La noticia de que Harry estaba buscando a la madre de sus hijos y la noticia de que Harry Potter y Draco Malfoy tenían un amorío voló rápidamente y como pasa siempre, se fusiono y agrando, para el siguiente lunes Harry había recibido tantas cartas y vociferadores como cuando dio el reportaje al quisquilloso en quinto año, estaba harto.
-Hola – El causante de todos sus problemas lo saludaba como si nada, él frunció el ceño dispuesto a decirle sus cuantas verdades cuando sus protestas fueron ahogadas por esos dulces labios, que ahora notaba había anhelado ese contacto; sus manos fueron a la cintura del chico y lo acercó más.
-Hola – Fue lo único que pudo decir después del beso que se dieron
-¿Cómo has estado? – Draco le preguntó acariciando la parte frontal de su túnica de forma coqueta, Harry sonrió y es que ahora que tenía al rubio así se preguntaba porque razón debía molestarle que Malfoy lo atacara a besos.
-Bien, algo ocupado con unos casos de trata de animales mágicos – Harry volvió a besarlo, no era tonto y sabía que probablemente el rubio le estuviera utilizando por algún motivo que en verdad no le importaba, pero si era así pues debería aprovechar.
-¿Por eso no me dejaron exportar crups? – Preguntó Draco y el moreno asintió, sabía de las solicitudes detenidas de animales o partes de animales y entre esos afectados estaba el rubio a quien tenía en brazos.
-No te preocupes, podrás hacerlo dentro de poco – Harry le contó con una sonrisa - ¿Quieres ir por una bebida?
-Claro – Draco acepto encantado, servía muchísimo a sus planes lo lindo que Harry se estaba portando con él, aunque tuvo que mandar un pensamiento sobre que era el primero que lo hacía, muy al fondo de su mente
-Te gustara la comida de aquí – Harry lo tomo de la mano y lo llevo a la cafetería, se dieron un par de besos más hablando de sus trabajos y otros temas de interés hasta que Draco tuvo que irse, al final se dieron un beso apasionado que dejo a más de uno acalorado y otros tantos suspirando.
Neville llevaba varios días recolectando muestras con base en que Harry estaba buscando a la madre de sus hijos, tarea que se volvía más difícil desde que se decía que el héroe del mundo mágico salía con Draco Malfoy. Él no creyendo lo que decía la gente, fue directamente a buscar a Harry al ministerio; al llegar lo vio junto a Draco caminando de la mano rumbo a la chimenea, el moreno despidió al rubio de un beso diciéndole algo de forma baja a lo que el rubio asintió y se fue.
-Harry – Lo llamo notando la cara de ponqué que el pelinegro traía, era obvio que salir con Draco Malfoy le hacía bien, bastante bien.
-Hola Nev – Respondió Harry y fue caminando hacia él - ¿Cómo va la búsqueda de la madre de mis hijos?
-Pensé que tú mismo acababas de despedir al candidato – Miro hacia donde se había ido el rubio como verificando que lo que había visto era real.
-¿Draco? – Pregunto como si él pudiera estar hablando de alguien más, aunque igual asintió – No, eso no es… no… es algo sin importancia.
-Sin importancia – repitió incrédulo, mirándolo tratando de descubrir que estaba pasando ahí realmente.
-Ni lo intentes, esa relación es tan extraña como sorpresiva – Ron quien iba llegando y adivinaba de que iba la conversación de esos dos le hablo, iba con comida, seguro para su padre y hermanos.
-¿Extraña? – Pregunto ignorando completamente al moreno en sus quejas por su conversación de su relación con Draco.
-Sí, ellos son una pareja que inició por intereses de Draco – Respondió Ron – Y lo peor es que no sabemos qué intereses pero vaya que Harry los aprovecha.
-Eso no es… - Harry se quedó callado por un segundo y lo pensó, para después dibujarse una sonrisa pícara en su rostro – Eso es cierto.
-Harry – Lo regaño Neville – Quien sabe que cosas estará haciendo Malfoy a costa tuya.
-¿Además de besuquearme y dejarme manosearlo? - Pregunto Harry con la misma sonrisa pícara – Le pedí que viniera está tarde como a las cinco.
-¿Y acepto? – Preguntó Ron sabiendo que la idea de su amigo era tener una cita con el rubio. No es una cita solo una salida con besos incluidos, le había dicho su amigo pero hasta donde él sabía eso era una cita.
-Sí – Respondió Harry recordando que el rubio había asentido antes de irse cuando se lo pidió, sería la primera vez que saldrían del ministerio y como tenía la leve sospecha de porque el rubio hacia lo que hacía, tenía el plan perfecto.
-¿Y qué van a hacer? – Porque si algo sabía Neville es que a pesar de lo que fuera, un sangre pura no daba los espectáculos que Draco daba con Harry, al fin y al cabo el honor y tradición familiar eran muy fuertes en esa sociedad tan conservadora, incluso su investigación era reservada por muchos sectores del mundo mágico.
-Ir a Londres – Respondió sonriendo y ambos supieron que llevaría a Draco con los muggles, no sabían que pensar de eso y lo único que podían hacer era desearle suerte a Harry.
-Mejor hablemos de mi proyecto – Neville les empezó a contar los problemas para obtener muestras de todas las personas, Harry y Ron prometieron ayudarlo aunque aún no sabían cómo ayudar a su amigo en su dilema.
-Bueno ya pensaremos en algo – Había dicho Harry levantándose y yéndose directo al atrio del ministerio donde esperaría a Draco.
-No creo que sea algo sin importancia – Neville le dijo a Ron al ver como Harry salía corriendo para ir a la cita que no era cita con Malfoy.
-Nunca había visto a Harry tan feliz – Respondió Ron mirando también por donde se había ido el moreno – Calcula la importancia.
-Espero que no sufra – Porque algo le decía que Harry podría enamorarse y como el pelirrojo había dicho, esa relación era extraña; él podría salir herido, o ambos, ya no sabía que pensar.
Ron trabajaba con su hermano y vivía con sus padres, era el único que vivía con sus padres y es que sus demás hermanos se habían independizado y casado, pero él que había mantenido una relación con Hermione desde siempre, no había podido dar ese paso.
-Ron somos muy jóvenes y no queremos las mismas cosas – Le había dicho cuando él saco el tema de vivir juntos, ya estaba empezando a notar que la castaña tenía otras ideas y por eso lo hizo.
-¿Entonces qué quieres? – Había preguntado él de forma directa.
-Quiero ir a América y estudiar – Ella tardo algo más de una hora en explicarle todos los pro que habían en la universidad de allá, además que el problema de la sangre no era nada del otro lado del charco, él sonrió y la felicitó por su astucia.
-Te mereces lo mejor Hermi y si yo soy un contra es mejor terminar – Ella lo había mirado con evidente alivio, era obvio lo que quería hacer y era mejor cortar por lo sano
-Me alegra tanto que me entiendas, eres el mejor
Dos semanas después Harry y él despedían a Hermione en el terminal de trasladores internacionales, le deseaban infinita suerte y prometían seguir en contacto. Toda su familia creyó que él había terminado la relación (y en teoría no era mentira) y que por eso ella se había ido. Solo Harry sabía la verdad de todo y es que lo había consolado el día que ella se fue.
-Hola hijo ¿Cómo te fue? – Pregunto su madre con una sonrisa, él se la devolvió y fue con ella a la cocina para ayudarla.
-Bien, me encontré con Harry y para variar estaba besuqueándose con Draco – Le contó a su madre, siempre le contaba esas cosas para que no llegaran sus hermanos y le atacaran de improviso con ese tipo de noticias.
-Eses muchacho – Se quejó la mujer – Deben comportarse, no está bien visto que den esas muestras de afecto sin estar comprometidos.
-Claro – Todos sus hermanos ya estaban casados menos él y sabía que pasaría mucho tiempo o tal vez nunca se casara, por eso decidió cambiar de tema - ¿Sabes que Neville me pidió apoyo con el proyecto?
-¿Qué clase de apoyo? – Todos ellos habían dado sus muestras para apoyar al chico, así que no entendía cómo hacer para ayudarlo
-Quiere que le consiga muestras pero aún no sé cómo – Le contó su hijo – Así que puedes ayudarme a pensar.
-Está bien – Su madre acepto mirando el reloj – Pero hijo debes volver al negocio o llegaras tarde
-Sí, ya me voy – Sus hermanos George y Fred tenían una gran inventiva pero la verdad es que no eran muy buenos con los números y él descubrió que no se le daban mal los negocios, desde que ayudaba a su hermano, habían crecido de forma progresiva y ahora alguien de Italia quería poner una sucursal de la tienda en ese país.
Al llegar se miró para verificar que estaba presentable, al fin y al cabo el mago que vendría era un potencial socio y quería dar buena impresión, los días previos había arreglado todo el local y los papeles los tenía en orden y fáciles de entender para cualquiera.
-Te ves bien así – George había entrado y le miraba divertido – Ese tipo dirá que si solo por verte.
-No seas tonto – Ron se sonrojo un poco, al parecer todos sus hermanos querían emparejarlo con quien fuera, un hombre o una mujer, pero que tuviera una pareja parecía su meta actual.
-El sería un tonto si no notara lo bello que eres – George le sonrió con cariño fraternal y Ron le devolvió la sonrisa, ahora eran muy unidos por su trabajo juntos, donde ambos sabían que no podrían el uno sin el otro.
-Tu hermano tiene todo la razón – Los pelirrojos voltearon a ver quién había entrado, Ron se quedó por unos segundos de piedra, era su potencial socio quien estaba ahí, un italiano, moreno, Slytering, quien hacia babear a más de uno (él incluido), era Blaise Zabini.
-Hola – Ron se recompuso y fue a darle la mano de forma profesional, pero el moreno se inclinó tomando su mano y le dio un beso en el dorso, el pelirrojo se sonrojo un poco pero se recompuso.
-Un gusto volver a verte – George se hizo el desentendido y salió del lugar, ese chico parecía muy interesado en su hermano y él no dejaría pasar esa oportunidad, Ron resopló divertido y es que si su hermano supiera que ese hombre que se veía tan cautivador y buena gente era un Slytering de la peor fama de don juan.
-Igualmente – Respondió educado respondiendo a la galantería del chico pero sin dejar de ser profesional – Te mostrare todo.
-Encantado – El resto de la tarde pasaron entre libros de contabilidad, proyecciones e inventarios del local, para el final del día Blaise estaba convencido que Ron era una mente maestra en negocios y es que sus planes para el negocio eran grandes.
-Te mandare una lechuza – Blaise se despidió saliendo del lugar, normalmente esas citas solo terminaban en sexo de una noche, pero con Ron fue diferente, sabía de qué hablaba y solo había hablado de negociar bajo sus condiciones – Eres alguien interesante Ronald Weasly.
Draco se apareció en el atrio del ministerio como si fuera el rey del mundo, aunque por dentro estaba nervioso, las cosas con Harry no eran como él las había planeado. Aunque su objetivo de molestar a su padre estaba más que hecho, Harry se portaba lindo y consentidor con él, tanto que cuando le pidió verse a esa hora no pudo evitar acceder.
-Hola – Harry le dio un beso casto seguido de uno más profundo, Draco los acepto gustoso.
-Hola – Draco devolvió el beso y es que era imposible no hacerlo, Harry era tan… Harry, él era una mezcla de ardiente deseo, amabilidad caballerosa y valentía Gryfindor.
-¿Nos vamos? – Pregunto ofreciendo su brazo, Draco lo tomo con confianza.
-¿A dónde vamos? – Pregunto el chico no teniendo idea de lo que pasaba por la mente del pelinegro.
-Al mundo muggle – Fue lo único que respondió demasiado fuerte para ser escuchados por muchos del atrio y salieron del lugar frente a la vista de todos.
-¿Muggle? – Draco no podía olvidar su educación y en ella le decían cosas horribles sobre los muggles pero de la mano de Harry se aparecieron y fue como otro mundo.
-Sí, este es el Londres Muggle – Harry le dijo, el cambio era obvio, los magos no tenían electricidad y se alumbraban mediante magia, pero los muggles eran tan ingeniosos que de lo que no podían hacer se inventaban y le daban un sinfín de usos.
-Es… guau – Draco vio pasar carros mirando a Harry emocionado, parecía un niño que va por primera vez al parque de diversiones.
-Lo sé, ellos tienen mucho que ofrecer – Harry lo tomo de la mano y por primera vez en su vida Draco Malfoy se subió a un taxi, recorrieron varios lugares y le pareció genial la experiencia.
-Debemos repetirlo – Le había dicho emocionado dándole un beso de esos que habían compartido toda la noche.
-Sí – Harry le sonrió y el corazón de Draco se aceleró por esa sonrisa - ¿Quisieras venir a mi…
-Debo irme – Lo interrumpió antes de que Harry terminara la oración, una cosa era salir y besuquearse y otra muy diferente era dormir juntos y aún no quería llegar a eso. Un momento ¿aún? ¿Qué significaba eso?
-Está bien, te mandare una lechuza – Harry lo dejo en el caldero chorreante y ambos se fueron para sus respectivas casas, con la promesa de volver a verse pero con la sensación de que la noche pudo ser más.