-¿Que eres?
-Creo que sería más amable un ¿Quién?
-No, eso ya lo sé. Eres Kyu Jong, mi mejor amigo… luego de Hyun Joong claro está. ¿Eso no te molesta, cierto?... ah claro ¿Que eres? – reí ante sus ocurrencias.
-Mientras no me hables de Kyu Jong, él no importara y dime ¿Qué quieres que sea?
-Lo que tú quieras ser.
-Eso es imposible, Saeng.
-¿Por qué?
-No todo es posible en esta…
-¡Vida! – termino él. Asentí no muy convencido de si podía utilizar la frase.
-Pero mi mamá decía que nada es imposible Kyu Jong…
-¿La extrañas?
-¿A mamá? – asentí revoloteando su cabello. Él me imito segundos después – a papá también.
-¿Quisieras ir con ellos? – asintió mientras su mirada se cristalizaba, acaricie sus mejillas esperando que no llorara. No quería verlo triste ni por un segundo. - ¿Tus padres como son Kyu? – deje de tocarlo y mirarlo, los recuerdos que llegaron a mi fueron dolorosos, años atrás no los había soportado pero ahora estaba tan acostumbrado a ellos.
-Personas incomprendidas.
-¿In…comper…prendidas? – Asentí riendo al escucharlo - ¿Encendidas? – Reí aún más fuerte – Dime que es Kyu Jong - negué mientras trataba de calmarme.
-Lo descubrirás en muchos años.
-Eso dice mi hermana cuando le pregunto por los bebés – volví a reír.
-Estoy de acuerdo con ella.
-¿Por qué? Yo ya soy grande para esas cosas Kyu…
-No lo suficiente.
-¿Tú cuántos años tienes? – Encogí mis hombros - ¿No me lo quieres contar?
-De hecho no lo sé.
-¿Cómo es que no sabes cuántos años tienes?
-Solo así…
-¿Acaso no los celebras? – Negué sintiendo la soledad al recordar los años - ¿Por qué? ¿Tus padres no quieren?
-Ellos no lo saben tampoco.
-¿Por ser in…eso? – asentí
-¿Estás con tus padres? – Negué sonriendo - ¿No los extrañas entonces? – negué aunque su rostro se volvía cada vez más confuso - ¿Por qué?
-¡Young Saeng! - El grito de la mujer hizo que ambos nos sobre saltáramos.
-Tu hermana te está llamando, ve.
-Pero aún no respondes.
-¡Young Saeng despierta!
-Tal vez luego Young Saeng.
-¿Seguiré viéndote en mis sueños?
-...
Solté un largo suspiro al ver que todo se hacía negro y me quedaba solo, en la mente de aquel niño. Salí de él y me acomode en un árbol que daba una buena vista de su habitación.
Una mujer, la que antes lo había llamado, estaba sacudiéndolo logrando que este despertara segundos después.
-¡Al fin despiertas! Date prisa que el bus no tarda en llegar - este asintió y miro su uniforme tendido en una silla cercana. Una gran sonrisa se formó en su rostro y luego en el mío también.
-¿Estás aquí? - Miró por toda su habitación mientras se alistaba para su escuela -¿Kyu Jong? - iba a responderle e incluso mostrarme pero su hermana lo hizo primero.
-¿Con quién hablas?
-¿Kyu Jong?
-¿Quién? – pregunto ella divertida.
-Un amigo.
-¿De la escuela? – él negó.
-De mis sueños – ella soltó una gran carcajada pero no contagia ni a Young Saeng ni a mí.
-¿Seguro, Hermanito?
-Segurísimo – esta vez los tres reímos por su tono infantil.
-De acuerdo, baja ya - ella salió de la habitación y yo entré en esta aun siendo invisible a sus ojos.
-¿Te fuiste? - Tan insistente. Abrí la puerta como una corriente de aire y él en vez de asustado pareció emocionado - ¡Sigues aquí!
-¡Baja Young Saeng! - la bocina del auto lo sacó de su emoción y la mía, él se fue y cerré la puerta ante su partida, volví al árbol de antes y vi como subía al autobús. Su sonrisa me hizo ignorar a los otros ignorándolo. Miré la habitación vacía cuando el bus partió. Nuevamente solo.