Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Cuento por Bastida

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

Cuento

Una vida en soledad

A estas alturas de su vida podría decir que había ganado la lotería, después de haber salido de casa de sus papás casi sin un centavo había optado por probar su suerte en un casino, y ¿adivinen qué?, se había ganado un boleto en primera clase en un súper crucero que saldría en pocas horas. Y no es que fuera un chico con suerte, pero en ese momento se sentía como uno. El poco tiempo antes de zarpar solo le serviría para acomodar pequeñas cosas de su maleta y sus documentos.  En cuanto subió al crucero dejo las cosas en la cama de su habitación y se metió a bañar.

Después de salir de bañarse se fue a dormir pues el crucero acababa de zarpar hace apenas una hora pero eso había sido antes del ocaso por lo que para cuando el salió de bañare se encontraba en penumbras su habitación. Agradecía que su habitación estuviera al final del pasillo así estaría alejado de todos aquellos especímenes  "de edad mayor" que le recordaban tanto a sus padres, en fin, se dejó únicamente la toalla de la cintura y se recostó en  la cama matrimonial cayendo en los brazos de Morfeo al instante.

Horas después,  justo a las 4 de la mañana escucho un ruido que lo hizo despertarse, -¡joder!, Que ni en el mar le dejaban en paz-, se levantó con pesadumbre en sus piernas  y se dirigió al lugar del ruido, en ese momento no pensó en las consecuencias ni en los peligros de esa acción, el sólo quería sacar a  aquello que lo hacía despertarse.

Al momento noto que el sonido venía de la ventana, -maldición,  ahora el sueño le provocaba alucinaciones- se acercó al vidrio y sintió una presencia, extrañamente atrayente, se acercó cada vez más al vidrio hasta que estaba totalmente pegado a él tratando de descifrar que era lo que había provocado ese ruido, no encontró nada y decidió volver a dormir, se recostó una vez más y volvió a caer al sueño igual de rápido que la vez anterior, pero a la siguiente hora, justamente a las 5  volvió a escuchar aquel odioso ruido.

Y el volvió a pararse, sin embargo está vez noto una pequeño escrito en la esquina inferior derecha, si, encima de la capa blanca que sabía formado por el frío exterior de la recámara , la pequeña leyenda decía "bienvenido" pero él pensó que era pura coincidencia, ni siquiera se angustio y mucho menos sintió miedo.

Al siguiente día después de haber abordado, y una vez pasado el ocaso salió lo mejor vestido hacia el banquete y baile que los dueños organizaron para los a bordantes de primera clase del crucero.

 Ya en el banquete se encontraba realmente aburrido en una mesa un poco alejada de los demás, disfrutaba de un insípido pedazo de carne, mientras pensaba que hubiera sido mejor que sirvieran espagueti un muchacho se sentó en su mesa, sin ningún permiso de su parte, eso en algún punto le molesto al chico y levanto la mirada -!nunca había visto a alguien tan guapo!- se dijo en ese momento pero después recordó su delicadeza para sentarse en su mesa y le dijo: -Disculpa, pero esta es MI mesa, ¿podrías cambiarte a otra?- y en ese mismo momento pensó que nunca en su vida había sonado tan grosero, sin embargo no tenía el humor para soportar la mirada de ese chico, por más guapo qué fuese.

Sin embargo el chico lo ignoro olímpicamente y siguió observando detenidamente, nunca nadie le habia escudriñado tanto con una simple mirada lo que provoco que su molestia creciera a niveles insospechables, aunque también había otro que lo hacia sonrojarse lentamente, pero ese: no tenía importancia

Decidió retirarse pues ya no tenía ganas de comer y el no "bailaba" así que simplemente se fue de la mesa en la que estaba aquel chico que aún después de levantarse lo seguía con la mirada, aquella mirada tan incómoda, llegó a su habitación, se quitó la camisa y se acostó en su cama hecho un ovillo, mañana evitaría sentarse en esa mesa para no volver a tener que estar junto a ese chico,  espera, ¿por qué estaba tan seguro de qué lo volvería a molestar?, tal vez no tenía otro lugar en dónde sentarse(claro que sí, la mayoría estaba bailando) o yo que sé, antes de seguir partiéndose la cabeza pensando en que haría el mirando de esa manera a un chico decidió rendirse al sueño.

Pero una vez más se despertó a las 3 y en su ventana una vez más, escrito sobre ella estaba: "Eres hermoso"

Okey,  el no creía en nada sobrenatural, pero...

Quién rayos escribía "hermoso" en vez de "guapo o atractivo" en pleno 2018, no era una chica para que le calificaron con ese calificativo, así que con ese pensamiento en mente  se volvió a dormir olvidándose por fin del chico molesto de la cena.

Al tercer día recorrió el crucero, o al menos una tercera parte de él y eso lo había dejado exhausto tanto que para la cena lo único que pensaba era en comer hasta abotigarce

Se sentó en la mesa del extremo contrario a la de ayer y comenzó a comer tan desesperadamente que algunos lo veían raro, al poco rato llego aquel muchacho de porte altivo y sonrisa atractiva, pero esta vez le sonrió antes de sentarse, sé quedo tan embobado en su mirada que no se dio cuenta el momento en el que se sentó, pero cuando cayó en que se habia distraído con esa bonita sonrisa se dio 10 patadas mentales por no correrlo antes de que este se sentase, ¡vamos!, que no era tan descortés para echarlo cuando está vez le habia pedido permiso con esa sonrisa, ¿si, no?.

Una vez saciado su hambre se levantó de la mesa y emprendió una corta caminata rumbo a su habitación sin embargo sentía la mirada del muchacho en su espalda, en cuanto llegó a su destino volteó y se dio cuenta que el muchacho de la mesa se hospedaba en el cuarto de alado !Ahora todo tenía sentido!, solo era un muchacho tímido que  se empeñaba en hablarle, así que le pareció que tenía que ser un poco más amable después de haberse portado tan grosero en la cena de ayer, pues nos quería pasar 2 grandiosos meses en ese crucero con un compañero que lo detestara(estaba seguro de que lo haría) así que le sonrió antes de entrar a su habitación otra vez pensó, se durmió y se despertó por lo mismo y en la misma hora, pero con un diferente mensaje en su ventana "Me gustas" , está vez habían ido demasiado lejos, mira que ilusionarlo así con lo que de seguro era una broma, le parecía de mal gusto y algo triste por su caso, -¡ que no se daban cuenta que estaba más sólo que un perro! Y aún más ¡se lo decían a la cara!, bueno: ¡indirectamente a la cara!- sí que había personas malas en la vida pensaba antes de dormir una vez más

Y así paso todo un mes, recorriendo el crucero, cenando con el chico y recibiendo esos extraños escritos en su ventana, lo único que había mejorado era su relación con el chico ahora entablaban una pequeña conversación todas las noches mientras cenaban y en verdad que era un chico muy agradable, tanto que le daba envidia, ¿qué tan perfecto podía ser alguien?

Él le había buscado todos los días para pasarla juntos pero nunca le encontraba una vez las lo menciono pero el pareció un poco incómodo por lo que no pregunto más. Días después él le confesó que el escribía a esas horas en su ventana pues la suya estaba a un lado, de manera que todas esas notas cursis y a veces tontas eran contestadas de la misma manera por el otro chico.

Y así pasaron 2 largos meses, en los que se enamoró de aquel chico que no conocía de nada pues él siempre le decía que venía de muy lejos y el asentía mientras continuaba contando sucesos que fuesen divertidos no importaba sobre que fueran pues la charla entre los dos siempre tenía una atmósfera amigable , esa atmosfera que solo se daba en las noches pues en el día nunca logro ver al muchacho y entonces él pensó que aun pareciendo misterioso no había conocido a una mejor persona, que se preocupara por él y que lo escuchara por eso...

Lo triste fue que era momento de partir o de regresar a tierra, definitivamente la noche antes de llegar le diría a aquel misterioso chico que le gustaba. Sin embargo no se pudo despedir debido a que nunca lo encontró lo busco interminablemente, hasta que lo bajaron del barco y nunca más volvió a verlo.

Nunca se dio cuenta en que momento le comenzó a gustar aquel chico tonto, lo único que sabía era que todos los días, después del ocaso su cuerpo volvía y podía hablar con él, le dejaba escritos en su ventana todos los días, cuando su cuerpo ya no era materia y aunque al principio no eran más que burla después se convirtieron en una forma de mensajería. Pero ya no más cenas, no más platicas y no más escritos en la ventana el abandonaría el crucero y el, él se quedaría sólo para siempre en esa habitación, en ese lugar.

Y es que los fantasmas no estaban hechos para amar y las personas no estaban hechas para amar a fantasmas


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).