Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Wasted Times por DudeDowney

[Reviews - 95]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Disfruten!

(lean notas finales, por fi)

 

"And even though

You put my life through hell

I can't seem to forget 'bout you

I want you to myself"

 

 

-Es el paisaje más hermoso que he visto en mi vida, ¿no lo crees, Capi?- dijo el castaño, después de observar el asombroso paisaje en el que estaban rodeados -¿Steve?- buscó con la mirada a éste, encontrándose con unos ojos azulinos que lo miraban fijamente.

-El más hermoso...- repitió casi hipnotizado el capitán, sin referirse realmente al paisaje.

El castaño rió por lo bajo, acercándose y rodeando el cuello del mayor, que no había despegado ni un segundo su mirada -Oh, vamos Steve, no gasté una fortuna para encontrar un lugar como este en vano-

Era el turno del rubio para reír, tomando al menor por la cintura -lo sé Tony, y gracias por eso, pero, ¿no pudiste encontrar un lugar algo más... cálido?- finalmente apartó la vista de su pareja para observar el sitio. Encontrando nada más que montañas blancas, gracias a la nieve, llenas de árboles y la "cabaña" en la que se encontraban, que parecía más una enorme mansión.

-¿Acaso oigo quejas del gran Capipaleta?, no creo que el frío sea un problema para ti.

-Lo has dicho, para mí no-

-Bueno, para eso te tengo, ¿no?, Para hacerme entrar en calor- dijo seductor en los labios del mayor- Pero si tienes problemas con eso está bien, puedo buscar a alguien más, oí que Beach Boy está de visita y sé que amará este lugar- jugueteó Tony.

-Stark...- advirtió el capitán

-Rogers...- le imitó

Se tomó un momento para repasar el rostro de su pareja. Su mirada llena de inocencia, tan azul... adoraba la mirada que Steve tenía exclusivamente para él. Tony no creía en los milagros a pesar de todo lo que había pasado, pero definitivamente podría decir que Steve era uno, no existía ser más perfecto que él, y estaba tan agradecido con la vida desde el día en que supo ~por el mismo Steve~ que correspondía sus sentimientos, llevó una mano al cabello rubio para juguetear con él en suaves movimientos. Era el turno de observar los únicos labios que Tony tanto ansiaba, pero fue interrumpido de su trance.

-¿Qué? ¿Vas a besarme?- se burló el contrario, recordando el día en que declararon sus sentimientos.

Tony volvió a reír, "entendiendo la referencia"- En eso estaba pensado-

-¿Y qué estás esperando?- y se acercó para capturar sus labios, pero una mano se interpuso entre ambos. Era la mano de Tony, recibiendo un gruñido de Steve.

-Estoy esperando a que me digas el porqué de tanto misterio, Capitán. ¿Qué ocultas?-

Steve retiró la mano del millonario -¿En serio quieres saberlo ya? ¿Por qué arruinar el momento?-

Tony sintió cómo los músculos del otro se tensaban -Sabes que he sido muy paciente durante las semanas que hemos planeado esto, suéltalo-

Steve suspiró sonoramente, rendido ante la petición de su pareja, rompió el abrazo, mirándolo nuevamente a los ojos -Anthony Edward Stark-

-¿Diga?- el castaño sonreía ampliamente por haberse salido con la suya, sonrisa que rápidamente se esfumó al ver que el rubio se ponía de rodillas, -mierda- pensó. -Lenguaje- una vocecita imaginaria similar a la de Steve le contestó.

-Tony...- el rubio no apartaba la vista de él -

-¿Sí?…- contestó sin aliento, su corazón latía a mil por hora. Ante los ojos curiosos de Tony, Steve bajó la mirada.

-Tienes un zapato desabrochado-

-Espera, ¿qué?- dijo totalmente desbocado, Steve empezó de reír ante la cara que tenía Tony- ¿Era eso?¿Es en serio Steve? ¿Te parece gracioso? Eres un idiota, yo me largo-

E-espera Tony, lo siento- apenas pudo pronunciar, su estómago dolía de tanto reír, en la misma posición de antes y tomando la mano de Tony para que no huyera- te lo habías buscado. Ahora va en serio- finalizó la diversión aclarando su garganta, Tony se cruzó de brazos -Anthony Edward Stark- finalmente sacó una cajita negra- Todo el tiempo que hemos estado juntos, me he dado cuenta que sólo vivo para ti, y sin importar nuestras discusiones o desacuerdos, no hay otro lugar en donde me gustaría estar si no es contigo, te amo más que a nada o a nadie, así que, por favor, ¿me harías el favor…-abrió la caja, dejando ver un hermoso anillo de plata, con un diamante en medio, sin ser demasiado pequeño, ni demasiado exagerado, simplemente siendo perfecto-... de casarte conmigo?.

-Acepto- dijo el castaño más rápido de lo que hubiese deseado -pero claro, por simple lástima, ¡imagina lo que le pasaría a mi reputación si supieran que le dije "no" a un pobre vejestorio! Podría causarle un paro cardiaco, pero podría quedarme con su fortuna... -Decía con una sonrisa imposible de ocultar mientras Steve se levantaba y le tomaba de la mano para ponerle el anillo.

-Por supuesto Tony, tú siempre tan considerado- dijo Steve sonriéndole enamorado. Fue Tony el que no soportó más y se lanzó hacia el capitán, feliz por su ahora compromiso y besándolo como si fuera la primera vez.

Beso que se vio interrumpido por un puñetazo del rubio, dejándolo en el suelo aturdido. Cuando Tony abrió los ojos, se encontraba tirado en un congelado pavimento, con el su traje de Iron Man casi destruido por completo, intentó levantarse, pero su cuerpo dolía… Estaba en aquella base de Siberia. Empezó a tener dificultades para respirar, quería huir, pero cada que movía un músculo sentía como si le enterraran varios cuchillos a la vez. Vio al conocido Soldado del Invierno casi inconsciente y a Steve acercándose peligrosamente a él con intención de atacarlo -STEVE, ¡NO!- lo último que pudo ver fue al capitán enterrando el escudo en su reactor con toda intención y sus antes tranquilos ojos llenos de amor, estaban llenos de ira.

 

-¡Señor Stark!-

El dueño del nombre soltó un grito lleno de miedo, logrando alertar a los que se encontraban frente a él. Tony apenas podía respirar, sudaba a mares y rápidamente revisó su pecho, notando un intacto pero muy distinto reactor en él, confundido, observó a su alrededor tratando de saber dónde se encontraba ahora, finalmente observó a los sujetos frente a él, de rodillas, vistiendo de una forma poco peculiar, estos lo veían entre curiosos y preocupados. Y ese par de miradas; una de profundo color café -que le recordaban a los suyos- y otra de color... ¿Azul? ¿Verde? ¿Gris?, -pero ¡Wow!, eran los ojos más hermosos que había visto- le transmitieron inmediatamente paz. Estaba a salvo.

-Peter, Stephen, ¿qué hacen aquí?- dijo jadeando, mientras se relajaba en el sillón donde se encontraba y llevaba una mano al puente de la nariz, una intensa migraña amenazaba con aparecer.

-¿Aquí? ¿En mi santuario? Oye, no lo sé- dijo el hechicero, recibiendo una mirada reprobatoria de parte del adolescente, incluso de Wong, al que apenas había notado. Tony soltó una pequeña risa, un poco más calmado. Stephen, aclarando su garganta, regresó a la actitud seria de antes - Anthony, ¿qué pasa?- decía mientras tomaba la mano libre del millonario y tomaba su pulso.

-Nada en especial Doc, todo iba de maravilla, estaba durmiendo plácidamente y ustedes, trío de raros, me observaban dormir, pero los atrapé con las manos en la masa, ¿Sabían que los puedo demandar por acoso? -Trataba de evadir el tema con su distintivo sarcasmo, observándolos.

- Mírate, estás pálido, tu pulso es equivalente al de un velocista profesional - El doctor puso una mano en la frente y ambas mejillas del castaño mayor - Afortunadamente no tienes fiebre, pero estás helando y sudando - Stephen hizo aparecer una taza humeante de té en las manos del castaño- bébelo, es posible que tengas baja el azúcar por la diaforesis, además, te calmará la migraña - Un encantado Tony sonrío de lado, sin despegar la mirada del otro. - Debo enfermarme más seguido- anotó mentalmente

-¿Y-Y eso es grave? ¿Se pondrá bien? -Habló por primera vez un muy preocupado Peter.

-No es nada grave, sólo es una respuesta del cuerpo para protegerse de situaciones de peligro como miedo, dolor, o shock, pero no hay síntomas de algo más como un shock anafiláctico, cardiogénico o hipovolémico - Envió una mirada tranquila para relajar al adolescente.

Peter suspiró tranquilo -Entonces, Tony... ¿volvieron las pesadillas?-

-No, no realmente, llevaba más de un año sin tener una, es la primera vez- dijo cansado mientras tomaba el té.

- ¿Y qué fue lo que soñaste?

-Yo...- volvió a cruzar su mirada con Strange, no podía decir lo que soñó -...no recuerdo. Escuchen, gracias por la preocupación de todos, pero estoy bien. Sólo tuve un día muy ocupado, y necesito estar a solas un momento, prometo que los veré después, pero por favor...-

-Hey, está bien, sólo llámanos si necesitas algo- Peter por fin sonaba relajado, y dando pequeñas palmadas a la rodilla de su mentor, se levantó y caminó hacia la salida, seguido de Wong.

Tony se levantó del sillón para estirarse un poco, dándole la espalda al aún arrodillado Doctor. Se sentía culpable, el sueño había sido tan real.

-Anthony- el doctor se levantó y caminó hacia el mencionado, posicionándose por detrás, dejando un muy mínimo espacio entre ambos pero sin tocarle. El más alto acercó peligrosamente sus labios al oído del castaño, logrando que a este se le erizara la piel - ¿Todo en orden?- susurró, el tono mostraba lo preocupado que se encontraba realmente Stephen Strange por Tony Stark. -Fue Siberia, ¿verdad?-.

Qué bien me conoces, se dio la vuelta para encararlo, pero no pudo ser capaz de sostenerle la mirada- Sí, pero yo... realmente no quiero hablar de eso ahora-

-Entiendo- sin que Tony lo esperara, el hechicero le tomó del mentón, obligando a que lo viera a los ojos, y con la mano que tenía libre, arregló un travieso mechón del perfecto cabello castaño que se había salido de su lugar por la exaltación de hace unos minutos. Acto seguido, fue bajando esa mano lentamente, repasando el rostro del genio con su pulgar, llenándolo de suaves caricias. La mano que se encontraba en su mentón fue subiendo al mismo ritmo. Hasta que ambas llegaron al mismo destino; sus mejillas. Tony se recargó en una. Disfrutaba tanto de las hipnotizantes manos del otro, que de un momento a otro, se olvidó del mundo entero. Sólo era Stephen y él. El efecto Strange, etiquetó Tony tiempo atrás. Finalmente, comenzó a delinear los labios del castaño, y este cerró los ojos- No estás sólo, ya no más- susurró con esa profunda voz que tanto le caracterizaba, acercándose un poco más a su rostro.

-Lo sé- dijo apenas audible, rápidamente atrapó los labios del Doctor, en un beso tan sincronizado. El santuario siempre era silencioso, sólo se escuchaban sus respiraciones, que no tardaron en convertirse en una. Tony pasó sus brazos por el cuello del más alto -por unos centímetros, recalaba- y jugueteó con el cabello de éste. El hechicero mantenía la misma mano en su mejilla, acariciandola como antes, mientras que la que había estado en sus labios fue llevada a la cintura del castaño, acercándolos más.

Stephen Strange le había mostrado más que palabras. Una nueva forma de amar y ser amado demostrado únicamente con hechos. Siempre sabía qué hacer, cómo y cuándo hacerlo. Puede que me haya hecho un amarre, había pensado divertido y asustado en un principio, jamás creyó volver a sentirse de esa forma otra vez, pero esto es lo segundo más real que tenía. Lo primero era, obviamente, Peter. 

Fue el mismo Stephen el que interrumpió sus pensamientos al cortar el beso, llevándose un gruñido de parte del castaño, haciendo reír al primero -Creí que querías un momento a solas-

-Para ser un mago sabes muy bien cómo arruinar la magia del momento- contestó molesto, aún sin abrir los ojos - más te vale que continúes con tu tarea Doctor, o juro que romperé cada uno de tus perfectos dientes- Recibiendo otra pequeña risa del otro.

Stephen estaba dispuesto a regresar a los labios del castaño, pero unos golpes en la puerta lo detuvieron -Oigan, si interrumpo algo perdónenme, pero necesito al señor Strange para...discutir algo, por favor- se escuchó la voz de Peter del otro lado de la puerta.

-Voy en un segundo, Peter- Dijo Stephen, permaneciendo en la misma posición de antes, -El niño me necesita- susurró al que se encontraba en sus brazos.

-Claro...- Tony suspiró, abriendo los ojos lentamente, con el temor de que todo fuera producto de su imaginación, todo era tan bello, a pesar de la interrupción, pero se trataba de Peter, ver a Peter y a Stephen juntos, como si fueran padre e hijo, era de sus mayores placeres. Cuando por fin abrió los ojos, se encontró con un Stephen sonriéndole.

-Buenos días, querido- bromeó el hechicero, fue el turno del castaño para reír, se tomaron un tiempo para perderse en los ojos del otro, comunicándose con la mirada.

Ahora fue Tony el que habló -Sabes que te amo, ¿verdad?-

-En efecto- se miraron unos segundos más, y sin que el hechicero lo esperara ahora, el castaño le plantó un rápido beso en los labios.

-Bueno, tienes que ir con Pet, y yo tengo un asunto que arreglar en el complejo- tomó la mano que aún permanecía en su mejilla, dándole un pequeño beso a esta. La única respuesta que recibió fue otro beso que correspondió, jamás se cansaría de esos labios, pero tenía asustos que terminar, y ahora fue él quien se separó -¿Irás más tarde?-

-Puede que lo haga- dijo separándose y dirigiéndose a la puerta, pero antes de abrirla, giró su rostro con dirección al castaño - Cuídate, Anthony-

-Puede que lo haga- el otro rió y finalmente salió por la puerta y reuniéndose con Peter. Escuchó la voz de Strange diciendo "-¿Cuántas veces te he dicho que puedes dejar las formalidades ahora, Peter?-" y un "Lo siento" del adolescente, mientras oía sus pasos alejarse, Tony sonrió.

Esas personas se habían convertido en su todo. Ellos habían llegado para entregarle nada más que alegría, y no alcanzaría una vida para recompensarlo. Lo ayudaron a salir de un lugar donde no creía que podría regresar. Le volvieron a dar un motivo para vivir.

Después de la Guerra Civil, no le había quedado nada, no podía ver a Rhodey sin sentirse una mierda, perdió a su equipo, los amigos que creía tener lo detestaban, y lo que más le dolía; su pareja. Que no dudo ni un segundo en dejarlo por su amigo, amigo que asesinó a sus padres. Algo que Steve le había ocultado todo ese tiempo. El capitán perfecto que odiaba que su equipo le mintiera, mentía. Se preguntaba si el amor que Steve decía tenerle había sido real en algún momento. Pero después de que le enterrara aquel escudo en el pecho, se preguntaba si realmente habían sido amigos.

Los siguientes meses sólo habían sido oscuridad para él, si Peter no hubiese estado ahí, seguro se habría refugiado en el alcohol, u otra cosa y seguro estaría muerto.

El menor se había metido poco a poco en su vida, aunque Tony no se lo había dejado nada fácil y siempre había intentado alejarlo. Pero era necio, justo como él. Aún con todas las similitudes que compartían, el menor era noble y bastante inocente, muy joven para ser un héroe, y no iba a permitir que ese buen niño terminara como él. Fue así que decidió convertirse en su mentor, mudándose al complejo de los Vengadores, o lo que quedaba de ellos. Hasta que recibió una carta de parte de Steve. Y por poco cae otra vez. Al darse cuenta de eso, Peter fue más seguido al complejo, tratando de no dejar solo al mayor, formando una fuerte relación, tan fuerte que Peter veía a Tony como una figura paterna, y aunque le costó admitirlo, Tony veía a Peter como su propio hijo.

Con el paso de los meses y Peter en su vida, el castaño permitió que los demás se volvieran acercar; Rhodey, Pepper, incluso Vision, pidiéndole perdón por aquella vez que lo culpó por lo sucedido con Rhodey.

Fue en una misión en donde conoció finalmente al gran Doctor Strange, llenando su vida de magia, literalmente, sólo cinco meses antes del primer aniversario de la Guerra Civil. El par se había entendido desde el primer instante, lanzando divertidos comentarios que el otro contestaba, incluso se habían enviado coquetos -muy poco- indirectos. Eran tan parecidos que hasta daba miedo; su egocentrismo, humor, sarcasmo, ¡incluso su barba era similar! -Claro que la de él era la mejor-. Stephen tenía una fachada para alejar gente, pero Tony era un experto en eso, así que no le costó demasiado el desenmascarar al hechicero -pero sí le costó varias teletransportaciones, algunas veces a lugares desconocidos- todo en menos de una semana de haberlo conocido. El hechicero permitió la entrada al hombre de acero a su vida, e inmediatamente se enamoraron. Tony no daba crédito, no quería volver a sufrir de esa forma, y se negaba a creerlo, pero el doctor fue lo suficientemente hábil para arrancar todos los temores que habían sembrado en el castaño, acabando con las pesadillas que solía tener cada noche, - sólo a él le había contado de lo trataban- y tanto Peter como él, eran los únicos que podían detener los repentinos ataques que sufría por su neurosis. Si Peter había sido una luz en medio de tanta oscuridad, Stephen logró desaparecer todo rastro de esta.

Empezó a ir mucho más seguido al santuario - la mayoría de veces con Peter-, y Stephen ocasionalmente iba al complejo. Se necesitaban y buscaban el uno al otro. Y después de ocho meses de haberse conocido -y bajo la insistencia de sus amigos, que aprobaron a Stephen desde que lo conocieron- se hicieron pareja.

Su relación con Stephen era muy dulce, realmente perfecta para ser real. Muy rara vez peleaban, incluso podría contar sus peleas con los dedos de una mano, todo solían arreglarlo hablando,- y terminaban muy, pero MUY bien, generalmente en su habitación-. En cada oportunidad que tenía -y si sus labores se lo permitían- el doctor le demostraba cuánto le amaba. Y era tanto el amor que Stephen tenía para él, que para Tony ya no tenía sentido odiar su pasado, decidió perdonar a Steve y a los demás. Sobretodo perdonarse a sí mismo. 

A diferencia con su relación con Steve, que solía recalcarle siempre sus errores, llenándole de inseguridades, ellos se habían odiado desde el primer momento. Incluso siendo pareja, siempre peleaban a gritos, diciendo palabras hirientes, algunas veces duraban días sin hablarse. No entendía cómo habían terminado comprometidos. Aún así, Tony sí lo amó, más que a nada. Y eso había traído algunos problemas al principio con su nueva relación. Pero Steve se fue con Bucky, alguien con quien sí se entendía, y a pesar de hacer su vida un infierno, estaba feliz por él. 

No iba a permitir que un sueño lo hiciera volver al principio. Estaba a semanas de cumplir un año se su relación con Stephen, ahora él y Peter eran su prioridad.

Tony buscó en los bolsillos de su pantalón, encontrando rápidamente un pequeño objeto; un anillo de compromiso, el mismo del sueño, el que Steve le había dado. 

Sabía lo que debía hacer, y se dirigió a rápidamente al complejo.

 

 

"Y a pesar de que

Hiciste de mi vida un infierno

Parece que no puedo olvidarme de ti

Te quiero para mí"

Notas finales:

Todo esto sucede un mes después de los recuerdos de Steve. 


 
Quiero agradecer a Lifty y a La chica anónima por haber comentado el primer capítulo. Realmente tenía pensado actualizar el segundo capítulo hasta la siguiente semana (que por cierto, tendrán un capítulo seguro cada viernes), pero si se portan bien y me dejan su opinión, puede que actualice más seguido, incluso dos veces por semana... no sé, de ustedes depende, jiji. Lo digo más que nada para saber lo que a ustedes les gusta o gustaría.

 
Sólo quiero mencionar que el siguiente capítulo ha sido el que más he disfrutado escribir, aunque todavía no está terminado. Pero ahora sí viene lo chido.

Gracias por leer, eres lo máximo <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).