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Homenaje nocturno por nezalxuchitl

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Notas del fanfic:

Este oneshot va de que Sage quiere montar un trio con Manigoldo y Aspros: eso es todo. Si buscas una lectura donde se traten las implicaciones bioquimicas del significado de la vida, te recomiendo que leas mi novela El fantasma de la Abadía.

Si no te van los trios, el incesto adoptivo o yo como persona, pasa de el. 

Los que quieran disfrutar de un buen lemon, ¡adelante!

Notas del capitulo:

Esto puede leerse independientemente, pero si has leido mi fanfic "Entrenamiento" (ManiXSage) mejor para ti.

Turra: sinónimo de uke, omega, doncel.

Mandarlo llamar del modo tradicional tenía su encanto. Una notita, enviada con un sirviente, solicitándole como tantas veces que se presentara en su habitación al caer la noche para un entrenamiento no declarado, pero muy fructífero y necesario.

Aspros. Se coqueteó al espejo pensando si todavía era lo bastante hermosa para el. Con su cabello largo, tan blanco como cuando era joven. La delicada forma de su cara. Esas arrugas inevitables que a veces lo hacían hacer morritos, en la soledad.

Aspros. Habia comenzado a entrenarlo a una edad adecuada, tomando con el unas precausiones que con la Sisi no, debía admitirlo, por su falta de belleza.

Aspros fue todo un caso. Hermoso desde que era un niño, tan delicadamente hermoso que genuinamente se pregunto que seria, y, por primera vez, sintió mas ganas de que fuera seme que turra, por inapropiado que eso pudiera ser.

Cepillo su largo cabello, aunque no era necesario. Habia pasado la tarde en relajante preparación para lo que quería darse de noche; un baño placido, a solas, descansando entre lotos rosados.

La ropa que se habia puesto era rosada también; encajes y genero fino, casi transparente, mate. Capas que censuraban donde debían, no siempre coincidiendo con donde deberían. Un collar intrincado, alto, conformaba el cuello del vestido. Abrazaba sus costillas y seguía bajo, muy bajo, dibujando líneas incitantes sobre sus costados, encontrándose en un pico que dejaba ver el nacimiento de sus pompas.

Largos, elaborados brazaletes, uno en el brazo y otro en el antebrazo contrario, pues no podía estar sin joyas. Anillos con un propósito en los dedos de los pies.

La cortina ondeo más de lo debido por el impulso del viento. Meneó la cabeza suavemente, ¿Por qué le gustaba entrar asi? Ocultarse, esperando el momento apropiado para sorprenderlo.

Con la punta de su dedo se puso un poco de brillo rosa para darle oportunidad.

-Eres incorregible… - susurro, al sentir el abrazo desde atrás, sus manos mañosas sobre su pecho, justo como el vestido lo permitia.

-Eres irresistible, mas bien. – lo separo y cogiéndole una mano en alto lo invito a que girara – Dejame mirarte – un pequeño jadeo al quedar visible el pico del escote posterior, con el vuelo del pelo – Arrebatador. – declaro, mirando sus halagadas joyas verdes, ronroneantes, como las de su hijo Shion.

-Y tu te has puesto guapo. – le encantaba que vistiera su armadura.

-Lo menos que puedo hacer para merecerte. – hinco la rodilla en tierra, para que Sage adelantara un pie y adorarselo, besarselo, acariciando a la vez que descubriendo la torneada pierna. Chupo los deditos, jugando con su lengua las bolitas que adornaban los anillos.

Con eso no podía caminar, pero podía hacer otras cosas. Lo alzo, por los muslos. Sage rio y se abrazo a el. Lo sento en su moderno tocador, ese invento que tan bien le iba y le masajeo la planta del pie, mientras lubricaba los otros deditos.

Luego se levanto, quitándose la falda de la armadura, mostrando una polla y un culo a la par de merecedores. La belleza peliblanca alzo el pie, masajeándosela como quien no quiere la cosa, mirando de ladito, llevándose un dedito a la boca en un gesto que contrastaba con sus arrugas, pero que habia tenido desde que su piel era tensa.

Lo masajeo suavemente, dándole gusto, haciendo que la otra presecia se incrementara por su enfado.

¡Semes! ¿Por qué tenían que ser asi?

-Aspros, ¿a que hora piensas entrar?

Manigoldo se volteo, sorprendido, olvidándose de su culo expuesto y de las guarradas que era encontrado haciendo con “su mama”

De entre las sombras de la puerta entreabierta se adelanto un apuesto caballero en su dorada armadura.

-¿No te parece que es un poco tarde para un homenaje nocturno, Cancer? – revelo que había estado ahí desde que se arrodillara. O antes.

-Manigoldo solo hace lo que yo le he pedido. – es mas, ni tenia que pedírselo, porque lo hacia solito. – Igual que deberías hacerlo tu, Aspros.

“¡Maldita zorra!”, pensó para sus adentros. Torturandolo cuando al advenedizo de su favorito le daba todo. ¿Y porque? El tenia mejor polla. Y culo.

Sin decir una palabra, sin mudar el gesto que era una mascara como la del casco que no llevaba, se puso al lado de Manigoldo y le agarro el otro pie. Con algo de violencia, metiendoselo bajo la armadura.

-¡Oye! – a Manigoldo no le gusto que usara la violencia, ni que le agarrara a su milf.

Aspros se retiro la falda, y lo miro entre retador y burlon.

-¿Qué?

-El esta aquí para ser adorado.

-Yo le he rendido pleitesía a su cola muchas mas veces que tu. Mucho antes que tu. – agrego la que mas le dolía.

-¡Ja! – puso su cara mas jactanciosa Cancer – Solo porque eras confundido con una turra. Conmigo nunca hubo duda. – embistió el piecito que Sage mantenía flexible.

-Con esa fealdad como.

Sage estuvo a punto de reir. Pero recordó que podían hecharle a perder la velada.

-¡Basta ya! Son unos caballeros dorados y no unos aprendices. Tu, sabes que lo hago con Aspros. – asentimiento de mal modo - Tu, sabes que lo hago con Manigoldo – mueca de desden – Pero lo que no saben es que ahora vamos a hacerlo los tres juntos.

-Tu y otra turra son una de mis más grandes fantasias. – declaro Manigoldo.

-Si no fuera porque Sage tiene el capricho de ver a la bella y a la bestia juntas, no te tocaría ni con un palo. – hizo un mohín, encantador, aturrado, Aspros.

-¿Te das cuenta que te llamaste bella? – señalo Manigoldo, parpadeando.

Aspros abrió la boquita, pero Sage se impulso, cayendo en sus brazos y besándolo.

El dolor, la traición, reflejados en el rostro de Manigoldo. Mas al notar la satisfacción, la miradita de lado de Geminis. Pero luego la milf, extedio los brazos hacia el, dejándose las piernas enroscadas en torno a la cadera desnuda de Aspros. Se acerco hasta que sus armaduras estuvieron en contacto y lo beso. En la mismísima cara de Aspros. Le rodeo la mejilla, y también a Aspros.

-Ahora ustedes. – dijo, con el brillo rosita aun coloreando sus labios.

-Eso no va a pas... – empezó a decir Manigoldo, pero se vio silenciado por un experto beso de Aspros. Voraz. Nada que ver con el que habia visto darle a Sage.

Una lengua experta, lujuriosa, invadiendo su desprevenida boca. Caricias destinadas a subyugar. Y luego, justo cuando estaba por hecharse atrás, se separo, besando de nueva cuenta a Sage, mimoso.

-¡Pero que tramposo! – Manigoldo no se lo iba a callar.

Aspros termino el besito y se refugió en el cuello de Sage, mirándolo ladino.

-No seas acaparador, Manigoldo. Tengo para los dos, o, mejor dicho, ustedes para mi.

Ya se habia puesto en pie, entre ambos, agarrándolos por las pollas para que no se le fueran a ir, sobándolas mientras besaba a uno, a otro, alternando rápido, acercándose inconscientemente los dos hasta terminar mejilla con mejilla.

Manigoldo se retiró, electrizado.

-Bueno – le dijo Sage, mirándolo regañona – si no quieres compartir los besos nos los daremos Aspros y yo. – dicho lo cual agarro la delicada mejilla del seme y lo beso, como cuando era turra. A sus ojos, es decir.

Sabia que Aspros sabia que el sabia de su desesperante tortura, y esa era su única satisfacción. Aun asi, quería decirle algo hiriente.

-¡Ja! Tu quédate con los besos, yo prefiero algo mas direc…auch!

Sage le habia apretado la polla, de donde lo tenia bien agarrado.

-Si no quieres lo que yo te de, no tendrás nada. – lo reafirmo con la dureza de sus piedras preciosas verdes.

Eran sus esclavos y lo sabían, ambos.

Aspros, sumiso y astuto, siempre aparentador, fingio estar conforme, comiéndose a besos el delicado hombro. El, haciendo morros, cedió poco a poco, derritiéndose hacia la calidez que reaparecia en aquellos ojos, rindiéndose cuando se besaron.

Ni que hacer. Era su esclavo, y lo adoraba.

Uno en su oreja y otro en su hombro. Aspros noto que Manigoldo le estaba haciendo cosas en el lóbulo y se fue a su pezón, chupándolo sobre la tela. Dos bocas chupando con fuerza, pero agradablemente. Cabellos largos y cortos; dos semes bien buenos, todos para el.

Las tres pollas se encontraban, veladas por la ligera tela del vestido de Sage, vestido que se humedecia fácilmente y no se quería quitar.

No aun.

Se arrodillo, poniéndolos juntos, cadera con cadera, piel blanca y morena, metal dorado hasta mitad de los muslos, cubriendo, rodeando… justo como el lo hacia con las puntas de sus penes, uno en cada mano, demostrándoles que era tan hábil con la izquierda como con la derecha, pulgares mojándose en fluidos previos, que manaban mas generosamente de Aspros.

Luego les froto las puntas, una contra otra, encerrándolas en su mano y espiando sus reacciones. Aspros se dejaba llevar pero Manigoldo aun se resistia. Miraba los gestos de placer del otro seme con algo de reticencia.

Cogio la de su discípulo en su boquita, solo la punta, sobándola con movimientos pronunciados, percibiendo el sabor de ambos mezclados. A Aspros le estimulaba la división de abajo del glande con el dedo medio mientras con el índice y el anular frotaba el borde. Su sonrojo era mas notorio al ser su piel mas blanca, y sus fluidos manaban mas generosamente.

No se quejaba ese niño, se dejaba gozar, tan poco dominante como le gustaría que Manigoldo fuera, su amado discípulo que no podía quitarse de encima esas feas mañas de seme.

Los atrajo mas, engullendo mas polla y yendo entre los carnosos muslos de Aspros, ahí donde las bolitas tapaban, estimulo la base del pene, lo que estaba por dentro, y también la próstata. Que ganas de irse a su colita deliciosa, pero…

Tras engullir a Manigoldo hasta el fondo lo dejo, pasando a hacer con el lo que hacia con Aspros y mamandosela al blanquito toda, deliciosamente, pronunciadamente, hechando atras y adelante la cabeza, comiéndoselo hasta el pubis y succionándolo en su interior, haciendolo jadear de placer, y Manigoldo concluyo que estaba mal mirarle la cara mas a el que a la milf que se la mamaba.

Pero es que ver a Sage le daba celos. Queria quitársela, ponerla contra su entrepierna y apretarle la cabecita hasta que acabara, enseñándole al otro de quien era. Quien mandaba, besándolo luego en sus labios de turra, y quien sabe, tal vez bajarlo o empinarlo.

Sage volvió a chuparlo a el. Un alivio, un gusto, viéndolo ahora si meterse la polla en la boca con ganas, chupando con ansia, agarrando de repente la base y lamiendo, volviendo a chupar, masajeando a Aspros, chupándolo a el; uno, otro, fascinado, sin poder elegir cual le gusta mas. Ambas duras, grandes, de agradable forma, tacto… sabor. Los jugos de ambos escurrían por su barbilla y no le importaba, quería estimularlos, masturbando a ambos, recio, duro, mucho mas recio y duro de lo que hubiera hecho antes con Aspros. Apuntando ambos enrojecidos miembros a su cara, mirándolos salidorro, expectante.

Mirando sus cuerpos enfundados en armaduras, los ojos de Aspros, con ese brillo peligroso y dominante. Apreto mas para contenerlo, Manigoldo jadeo, y ambos se vinieron en su cara, cubriéndola con sus chorros calientes y viscosos, justo como el quería.

Dejo descansar sus pompas sobre sus tobillos, sintiendo correr esos calidos fluidos, embellecedores, excitantes. Dejo sus pollas y se solto los botones que cerraban el cuello de encaje del vestido por detrás. Cuatro manos solicitas se apuraron a desvestirlo. A alzarlo, abrazandolo entre ellos; Manigoldo atras, Aspros adelante, apretándolo entre ellos, entre sus armaduras. Dedos cubiertos de oro tocandolo, bocas que solo chupaban lo que era necesario de su cuello, sabiendo que le gustaba sentir el semen sobre su cara.

Finalmente los autorizo a limpiarla, y ninguno hizo ascos. Los dos lamieron el fluido de ambos, sus mejillas, su nariz. Sus ojitos cerrados. El toque de sus cuerpos y de sus armaduras.

Aspros sabia que tenia un fetiche con ellas, si tal podía llamársele a sus inclinaciones lemurianas, por lo que empezó a tocarlo con el dorso de la mano, con lo que estaba cubierto por la armadura. Manigoldo noto como se estremecia, y no queriendo quedar atras empezó a hacer lo mismo.

-Copion. – le susurro Aspros, cuando sus rostros pasaron cerca, por el costado derecho de Sage.

Manigoldo le saco el dedo medio, pero como Sage lo vio lo acerco a la boquita petera de Aspros, con cara de la mejor intensión del mundo. Aspros cerro los ojitos y entreabrió, esperando que supiera cuanto lo odiaba cuando le penetro la boca con su asqueroso dedo, mordiendoselo para que lo sacara pronto, llevando Manigoldo ese lubricado dedito al interior de las pompas de Sage, sobándole el hoyito, ganándose un repegon arqueado y satisfecho de su milf para atras, pompas y alta espalda contra su cuerpo, pancita de turra pronunciada para Aspros, que le lamia el ombligo recordándole lo bien que sabia hacerlo con otra cavidad mas sensible.

No iba a dejar que se la ganara. Convoco su mascarita para que Sage sintiera a su amada armadura contra sus pompas mientras hundia su rostro entre ellas para comérsela, picoteando con una lengua dura y mojada, empapándose de su sabor cuando entro.

Aspros quiso complacerlo por el otro lado, chupándolo con maestria, espiando las caras de placer de Sage, sus ojitos cerrados, diciéndose que todo era obra suya. Mesaba sus cabellos con suavidad, guiándolo moderadamente, dándole margen para actuar.

Pero luego de unos instantes gozados asi Sage lo separo. Le hizo el gesto de que se recostara y el obedecio, sin disimular del todo el mohín apesadumbrado, quitándose la armadura para que no incomodara, todo menos las botas.

Manigoldo se dio cuenta de que Sage se le iba. Sus pompas se alejaron, y luego, su hermosa y ondulante milf se instalo entre las piernas que Aspros le abria solicito. Sus pupilas violetas se dilataron, no podía creer lo que veía. Ni siquiera cuando se dio cuenta de que no iba a follarlo sino a comérselo. Como ese seme, pues lo era a pesar de su hermosura, se alzaba solito los muslos embotados para darle mejor acceso, perdiéndose la cabecita entre ellos, en esas pompas que se veian carnosas.

-¿Qué estas esperando? – le dijo Sage sin salir de ahí, meneándole la cola nada mas.

El, que estaba mas que listo, se quito todo menos los guantes, largos, para que Sage siguiera sintiendo su armadura mientras lo asia por la cadera para penetrarlo.

-¡No! – se volteo molesto – Comeme. – y volvió a hundirse entre las pompas de Aspros.

Este lo miro con burla y volvió a sacarle el dedo medio, empinándose detrás de la milf para volverle a comer la cola, seguir comiéndole la cola, que estaba mas que lista y preparada para algo mas, dedos, al menos, pero el apretón de Sage no le parecio complacido, por lo que resignado, volvió a darle lengua a ese hoyito delicioso, goloso, que parecía querer mas por como se apretaba, pero lengua que era lo que esa lemuriana hermosura quería en esos instantes, usando a un par de semes como si fueran un par de turras.

Aspros, ya puesto en ese plan, se dejaba gozar; el placer fácil que no podía odiar por mas que quisiera. La habilidad del patriarca se lo impedia, comiéndoselo con tanta habilidad, magistral pericia, tanta, que la tentación de tocarse por delante era poca, y preferia gozar solo por detrás, dejándose comer y comer, enloquecer por esa lengua talentosa.

Con el segundo orgasmo Sage se dio por satisfecho. Se incorporo entre esos dos semes semidesnudos, arrechos; sendo par de pollas que froto goloso, anticipandose ya a como seria tenerlas adentro. Los dos semes lo acariciaron, se pegaron a el. Tenia que elegir a uno, pronto…

Aspros lo empujo violentamente de bruces.

-¡Vuelves a hacer eso y te… - lo empujo para evitar que lo tomara.

-¿Qué? – replico burlon, pegándosele de pecho.

Sage volteo y babeo.

-Aspros – dijo duro – adelante.

Se referia a posición, no a permiso. Se habia puesto a gatas, la muy gata. Se paro delante de el y el se incorporo, agarrándose de sus caderas. Aprovecho haberle llamado la atención cuando acomodo su cabello para decirle un muy contrito:

-Lo siento.

Con carita linda imposible de resistir. Por lo menos para Sage. Pobrecito, pensaba, ahora que se ha vuelto seme de repente esos horribles impulsos que antes no tenían lo acometen y le ganan. Asintio y beso su polla antes de tomarla entre sus labios.

Manigoldo, que todavía lo veía con suspicacia, se posiciono detrás de la belleza. No pudo evitar crispar media boca al verlo, maldito advenedizo al que le dieran desde un principio lo que por tanto tiempo le negaran. Y lo sabia, lo notaba, se burlaba de el. Mirandolo asi mientras rodeaba con sus brazos a Sage, empujándolo contra el, penetrándolo.

Maldito degenerado, hundiéndose asi entre esas pompas acorazonadas que vislumbraba entre el pelo, desde arriba. Se lo acomodo a un lado, para verlo mejor. La piel morena, el tamaño… si lo censuraba del ombligo para abajo podía imaginarse que era Deuteros, su amado hermano que era quien debería estar ahí con el, compartiendo a esa zorra incitante que iba a darles el poder.

Por eso se habia enojado al llegar y verlo ahí. Si alguien era digno de tenerlos a el, y a Sage, a la vez, era Deuteros, no ese… pedazo de seme acelerado de mala técnica, que la metia muy rápido demasiado pronto. Rapido y rítmico, aplastando las pompas, zarandeándolo, haciendolo pegar de pecho contra su armadura, gemir mientras se lo comia.

Los musculos de su vientre se tensaban, penetrándolo. Esos brazos con armadura, acariciándolo. Y al mismo tiempo veía su boca, su carita hermosa perdida en su entrepierna, concentrada en darle placer. Eso le gusto. Con una sonrisa torcida, ahora que no lo veía, acaricio su cabello. Sage complaciéndolo a el y Manigoldo a Sage. Era como si los dos lo complacieran a el. Se imagino detrás de ese moreno, poseyéndolo como habia poseído a otro, mucho mas digno. Dandole una lección sobre como coger.

-Cambien de lugar. – pidió Sage.

Manigoldo, de rodillas frente a el, le limpio la comisura de la boca antes de arrimársela. En cuatro lo tomo Aspros desde atras, agarrando con firmeza esas caderitas discretamente curvadas, clavándose entre las nalgas generosas, mas de lo que prometían las caderitas.

Se sentia tan bien penetrar a esa zorra. Era exquisita, tenia el agujero apretado, liso, suave. Tan lubricado y caliente, rodeándolo, dándole ese placer que necesitaba. Se inclino sobre ella, agradeciéndoselo, juntando su pelo y besándoselo, besando su hombro, su alta espalda, sin estorbar sus movimientos mamatorios.

Rodeo su pecho con sus manos, tomando sus pezones, pellizcándolos, frotándolos luego suavemente, mientras lo penetraba a un ritmo aturrado, dejándole sentir lo buena que estaba su polla en cada estocada, dándole el tiempo suficiente para apreciarla, pero no tanto para dilatarse por completo.

Queria darle, complacerlo, no que el se apretara, llevando las riendas de la cogida aunque fuera el uke. Queria demostrarle lo buen seme que era, lo bien que la sabia meter, los orgasmos desmayadores que podía darle. Y poco a poco, una mano bajo del pecho hasta su vientre, rodeando, presionando el perineo, sobando todo atras de las bolitas, para que sintiera mejor.

Manigoldo trataba de ver que hacia. Pobre seme era si no podía rozarle la próstata cada vez, desde dentro. O quizá quería sobreestimularlo, para que no se la mamara bien. Pero estaba pendejo si creía que Sage no podía correrse sin dejar de chupar a su amante; con Hakurei le habia quedado claro lo hábil que era, ambos, preciosos gemelos.

Celos que no lo dejaban relajarse, gozar, pugnando por salir del fondo donde trataba de consignarlos, al ver esas caritas. Lo importante era que Sage lo gozara, y lo estaba haciendo. Tanto como le gustaba chupar polla; sabia lo satisfecho que se sentia, lo ambicioso, con dos pollas, una en cada lado.

Que se sentiría estar ensartado asi, le daba curiosidad. Su hermosa lemuriana lo miro, lánguida, y el le acaricio el lateral del rostro. Estaba corriéndose, chupándolo, acercándolo tanto.

¿Seria asi como quería acabar? Al terminar de estremecerse se tumbo de espaldas, ofreciéndose a ambos semes con el hoyito bien abierto y lubricado, rosado como sus mejillas.

Se apresuro a poseerlo. Aspros gruño y le pego la cadera, tratando de hacerse espacio.

-Ambos… - gimio Sage, con una vocesita salidorra – los quiero a ambos, alternen…

Manigoldo se salio, viendo de inmediato entrar la polla de Aspros. Empujones firmes, violentos. Sus bolitas rebotando. Estaba flipándolo, Sage, los dos semes que mas le gustaban dándole, uno, otro, tan rápido que podía compararlos, disfrutarlos. Lo llenaban, sus pollas se rozaban al entrar y salir, tan cerca, sintiendo la punta ansiosa del que no estaba dentro en el interior de sus muslos, sus nalgas.

Uno y otro, penetrándolo, una experiencia alucinante. Solo le faltaba El Cid para chupárselo, pero era tan reprimido… se teletransporto un juguetito, sustituyéndolo, imaginándolo…

Dos pollas y no tenia suficiente, pensaron los dos, encantados con lo viciosa que era. Lo bien que se veía chupando una tercera, falsa. Aspros se corrió primero, pues si lo hacia segundo ese culito estaría demasiado anegado para su gusto. Sage no le gustaba asi.

En cambio, para Manigoldo, era bastante poco frecuente correrse en un culito previamente rellenado. Rebozante de semen caliente y espeso, lubricando viscoso, demasiado, haciendolo hundirse tan profundamente en el que temio hacerle daño, acabandole tan adentro que fantaseo con dejarlo embarazado, otra vez.

Sage, completamente relleno, abundantemente encremado por dos semes, gozaba de sentirse asi. El frio era desagradable e su culito, asi como el vacio, por lo que llevo el juguete que habia estado chupando entre sus nalgas y se penetro con el, ante la estupefacta mirada de Manigoldo y Aspros, que lo miraron hacer sumamente excitados.

Se daba con el juguetito, rápido, duro, gimoteando, temblando. Aspros se dio cuenta de que le costaba trabajo coordinar, se perdia la experiencia de goze fácil que quería tener, por lo que solicito le tomo el juguete luego de verlo correrse una vez, que tampoco se iba a privar del espectáculo.

Sage lo miro agradecido y Manigoldo vio boquiabierto como Aspros le daba con un juguetito, bien coordinados, como un par de turras. O bien pervertidos, como seme que prefiere meter un falo falso. Uff, depravados. Quiso hacerlo también, Aspros le cedió el juguete, pues no quería que Sage dejara de gozar, y lo vio penetrarlo con el. Penetrar y penetrar. Esa zorra se habia vuelto loca a si misma con tanto jueguito, y ahora que volvia a la cordura iba a necesitar dosis masivas de polla.

Que bueno, sonrio.

Asi iba a necesitarlos a Deuteros y a el. Se masturbo para quedar rigido, aunque aun era doloroso, y Manigoldo lo imito, no se iba a quedar atrás, y en cuanto estuvo listo lo penetro. Termino de ponerse bien duro en su interior, su anhelado interior. Sage gemia y los miraba, a ambos. Dejarle el lugar a Aspros no le gustaba nada, por lo que solo lo dejo un poquito antes de quitarlo. Aspros quiso hacerlo en la misma cantidad de tiempo y no se dejo. Sus caderas batallaban, estaba penetrando a su milf. Metio un dedo ya que la polla no podía meter y Sage chillo.

-¡Lo lastimas! – le reclamo saliéndose.

Aspros se la metio con todo y dedo. Otro.

-Le encanta. – le dijo mirándolo salidorro. A el.

-Posicion de tijeras, ambos. – ordeno Sage, y Aspros rápidamente obedecio.

Manigoldo se quedo un instante de pie, sin comprender lo que se esperaba de el.

-¿¡Que no sabes hacer tijeras?! – lo empujo la milf abajo, molesta. Cada segundo que tardaban en acomodarse era un segundo que el estaba sin pollas.

-Claro que se como son las tijeras… - dijo, sentido de que lo regañara – Solo que nunca las he hecho. – añadió mirando a Aspros. Cruzar los muslos con el. – Sus botas me molestan.

Aspros se las quito. Lo mismo que el las protecciones de los brazos. Quedaron desnudos, juntos, como un par de turras, sintiendo la calidez de la entrepierna del otro.

Era excitante pero estaba mal. Aspros se le arrimaba, montándole bien una pierna encima, sintiendo sus nalgas contra las suyas, sus bolas aplastándose con las del otro. Sus bolas suaves y depiladitas.

Como Manigoldo era un idiota agarro sus pollas juntas, lubricándolas con su saliva.

Sage paso un pie sobre ambos y al ojivioleta no le quedo duda. Se acuclillo sobre ambos, de cara a el. Extendio las manos para acariciarlo.

-¿Estas seguro? – le pregunto preocupado – Podrias hacerte daño.

Se inclino sobre el para besarlo. Su punta mojadita dejo un rastro por todo el centro de su vientre. Volvio a erguirse, con su cabello suelto. Se separo a si mismo las pompas, bajando, bajando…

Aspros, que se había quedado con la vista porno y la preferia, sujetaba bien sus pollas juntas. Un par de intentos y no cedería; metio primero la de Manigoldo, dejando a Sage montarlo arriba abajo, dilatándose, estimulándose el su pene con mas saliva, acercándolo a las pompas, por fuera, pegándolo mientras Sage estaba bien sentado sobre Manigoldo, adivinando hasta donde le llegaría por dentro, encantandole ver su punta llegar hasta donde los hoyuelos de su trasero.

Le metio el dedo, de nuevo. Uno, dos. Sage se movia, sus manos apoyadas sobre el pecho de Manigoldo, viéndolo. Este excitado, preocupado. Los dedos de Aspros contra su polla en ese apretado interior. Miro con angustia a su amado maestro al sentir los dedos retirarse, la complacida expectación que veía en su rostro no bastaba para tranquilizarlo, ni cuando se relamio, sintiendo, lo mismo que el, la punta caliente contra su entrada. Empujando, presionando, entrando. Jadeaba, con la boca abierta; el mismo se sentia sobreestimulado. La polla de Aspros se deslizo, muy apretada, contra la suya. Ambos cupíeron en el delicado interior de Sage. Sage que se irgio, agarrándolo el de la cinturita. Le parecio que su pancita de turra se veía mas abultada, con esos tremendo pollones dentro, y el comenzó a menarse, complacido, poquito al principio, cada vez mas pronunciado, en círculos.

Abrio los ojos y lo miro, diciéndole que le encantaba. Cogio su erección, que se balanceaba, pero el negó con la cabeza. Menuda zorra que era, pensaba tambien Aspros, viendo, en primer y privilegiado plano, la acción desde que empezara. Ese culo de zorra, reventando con todo lo que se había metido. Sus caderas se veian mas amplias, sus nalgas, mas acorazonadas. Las masajeaba, cargándolas, separándolas, alzándolas un poquito, para que empezara a moverse.

Y lo hizo, subiendo, arriba y abajo, sobre dos pollas. Dos pollas bien apretadas en su interior, colmándolo, dándole una sensación de llenura extrema, bordes dilatados hasta el dolor al principio, pero no mas. Aspros, con su exquisito refinamiento, le sobaba el bordito, donde sus pollas lo estiraban sin tocarlo, le sobaba toda su mitad, subiendo el dedo por entre sus nalgas a la sensible división de estas, el triangulito de placer entre ellas.

Se estremecio, jadeando mas profundo. Se meneo de adelante atrás, de arriba abajo, sacándose mas la de Aspros que la de Manigoldo, dándole mejor vista de como entraba y salía y aprisionando mas, recibiendo mas, a su discípulo, que se apoyo sobre un codo para compartir besos con el, lamidas.

Seguro de que todo estaba bien para su maestro disfruto de la intensa sensasion. Comenzo a moverse tantito, coordinado, besando esa hermosa línea de la barbilla, acariciando su costado.

Sage se movia cada vez mas rápido, arriba, abajo. Guio la mano de Manigoldo a su boca para chuparle los dedos: dos, tres, mirándolo goloso y vicioso, encantado de tener tanto dentro. El ojivioleta se movio mas recio y el peliazul tambien. Entre los tres lograban una buena armonía, apretados dos y rellenado uno, con los fluidos previos de ambos facilitándole el trabajo, con el dedito de Aspros que sobaba cuando era oportuno.

Sage gemia y escurria la babita. La mano mojada de Manigoldo contra su mejilla, sus labios de nuevo unidos, su lengua penetrando vigorosamente la boca de su maestro, complaciéndolo, sintiendo que no aguantaría mucho mas, esperando que Aspros aguantara menos.

Los apretones de Sage, los meneos de Sage, tan parecidos a los de Asmita, le indicaron cuando ya estaba frenética, extática. Le metio un dedo mas, haciéndolo correrse, disparando blancos chorros contra el torso de Manigoldo, haciendo al seme menos experimentado correrse, y entonces el, con la abundante lubricación, metio un dedo mas llevándolo al paroxismo, sintiéndose el mismo tan apretado, tan delicioso, con la polla del otro seme aun en contacto, con todos esos fluidos chorreando.

Con esa viciosa dando los últimos apretones.

Luego saco los dedos. Las pollas seguían dentro. Cuando perdió firmeza lo empujo arriba por las pompas, haciendo que todo lo que faltaba se derramase sobre ellos. Tan abierto el patriarca, como el nunca estaría, porque no era turra.

No lo era a pesar de las desesperantes torturas de Sage, aseguro arrodillándose detrás para abrazarlo, sentado sobre el muslo de Manigoldo, sus cabellos entre ambos, sus manos recorriéndolo, confortándolo, delante de los ojos de su discípulo. Este se sento para besarlo, y entre ambos lo compactaron como el los había compactado a ellos; brazos, piernas, bocas, entremezclados. Dandose placer y amor, hasta que finalmente Sage, algo adolorido, se dejo caer al lado.

-¿Estas bien? – le pregunto Manigoldo.

Bien cogida, pensó Aspros.

-Claro que si. – dijo yendo por una pomadita que el mismo proveía a Asmita y untándosela.

Manigoldo estuvo a punto de decir “Oye!”, pero vio que en realidad estaba curándolo.

-Cualquier rozadura se le pasara. Ahora, si me permite cargarlo a la cama, Patriarca.

Sage se dejo. Se veía hermoso en brazos de Aspros, hermosos ambos, con sus cabelleras largas: Manigoldo los admiro, a Aspros, hasta que su culo rozado por las puntas de su cabello salio por la misma puerta entreabierta por donde había entrado.

-Manigoldo… - lo llamo la vocesita de Sage – Duerme conmigo esta noche.

Manigoldo lo beso tiernamente y se metio con el a la cama. Su maestro dejo que se le pegara de ladito, desde atrás, y resistio un buen rato el sueño, admirando la belleza de su nuca dormida.

 

Fin

 

Miniextra:

 

Sisifo despertó, por los sensuales pujidos de su marido. Estaba bien arrecho, levantando una carpa en torno a su cadera, empujando contra la sabana blanca, humedeciéndola.

Era raro que El Cid estuviera tan excitado: con tres a la noche solian tener, cuando no era plenilunio.

-Elshido, Elshido… - lo movio, pues era arruinador de experiencias por excelencia.

El Cid despertó, parpadeando desconcertado, mirando el techo, en su lugar. Su esposo, a su lado.

-Estabas pujando. ¿Tenias un mal sueño?

Solo Sisi era capaz de preguntar eso.

Soño que era levantado de su cama y llevado por los aires hasta las habitaciones del Patriarca, donde lo encontraba siendo penetrado a turnos por Aspros y Manigoldo, chupando una polla falsa que dejaba al lado, mirandolo con lujuria, despeinado y pujante como estaba, haciendolo acomodarse arriba, manteniéndolo flotando con sus poderes telequineticos mientras se la mamaba.

Miro atras, pues no le tenia mucha confianza exponerles el culo desnudo a ese par de depravados, pero ni parecían notarlo. Como si no existiera, como si no pudieran verlo.

Pero el patriarca si que lo veía, lo apretaba, lo chupaba…

-¿Tenias un mal sueño? – los ojos dulces de su esposo, sacudiéndolo del brazo.

-No, malo no.

La Sisi quería agregar algo mas. Se le notaba en la manera de morderse la orillita del labio inferior, pero era muy timido.

-¿Qué?

-Umm – estiro la mano - ¿quieres ayuda con eso?

Ya estaba sobre su entrepierna.

 

 

Notas finales:

Acá podeis mirar la portada que hize para el fanfic:

https://www.pinterest.com.mx/pin/793970609281831134/

Slán!


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