Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Historia de un amor por zandaleesol

[Reviews - 9]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Título: Historia de un amor


Personajes: Harry/Severus


Disclaimer: Los personajes no me pertenecen, son de propiedad de J.K. Rowling, solo los tomo prestados para divertirme con ellos. No percibo ningún beneficio económico.


Advertencia: Esta historia es un AU. Si quieren magia, pues aquí no la encontraran. Pero sí encontraran mucho romance, malos entendidos, angustia, y más romance.



Capítulo 2. El secuestro


La fiesta continúo sin otro incidente. Parecía que todos respiraban más aliviados tras la marcha de Gilderoy Lockhart. Harry disfrutaba de la fiesta sin siquiera imaginar la petición que ese hombre le había hecho a Severus. Tampoco éste pensaba ponerle al corriente, no creía que fuera necesario.


Lockhart, ordenó a su cochero que lo llevara de regreso al pueblo, una vez que llegó ahí, lo despidió diciéndole que pasaría el resto de la noche en la taberna. Entró al lugar que ya conocía a la perfección; la mezcla de licor barato, olor a tabaco y risas le hicieron sentirse libre, en aquel ambiente de baja esfera se le tenía la consideración de un lord, aunque no ostentara el título.


Pero esta noche en especial Lockhart, no acudía a ese lugar con la intención de beber hasta perder el sentido o jugar alguna partida de naipes, su propósito era otro. Por tal razón cuando varios de sus conocidos le hicieron señas entusiastas para que se uniera a la mesa de juego, solo los saludó con la mano y siguió su camino hacia el mesón para hablar con el tabernero.


-Señor Lockhart, no pensé que le vería por aquí esta noche. Lo imaginé danzando en los dorados salones de la buena sociedad -dijo el tabernero con un tono ladino.


Lockhart respondió al comentario con una mueca de fastidio.


-Estuve, pero me marché. Soportar toda la noche a tanta gente aburrida es un castigo que no merezco.

-Eso quiere decir que no encontró en aquel baile nada que llamara su atención -respondió el tabernero con una media sonrisa que más parecía una mueca.

-En eso te equivocas Tom, sí había algo -respondió Lockhart con una sonrisa más alegre.

-Ah ya veo, ¿y cuándo comenzará la cacería?

-Esta vez no habrá cacería. Por eso vine aquí, necesito tu ayuda.


El hombre llamado Tom arrugó el ceño.


-¿Qué clase de ayuda?

-Necesito a dos hombres que me ayuden a sacar al chico de su casa -dijo con total tranquilidad Lockhart.

-¿Un secuestro? Pero eso es grave, un delito -cuestionó el tabernero.

-Por eso no debes preocuparte. No pienso lastimarlo, solo me lo llevaré lejos. Aquel estúpido después de unos días no le quedará más remedio que comprometerlo conmigo -dijo Lockhart con tono satisfecho.

-¿Y quién es el muchacho?

-El pupilo de lord Snape.


El dueño de la taberna se quedó en silencio por unos segundos.


-El asunto no pinta sencillo.

-Lo sé, por eso estoy dispuesto a pagar en oro, solo tienen que ayudarme a sacarlo de la mansión, después de eso yo me haré cargo del chico.

-¿Piensa seducirlo?

-No, pero bastará con que lo retenga una noche y su reputación quedará comprometida, después de eso lord Snape no tendrá más remedio que concederme la mano del muchacho.


El hombre tras la barra asintió. Luego dejó su lugar para dirigirse a una mesa donde había un grupo de hombres muy silenciosos y de aspecto bastante cuestionable.


Lockhart, con satisfacción vio que dos hombres se levantaban de la mesa y salían por una puerta lateral. Esperó unos minutos en los que terminó de beber el vaso de whisky que le sirvió el tabernero, luego se dirigió hacia la misma puerta por donde habían salido los dos hombres.


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*


Eran casi las dos de la madrugada cuando Hermione se despidió para irse a dormir. Severus, Remus y Harry se quedaron en la pequeña sala contigua a la biblioteca. Pese a la agitación de la jornada parecía que aún no estaban lo suficientemente cansados.


Remus tenía la mirada fija en las crepitantes llamas de la chimenea. Harry se arrojó sobre el sofá con poca elegancia. Severus, reclinado en su sillón, tampoco parecía estar deseoso de ir a dormir.


-Menos mal que todo salió bien -comentó Remus -, Hermione estuvo muy contenta.

-Sí, a pesar de la presencia de ese Lockhart -repuso Severus, luego miró a Harry -. Fue una imprudencia de tu parte bailar con él.


Harry no cambió de posición ni tampoco miró a Severus.


-No podía rechazarlo, la educación me obligaba -fue la escueta respuesta de Harry.

-El segundo baile sí podías rechazarlo.

-Quería hacerlo, pero ese hombre puede ser muy persuasivo cuando quiere -respondió el muchacho.


Remus volvió la mirada hacia Harry y luego intercambio otra con Severus.


-¿Por qué dices eso, acaso ese hombre te hizo una proposición? -preguntó Severus medio alarmado.

-Por supuesto que no.

-¿Por qué no me comentaste que lo habías conocido en casa de los Tonk ?

-Porque no lo conozco, jamás he cruzado una palabra con él, hasta esta noche.

-Pues te trató con mucha familiaridad, como si te conociera -dijo Severus con tono algo molesto.


Harry esta vez sí volvió el rostro para mirar a Severus.


-¿A qué viene tanta pregunta, Severus?

-Preferiría que la próxima vez que te cruces con él, lo ignores.


El muchacho de ojos esmeraldas se quedó bastante asombrado. No era que Lockhart le inspirara algún sentimiento especial, pero la actitud de Severus era muy curiosa.


-Sí ese hombre te desagrada tanto por qué lo invitaste esta noche.

-Por cortesía, solo por eso.

-A mí me da igual, no me agrada ni me desagrada -dijo Harry, recordando la mirada embobada que Severus le había dirigido a Lucius Malfoy, cuando éste llegó acompañado de su esposa.

-¿Supongo que al igual que todos estás al tanto de la reputación de ese hombre?

-Lo estoy.

-Harry, el mayor valor que tiene un joven o una señorita es el honor, no me gustaría que el tuyo se comprometiera de ningún modo.


Harry se incorporó en el sofá para quedar sentado frente a Severus.


-Nunca he pensado en hacer tal cosa. Gilderoy Lockhart no me interesa en lo más mínimo. Pero sí debo reconocerle un mérito, es un hombre bastante auténtico.

-No digas tonterías Harry, ese hombre tiene una reputación dudosa.

-Severus, si ese hombre poseyera un título estoy seguro que a nadie le importaría su reputación.


Aquellas palabras parecieron acabar con la paciencia de Severus que se levantó bastante molesto.


-La honorabilidad de un hombre no se mide por su fortuna ni por sus títulos.

-¿De veras, Severus?

-¿A caso te parezco un hombre sin honor porque poseo un título y fortuna?


Harry miró al hombre mayor con bastante asombro.


-Severus, ¿cómo puedes pensar que me refiero a ti?

-¿A quién te refieres entonces?

-Muchos de los que forman esta refinada sociedad tienen una reputación tan dudosa como la de Lockhart, es solo que lo esconden tras su elegancia y buenas maneras.

-Pues yo no conozco a nadie que se merezca ese comentario tuyo.


Harry miró con cierto resentimiento a Severus, no hacía falta que el hombre de ojos negros dijera el nombre de Lucius, era evidente que pensaba en él.


El muchacho prefirió refrenar sus deseos de comentar algo.


-Lo único que pido es que si alguna vez te topas con Lockhart, no seas amable con él.

-¿Ni siquiera la amabilidad a la que obliga la buena educación?

-Ni siquiera esa.

-No te entiendo Severus, ¿qué tienes en contra de ese hombre?

-Harry, ese sujeto gusta de seducir jóvenes como tú.

-¿Temes me deje seducir por Lockhart?

-Harry, eres tan inocente… no tienes experiencia con sujetos como ese.

-¿Severus, y si no trato a sujetos como esos cómo estaré preparado para el mundo? No puedes protegerme siempre por más que lo desees.

-No quiero que tu futuro se arruine, solo es eso.


Harry se sintió algo decepcionado al oír aquello.


-Creo Severus que en realidad lo que más te importa es lo que diría la «buena sociedad». Si mi honor se compromete también lo hará el tuyo.

-No digas tonterías, me preocupa tu futuro, la vida puede ser muy dura para un joven o una señorita que cae en desgracia.

-Desgracia -repitió Harry con tono apagado -, creo que la verdadera desgracia es la de enamorarse de la persona equivocada.

-A eso me refiero exactamente Harry.

-No, cuando digo persona equivocada me refiero a enamorarse de alguien que jamás corresponderá a nuestros sentimientos.


Severus miró al muchacho con bastante asombro.


-¿A caso estás enamorado de un imposible, Harry? -preguntó Severus.


Las mejillas de Harry se tiñeron de rojo y debió bajar la mirada, era muy complicado que fuese precisamente Severus quien le hiciera esa pregunta.


-No, claro que no.


Severus miró a Remus y éste le hizo una muda seña de que no era prudente seguir interrogando a Harry al respecto.


El muchacho tras una breve pausa dio las buenas noches y salió de la sala.


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*


Harry pensaba irse a dormir, pero cuando había puesto apenas un pie en el peldaño de la escalera de mármol, desistió. Después de esa conversación con Severus no podría dormir, estaba realmente triste. Decidió salir hacia el jardín, eran los últimos días del verano y las noches ya eran más frías, pero no le importó, necesitaba pensar.


Caminó hacia los jardines que había en la parte trasera de la casa. Bajó los peldaños de piedra y se sentó en un banco frente a la gran fuente de agua, aquel era su sitió favorito. Un escalofríos le recorrió el cuerpo, se quedó mirando el cielo nocturno. Ahora se cuestionaba el haber dicho delante de Severus aquella frase: «enamorarse de la persona equivocada».


Conocía al hombre de ojos negros y de seguro que había despertado su curiosidad, era muy probable que deseara saber si él realmente estaba enamorado de alguien, y por supuesto quien era ese alguien.


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*


Los dos sujetos contratados por Lockhart estaban bastante nerviosos. Uno de ellos había propuesto al otro que escaparan con el oro que les había adelantado aquel hombre. Eso de secuestrar a un chico no era asunto fácil y mucho menos si era el pupilo de un Lord. Pero como la suma prometida por el trabajo era tan grande era difícil no ceder a la tentación.


Además aquellos dos tenían experiencia entrando a mansiones, claro que a robar objetos, no personas. Pero ayudaba mucho el hecho de que se acababa de celebrar un baile y de seguro que los sirvientes estarían cansados, así como los dueños de casa. Era seguro que todos dormirían profundamente.


-Hay que buscar un buen lugar por el que entrar… estos ricos siempre tienen muchos sirvientes, alguien podría estar levantado todavía -dijo un hombre de cabello color paja.

-Hubiese ayudado mucho que supiéramos donde está la habitación de ese señorito, esto no será fácil.

-Por eso nos pagó tanto, porque no es fácil, pero imagínate, podremos vivir como reyes con ese oro.

-Eso me da valor. Dijo que sería más fácil entrar por este lado, hay una terraza que da a este jardín.

-Vamos de una vez entonces -apremió el hombre de pelo color pajizo.


Caminaron sobre el cuidado césped con gran sigilo. Iban proveídos de arma y una navaja, no tenían reparos en utilizar el arma blanca en caso de ser necesario callar a algún sirviente que pudieran encontrarse en su camino.


Al llegar a las inmediaciones de la casa divisaron la fuente de agua que había señalado aquel caballero. Los ojos de uno de los hombres casi se desorbitaron de alegría al divisar a un muchacho sentado en un banco de piedra observando el cielo.


-¡Maldición no es posible tener tanta suerte! -dijo el hombre de cabello pajizo.

-¿Qué sucede? -preguntó el otro.

-Mira allá… al otro lado de la fuente.

-¿Qué hay? No veo nada.

-Hay un muchacho sentado en el banco.


Los ojos del segundo hombre se abrieron de alegría.


-¿Crees que sea el muchacho?

-Tiene que ser, el caballero dijo que solo había una muchacha y un chico en la casa… debe ser él. Por fin la suerte está de nuestro lado.

-¿Y cómo le hacemos para agarrarlo? Si grita estamos perdidos.

-Lo sorprenderemos, tú ve por la derecha, yo lo haré por el frente… que no te escuche.


Harry pasó varios minutos contemplando el cielo nocturno. Cuando se disponía a levantarse para irse a dormir escuchó pisadas al otro lado de la fuente, aguzó el oído, pero todo estaba silencioso.


-¿Quién está ahí? -preguntó el muchacho en voz alta.


Harry se asustó mucho cuando un hombre vestido de negro salió de la penumbra, llevaba un sombrero de forma extraña encasquetado hasta los ojos. Retrocedió unos pasos y entonces se topó con otro sujeto a su espalda.


-Guarda silencio mocito -dijo un hombre de voz rasposa y enseguida le acercó un paño al rostro, el efecto del cloroformo fue instantáneo.

-¡Demonios este crio pesa bastante! -se quejó el sujeto de pelo pajizo.

-Yo lo cargaré, fui estibador muchos años.


Dicho esto el hombre cargó a Harry sobre su hombro y comenzó a caminar con bastante facilidad por el sendero del jardín. Cuando llegaron a los límites de la mansión se dieron cuenta de que sería más difícil salir, pues habían saltado el muro, pero ahora con Harry no podrían salir de igual modo.


-No podremos cruzar el muro con el muchacho al hombro -dijo el hombre mientras dejaba el cuerpo de Harry en el suelo.

-Vamos a la reja principal, abriremos el candado con un disparo.

-Pero todo el mundo despertará.

-No importa, cuando estén en condiciones de perseguirnos estaremos bastante lejos. El señor Lockhart nos estará esperando a la salida del condado, además tenemos dos buenos caballos. Vamos, recoge al chico.


El hombre así lo hizo, con toda facilidad volvió a cargar el cuerpo de Harry en su hombro y caminaron hacia las grandes puertas de fierro.


-Tienes que acertarle a la primera -indicó el hombre que cargaba a Harry.

-Tengo experiencia usando estas, no te preocupes -respondió el otro apuntando el arma hacia el candado, apretó el gatillo y rieron felices al conseguir su objetivo a la primera.


Salieron cargando el cuerpo del chico y cual bulto lo subieron a uno de los caballos y emprendieron la marcha a toda velocidad.


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*


El estampido sobresaltó a Severus y Remus que aún permanecían en la sala contigua a la biblioteca.


-Eso fue un disparo -dijo Remus poniéndose de pie de un salto.


Severus sin decir palabra salió de la sala con Remus tras él.


-Eso se escuchó muy cerca, como si fuera dentro de la propiedad -repuso el hombre de ojos negros.


Los dos salieron hacia el vestíbulo y vieron que Hermione bajaba la escalera envuelta en bata.


-Severus, ¿qué sucede? Me desperté de golpe. Escuché algo parecido a un disparo -dijo la muchacha mientras se acercaba a los dos hombres.

-También lo oímos -respondió esta vez Remus.


El ruido también despertó a los empleados de la mansión. El ama de llaves venía seguida de la mucama.


-Señor, escuchamos un disparo -dijo la mujer con el rostro pálido.

-Todos lo escuchamos señora McGonagall -respondió Remus.


Severus se percató recién de que Harry no había acudido como los demás.


-¿Dónde está Harry? -preguntó el hombre de ojos negros.

-Pensé que Harry estaba con ustedes -respondió Hermione -, en su cama no está.


Severus experimentó una sensación horrible.


En ese instante apareció en la puerta el encargado de las caballerizas, Mumdungus Flecther, venía acompañado de su joven ayudante, Ernie Mcmillan.


-Señor, escuchamos un disparo y me pareció que fue cerca de la entrada, fui a cerciorarme y encontré el candado roto -dijo el hombre mostrando lo que había quedado del objeto -.Las rejas estaban abiertas y además encontramos esto.


El hombre introdujo la mano dentro del bolsillo de su chaqueta y saco un pañuelo que nadie reconoció.


Severus lo tomó y lo acercó a su rostro, enseguida lo apartó. Ya sabía lo que había sucedido.


-Es cloroformo. Gilderoy Lockhart secuestró a Harry -declaró el hombre con rostro pálido.


Se hizo un silencio, pues nadie comprendió porque Severus hacía una afirmación tan categórica.


-Severus, esa es una acusación gravísima -dijo Remus espantado.

-Esta noche, Lockhart me pidió permiso para cortejar a Harry, naturalmente me negué… dijo que lo lamentaría -respondió Severus -. Fletcher, aliste mi caballo.

-También el mío -ordenó Remus.


A Severus ni siquiera se le pasó por la mente cambiarse el atuendo que había usado para el baile, el tiempo apremiaba, si se daban prisa tal vez pudieran alcanzar a Lockhart. Con paso presuroso se dirigió hacia su despacho con Remus siguiéndole los pasos.


-Severus, ese hombre pudo llevarlo a cualquier lugar.

-Naturalmente saldrá del condado, no sería tan idiota como para llevarlo a su propia casa -dijo Severus mientras sacaba un arma de la gaveta de su escritorio y se la metía bajó la chaqueta.

-¿Crees qué eso será necesario?

-Si ese miserable se atreve a tocar a Harry lo mataré como a un perro -bramó furioso el hombre de ojos negros.


Remus no dijo nada pues sentía tanta rabia como Severus.


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*


Era una suerte que Mundungus Fletcher conociera aquellos caminos de memoria. Además la luna llena ayudaba, pues de lo contrario cabalgar en aquella oscuridad hubiese sido fatal. Severus esperaba darle alcance a Lockhart al amanecer; le daba esperanzas pensar que mientras estuviera huyendo no pensaría en lastimar a Harry.


Después de cabalgar durante tres horas llegaron a Longdale. Era un pequeño villorrio que contaba con una posada. El encargado del lugar le informó a Remus que dos hombres habían parado a pedir agua para los caballos y licor para beber, y que un tercero estaba con ellos, no estuvieron más de media hora en el sitio.


Remus ni siquiera se atrevió a sugerir que se detuvieran ahí para que los caballos tomaran un descanso, él sabía tan bien como Severus que en semejante situación el tiempo apremiaba. Siguieron el camino por el cual indicó el hombre de la posada habían seguido los tres hombres, los caballos que poseían no eran tan rápidos como los de ellos, podrían darles alcance al amanecer.


El cielo a cada momento iba tomando una tonalidad de plata, las estrellas se iban apagando. Ahora las huellas de los caballos del grupo que perseguían eran más precisas. Severus junto con los demás apuraron más a los caballos. Harry debía estar muy cerca.


Los primeros rayos del sol alumbraron y mostraron más claramente el camino por el cual había ido Lockhart. Severus seguido de Remus y los demás debieron internarse en un pequeño bosque, al hacerlo todos pensaron lo mismo, sería más difícil seguir las huellas de los caballos ahí. Decidieron ir a pie. Ernie se quedó cuidando de los caballos y los demás se internaron en el bosque.


Al poco caminar percibieron olor a humo. Sin decir palabra sacaron las armas y siguieron caminando. Se detuvieron al divisar un pequeño claro por donde corría un riachuelo. Había tres caballos. Severus sintió que el corazón se le aceleraba en una mezcla de miedo y alegría. Por varios minutos observaron el lugar, y de pronto apareció Lockhart con sus secuaces.


Los dos sujetos caminaban ya hacia los caballos. Lockhart traía a Harry que estaba atado de manos y llevaba un pañuelo en la boca, se resistía a caminar hacia el caballo de Lockhart.


-Encárguense de esos dos, Lockhart es mío -dijo la voz de Severus con un tono que causaba temor.


En un dos por tres Lockhart y los sujetos se vieron rodeados y tres armas les apuntaban. Las suyas estaban en las alforjas junto a las monturas de los caballos, demasiado lejos para alcanzarlas.


El rostro de Lockhart adquirió un tono cenizo.


-Estoy en todo mi derecho de matarte aquí mismo, lo que has hecho es uno de los delitos más infames -dijo Severus sin dejar de apuntar su arma a Lockhart.


El hombre no se atrevió a moverse.


-No he tocado al muchacho, que se lo diga el mismo.


Harry estaba paralizado de la impresión. Sus ojos estaban llenos de lágrimas, había creído que jamás volvería a ver a Severus otra vez.


-Harry… ven… camina hacia mí.


Harry reaccionó por fin y se apartó rápidamente del lado de Lockhart.


-Ve con Ernie, está un poco más atrás cuidando los caballos -le indicó Severus mientras le quitaba la mordaza de la boca.


El muchacho no se movió.


-Harry hazme caso, vete.

-No.

-Fletcher desata las manos de Harry -ordenó Severus sin dejar de apuntar con su arma a Lockhart.


El hombre obedeció y Harry por fin pudo sentirse libre, aunque aún estaba asustado.


Severus quitó el seguro de su arma. Lockhart tembló de miedo y se arrojó de rodillas al suelo.


-¡Por favor, mi lord! Se lo suplico, no lastimé a Harry, por favor, pregúntele -dijo Lockhart con voz temblorosa.

-Estoy en todo mi derecho de matarte basura -siseó Severus.

-Se lo suplico… por favor…


Severus miró a Harry. El muchacho le observaba con ojos asustados, había una muda súplica en ellos. Volvió la mirada hacia el hombre que estaba arrodillado ante él.


-Lárgate Lockhart, jamás vuelvas a aparecer frente a mí, si alguna vez me entero de que estás cerca te buscaré y te mataré como un perro.


El hombre no se hizo repetir la orden. Se levantó y tembloroso subió al caballo y escapó como alma que huye del demonio.


Harry respiró aliviado, se acercó a Severus y lo abrazó.


-Gracias Severus -murmuró el muchacho.


En aquel preciso momento Severus dejó de pensar en Lockhart y solo se concentró en Harry. Abrazó fuertemente al chico, como si temiera perderlo otra vez. Pasados unos segundos lo soltó, recordó a los dos sujetos que habían hecho el trabajo sucio de Lockhart.


-Fletcher vaya por unas cuerdas para amarrar a estos, no se libraran de la cárcel. Harry ve con él y quédate con Ernie.


Harry asintió y se fue con el hombre.


*~*~*~*~*~*~*~*~*~*~*


Era la hora del crepúsculo cuando por fin Hermione con los nervios a flor de piel vio entrar a Harry seguido de Severus y Remus. Se le notaba agotado, pero feliz de estar de regreso en el hogar.


La muchacha corrió a abrazar al chico.


-Oh Harry, gracias a Dios que estás bien, recé tanto por ti.

-Estoy bien Hermy.


La chica miró a los ojos al muchacho, buscando la verdad de esas palabras. Ella conocía a Harry mejor que cualquiera, ella podía leer en esa mirada cosas que otros no podrían.


-Estoy feliz, Harry.


Harry solo se dejó abrazar, necesitaba de aquellos mimos luego de lo ocurrido, aunque en realidad le hubiese gustado que fuera Severus quien le abrazara de ese modo tan cálido, pero él sabía que el hombre no era muy dado a las manifestaciones físicas de afecto.


-Harry, estoy feliz que te hayas vuelto sano y salvo -dijo la señora McGonagall.

-Gracias, yo también estoy feliz.

-Harry debe comer algo y descansar -dijo Severus.

-Vamos Harry -dijo Hermione -, te acompañaré a tu habitación.


El muchacho asintió y se dejó llevar por la chica.


Antes de que llegaran a la puerta del salón escucharon la voz de Severus hablándole a Harry.


-Más tarde iré a hacerte compañía Harry, y si lo deseas podemos hablar -dijo Severus.


Aquello animó mucho más a Harry y se notó que sus ojos brillaron y en los labios se dibujó una sonrisa feliz.


Remus observó todo aquello en silencio. Después de la salida de los dos muchachos seguidos del ama de llaves, recién hizo un comentario.


-Severus… creo que este sería un buen momento para que le confesaras a Harry tu amor.


El hombre de ojos negros miró a Remus con miedo e incredulidad.



_____o0o_____

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).