste no hay ningún problema.

–La revisé esta mañana, si Jinki muere yo heredo todos sus bienes.

–Entonces hagámoslo.

Un disparo a su mano derecha para que dejara de dibujar aquellas figuras que llamaba “arte”, uno más en su rodilla izquierda para terminar con su carrera de atleta y una patada a su rostro para sacudirle la idea de estar juntos hasta el final de sus días.

Los lloriqueos de los rehenes comenzaron a fastidiarlo y sin pensar más los silenció con una ráfaga de plomo.

–Amor, date prisa o no lo haremos como está planeado.

–No tardaré–, dijo Kibum hincándose frente a Jinki –Esto será rápido.

Tomó la bolsa que cubría su cara para retirarla liberándolo, provocando que Jinki comenzara a ahogarse al recuperar el conocimiento.

–Esto no es personal–, dijo Kibum –Pero tú no me darías el divorcio y yo no te daría la mitad de mis bienes.

–De… de qué hablas.

–Te lo contaré porque te lo llevarás a la tumba –, dijo orgulloso –Planeé todo esto porque has estado sobreviviendo a cada una de las formas en que he tratado de eliminarte, lo único que amo de ti es tu dinero y estás a punto de hacerme muy, muy feliz.

–Kibum… no lo hagas –Jinki escupió un poco de sangre que brotó de su boca –Hablemos...

–Cariño–, susurró acercando su mano a su mallugada cara –Se terminó.

–No presentaré… cargos.

–Jinki, te mataría pero es mal visto en todos los estados –, tomó su barbilla forzando el contacto visual –Ahora no me sirves para nada.

Soltó su rostro, se levantó y con la gracia de un cazador satisfecho y caminó hacia el elevador.

–Dicho esto, vete al infierno.

La última silueta que Jinki vio, quién terminó con su día lucía como Jonghyun.

¿El karma cobrará sus deudas?

No. No cuando eres Kim Kibum quién salió del funeral vistiendo mejor que ningún otro día.

Notas finales:

Gracias por leerlo


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