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As if it´s your last love por Akashi Keren

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Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen, Los usos son solo por diversion.

Notas del capitulo:

Espero que sea de su agrado, es una historia que retome despues de unos años de abandonarla, le hice un rework a la idea que tenia sobre esta historia y espero haberla mejorado.

♚Cap 1♚

Una Lincoln Navigator obscura, imponente y reluciente hacia acto de presencia como cada mañana frente a la entrada de la Universidad de Tokio. Dicho vehículo pertenecía y confirmaba el arribo como todos los días del joven Akashi Seijūrō, pelirrojo de 173 de estatura, color de ojos rojos, ex capitán de basquetbol y de personalidad fuerte que en algunas partes de su vida ha mostrado heterocromía completa en uno de sus ojos llevándolo a ser dorado. Del frente bajaba el escolta de turno y abría la puerta para que el joven amo y heredero único de la familia Akashi bajase y comenzase con su día escolar. La familia Akashi era dueña de numerosas multinacionales y el emperador era el heredero directo y legítimo de Akashi Masaomi, actual cabeza de la familia y presidente del grupo.

El día de hoy no necesito que vuelvas por mí, tengo que arreglar unos asuntos en casa de la familia Midorima —decía el joven pelirrojo mientras avanzaba en dirección a la entrada principal—  y no volveré hasta la noche.

Como usted ordene sentencio el escolta quien partió de inmediato de las instalaciones para seguir con sus deberes diarios. Algunas de las jóvenes adscritas a la universidad se reunían como de costumbre en la puerta principal esperando la llegada del emperador. Sabían que el joven era un buen partido, imaginaban como seria formar parte de la vida de una persona que imponía respeto por la personalidad que tenía y el apellido que llevaba a sus espaldas. Akashi era un joven que destacaba en todos los ámbitos de su vida, había formado parte de la generación de los milagros, un pequeño grupo de estudiantes de la reconocida secundaria Teiko que formaron parte de la elite deportiva y académica de la escuela.  Muchas mujeres habían intentado acercarse al joven durante su época en preparatoria y posteriormente en su ingreso a la universidad, pero absolutamente todas habían obtenido un NO por respuesta cuando comenzaban a hablarle de amor.

—¡Akashi! ¡Akashi! —Resonó su nombre detrás de él sacándole del pequeño pensamiento que lo absorbía de manera tempestuosa— ¡Akashi!

—Shintarou —Respondió el pelirrojo mientras detenía su andar— Disculpa mi distracción.

Midorima Shintarou, heredero legítimo a la cabeza familiar y próximo presidente del hospital del que es dueño su padre. 195 cm de estatura, peli verde de personalidad seria y conservadora, ex vice capitán de la generación de los milagros. Suele ser un poco reacio a entablar amistades, pero conserva de manera espectacular a los que han logrado formar parte de su vida, siempre ha estado al lado de Akashi desde que se conocieron en el preescolar y podría ser capaz de jurar que solamente él puede notar cada aspecto del emperador.

— ¿Distracción?  No debes disculparte por eso, aunque una distracción en ti no es lo más común que exista —sentencio el más alto de los 2 mientras acomodaba sus gafas—

Ambos jóvenes reanudaron su andar manteniendo la vista al frente mientras las chicas que se encontraban a sus alrededores solo actuaban como pequeñas adolescentes de la época de secundaria. Estaban acostumbrados a ese tipo de reacciones por parte de las chicas, ambos estaban conscientes de que sus posiciones en la sociedad llevaban ciertas consecuencias y estar en el foco de las féminas era una de ellas.

— ¿Hay algo que te preocupe? —pregunto el de lentes.

— ¿Preocupación? ¡Ha! —respondió en tono un tanto altanero— Shintarou, me sorprende que creas que puedo albergar ese tipo de emociones en mí.

Ambos detuvieron su andar a la par mientras una escena de todos los días al estilo anime de mostraba ante ellos. Una pequeña rueda de chicas alzaba alboroto a causa de un hombre de esbelta silueta, de alta estatura, de facciones estilizadas. Mirada coqueta y lasciva que incluso sin proponérselo tenía enamoradas a las asistentes de dicho revuelo.

Esta escena de repetía día tras día, Kise Ryōta afamado y reconocido modelo desde su época en la secundaria. Relajado y divertido, completamente amado por las chicas y algunos chicos, es muy popular entre la gente y aunque no proviene de una familia reconocida por ser millonaria su nombre ha ido tomando fuerza desde que formo parte de la generación de los milagros.

— ¡Akashichii! ¡Midorimachii! —El modelo esbozaba una sonrisa mientras agitaba la mano y se dirigía hacia sus amigos— ¡Buenos Días!

—Ryōta, porque ocasionas escándalos tan temprano, es molesto. —Sentencio el pelirrojo mientras comenzó su avance de nuevo en dirección a su aula.

—Akashichii vamos, como no dedicarle mi tiempo a tantas bellezas que solo buscan un poco de mi atención —Dijo mientras volvió la mirada a las chicas que observaban a la distancia y guiño para ellas haciéndolas emocionarse y seguir el bullicio— Lo ves Akashichii, son muy lindas.

Un golpe en el cabeza del rubio propinado por el ojiverde ocasiono las risillas en las chicas que aun observaban al trio de galanes que hasta ese momento se mantenía inalcanzable para ellas.

—Compórtate por favor Kise, no eres un adolescente y si continuas perdiendo el tiempo coqueteando con esas chicas conozco a alguien que valorara muchísimo esta información y que probablemente este feliz de tener una excusa para golpearte

«Kasamatsu» pensó Kise

—Pero, pero, Midorimachii, no lo hago con la intención de ser golpeado, eres malo Midorimachii, te acusare con Takaochii —comentaba el rubio mientras hacía pucheros y caminaba en dirección a su aula de clases.

Las clases comenzaron y el día transcurrió de manera habitual, las chicas se reunían a observar y coquetear con Kise, algunas más intentaban entablar conversación o contacto, aunque sea visual con Akashi o Midorima, pero estos siempre se mantenían absortos en sus deberes.

Los 3 chicos parecían de lo mas normales, jóvenes herederos de imperios industriales, posiciones sociales envidiables a las masas, pero en el mundo todos mantienen secretos y hay cosas ocultas de las cuales las multitudes permanecen ignorantes. El mundo funciona de maneras raras, de maneras absurdas y de maneras duras. Las clases de los jóvenes llegaron a su final y Kise se dispuso a partir, minutos antes había recibido una llamada y su trabajo esperaba por él.

Akashi y Midorima abandonaron el aula en silencio acompañados del escándalo que dejaba el rubio a su paso alborotando a las chicas de la universidad. Durante el día el emperador había seguido un poco bastante distraído y Midorima no sabía cómo explicar el por qué. Abordaron la camioneta de la familia Midorima y partieron rumbo a la mansión.

—Shintarou, algo no está bien conmigo —acepto de manera pesada el pelirrojo— Siempre me he considerado alguien que no pierde la cabeza con cosas triviales o pequeñeces, siempre he alardeado de la fuerza emocional que manejo y la fuerza de la que dispongo. Nunca he dudado de las decisiones que he tomado en el pasado ni una sola vez, mi trabajo siempre ha sido más haya de impecable y no consigo explicarme por qué estoy dudando en estos momentos de la manera absurda en que lo hago. Jamás paso por mi mente el que robar una vida de alguien al que no conozco me resultaría tan problemático.

Asesinar a alguien… Akashi y Midorima formaban parte de una sociedad de asesinos a sueldo, no solamente ellos, absolutamente toda la generación de los milagros formaba parte de esto. Todos y cada uno de ellos había sido reclutado a lo largo de su vida y habían sido instruidos para ser lo mejor de mejor.

—Así que lo que te tiene distraído es tu último trabajo, Akashi, ambos sabemos que no importa cómo te sientas en estos momentos ni lo que esté pasando por tu cabeza, una orden es una orden y debes cumplirla al pie de la letra. Existe la opción de declinarla y que alguien mas puede hacerla por ti pero estoy completamente seguro que es una opción que no ha pasado por tu mente en ningún momento, ¿O me equivoco?

La organización para la que trabajaba Akashi era excelentemente buena, como toda empresa de mercenarios/asesinos a sueldo podían deshacerse de cualquiera que fuese capaz de pagar el precio. Cualquier estorbo para las grandes familias y apoderados del país era un servicio al que estaban acostumbrados a recurrir cuando las cosas no se daban como esperaban.

Dentro de la empresa como en cualquier otra había destacados por sobre otros, las categorías en los miembros eran de 3: Rango S, Rango A, y Rango B.

Rango S: Normalmente se encargaban de los grandes empresarios que llegaban a ser considerados estorbo para negocios nuevos o viejos, las grandes mafias y sus cabezas. Cualquier persona que estuviera en el foco de la prensa por su poderío era asignada a esta categoría de asesinos.

Rango A: Pequeñas personalidades de los medios, cabezas de familia y mafias relativamente grandes.

Rango B: Cualquier pequeño encargo, personas de las que solamente la gente cercana sabría que había desaparecido.

—Estas en lo correcto, no pienso declinar y mucho menos dejare que una absurdez me impida realizar mi trabajo como es debido «Una absurdez, es lo que está pasando conmigo y no dejare que nada de eso me impida cumplir mis órdenes. Quizá solo estoy tomándome estos recuerdos borrosos más seriamente de lo que deberían ser» pensaba mientras veía a un Midorima estrujándolo con la mirada intentando descifrar el rompecabezas que tenía en frente.

La generación de los milagros formaba parte de la división S, la elite de la elite entre mercenarios. Solo los objetivos más importantes eran asignados a ellos, debían cumplir con la discreción, con las especificaciones y el plazo estipulado por los contratantes. No importaba si se trataba del mismísimo presidente del país o de alguna pequeña y desafortunada vida en algún local de un suburbio los trabajos que este lugar realizaba eran impecables.

Ambos se instalaron en la mansión y se dispusieron a comer, hablaron de negocios dejando un poco de lado el asunto de la duda sobre su trabajo que tenía Akashi en esos momentos. A pesar de conversar sobre los temas que debían sobre sus negocios familiares Midorima notaba como Akashi seguía distraído, algo realmente fuerte debía estar ocurriendo para que una persona como lo era su amigo actuara de esa manera solo por un objetivo. No era algo de lo que ambos pudieran alardear con alegría y orgullo, pero Akashi se destacaba por llevar asesinatos que algunos otros por sus políticas personales rechazaban (NO mujeres, NO niños) eso para él era completamente una trivialidad, si el contratante tenía el dinero para pagar por el servicio él lo llevaba a cabo y lo demás no era asunto suyo.

El término del día fue con una de sus típicas y muy acostumbradas partidas de Shōgi. Akashi se levantó. tomo sus cosas y se dispuso a abandonar la mansión. La camioneta de la familia ya lo esperaba a la salida de la mansión, abordo la camioneta y observo a su amigo unos segundos.

—Shintarou, jamás había visto unos ojos tan llenos de azul y completamente vacíos como los de él. Parecía que su presencia no existía, como si fuese muy fácil pasar desapercibido, me sentía un poco raro mientras lo observaba, era como si un sentimiento de nostalgia me tomara he invadiera mi ser sin que yo pudiera oponerme a el. El día de mañana terminare con esto —Sentencio mientras cerraba la puerta del coche—

La camioneta abandono la mansión. Un atónito Midorima veía desaparecer el coche fuera de su propiedad mientras una frase resonaba en su mente «Un azul tan lleno y vacío a la vez» «Un sentimiento de nostalgia» Midorima tomo el móvil y marco, algo se apoderaba lentamente de el, se sentía temeroso de las palabras que minutos antes había escuchado «Mañana pondré fin a todo esto»

—Shin-chan, ¿Qué pasa?, no sueles marcarme a este número, ¿ha pasado algo malo?

—Takao, ¿Quién contrato a Akashi? ¡Quién demonios es el objetivo en esa orden! —preguntaba el peliverde un poco exaltado por la situación que crecía en su cabeza.

—Shin-chan, aunque quiera ayudarte con eso no puedo, es algo que esta fuera de mis manos, no pued…

—Maldición Takao, no me jodas con que no puedes hacer nada, eres el heredero de ese lugar, ¿eres el siguiente presidente y me dirás que es algo fuera de tu alcance?

—Shin-chan, nunca me habías hablado de esa manera —La voz de Takao sonaba un poco dolida, el ver o escuchar a Midorima molesto no era algo que ocurriera ni remotamente seguido.

—Takao, si lo que me dijo Akashi es lo que estoy pensando, puede que en estos momentos este llevando a cabo los últimos preparativos para asesinar a la única persona que ha amado en su vida. Takao, Kuroko está en peligro.

Notas finales:

Gracias por leer :3


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