Red Skull ayudó a Thanos a conseguir la gema del alma con la condición de que le regresará a su Omega y cortará cualquier lazo que lo uniera con otro.
Había sido desterrado con su propia arma, pero no pudo negar que los últimos momentos en la tierra pudo disfrutarlos mucho, con su primer encuentro con aquél inusual Omega que fue modificado de una manera que la naturaleza se hubiese sentido ofendida.
Dándole músculos y forma a un hombre fértil, delicado, con un destino marcado a obedecer. Una aberración a cualquiera que lo mirara pero no a Red Skull, él vio más allá de su cuerpo, vio la naturaleza que no podía negar pese a que un suero le diera el poder para contradecir su destino.
Su primer encuentro fue maravilloso, había pasado su fortaleza encontrándose cara a cara con aquél que llamaban Capitán América, debía de reconocer que era un gran oponente, el ingenio que normalmente tienen los omegas y la fuerza de un Alfa hacían una combinación sublime para alguien perfecto cómo el.
Recordaba como su mano pasó por el delicado rostro del rubio y este a su vez se estremecía por el tacto.
— No importa lo valiente o lo fuerte que seas—se acercó aún más al soldado— sigues siendo un Omega, alguien que reacciona a las feromonas de su Alfa.
Lo había paralizado con su toque y esas palabras, haciendo que su mano se regocijara de la suave piel y firme muscular del Capital American. Aunque no era un tacto tan íntimo como lo serían ambas pieles desnudas se conformaba con la cálida estrechez que el otro le brindaba.
Sus manos se cerraban fuertemente en el muro mientras su frente se mantenía de igual manera, su boca se abría mientras sus rodillas temblaban, sentía el aliento en su cuello de aquel que se autonombró su Alfa, mientras que los dedos de este mismo entraban y salían de la virginidad de Steven al igual que los quejidos y jadeos desde su garganta.
Sus mejillas se sonrosaron tenía que parar aquello si no quería caer en la tentación y eso sería cuando estuviese completamente excitado; perdiendo así la misión y de todos aquellos que había ido a salvar. Armándose con toda su fuerza de voluntad e ignorando su instinto Omega ante el llamado del Alfa logró separarlo de su cuerpo mientras éste se volteaba y tomaba su escudo, su respiración seguía entrecortada pero aun así no dejó de mantener su posición, listo para atacar pese a que su pantalón tenía ese agujeró donde fácilmente podría verse su aún virgen entrada.
Red Skull huyó del capital American mientras éste se recuperaba por lo vivido. No causó un trauma si no una advertencia en el joven Omega haciéndolo regresar a la cruda realidad la cual le recordaba en susurros que no importaba lo que hiciera, su parte más frágil, la que había encerrado en su interior para ya no volver a saber de ella, podía salir fácilmente si un Alfa estaba cerca. Siendo un Omega ya mayor, al menos para el mundo, puesto que normalmente los Omegas de esa época tenían un matrimonio arreglado desde los doce años, dejaban pasar el primer celo después se casaban antes de que llegara el segundo, Roger ya habían pasado casi los nueve celos en soledad. O eso era lo que pensaba, después de todo, el tiempo en el hielo no contaba del todo.
Róger tuvo que soportar la pérdida de su primer Alfa Buky, mirando con horror como caía del tren perdiéndose en los fríos brazos de la muerte. Su sangre ardía, tenía que vengar lo que le habían hecho.
Al presentarse frente al cráneo rojo este lo recibió con una torcida sonrisa y la pérdida de su virginidad. Tanto dolor, tanta dominación provocaba un fuerte revoltijo en su estómago. Pero aun así no existió un lazo que los uniera, no hubo mordida ni anudamiento, tan sólo dolor, sometimiento y dominación.
Esa parte de su vida lo había enterrado junto a él dentro del hielo, con la diferencia que esa mala experiencia de había quedado aun cuando él había salido de su tumba helada.
Después de despertar de su sueño que pensaba eterno no tardó en querer sentirse como si así fuera, ocultando su verdadera naturaleza por consejo, y orden de S.H.I.E.L.D nadie se enteró de su naturaleza. Hasta la llegada del soldado del invierno, terminando por ser su Alfa, su futuro esposo, el hombre que alguna vez llegó a amar pero por desgracia no se equivocaba, su Buky había muerto en el tren ese día y el que ahora veía sólo se parecía a él, un cascarón vacío que lo atacaba a matar. Aun así no dejó de insistir, intentando obligarlo a que lo recordara atreves de las peleas y el combate, él no quería lastimarlo pero Buky hacia lo opuesto, esa ferocidad, ese salvaje trato.
— ¿Crees que no saben lo que eres? — esas palabras junto con la manera tan violenta lo hizo ver de repente a ese hombre quien pensó le iba a pertenecer. Aún a costa de su naturaleza, del amor que alguna vez había sentido por Buky, su cuerpo se movió luchando por el bien de los individuos que ya hacían a un par de pies de abajo.
Pudo derrotarlo pero las consecuencias eran las mismas, una nave cayendo al agua, sólo esperaba que está vez rompiera los lazos que lo conectaban con el Alfa que lo tomó a la fuerza.
No supo que había pasado, tan sólo que por un momento no respiraba y al otro ya lo hacía, siendo jalado como si fuese cualquier cosa, tumbado como si no valiera nada, sintió más peso de lo necesario que se convirtió en un abrazo cálido y unos toques amorosos para terminar con un beso en sus labios, aquel Buky que conocía un seguía ahí en alguna parte, abrió los ojos levemente para notar la mirada de su antigua pareja, su persona destinada a casarse pero a causa de la guerra que lo necesitaban no lograron vincularse.
—Buky —intento levantar su mano pero el nombrado lo detuvo —Buky te extraño —declaró pero aun así el Alfa se resistía a que lo tocará negando con la cabeza, prohibiéndole la tarea por mucho que le doliera recahzarlo. Entonces dió un último beso en sus labios, que Steven correspondió sin pensarlo.
— Estarás bien — las energías se le escapaban cómo arena entre sus dedos, y con la tristeza adueñándose de su corazón nuevamente quedó inconsciente, cuando despertó no se sorprendió al estar donde había despertado la primera vez, en una cama siendo atendido por algunos médicos, como era de esperarse no tenía heridas graves, tan sólo la ruptura de su alma herida.
Pasó el tiempo y una nueva amenaza atormentaba el mundo o quizás el universo, siendo manipulado por Loki, un rey sin trono o derecho según Thor por las leyes de Asgard. Pese que algunos no encontraron motivos del porqué de su odio hacía Thor él lo entendió casi de inmediato, no era fácil vivir una vida cuando al final del camino te esperaba un mundo de manipulación, esclavitud disfrazada matrimonio próspero y crueldad por montones.
Habían raptado, o como dijo Thor, tomado a Loki cuando termino la guerra con los gigantes de hielo, Odín tomo a Loki como a otro hijo pero le digo a su primogénito que era su pareja destinada, los gigantes de hielo se les conocía por ser en extremo fértiles, algo demasiado importante y preciado para los Asgardianos a causa de sus mujeres estériles y escasos Omegas, por no decir prácticamente inexistentes, tan sólo un argardiano entre cincuenta era omega, con suerte eran dos por cada sesenta.
A la edad de doce años, cuando su cuerpo daba los primeros síntomas de su madures gracias a una mancha de sangre encontrada en su cama, ahí se dieron cuenta que los gigantes de hielo en realidad no tenían esa jerarquía como lo tenía al parecer Asgard y la Tierra, eran exactamente iguales, una creatura capaz de albergar y dar vida, una raza completamente fértil.
Odín obligo a su hijo mayor en formar un vínculo con Loki, una marca que se obtenía a través del sexo, el dios de la mentira con tan sólo catorce años fue obligado a unir su alma y cuerpo con el que considero en todo ese tiempo un hermano. Al momento de la fecundación su piel y ojos cambiaron de color, un azul como el cielo y el hielo con unos ojos profundos color sangre mientras que una luz brillaba en su abdomen bajo provocando una marca, un tatuaje con símbolos Jotum.
A partir de ese momento su relación no había sido la misma, odiaba a Thor pero en su interior y gracias a la marca, un sentimiento de amor crecía por su hermano cuando este lo acariciaba y se sentía destrozado a causa de sus palabras contra él, como si con sus propias manos estrujará su corazón hasta hacerlo pedazos. Steve sintió su dolor al momento de enfrentarlo, cuando Loki coloco su bastón en la cabeza del Capitán América, tan sólo habían pasado un par de segundos para poder ver el pasado del dios de la mentira.
Quito el bastón de su cabeza dispuesto a pelear contra él pese a lo que ya sabía. Con la llegada del millonario Loki se había rendido. Steven volteó a verlo a los ojos a lo cual el de cabello negro noto, sus ojos bajaron lentamente a su propio abdomen ¿acaso lo había hecho por protegerlo? Por lo poco que había visto de su vida Loki por lo menos había tenido dos embarazos hasta ahora, quizás este tercero si quería tenerlo, sea como fuera era algo que tan sólo Loki sabía.
Todo, absolutamente todo había sido una mentira, una trampa por parte de Loki, no sabía que lo molestaba más si el hecho de estar en esa situación o ver que su rendición de antes no era por su hijo si no por sus propias conveniencias.
En la batalla en Nueva York había evitado cualquier cruce con el dios de la mentira, sabia su secreto e incluso presentía que también Thor, no supo si al final Loki reclamo a su hermano la vida de su tercer hijo, escupiéndole a la cara que esa muerte fue por causa suya.
Puso en peligro la vida de muchos, incluyendo a ese Alfa irritante que comenzaba a ver más allá que un simple colega o un amigo, al menos su instinto Omega lo sentía así.
Se preocupó cuando Tony no despertaba después de su sacrificio; su corazón se había encogido al pensar que perdería nuevamente una pareja más. Suspiró aliviado cuando el fuerte grito de Hulk logro despertar a Tony.
Pero no todo fue caso perdido, al menos para él. Tony, quien se había comportado de una manera tan egoísta en la mayor parte del tiempo como los vengadores termino por ser su pareja en los pocos meses que había pasado en Nueva York.
Claro que al principio guardaba demasiada distancia con el Alfa millonario, tratándose como si fuesen tan sólo amigos, pese a eso Tony no parecía ceder tan fácilmente intentando "comprarlo" con regalos, eso era lo que le decía Steve cuando un nuevo objeto aparecía enfrente de él.
Al paso de los meses su lazo comenzó a fortalecerse entregándose por completo a Tony dando a luz un hijo, un hijo prodigio que no tardaron en darse cuenta que sería su "padre" la mayor admiración del pequeño Peter, sacando no sólo las características físicas de Tony si no también su inteligencia, el lado bueno de eso es que era mucho más humilde que su padre aunque claro tenía un par de deslices.
Aunque claro no todo podía ser perfecto, la primera pareja de Steve había regresado, no siendo suficiente con eso lo habían acusado de asesinato, él conocía muy bien a Buky, sabía que él era controlado, no tenía la culpa, así que sin pensarlo lo ayudo a escapar cconvenciendo a algunos compañeros con el pretexto del acuerdo de sucobia, pero en realidad él lo hacía por la única persona con la que realmente sintió algo desde el principio.
Había sido un golpe bajo por parte de Tony en envolver a su hijo, usando al pequeño que con ese Alfa tuvieron como arma de arrepentimiento, creia que si veía a Peter ahí de seguro se rendiría, entregaría a Buky y firmaría el acuerdo.
Pero no fue así, le quitó la venda de los ojos mostrándole que pese a su naturaleza él no era como los demás omegas, él nunca lo sería.
Después de la pelea y su escapé Tony decidía ayudarlos, mala decisión a su parecer, le mostraron la verdad dolorosa y cruel, el asesino de sus padres era la antigua pareja de Steven.
— ¿Lo sabías? —preguntó Tony con un tonó que jamás pensó usaría con él.
—Tony, No fue…
— ¿Que si lo sabías? —exigió, su postura y voz dominante lo hizo obedecer sin pensarlo, bajando la mirada, asintiendo.
El ataque a ambos era fiero, no quería lastimar a su Omega pero simplemente no le daba otra opción, lo ataco de la misma manera en que lo haría con un Alfa. Derrotaron a Tony después de una fiera batalla en donde él también había salido herido.
—Lo siento Tony
-—Nunca pude ser él ¿Verdad? —habló, sabía su derrota. Su única alternativa era mirar a los ojos del Omega, esos ojos, ese cuerpo, ese amor que a pesar del esforzó nunca sintió.
Steve simplemente negó con la cabeza mientras desviaba la mirada, era el único que se sentía atraído pese a su cuerpo tan poco atractivo para los Alfas, no tenía a Buky, no tenía a Peggy, a nadie que había conocido alguna vez ya no estaba, le pareció una buena salida, una vida normal en un mundo al que intentaba adaptarse.
—Lo siento Tony — mencionó antes de caminar hasta con Buky para ayudarlo, Tony sólo pudo ver y dejar que su único amor se marchara con otro con tal de ayudar al enemigo.
Pasó mucho tiempo después de que Steve se había ido con Buky, Peter preguntaba mucho por su madre ¿Cómo lo sabía? Por qué él jamás los había dejado en su totalidad, su hijo no tenía la culpa de esos sentimientos encontrados, de pertenecer a dos Alfas a la vez, uno sentimentalmente y el otro gracias al anudamiento y la marca, era difícil y confuso.
Cuando los Vengadores parecía que volverían a estar juntos desgraciadamente ni siquiera pudo ver a su esposo o hijo, tan sólo una batalla tan dura que amenazaba con la existencia, tuvo que mantener su liderazgo colocándose una mascara sobre su naturaleza.
No entendía el propósito de Thanos, tan sólo que terminaría con la mitad de la vida y eso hizo, vio como Buky desaparecía, ni siquiera alcanzó a abrazarlo, despedirlo, desgraciadamente y sin saberlo un dolor aún más fuerte que ver a su amante desaparecer fue por la pérdida de su único hijo, aún la distancia pudo sentir como su corazón se hacía pedazos.
Volteó a ver hacia el cielo como si notará como había perdido lo que realmente le importó a su parte Omega y el del súper soldado.
— Peter... —no le dio tiempo a lamentarse ya que Thanos se colocó enfrente de él, tomándolo por el cuello.
—Hice una promesa — habló mientras hacía una clase de portal gracias a las gemas — vendrás conmigo — declaró antes de pasar por ese lugar y sin que nadie lo impidiera dejaron que el juez de la tierra se llevará al Capitán América.
No tardaron mucho o no estaba seguro, de estar en la tierra había aparecido en un planeta desolado y raramente con oxígeno.
—Capitán... — esa voz, esa voz que se presentaba en sus mayores pesadillas, el causante que Tony se esforzará tanto para conquistarlo, el responsable por lo que en sus noches abrazaba posesivamente a Tony
—Red Skull... —retrocedió tan sólo para chocar con el muro de piedra.
—Por fin, regresas a mí —sus manos se posaron posesivamente en sus mejillas, sabía, lo sabía, esa ruptura, ese vacío, había cortado cualquier lazo con sus Alfas en la tierra para que su cuerpo cedieran por completo a él pero algo no lo dejaba, un pequeño hilito que aún le decía que estaba comprometido.
— Tony... —fue lo único que dijo antes de sentir los labios del cráneo rojo sobre los suyos, a pesar de todo Tony aún no lo dejaba solo.
Fin.