¿Como era que siempre llegaba tarde a la universidad?
Vivo a a 4 cuadras de esta pero parece ser que siempre encuentro la manera de llegar tarde. Lo único bueno es que ahora no tienes alguien en la puerta que te prohibe entrar si es que llegas tarde, aunque eso no ayuda mucho.
Siempre he sido muy irresponsable, según mis padres, y el haber venido a una universidad lejos de casa solo empeoro las cosas.
Desafortunadamente para ellos, no pudieron venir a vivir conmigo, debido a su tan preciado trabajo, lo cual me deja a mi solo.
Pago mi renta y otras cosas necesarias, pero siempre ando atareado y retrasado, especialmente en la escuela.
-Nuevamente tarde George - dijo en voz alta la maestra haciendo que todos mis compañeros de aula voltearan a verme.
-Lo se, lo siento mucho.
-Mas lo siento yo. Conoce las reglas de mi clase - y lamentablemente si las conocía, lo cual requería no entrar.
En cierta parte entendía todo eso. Al fin y al cabo era yo quien se lo busco. Si hubiera puesto mi despertador a tiempo tal vez todo esto no estaría pasando.
Sin mas que decir me dispuse a retirarme a un lugar mas callado y tranquilo.
Lo que poca gente sabia de mi, y por poca me refiero a nadie, es que me encantaba dibujar, especialmente cuando me sentía frustrado. Era como mi terapia personal.
Cada vez que lo hacia, me sentía mas tranquilo, y preparado para lo que la vida tenia para mi.
Desafortunadamente, para mis padres, eso era una perdida de tiempo. No se cansaban de decir lo mal hijo que era, y como los decepcionaba.
A mi corta edad de 13 fue cuando descubrí como el dibujar me ayudaba alejarme del mundo, en especial de mis padres. Todo es mejor cuando uno esta solo, aunque mucho podrán pensar que es triste, Y SI LO ES!, pero era como me sentía mas a gusto.
Caminando por los pasillos de la universidad, se me ocurrió ir al campo de futbol a dibujar por un rato. Si no iba entrar a mi primera clase, pues por lo menos podría pasar un tiempo a solas, que era lo que mas me gustaba.
Llegue a las gradas y me dispuse a sacar mi cuaderno y lápiz. Pero ese día me había hecho sentir algo triste, para ser honestos. Siempre estaba tarde para todo, nunca lograba nada bueno. Tristemente pude entender a mis padres y como se podían sentir al saber que su único hijo es un bueno para nada.
Algunas lagrimas recorrieron mis mejillas, con mi vista perdida en algún punto del cielo.
En verdad me sentía pésimo. ¿Será que algún día lograría algo en mi vida?
-Hijo…esta es una practica cerrada. No puedes estar aquí - esa voz hizo que saliera de mi trance, e inmediatamente me limpie mis lagrimas.
-Perdón, no sabia que el capo cerraba.
-Entrenador!! - Dijo la voz del chico desde abajo de las gradas - No creo que cause muchos problemas si dejamos a un solo chico quedarse a la practica - el entrenado volteo a verme con una mirada despectiva, suspiro y asintió al joven.
-De acuerdo. Pero mas vale que no los hagas chico - decía mientras me señalaba con el dedo indice.
-No se preocupe! Y gracias
La verdad ya me sentía incomodo con el estar ahi, digo, no tenia ni idea de que era una practica cerrada, y mas porque era mi primera vez yendo a ese lugar, pero me pareció algo extraño que aun así me dejara estar ahi, especialmente ese chico.
Había algo en el que me llamaba la atención.
Era alto, de cabello rubio obscuro y con una sonrisa que destacaba hasta donde yo me encontraba. Se veía como alguien agradable.
Tan mal me sentí que tome mis cosas y me fui. De todas maneras mi próxima clase estaba apunto de empezar.
Y como era de costumbre, llegue tarde.
-Cuando sera el día en que llegue a tiempo a mis clases? - me recriminaba mientras caminaba hacia uno de los jardines de la universidad. Al menos ahi nadie me molestaría si me quedo a dibujar por una hora. Pero aun así, el muchacho de hacia un rato me había llamado mucho la atención.