Al llegar a la casa que de casa no tenia nada era un gran edificio con lo ultimo en tecnología.
- Porque tenemos que ir siempre con tus padres – se quejaba mi padre Zess.
- Fff – suspiro mi papa nosotros sabíamos que a padre no le gusta ir a esas reuniones.
- Severus cariño, ve a tu habitación tengo que hablar con tu padre – dijo papa, hace ya mas de una hora que había dejado a padre con papa y hace poco una empleada me trajo la comida, después de cenar me acosté mañana tenia clases; no quería quedarme dormido en medio de la clase.
EN LA SALA HACE UNA HORA
- Zess sabes que tenemos que ir esa fue una de las condiciones que nos pusieron para que pudiéramos casarnos – me dijo mi esposo Tobías, sabía muy bien que había sido una de las condiciones que nos habían puesto pero aún estaba sin gustarme nadie tenía derecho de decirme que hacer o que no hacer por algo era uno de los demonios más poderosos y antiguos que existían, sin embargo mi amado esposo e hijo no sabían nada de lo que era y prefería que así se quedara era una forma de protegerlos; habían cosas mas peligrosas que el señor oscuro.
- Hey – dije acercándome hasta tenerlo en mis brazos, acaricie su cabello deslizando lentamente mi mano hasta sus nalgas en donde le di un pequeño apretón, me gustaba siempre tocarlo y manosearlo como se dice vulgarmente; metí la mano dentro del pantalón y de sus bóxer tocando su delicada piel.
- ¡Mnh! – empezó a gemir Tobías – Pa.....para esta.....mos en l...la sa.....sala ¡Mnh! ¡Haa! – apenas podía hablar, pase mi lengua por su cuello provocándole un delicioso escalofrío.
- Tranquilo cariño, Severus esta en su habitación y ya debe estar alistándose para dormir además necesito que me ayudes con algo que ha estado duro desde esta mañana cuando te vi con ese traje, te veías tan apetecible me había provocado robarte y no ir a esa estúpida reunión y mejor pasarla en nuestro dormitorio en donde te comería todo de pies a cabeza; eres una tentación y mi perdición cariño – tome su hermoso pene empezando a masturbarlo mientras que con la otra tocaba su pequeña roseta haciendo que aumentara la vos y se escuchara por todo el salón, quería que todos escucharan y que supieran que Tobías Prince era mío.
- ¡Haa! Z..Zes...Zess! ¡mee corrooo! – grito, estaba seguro de que todos los empleados habían escuchado.
Había empezado a desnudar a MI Tobías con una mano mientras que con la otra lo sostenía cuando:
- Señor – maldije mentalmente no podía pasar ni cinco minutos a solas con Tobías.
- ¡ESPERA EN MI OFICINA!– le gruñí como se atrevía a interrumpirme pero lo que más me tenia con ganas de matarlo era que estaba viendo a mi Tobías, apenas dije el salió como alma que lleva al diablo hacia la oficina.
- Mm tienes que ir? – pregunto Tobías sabía que estaba decepcionado ultima mente habíamos estado muy ocupados y no teníamos tiempo para nosotros.
- Tranquilo cariño iré lo mas rápido posible terminare los pendientes y podremos continuar – se extendió un hermoso sonrojo, dándole un beso en los labios y en la cabeza me dirijo hacia la oficina.