Era el primer día de mi último año de preparatoria todo iba a hacer grandioso, en realidad todo iba bastante bien en mi vida, tenía buenas calificaciones, era parte del equipo de tiro con arco y tenía un gran grupo de amigos. Todo era perfecto
Cuando caminaba por los pasillos recibía saludos y halagos por admiradoras y algunos profesores pero luego en un segundo todo se había convertido en risas y burlas. Yo Clint Barton había chocado con una de las puertas de cristal frente a todos y todo por no dejar de ver a un chico que había pasado a un lado de mí. Me sentí tan idiota pero no podía regresar el tiempo. Así simplemente trate de seguir como si nada hubiera pasado pero todo se fue al carajo desde que me topé con aquellos ojos verdes.
Días después seguí encontrándome con el mismo chico varias veces en el día, incluso me di cuenta que compartía algunas clases con él, tenía curiosidad por hablar con él pero sabía que eso nunca pasaría ambos éramos tan diferentes. Él era un chico un tanto peculiar y extravagante que lograba combinar lo punk con lo elegante. ¿Cómo mierdas lo hacía? Nadie lo sabía ni si quiera las plásticas chicas del club de modas lo entendían. Incluso llegue a la conclusión que tal vez solo se veía bien en el o era debido a su esbelta figura y porte aristocrático que poseía el chico de ojos verdes. A veces llevaba labial oscuro y otras veces solo llevaba sombras negras en los parpados de los ojos pero nunca al mismo tiempo. Había muchas cosas que relucían en él, como su pircing en la ceja y que más me hacía delirar era el de su lengua. Me hacía pensar cosas indecentes.
Él era un hermoso chico “Darks” como algunos le llamaban. Siempre lleno de estoperoles, chaqueta verde cuando no era de cuero reluciente y siempre con él, una hermosa sonrisa sarcástica.
Logre hablar un par de veces con el pero solo recibí comentarios sínicos o tajantes, no me moleste pero era extraño ser rechazado por alguien que rondaba en el círculo social de los inadaptados. Pero no me rendí y luego de varios intentos descubrí que Loki era medio hermano de mi amigo Thor, y que nadie lo sabía porque decía que el minúsculo cerebro de Thor era una vergüenza para que lo relacionaran con él. Yo reí con esa revelación pero el solo me miro expectante y dijo que era enserio entonces deje de reír y ya no supe que responderle. El sonrió y suplente se fue. Luego casi doy por hundida mi reputación por intentar llamar su atención por un día simplemente decidí llevar el delineador negro que encontré en la habitación de mi hermana Nat y una chaqueta de cuero que encontré entre las cosas viejas de mi padre.
Todos me veían y había todo tipo de reacciones, como risas y alguno que otro se espantaba pensando que era parte del grupo de los góticos que fumaban hierba en la salida.
Busque a Loki en el estacionamiento y lo encontré fumando recargado en su auto. Me sonrió con burla posiblemente por mi intento de punk.
—Hola arquero. — Me saludo sin decirme tarado, esto era un gran avance. —¿Quieres? —me acerco su cigarrillo ofreciéndome una calada. Sin pensarlo acepte olvidando que nunca había fumado en mi vida, así que me termine ahogándome con el humo él se rio y me lo quito de las manos. Beso mi mejilla dejando totalmente sorprendido. —Eres lindo. —Y se fue caminando como el solo sabía hacerlo, contoneando las caderas sensualmente y creando una atmosfera de misterio.
Este año sería el más extraño de mi vida pero haría cual quier cosa por acercarme mas a Loki.