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Killer eyes (2min) por Aerin

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Notas del capitulo:

¡Hola mis queridos lectores! Esta es una nueva historia en la que estoy trabajando, no se alarmen los que leen ChoiLee, voy a terminar esa antes de seguir mucho con esta, pero quería ir dejándoles mi nueva historia.

Espero que les guste

Saludos Aerin

Luces de colores, música estridente y cuerpos contorneándose en ese extraño, pero popular rito de apareamiento. Taemin podía percibir el olor a sudor desde donde estaba y casi sentirse insultado por los pobres intentos de baile que estaba observando. Comenzando a sentir el deseo creciendo dentro de él de pararse y demostrarles el arte de la seducción, pero eso sería ceder y estar de acuerdo con estar ahí y él no lo estaba. El odiaba todo eso y en ese momento se odiaba a sí mismo por encontrar algo atrayente de ese mundo que en realidad hubiera preferido destrozar con sus manos "imbécil" se insultó revoleando sus ojos llamando la atención de su más que animado acompañante. 

- ¿paso algo? -pregunto Onew tomando el final de su bebida y sonriendo a una bella chica que se le insinuaba desde hacía un rato.

- ¿ya nos podemos ir? - era la tercera vez que lo preguntaba en la última hora y si no fuera por su trabajo, ya se habría levantado y habría dejado solo a su primo, que comenzaba a molestarle más de lo que le gustaría aceptar.

- sabes que no... Aún debemos estar una hora más ¿Porque aceptaste si no querías venir de todas formas? - el menor chasqueó la lengua, molesto. Realmente amaba a Lee Jinki. Probablemente era la única persona a la que lo hacía, pero a veces le molestaba su actitud sabelotodo. Y que tenga razón... Odiaba que tuviera razón.

- bien que disfrutas de mis "sacrificios" -rebatió sarcástico mirando por última vez el sector VIP de ese boliche en el que se encontraban - por lo menos Kibum no vino hoy - y el mayor agradecía eso. Porque el joven era insoportable en general, pero cuando Key estaba cerca todo empeoraba.

- ¿Porque no bailas con alguien? - cuestionó entendiendo automáticamente su error cuando esos ojos avellana lo perforaron casi como si le hubiera insultado.

- ¿Es una broma Jinki? - pregunto fastidioso.

- Onew… es tan difícil para ti entender que soy Onew – el menor revoleo los ojos, indiferente

- Llámate a ti mismo como quieras, pero siempre vas a ser Jinki para mí – jodido Lee Taemin que siempre hacia lo que le placía, ignorando los deseos y necesidades de los demás, porque él no entendía los limites ni los no, el solo hacia lo que quería y en ese momento quería irse.

- ¿Te gustaría que yo te llamara Killer Eyes? – rebatió enojado

- eso es diferente… tu no tienes un puto apodo que ni siquiera entiendes de donde mierda ha salido – pero el castaño si entendía si en ese mismo momento estaba siendo víctima de ellos. Solo por estar ahí, porque cuando Taemin odiaba no discriminaba, el odiaba y ahora estaba odiando – como sea… ya me arte – empujo un poco su asiento hacia atrás, parándose, ya cansado de eso y bebiendo lo que quedaba en su vaso, ignorando los reclamos de su primo, porque ya no le importaba si aún no era la hora o si eso ponía en riesgo su trabajo. Solo quería irse de ahí. Y entonces lo vio alto, cabello castaño y desalineado, ojos grandes y atrayentes, piel bronceada, sonrisa de príncipe de cuento de hadas, cuerpo trabajado, pero no excesivamente. Todo en el gritaba sexo y solo con eso el rubio se olvidó de que se quejaba, de donde estaba y de que se suponía que tenía que hacer. Porque en ese instante dejo de ser Taemin la celebridad y paso a ser Taemin el predador. Y ese chico... ese chico era su presa. 

 

Minho camino siendo arrastrado por la mano de su amigo. El lugar estaba abarrotado de gente, pero al chico no parecía importarle. Sabía que ir era una mala idea desde el momento en el que se lo propusieron, pero había sido débil y cedido.

- ¿Puedes ir más despacio? – se quejó después de disculparse por cuarta vez con alguien a quien había chocado, pero su amigo no respondió ni bajo la velocidad, solo siguió con lo que hacía, rumbo a algún lugar desconocido – ya ya… - se soltó cuando llegaron al primer lugar abierto entre tanta gente, ganando por primera vez la atención del joven.

- ¡Que quejoso! Deberías agradecerme de estar aquí… - poso uno de sus brazos encima de sus hombros y con el otro hizo ademan para que viera el lugar - esto mi querido amigo, es la cream de la cream, lo mejor de lo mejor, lo top de lo top – dijo entusiasmado como si hablara de una de las maravillas del mundo, cuando solo se estaba refiriendo a un sucio boliche lleno de gente sudada. El alto se deshizo del agarre fastidiado.

- Yaaaaaa – pero Changmin era insistente y volvió a abrazarlo.

- y tu mi querido amigo desde mañana serás parte de él, así que tienes que comenzar a acostumbrarte.

- ¿Terminaste? – cuestiono molesto por ese ya repetitivo discurso, porque si, su amigo tenía razón y tal vez era como un sueño para el castaño, pero no quería ilusionarse, no cuando sabía que solo tendría un trabajo temporario y si bien ese era su sueño, tenía que dejar de emocionarse cada vez que se cruzaba a alguien reconocido – te dije que no me importa…

- quienes sean… son solo gente como nosotros – y si, siempre era la misma respuesta

- Ppuedes dejarlo en paz? – inquirió Kyuhyun acercándose al par que discutía, llamando la atención de unos cuantos – a Minho le gusta jugar a nada me afecta… déjalo ser.

- pero es que… - se quejó el mayor de ellos perplejo. Porque el si se emocionaba por su amigo y él quería disfrutar de eso, aunque no fuera su oportunidad.

- ya Changmin ¿Cuándo seas modelo vas a hacer lo mismo? Minho quiere hacer bien su trabajo eso es todo – el joven resoplo molesto por el sermón

- de que vale rodearse de famosos y modelos, si vas a actuar como si nada estuviera pasando. Es su maldito sueño por el amor de Dios… ¿Qué no tienes sangre en las venas? – empujo al menor que, aunque no quisiera admitir, se había quedado admirando a la gente a su alrededor, reconociendo a más de uno y tratando de no gritar como un como un chiquillo emocionado cuando alguno pasaba demasiado cerca de él… demasiado.

- Creo que voy a tomar algo – respondió cambiando el tema, pero la sonrisa en la cara del mayor le informo que no había sido tan disimulado cuando sus ojos se habían ido atrás de alguien que ambos conocían más que bien.

-  Ve Minhooooo – grito por encima de la música – sociabiliza… baila… este es tu mundo ahora – con ese ultimo comentario el alto quedo de frente a ese universo que trataba de que le fuera indiferente, cuando no le era.

Camino como un gato en celo entre la gente sin soltar su copa, ganándose más de una mirada sorprendida, porque el no iba a ese lugar y cuando iba, nunca bajaba de su sector… nunca. Y, sin embargo, ahí estaba, deslizándose en ese lugar que consideraba indigno, con su mirada fija en su objetivo, relamiéndose ante la idea de profanar esos labios y deleitándose por la anticipación de sentirlo dentro de él. Nadie le decía que no a Lee Taemin y sabia que esta no iba a ser la excepción.

El alto siguió con la vista a esa joven que conocía más que bien de esa tira juvenil donde ella era la protagonista cuando sintió unos ojos perforándolo. Casi inconscientemente se volteo para ver de quien se trataba cuando lo vio. Ojos avellana, cabello rubio, labios gruesos, nariz respingada, pómulos hacia el cielo, piel nívea y figura estilizada. Lee Taemin y realmente tuvo que morderse la lengua para no gritar en ese momento, porque, aunque intentara fingir, con él no podía. El era su mayor sueño. Desde que se había interesado en la moda, el había sido su mayor fuente de inspiración y motor para seguir en pie, y ahora, por los giros del destino, se encontraba ahí, mirándolo con esos famosos Killer Eyes. Esos que le habían hecho ganar su apodo, el cual sabia el odiaba, porque… porque sí, y, aun así, a nadie parecía importarle, porque, aunque corrigiera eso cada vez que le hacían una entrevista, seguían llamándolo igual. 

Taemin se cruzo con esos ojos grandes y la antelación se hizo más grande. Lo conocía… lo sabía, había visto su reacción al verlo y eso lo complazco, le gustaba ver el nerviosismo por su mera presencia y el desconcierto. Le encantaba sentirse deseado, y saber que por una noche haría los sueños de ese chico realidad.

Se acerco sin descaro dejando su copa en la barra y rodeando el cuello del alto como si lo conociera de toda la vida, como si tuviera el derecho a hacerlo y el castaño ya no pudo contener el leve gritito que salió de lo más interno de su ser.

- ¿Me esperabas bebe? -  cuestiono rosando su nariz con la ajena mientras el cuerpo rígido de su acompañaba trataba de recordar cómo se respiraba.

- Lee… Lee… Lee… - repitió ganándose la risa del mas bajo y la mirada de todos los presentes.

- ssshhhh – lo callo colocando uno de sus dedos en sus labios haciendo que ahora su respiración se volviera más errática – hoy solo soy Taemin dulzura – hablo mirándolo a los ojos y volviendo a cruzando nuevamente sus brazos en su cuello – ¿y tú?

- Minho…Choi… Minho – tartamudeo aun sin entender lo que sucedía.

- mmmmmmm Minhoooo – aspiro el nombre como si fuera una droga, cerrando sus ojos, relamiéndolo, como si le hubieran dicho lo mejor del mundo – Minhooo – concluyo volviéndolo a verlo a los ojos – me va a encantar gemir tu nombre cuando estés dentro mío- sonrió logrando que el corazón del alto diera un vuelco, porque él no sonreía, el se reía u odiaba, pero no sonreía nunca y creyó que eso debería ser un crimen, cuando acababa de descubrir que era una de las mejores creaciones del universo. El rubio deshizo su agarre y le tendió una mano para que la tomara - ¿Nos vamos? – y su cuerpo quedo petrificado. Sabía que debía decir algo, sabia que el níveo esperaba una reacción y que aun si no lo hiciera, había algunas cosas que debía aclarar, pero su cerebro se había desconectado. Un movimiento de cabeza le indico que la paciencia del joven comenzaba a agotarse y el castaño dejo de pensar. Tomo esa mano perfecta que tanto tiempo había admirado y se dejo guiar. Minho se olvidó de sus amigos, se olvido de quien era, de que se supone que debería hacer ahí y de cuan mal estaba lo que iba a hacer, porque ni en sus mejores sueños podía imaginarse eso. Y, sin embargo, ahí estaba, siendo arrastrado por su mayor anhelo entre esa gente que hacía unos minutos había llamado su atención pero que ahora no podía importarle menos, porque era él. Estaba con Lee Taemin y estaban por hacerle el amor.   


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