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FF IX. Lo que somos juntos por ParadiseNowhere

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Notas del fanfic:

Pues nada, a ver si se lee.

Si veo que no tiene acogida dejo de escribirlo, que total, para que nadie me lea prefiero solo imaginármelo XD

 

Así que espero feedback si queréis más.

Notas del capitulo:

Pues nada, una apuestilla.

Cuando Kuja despertó, se sentía diferente. Aparte de notar cada uno de sus huesos y músculos vapuleados. Se irguió con cuidado y observó a su alrededor. Desde luego, no estaba en el árbol Lifa. Estaba en una habitación blanca, sencilla y pulcra. Le dolía un montón la cabeza.

Y entonces todo lo acontecido le sacudió como una ola. Todas las muertes que había causado. Toda la desesperación y el dolor. No sabía muy bien cómo sentirse ante todo aquello. Le costaba creer todo lo ocurrido. Era como si lo hubiera visto todo en segundo plano, desde fuera.

Entonces, la puerta se abrió y entró una persona. Un genómido como él. Era Yitán.

Cerró la puerta tras de sí y se sentó en un taburete al lado de la cama, a su lado. El rubio lo miraba de forma indescifrable y no tenía ni la menor idea de lo que le iba a decir a continuación.

Entonces, después de una larga pausa, Yitán empezó a hablar.

-Kuja… sé que esto sonará raro, pero tú nunca has sido tú. Desde el momento en el que fuiste creado, Tiniebla Eterna se hizo con el control de tu mente. Todo lo que ha pasado, todo este lío de almas, muerte y mundos cristalinos, no ha sido tu culpa. Ahora Tiniebla Eterna ha muerto. Y eres por primera vez dueño de tu destino. ¿Alguna pregunta?
-¿Cómo que he sido controlado? ¿Quieres decir que todo lo que soy es mentira? ¿Qué soy una marioneta vacía?

-No. Eres una persona. Solo que ahora eres libre de todo ese rollo del control mundial, el poder, y esa cosa que tenías con destruír el mundo. Venía todo de tiniebla eterna.

-¿Cómo puedes estar tan seguro?
-Él nos lo dijo. Y yo le creo. ¿O acaso sigues deseando lo que deseabas antes?

Kuja se quedó pensativo. Era cierto que no deseaba todo aquello. También era cierto que veía todo lo que había hecho y se horrorizaba. ¿Cómo era posible? Le entraron unas ganas terribles de vomitar.

-¿Quieres saber algo más?

-Sí…

-Adelante.

-… ¿Crees que la gente podrá perdonarme?

Yitán sonrió.

-No, Kuja. Todo el que conoce tu implicación en lo sucedido, además de todo lo sucedido, ha sido informada de tu situación. Al principio estaban perplejos, pero parece que lo han aceptado bien. Así que, en respuesta a tu pregunta, no pueden perdonarte, porque ya te han perdonado.

Entonces Kuja hizo algo que nunca se había permitido hacer y dejó escapar una lagrimita. Se la secó discretamente.

 

****

Muchos días después de los últimos sucesos, Kuja se recuperó y pudo levantarse de cama por fin. Nadie había tenido autorización de ir a visitarlo al hospital a petición de él mismo. La primera persona a la que quiso ver nada más salir de su reposo, fue Garnet. Le pidió disculpas de todas las formas que se le ocurrieron, pero no hacía falta. Garnet era una gran soberana de un pueblo luchador y orgulloso que se reponía de lo ocurrido. Y Garnet no dudó en perdonarlo.

Luego, estuvo varios meses viajando de un lado a otro, pidiendo disculpas a los mandamases de los países que había damnificado. Todos le concedieron su perdón, y obtuvo de ellos la promesa de que no se haría público que él había sido el gran antagonista de la historia.

Que en realidad no era así. Todo lo ocurrido había sido culpa de Tiniebla Eterna y todos lo entendieron así.

Una vez acabado su tour de disculpas, Kuja volvió a Alexandría para establecerse junto a su hermano, que había pedido a la Reina de Alexandría en matrimonio y esta había aceptado.

La personalidad de Kuja poco había cambiado del Kuja que todos conocemos. Segía siendo excesivo, teatral y narcisista, pero al menos ahora no quería dañar ni a una mosca.

 

*****

Un día, Yitán decidió presentarle a Kuja aquellas personas que habían sido su familia desde que tenía uso de razón, es decir, a la banda Tantalus.

Quedaron en verse en la cantina del pueblo alexandrino. Y es que la banda Tantalus seguía igual que siempre, aunque ahora con un miembro menos. No tenían el menor interés en aprovecharse de la nueva situación de su exmiembro.

Kuja y Yitán estaban apoyados en la barra, ante sendos vasos de licor. Tantalus llegaba tarde, como era su costumbre.

-Y dime, ¿Cómo son? Me has hablado mucho de ellos, pero no cómo son individualmente- preguntó Kuja.

-Son… realmente difíciles de describir. Prefiero que lo descubras por ti mismo. Mira, por fin han llegado- contestó Yitán señalando la entrada.

Por la puerta entró la banda al completo. Kuja pasó una mirada aburrida por todos los recién llegados, pensando internamente que ninguno merecía su interés. Hasta que su mirada se posó en cierto pelirrojo.

Se lo quedó mirando fijamente.

Alto. Pelirrojo. En buena forma. Un cuerpo envidiable lleno de cicatrices de guerra. Ojos carmesí. Labios carnosos.

A Kuja se le caía la baba. Resuelto, echó a andar hacia ellos e, ignorando deliberadamente a todos los demás, le tendió su mano a Blank diciendo:

-Hola, mi nombre es Kuja. Sé que has oído hablar de mí, pero yo nunca he tenido el placer de conocerte. Espero que nos llevemos bien- dijo repasándolo con la mirada de arriba abajo.

Blank, que aún no se había enterado de que Kuja le tiraba fichas, miró a Yitán con cara interrogante mientras se presentaba diciendo tan solo su nombre y estrechaba la mano tendida.

Yitán, pasado el shock inicial, se rió ante la mirada que le dedicaba su amigo y se apresuró a reunirse con ellos.

Y así fue como empezó todo.

Notas finales:

Feedback please.


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