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Catorce millones trescientos uno por Just_a_strange_shipper

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Notas del capitulo:

Buenos días queridos lectores, ¿cómo estáis?

 

OH DIOS mÍO, esta es la healthy ship que necesitábamos para Tony, por yisus craist.(?) Disculpad mi hype, hace unas cuantas semanas que vi Infinity War y la tensión sexual, a la par que el choque de egos y la mútua comprensión de Stephen Strange y Tony Stark me gustó tanto, que al final no pude resistir la idea de no escribir un fanfic sobre ellos, así que aquí está. Espero que os guste mucho, es un long fic y básicamente trata de cómo Stephen trata de rehuir un futuro ya escrito en el que Los Vengadores logran vencer a Thanos y más tarde, él y Tony se casan, ¿absurdo? ¿divertido? ¿intenso? Puede ser eso y más, dadle una oportunidad. Nos leemos más abajo.

 

Advierto de antemano que contendrá lemon, lime, parafilias y todo lo demás, que por cierto, será un slow burn de cuidado, así que los veinte capítulos no nos los priva nadie uvu

Anthony Stark coincidió con Stephen Strange, al igual que dos gotas de agua pudieran encontrarse por casualidad en un charco.

 

Pero, ¿Stephen Strange? Él conoció a Anthony Stark, lo conoció más de catorce millones de veces, a cada cual más intensa que su predecesora, a cada cual más amorosa y más personal. Se familiarizó con él, se hundió en su piel y fue uno con él. Tras cinco millones de futuros avistados, la idea de Stark muerto parecía una terrible pesadilla.

 

Conforme el Hechicero Supremo usó la gema del infinito para descubrir cómo derrotar a Thanos, vio que él y Tony luchaban codo con codo en cientos de escenarios, de alguna manera, al hacerlo eran genuinamente felices y, a pesar que al principio solo le parecía trato cordial, poco a poco divisaba ese algo que, al menos dos compañeros de trabajo, no deberían tener.

 

Si ganaban -aunque temporalmente- Iron Man miraba al Doctor Strange con el mundo recién salvado, con el mundo a sus pies, lo miraba con respeto y dicho gesto le era devuelto, Strange, como pocas veces hacía, sonreía; Por otra parte, en otros futuros, Tony acudiría a su santuario a conversar sobre temas que solo dos locos por la ciencia entenderían, el multimillonario irradiaba calidez y Stephen, aún torpemente, mantendría esa amistad como otro preciado tesoro que proteger, tornándose poco a poco en el protector de Tony, incluso llegando a enseñarle los colmillos a Steve Rogers en unas cuantas situaciones.

 

No obstante, siempre que en esos futuros cohabitaban en paz, Thanos volvía más poderoso que nunca y mataba a Tony.

 

No. No. ¡No!

 

¡Inconcebible!

 

Stephen procedía a saltar a la siguiente epifanía, a un próximo futuro donde el Universo no tuviera un tan oscuro futuro, pues creía firmemente que salvarlos a todos significaba precisamente eso, salvarlos a todos, Tony Stark era un costo que el portador de la gema no estaba dispuesto a asumir.

 

En cambio… Para la desgracia de Strange, la realidad de los muchos multiversos acababa con la mitad de la población muerta mientras que la restante quedaba desesperanzada, o por el contrario, Thanos los mataba a todos los hérores con tal de cumplir su maquiavélico plan. Algunas veces Tony lloraba la pérdida de sus seres queridos, otras eran ellos quienes dejaban paso a las lágrimas por el difunto Vengador. No había esperanza tras las muertes, Thanos tiranizaba el Universo en todas sus visiones.

 

Veía otro futuro.

 

Y otro.

 

Y el siguiente a ese otro.

 

Y otro más.

 

Y la eternidad del cosmos parecía estar cargada sobre sus espaldas, pero aún así no se detenía y continuaba.

 

Buscaba uno, uno solo en el que vivieran todos, en el que tuvieran la felicidad o infelicidad que merecían. Cierto familiar dolor en sus sienes empezaba a florecer, Stephen lo ignoraba cuanto podía.

 

Por ver, llegó incluso a ver futuros que estaban destinados a la perdición, en uno de ellos, Tony le besaba con la boca abierta, devorándolo, apestando a alcohol y con un anillo de recién casado en el dedo anular. Al día siguiente irían en una misión suicida para matar al poseedor del guantelete. Stephen solo pensaba en el embarazo recién anunciado de Pepper contra esos labios mojados de whisky, a la par que Tony jalaba de sus hebras oscuras y susurraba al oído del más alto "tu nombre me recuerda demasiado a Steve". Se sentía febril y enfermizo, ambos sabían que no iban a sobrevivir, así, sucedió lo irremediable. En ese futuro también perecían, y aún siendo una visión, el de ojos claros sentía el espectro de la piel de Tony Stark antes de pasar al siguiente futuro.

 

Tras dos millones de hipotéticos más, llego a ése porvenir. Ése curioso... Resultado en el que el Doctor Strange pasaba a ser el Doctor Stark...

 

La visión del futuro número catorce millones trescientos uno.

 

Era un absurdo del multiverso, una dimensión no lineal, pensó al principio el hechicero, pues Palmer era la mujer de su vida, mientras que Tony Stark disfrutaría de múltiples bodas con Pepper Potts a lo largo de catorce millones de ocasiones -si se ignoraban las constantes alusiones a su pasado sentimental con Steve Rogers, claro está-.

 

Strange era tolerante, no siempre lo fue, mas sus entrenamientos con La Anciana cambiaron su forma de ver las cosas, abrió su mente. Sin embargo, en ningún momento aceptó la idea de un matrimonio con el multimillonario en su cabeza, colapsó, de hecho. Hasta hace unas horas no podía soportarlo en el mismo cuarto, aunque sí admitía gustar del juego que le daba al ser casi tan cínico e irritable como su persona... No obstante, de gustarte las ironías y sarcasmos de alguien a casarte con esa persona, hay un gran paso, díjose.

 

Un absurdo, un absurdo, un absurdo, se repetía constante según pasaba a la siguiente visión, y luego a la siguiente, pero entonces, bastó que Stark lo despertara de sus catorce millones seiscientos cinco visiones con una cálida mano en su hombro y genuina preocupación en su rostro para que Stephen lo viera por sí mismo. Él había sido capaz de enamorarse de ese hombre. Así que tragó pesado, pues, precisamente, ellos, los Vengadores, solo ganaban en un futuro, Tony sobrevivía un futuro, y en ese preciso futuro, él, Stephen Strange, contraía matrimonio con Anthony Stark.

 

En otras palabras, su futuro esposo estaba frente a él y no podía mentar palabra, se le secó la garganta.

 

—Éstas aquí, estás bien —¿junto a él? Eso parecía.

 

Stephen, muy para su pesar, tomó apoyo en el playboy irremediablemente, cuando alzó la mirada, se sorprendió por la preocupación que mostraban los ojos castaños -del hombre catalogado múltiples veces como el ser más narcisista del mundo- hacia su persona. Tal parecía que Tony Stark derrotaría a Thanos, traería de vuelta a la vida a medio Universo y se casaría con él. Cielo santo.Ese era el único futuro posible, el único futuro donde todos ganaban, ¿por qué tan surreal?

 

Su mutismo influenció en que Anthony le ayudara a levantarse y caminase hacia el joven Spider Man y los Guardianes junto a él mientras lo agarraba fuertemente del antebrazo. Los dos Peters hacían bromas con sus nombres, Mantis reía y Tony que acababa de escuchar el último chiste entornada los ojos. Stephen se sentía mortificado con el hecho de que Stark los iba a tener que ver morir, y aunar fuerzas para acabar con Thanos.

 

Precisamente, el mayor defensor de la Tierra tenia miedos, muchísimos, de hecho, todos ellos tenían relación con lo que estaba por venir: perder a sus seres queridos. Tony, con una fina y disimulada capa de soberbia, ocultaba temores e inseguridad. En algunos futuros paralelos al que iban a tener, Strange lo abrazaba por las noches durante sus pesadillas -al igual que Stark le recordaba cómo respirar cuando él mismo revivía sus traumas por el accidente-, pero mientras permaneciese siendo poco más que cenizas en Titán, no podría ayudar al genio.

 

Se lamentó.

 

Aquélla era la única manera de salvarlos a todos.

 

Tan solo buscó un futuro en el que todos sobrevivieran al final, sin necesariamente comprender su propia felicidad en él. Quizá, creyó desesperado, podría cambiar un futuro ya escrito, haría funcionar las cosas para Tony y Pepper y se alejaría de este primero, no dañándolo en el proceso.

 

Ja! Los lazos del destino decidieron ser codiciosos con Stephen Strange.

 

--------------

 

—Tony —un suave murmullo floreció del doctor sobre el aire polvoriento ded Titán, devastado, el mentado le miró pareciendo que en cualquier momento se iba a desmoronar, buscando explicación a sus actos, a lo que Strange sentenció en voz baja—: era la única manera —cuando Christine se fue de su departamento aquel día, econtenía las lágrimas, en cambio, hasta ese preciso instante, el ex-médico jamás había sentido la tan intrínseca necesidad de correr y envolver sus brazos en alguien hasta que vio a Anthony Stark al borde del llanto.

 

Pidiéndole perdón con su mirar azulado, se desvaneció, sabiendo que volvería gracias a esa misma persona frente a él, sabiendo que, de hecho, Anthony Stark era el mayor héroe de la historia de la humanidad y del Universo, pues él, junto a los Vengadores, los traerían de regreso.

 

Morir, quizá no dolía tanto teniendo dicho pensamiento en cuenta.

 

Morir parecía un sacrificio menor si con ello salvaba a aquel castaño.

 

Morir... merecía la pena si era por Tony.

Notas finales:

Un gran saludo y gracias por leer.

Vuestros comentarios son un gran alimento para el escritor y saber que os gusta aún más, me sentiría muy animada a continuar si os leo, aún así, nada impedirá que siga este IronStrange, la ship merece más amor.


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