Choi Minho era malo, a simple vista parecía el típico idiota narcisista de cara bonita con particular facilidad para sacar de quicio, y en efecto lo era, aun así Taemin pudo haberle ignorado, si no fuera por un detalle que no se tragaba, Minho era un ligón, un vil y vulgar ligón, y eso era algo que Lee Taemin no podía soportar.
-Hola hermoso, ¿me esperabas?- dijo mientras intentaba agarrarle la cintura. Taemin puso los ojos en blanco.
- ¿Yo? ¿A ti?... brincos dieras Choi – se echó a andar de regreso a la facultad
Minho le sigue de cerca y en dos zancadas ya está frente a él, impidiéndole el paso con su metro ochenta, se encorva para quedar a su altura y rozarle la nariz, Taemin ni siquiera se inmuta.
-Vamos lindo yo sé que quieres venir conmigo- le apartó un mechón, le encantaba fastidiarle, porque Taemin se miraba realmente adorable cuando se enojaba.-podemos ir a un lugar más… privado-.
El bajito se le queda mirando, el cabello castaño despeinado, los ojos redondos y grandes del mismo color, la boca pequeña y rosada; en menos de un minuto hace el mismo recorrido más de diez veces: cabello, ojos, boca; boca, ojos, cabello. Intentó pensar qué pasaba por la mente del otro, y llego a la conclusión de que Minho era un idiota. Se carcajeó haciendo que su aliento golpeara el rostro del contrario y este arrugo la nariz, olía a café, Minho odiaba el café.
-¿y para qué?- espetó- para que me cambies una salida por el trabajo de literatura o dejas que nos besemos para que te ayude a no suspender inglés eh? O… a lo mejor te acuestas conmigo para que te pase las respuestas de los finales y ya después pasas de mí en lo absoluto.-sonrío burlón- eso suena a ti.
Su mirada se suavizó cuando vio el rostro del otro y sintió un nudo en el estómago, a lo mejor se había pasado <<mierda, mierda, mierda>> pensó, abrió la boca pero nada salió, Minho ya no acariciaba su cabello, intentó acercarse, Minho ya se había ido.
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Kim kibum (key para los amigos) y quien él consideraba el ser más amable del mundo, estaba fúrico, su ceño estaba fruncido a tal punto que Taemin creía que las cejas se le iban a unir en una gran y rubia ceja.
-¡Cómo le fuiste a decir eso!! Te portaste como un idiota Lee-
¿Lee? ¿Le había dicho Lee?, no cabía duda, estaba furioso y lo que le sigue: pero lo merecía y es que en su desespero de hablar con alguien a Taemin se le había olvidado que Key era el primo de Minho y helo ahí, pagando el precio. Dejó de escuchar a su amigo en cierto punto, se sentía culpable, no podía quitarse el rostro descompuesto de Choi de la cabeza, sí se había pasado; pero no era solo la culpa en realidad ahora que Minho no estaba rondándolo se sentía algo ¿solo? Sacudió la cabeza alejando esa sensación, él no lo extrañaba, ni hablar.
-Él no va a venir Tae- explicó el rubio- deja de esperarlo
Taemin se sonrojó, como si lo hubieran descubierto en una travesura y Kibum sonrió travieso con sus labios acorazonados.
-Te gusta ¿no es así?- dijo risueño- ¡mi primo te gusta!
-Chit! Cállate Key, eso… eso no es para nada así- “no podía gustarle, simplemente no, él odiaba a los ligones y el petulante cara de rana era el mayor de ellos”- yo solo me siento culpable.
-Allá tú, solo responde esto. ¿Por qué crees que siempre viene a la cafetería?
El pelinegro se alzó de hombros, el otro bufó impaciente.
-¡¡Por ti!! Él viene por ti, ¿vale? Minho odia el café, con su vida, no soporta beberlo- enumeró con el dedo- olerlo- otro dedo- venga creo que ni siquiera le gusta mirarlo y me vas a decir que viene a aquí sin razón alguna. ¡Por Dios, espabila Taemin!
-Menuda idiotez, tu primo no puede… él no puede…- “estar enamorado de mi” no podía completar la frase, miró a Key que parecía divertido- Ah cállate, eres insoportable Kibum-
Un cliente entró y pidió un late.
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Se sentía apaleado, llevaba tres días sin ver a Tae y vaya que le estaba matando; era verdad que la pose de dama indignada no le iba; pero ya había decidido no volver, iba a olvidarse de Taemin de una vez por todas. Suspiró abatido, menudo idiota era, enamorarse de alguien que le despreciaba tanto (con justa razón), sí él había sido un ligón, de los más grandes; pero fue hasta conocerlo, hasta ver sus poses enfurruñadas, sus regaños, el mohín que hacía con la nariz cuando estaba nervioso, hasta su carácter de mierda, Taemin era tan para él.
-Eh Minho- dijo Jonghyun- vámonos
-Eh? Ir a dónde?
-A la fiesta de Onew, es la más grande de la fraternidad, tenemos que ir- dijo emocionado
Minho de verdad no quería ir; pero si no Jong no iba a para de fastidiarlo, decidió que no le costaba demasiado trasladar su depresión a otra parte y así sacarse a su amigo de encima.
-Está bien- dijo tomando su chaqueta- pero yo conduzco.
Jonghyun le siguió dando saltitos.
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La música era ensordecedora, la cerveza iba y venía y los universitarios pululaban por todo el lugar, se sentía extraño, Key prácticamente le había arrastrado hasta ahí, “Tú quieres hablar con Minho, él está en la fiesta, debes ir a la fiesta; lógica simple Tae”.
Se abrió paso entre la multitud, maldijo cuando alguien le tocó el trasero, buscó a la rana con la mirada sin mucho éxito, camino un metro más y lo encontró.
-Hey Minh…- no pudo completar, en ese instante reparó en que el otro no estaba solo, Yuuri le apretujaba la camisa y se le restregaba, a Minho no perecía importarle; era desagradable la forma en que no podía despegar la mirada de la escena. Minho sonriéndole a Yuuri, Minho cogiéndola por la cintura, Minho besándola con la boca abierta; Minho alzando la mirada y viéndolo. Se echó a correr.