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Danza macabra. por LILITH_HIWATARI

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Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen si no a sus respectivos autores y todo eso ya saben esto es sin fines de lucro y solo por mi intensa necesidad de shipear a esto pobres e inocentes niños.

 

Esta era una terrible idea, la peor idea de su vida, como si vestirse con armaduras y tratar de combatir el crimen no fuera estúpida, no, está sobrepasaba todo porque estaba aquí corriendo por su vida, con sus guanteletes electromagnéticos deshabilitados, no es que ayudaran mucho eran demasiados ruidosos y sólo atraería a más de ellos, esas criaturas Fred las llamo zombis no sabía lo certero que estaba.

Comenzó como comienza todo por la estupidez humana, personas egoístas y crueles que piensan en sí mismos en ganar dinero, como si el dinero les sirviera ahora, fue progresivo pero constante lamentablemente, ellos no lo descubrieron hasta que ya fue muy tarde, dicen que empezó en Sudamérica, en países bajos en Europa donde las grandes compañías del primer mundo crean empresas fantasmas donde las regulaciones no existían para los hombres con poder, a ellos la gente “blanca” se le escondió la verdad hasta que fue demasiado tarde, empezó con campañas de violencia en estos lugares, con advertencias y vuelos cancelados a los destinos paradisiacos de lenguas latinas, pocos a poco los fueron aislando, porque una estúpida bacteria o virus no estaba muy seguro y realmente no le importaba, su única microbióloga había muerto hace dos días.

La infección llevaba ahí una semana y ya había diezmado a la población, en los otros países llevaba meses y las playas, lugares mágicos eran pueblos fantasmas.

Basto una persona, un individuo que lograra cruzar a su territorio enfermo para que estallará como pólvora, los políticos y poderosos no perdieron tiempo huyeron a la menor signo de infección a bunquers fortificados dejando a la raza humana morir.

Hiro debió saber que no era normal cuando las Yama cayo inerte al suelo esa tarde durante una batalla tras parecer enfermo para minutos después levantarse y devorar a la más joven de las fujitas, ni siquiera sus propias hermanas lograron evitar que fuera asesinada, después de eso baymax lo saco de ahí sin una explicación, un gran peligro había dicho y reportes de todas las ciudades llegaron, tres días después las luces se apagaron definitivamente, solo las pocas alimentadas con energía solar sirvieron pero no eran suficientes.

A las 9 de la noche todo el mundo se sumió en la oscuridad, las líneas telefónicas cayeron, la televisión igual, la radio sólo hacia interferencia.

Se reunieron ante el primer síntoma, tan paranoico como era Wasabi estaba en lo correcto esto era para alarmarse, Fred hablo de como su padre murió intentando salvar a su madre de como el avión familiar podría llevarles a la isla privada donde estarían seguros, pero Hiro aún se sentía responsable de la gente pues dos años enteros de servir y protegerles no se podían sacudir en un parpadeo,  después de salvar a su tía ordeno una búsqueda exhaustiva por toda la zona de sobrevivientes.

Ahora estaba ahí corriendo por su vida porque mientras con baymax rescataba a cinco civiles ellos entrando en pánico lo empujaron y su buen corazón le hizo ordenarle a su amigo y compañero irse, dejarlo ahí y mantener seguros a los civiles “estaré bien” le dijo “llegare a tiempo”  hasta que la caída rompió parte de su casco dejándolo incomunicado, hasta que también sus guanteletes perdieron potencia y lo dejaron indefenso, fue una pésima idea ahora que lo piensa dejarse abandonar en la zona cero solo para ser el héroe.

Hiro jadeo entrando a una vieja tienda había sangre en el mostrador y definitivamente estaba desierto, dos de esos zombis venían siguiéndole y era obvio que vendrían mas más en camino, pensó en perderlos o encontrar algo con que defenderse en el mejor de los casos podría esconderse en alguna habitación con lo que no contó fue que detrás del mostrador una mano fria y muerta saliera para aprisionarle su tobillo, grito quien no lo haría en su lugar, cuando los dedos intentaron tumbarle con éxito, en el suelo sabía que estaba muerto en segundos pero dio pelea pateo el rostro de su atacante con lo tanta fuerza hasta destrozarlo en pedazos, hasta que los dedos se aflojaron y le soltaron, entonces noto que los dos zombis se convirtieron en tres estando  justo sobre él, mierda él iba a morir aquí.

Pensó en su tía casa en cómo se había enterado que era el superhéroe de las noticias y como lo regaño incluso durante su evacuación, como lo abrazó rogándole no salir y como prometió volver a salvo.

“Lo siento tía Cass” murmuro al viento sabiendo  que este era su fin, entonces un fuerte golpe seco se escuchó detrás de los zombis, la sangre putrefacta y enferma mancho su maltratado casco sorprendiéndole, los zombis giraron entones a su atacante aquel que ya había tirado  y pronto la cabeza del segundo salió volando de un golpe, el otro se abalanzo pero una fuerte patada lo tumbo a un costado dándole tiempo a su salvador de cortarle la cabeza.

-          ¿Estas bien? - preguntó el hombre extraño y Hiro jadeo notando que este sujeto no podía ser mayor a él, tal vez mas pero su rostro lucia muy juvenil pero mucho más alto en definitiva, el joven limpio arriba de su labio con un dedo en un extraño gesto infantil para después sonreír enormemente, vio un lunar hay cerca de su boca  justo debajo de su nariz del lado izquierdo  y un hoyuelo adorable en su mejilla - ¿te mordieron?  - Preguntó el hombre otra vez y aún que sus palabras lucían amables Hiro sabía que no debía confiarse, lo mataría en un instante si la respuesta era equivocada.

-          No - respondió con firmeza por lo que una mano fue extendida a él, dudo en tomarla nadie podía culparle este caos le había enseñado algo, en este mundo que se iba al infierno algo más peligroso que un zombi era un extraño, más aun un extraño que podía derribar a tres de esas cosas con un simple machete.

Lo aprendieron de mala manera cuando Wasabi intento ayudar a una sujeto que parecía saber lo que hacía, el hombre solo robo el láser de su amigo para su beneficio y lo dejo morir entre una horda de caminantes Hiro no iba a repetir ese error, ninguno de ellos lo haría.

-          Vamos que no muerdo, no tengo todo el día - bufo el chico inclinándose para jalarlo el mismo y levantarlo - esas cosas no tardan en llegar no estamos seguros aquí -  diciendo esto le paso de largo buscando salida en la puerta trasera tal vez, debió encontrarla porque le hizo una señal discreta.

¿Debía seguirlo? se preguntó, ¿ir detrás de un sujeto que bien podía matarlo?,  ¿usarlo de carnada para escapar? o ¿buscar la forma de sobrevivir, de llegar a la mansión antes de que el avión despegara?, no serviría de nada él solo, sin un arma era inútil y el tipo  sabía que hacer además si intenta algo bien podría manejarlo, lo siguió al callejón solo para verle bajar la escalera de  incendios y trepar por ella era tonto pero era estar arriba o atrapado abajo con esas cosas, mejor arriba se dijo y lo siguió.

El tipo parecía ya llevar algo de tiempo en esto, su acento extraño le dijo que sin lugar a dudas era latino, además de su tez, pero era imposible todos esos países deberían estar exterminados ahora o quizás solo era su propio ego que les hizo creer que no había nada que salvar más allá de sus fronteras, de ser así este sujeto debió sobrevivir durante meses, no creía ser capaz de hacerlo apenas si una semana y ya estaba a punto de morir, mientras lo miraba más preguntas se hacía, ¿porque llevaba un rifle semiautomático en la espalda y no lo usaba?, ¿por qué una muñeca de trapo colaba de su pequeña mochila llena de víveres seguramente?, ¿porque sus zapatos parecían más limpios de lo esperado?, es verdad la tienda era una de zapatos quizás ahí estaba el buscando un nuevo par cuando decidió ayudar a pequeño indefenso, bufo como si pudiera el ser indefenso, pero míralo aquí salvado por un desconocido.

-          ¿A dónde vas? - preguntó finalmente llegando al techo pues el chico  estaba mirando al otro lado del tejado como calculando si valía la pena saltar a la otra tienda.

-          Al norte - murmuro mirando la distancia y luego darle una mirada a el - ¿qué tanto pesas? -Preguntó entonces.

-          ¿Porque vas al norte?-  preguntó en su lugar el tipo se encogió de hombros y con una sonrisa burlista dijo.

-          Por qué  en las películas todos van al norte daaah  - rodos los ojos como si la simple pregunta fuera una estupidez - todo el mundo sabe que los zombis son débiles en el frío – explico entonces mientras reafirmaba el agarre de sus correas en su pecho -  porque créeme el calor les hace lo que el viento a Juárez - declaro confundiéndole por un segundo pensó que estaba hablado con Fred con sus referencias sobre películas y cómics pero el tipo lucia muy seguro por lo menos de que el sur no era seguro, un latino entonces - ¿Cuánto pesas?  - Volvió a preguntar  cansado Hiro se cruzó de brazos entonces y negó con la cabeza.

-          Es demasiado lejos no vamos a lograrlo, este es un plan estúpido -  el tipo suspiro entonces miro nuevamente a Hiro y murmuro  algunas palabras en español, maldiciones supuso, Hiro desvío la mirada notando como el ocaso empezaba aparecer, pronto anochecería y baymax no iba a salir a buscarle el limite que el mismo había puesto fue mañana si no estaba ahí antes del amanecer se irían sin ellos, sin el mejor dicho.

No debió distraerse enserio no debió pues en un instante el sujeto lo había tomado desprevenido y le levanto en el aire.

-          Eres puro hueso niño espacial  - dijo el burlándose de su traje seguramente y sin darle tiempo a entrar mas en pánico lo lanzó al siguiente hecho, la puerta del tejado empezó a moverse entonces y Hiro se levantó de donde cayó reprimiendo un grito ante tal salvajismo.

-          ¡Cuidado! -  grito en su lugar pues de la puerta de servicio salieron dos zombis jadeantes y hambrientos, el tipo se giró entonces saco otra arma detrás de su espalda y dio tres  tiros, dos dieron en el blanco, la cabeza de la caminante pero el tercero  reboto en la puerta de servicio.

Manejo de armas noto Hiro tal vez formación militar lo que explicaba cómo había sobrevivido tanto, dado que su mano había dudado pero definitivamente negó al ver como la sostenía, inclinada como en las películas malas que su tía insistía ver, esas películas latinas llenas de violencia.

No militar entonces, el chico silbo extrañamente una forma de mostrar su miedo que noto al verle temblar un poco el agarre de su arma, se quedó un segundo entonces escuchando, debieron venir más pues miro a Hiro del otro lado y tras guardar el arma se en carrero para saltar, los zombis aparecieron justo a tiempo lanzándose para atraparle apenas si logro escapar, dando un enorme salto  pero uno de estos logro jalar la muñeca en su mochila lo suficiente para hacerlo caer atrás y eso lo desequilibro, se preguntó por qué no la lanzo también si eso le haría pesar más.

Por qué no confiaba en Hiro, claro este joven podría parecer amigable y despreocupado pero confiaba en Hiro tanto como lo hacía el, y definitivamente lanzar todos tus suministros junto a un extraño no era buena idea, el chico jadeo al tambalearse en la orilla del edifico casi cayendo atrás por lo que Hiro corrió a jalarle de la correa de su mochila.

-          Gracias  -  murmuró el tras inclinarse en sus rodillas una vez en el techo con firmeza  - creí que no la contaba virgencita -  murmuró y sonrió entonces a Hiro tan suavemente, tan tranquilamente, como si el mundo no estuviera llegando a su fin - Pasaremos la noche abajo, es una tienda de muebles y las persianas estaban cerradas así que no debería haber nadie – explico su plan acercándose a la puerta de la azotea para sacar su machete e intentar abrirla.

-          ¿Por qué no usas tu arma?  - Preguntó Hiro queriendo saber la razón que le daría, tratando de comprenderlo.

-          Porque esto solo los llama – agito el arma como un juguete -  el ruido niño espacial no es bueno - respondió  con una sonrisa, así que no era un idiota completo, este sujeto realmente sabía lo que hacía - ahora vamos.

Hiro miro al hombre batallar con la cerradura para finalmente chillar emocionado al abrirla, miro el firmamento, el naranja ya filtrándose en el cielo y tomo una decisión.

-          Hey chico espacial - llamo el hombre tras asomarse por la puerta y notarlo despejado  - ¿vas a venir?  - Preguntó.

-          Hiro  - respondió el quitándose el casco para dejar descubierto su rostro, el hombre jadeo por un instante, los últimos rayos de sol iluminaban el pálido y hermoso rostro del chico sin casco, sus rebeldes cabellos negros solo lo hacían lucir más bello, hermoso, toda una obra de arte -  Mi nombre es Hiro Hamada- se presentó y el sujeto trago duro limpiando sus sucias manos en sus raídos jeans pues Hiro le ofrecía la mano.

-          Miguel Rivera- respondió con una sonrisa y un guiño seductor - encantado en conocerte chinito me alegra haber salvado tu trasero abajo - bromeo o intento Hiro rodó los ojos ante su estúpido comentario pero lo dejaría pasar tenía algo más importante por delante - ahora vamos Hiro luces hambriento y yo también tengo unas latas de conserva que no se dé que son – murmuro - les quite la etiqueta para que fuera una sorpresa cada comida- Dijo como si fuera un juego - te dejare escoger la que quieras - la emoción en su voz era ciertamente refrescante, Hiro negó con la cabeza y señalo con un dedo.

-          A diez kilómetros de aquí en esa dirección hay un hangar, mis amigos están ahí tenemos un avión, un piloto y todos los sobrevivientes que pudimos rescatar, pero tenemos que llegar al amanecer o se irán sin nosotros - dijo entonces - ellos no van a esperar – lo miro con firmeza, como si eso le ayudara a confiar en él.

-          ¿Chingao y como sabes eso? – pregunto desconfiado.

-          Porque yo di esa orden - frunció la nariz acaso no era obvio que él estaba a cargo por la mirada de incredulidad de miguel la respuesta era no - escucha tenemos que llegar iremos a una isla  sé que no es el norte pero es una isla privada libre de infección.

-          ¿Por qué me dices esto? - preguntó totalmente serio indeciso de sus palabras.

-          Por qué necesitó ayuda si quiero llegar ahí de noche – respondió con sinceridad, no era tiempo de mentirle o inventar una excusa, sería inútil la sobrevivencia aquí era necesario.

-          ¿Cómo sé que no es una trampa y me estas engañando o algo? - y toda la amabilidad parecía haberse evaporado y no lo culpaba.

-          No lo sabes  - dijo Hiro negando con la cabeza  - pero me salvaste y no me gusta deberle a nadie, puedes venir con nosotros o irte al norte solo pero yo debo estar ahí – suspiro entonces mordiéndose el labio indeciso de o que iba a decir - Necesito estar ahí -  esperaba que la forma en decirlo demostrara cuanto necesita llegar, no por él, no por su seguridad si no por su tía ella ya no podía perder otro sobrino no iba a resistirlo no sería como Gogo y su pierna la cual tuvo que cortar al quedar prendada bajo un auto que colisiono contra ella, no esto no era perder una extremidad no dudaba que sus amigos la protegieran, que  la mantuvieran segura pero su tía lo había mirado con dolor, le había suplicado volver, regresar para ella y no podía rendirse

Miguel se acercó al borde miro en dirección donde señalo tal vez buscando el bendito hangar quizás examinando las posibilidades de que dijera la verdad, Hiro lo miro entonces la noche ya abriéndose paso  miro su perfil, su fuerte mandíbula, su redondeada nariz, las gotitas de sudor cayendo por su grueso cuello y la extraña cuerda de guitarra ahí, una cuerda dorada como collar se preguntó el por qué llevándolo de más al igual que la muñeca de trapo, miro también los dos anillos dorados colgados de la cuerda, dos alianzas de boda, ¿de una esposa quizás?, pero de ser así no debería estar una en su dedo, negó entonces no esposa, quizás unos padres, tardíamente se dio cuenta que estos eran recuerdos, la cuerda de una guitarra de su vida anterior, las alianzas en ella de sus padres probablemente muertos, la muñeca en su mochila de una hermana quizás, Hiro llevaba unos días en el infierno pero Miguel debió sobrevivieron meses todo el camino desde su casa hasta aquí, quizás vio a sus familiares morir, tal vez se giraron y tuvo que matarlos el mismo de igual manera ambos sonaba horrible, y aun así sobrevivió, Miguel se arrastró y sobrevivió hasta llegar aquí, de todos los lugares él había acabado en esa tienda desvalida para encontrarse.

Nunca creyó en el destino pero en aquel momento estuvo más que agradecido.

-          Hagámoslo- respondió Miguel con su acostumbrada sonrisa esa que parecía ridícula dado todo el martirio que probablemente sufrió - alcancemos ese avión – dijo decidido a atravesar esa zona, a cometer prácticamente un suicidio por la palabra de un extraño.

Si esto sería un suicido  de noche en una ciudad llena de zombis en completa oscuridad intentando llegar al hangar de Fred antes del amanecer y sin embargo jamás se sintió tan entusiasta desde que empezó el caos, la estúpida sonrisa de Miguel tenía mucho que ver en eso.

Ellos lo harían alcanzarían el avión, llegarían a salvo a la isla, ellos iban a sobrevivir.

Notas finales:

así que como ya saben, me and zombie es algo que siempre pasa… todo el tiempo, como ahora y esta idea nació de la nada literalmente estaba viendo los pitufos ( yo no la niña de seis años a mi lado) y zaz pensé en Miguel sobreviviente apocalipsis zombie y lo fregón que se vería kyaaaaaaaaa y bueno aquí está el resulto, un fic de un solo cap, simplemente para sacarlo de mi sistema, no habrá continuación, no la pidan plis.. Por favor no lo hagan de lo contrario ya sabrán lo que va a pasar.

 

Tal vez haga dibujo de esto, tal vez no.

Galletas?

Gomitas??

Tacos???


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