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Encuentro en medio del caos por Kurenaix1

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Notas del fanfic:

Los personajes de esta historia no me pertenecen, son creación de Tadatoshi Fujimaki y yo solo los utilizo para ponerlos en situaciones que comprometan su integridad física.

 

Notas del capitulo:

Será más de un capítulo.  

 

Seis meses sin subir algo, que puedo decir además de que siento que las ideas se me agotan, ya no me siento tan creativa ni con las ganas de antes, he intentado probar con otros fandoms, pero no puedo escribir, sigo amando Knb, aunque la mayoría de las personas que conocí ya no están en el fandom y por eso me niego a dejarlo, como sea aqui estoy para cumplir con el evento del medio muerto grupo HImuro no Harem.

 

Gracias a las personas que aún sigue ahí los adoro. Si alguien lee esto creanme que soy muy feliz de volver.

 

Dedicado a todos los que fuimos y somos parte del casi extinto fandom de Kuroko no Basket.

 

Izuki Shun era una persona que en esos momentos solo podía pensar en lo asquerosa que eran sus lazos con otros seres humanos,  porque no era suficiente con haber estado atrapado en una relación donde quien daba todo era él, tampoco con el hecho de que su familia fuese un asco, siempre podía ser peor.

 

Y  le costó años reponerse de su trágica historia de vida para volver intentar, reparar los cristales de su corazón roto para que luego viniera otro y le pisoteara no solo la autoestima si no la poca confianza que le habían dejado tres años de cárcel.

 

“Era un águila herida que ya no podía emprender el vuelo”

 

Pues sí, con todo Shun se había vuelto un completo “Drama-King”

 

Para variar su novia lo iba a terminar ahora, ya le había sacado lo poco que tenía en los bolsillos, para peor hasta le fue  infiel con uno de sus amigos, le dolía doblemente porque creyó estar enamorado.

 

En eso estaba, perdido en sus dolorosas cavilaciones cuando el metro hizo la parada que a todos les molestaba en esa estación donde subía medio Tokio, y terminaban compartiendo incluso los fluidos con la gente de alrededor. No pasó mucho hasta que sintió fuerte la presión del tumulto que lo hizo quedar estampado en los vidrios del vagón.

 

—Lo lamento mucho. — una voz cerca de su oído lo hizo dar un pequeño salto, genial ahora tenía a alguien pegado detrás de él a muy corta distancia, percibía la respiración tibia e incluso el olor corporal nada desagradable del sujeto cosa rara ya que el ambiente en general despedía un aroma asqueroso a cuerpo mal aseado.

 

—No importa, es inevitable. —Shun soltó un suspiro de resignación, su existencia era eso. Un asco.

 

—La verdad no sé mucho de cómo es aquí, acabo de llegar hoy y esto me sorprende, creo que estoy perdido.

 

Izuki  tuvo algo de lastima por aquel tipo, no podía verle bien la cara ya que estaba demasiado pegado al vidrio, pero la fricción de sus cuerpo no se sentía nada mal, ese pensamiento desvergonzado no le hizo sentir mal, ya había tenido varios encuentros con personajes de su mismo sexo, además se notaba que quien estaba detrás suyo poseía un cuerpo bastante bien trabajado.

 

Se alteró aún más cuando este sujeto le abrazo por la cintura.

 

—Perdón, es que así es más cómodo, no creas que soy un acosador. —Y por todos los cielos que a Izuki no le hubiera importado si lo era. A veces se asustaba de sus cambios de humor, hace poco estaba sufriendo por la chica esa que lo iba a cortar y ahora gozaba el encuentro con aquel extraño, tal vez ese día de su apestosa vida sería un poco mejor.

 

Estaban tan pegados que hasta podía sentir “cosas” que antes no.

 

—Entiendo que los Japoneses son tímidos, ahora mismo debo estar invadiendo tu espacio personal, pero créeme no es con malicia ¿Me podrías decir como llegar a la estación de Shibuya?

 

—Oh, eso es hacia el otro lado, bastante lejos, creo que tomaste el tren equivocado. —Contestó Shun algo apenado.

 

—Shit!

 

—En la próxima estación baja la mayoría, te puedo guiar de vuelta, pero tendrías que esperar ya que voy a arreglar un asunto no muy agradable.

 

—Sería de gran ayuda, eres muy amable.

 

—He estado en situaciones parecidas donde necesitas algo de ayuda y nadie lo hace.

 

—Aquí la gente te ignora, eres el primero que me quiere ayudar sin nada a cambio.

 

—La gente de ciudad es así.

 

Ya después en la siguiente estación por fin pudieron bajarse y respirar.

 

—Uff eso fue un intenso, lo importante es que estamos en una pieza.

 

—Demasiado para mi primer día. Muchas Gracias, por cierto ¿Cuál es tu nombre?

 

—Me llamó Izuki Shun, vaya no pareces extranjero, luces muy asiático.

 

—Soy Japonés, pero vivo en estados unidos, digo vivía, por trabajo, aunque eso ya terminó, ahora estoy aquí para encontrarme con mi hermano y conseguir un trabajo.

 

—Ya veo, por cierto tu cara se me hace conocida ¿Nos hemos visto antes?

 

— ¿Te gusta el basketball?

 

—Sí ¿Cómo lo sabes?

 

—Ah ya veo, es que tal vez me viste alguna vez en algún partido de la NBA. —dijo el apuesto sujeto.

 

 

— ¡QUE! juegas para la NBA?

 

—Jugaba, me retiré.

 

—La verdad me gusta el basketball, aunque no soy tan aficionado de las ligas extranjeras, pero tengo un amigo muy fanático, aunque si me preguntas yo le voy a los “Lakers”. —Dijo Izuki emocionado-— ¿Para qué equipo jugabas?

 

—New York Knights.

 

—WOAAA y ¿Por qué un ex jugador anda en tren como cualquier mortal?

 

—Porque estoy en la ruina, me acusaron de evadir impuestos y armaron un escándalo, todas mis cuentas fueron congeladas y en vez de trabajar de gratis preferí largarme y dejar atrás, muy atrás mi pasado como jugador.

 

—Eso está jodido, y tú  nombre ¿Cuál es?

 

—Me llamo Himuro Tatsuya.

 

*******

—Shun ya había olvidado lo deprimido y rata que se sentía ya que no todos los días conoces a un ex jugador de la NBA y tan simpático, seguramente a Yukio le gustaría mucho conocerlo.

 

 

Al bajar del tren Himuro lo esperó mientras el otro iba a poner  las cosas en orden con su ahora ex novia.

 

Y no tardó mucho…

 

—Hiciste llorar a esa mujer que malo Shun.

 

—Me llamaste  Shun, qué confianza eh.

 

—Lo siento no acostumbro a llamar a la gente por su apellido ¿y entonces?

 

—Ella era mi novia, me enteré ayer que me fue infiel con un amigo importante, en serio la quería, le di lo que más pude, pero no fue suficiente.

 

—Eso es fuerte, aunque mírame, yo estoy en la ruina.

 

No podían compararse las situaciones, pero ambos estaban en ese momento muy jodidos.

 

—Como sea te llevaré en una sola pieza donde tu hermano.

 

 

Caminaron hasta el otro andén, Izuki tenía un poco apretado el corazón, iba perdido en sus pensamientos pesimistas cuando se sobresaltó al escuchar gritos, gritos histéricos de una muchacha que parecía estar teniendo algún ataque.

 

—Vaya sí que son locas algunas mujeres.

 

—Más o menos, me alegra no tener una ya.

 

—Que despechado. — Ninguno estaba preparado para la escena que iban a presenciar.

 

 

De pronto la chica comenzó a atacar a mordidas a los que estaban cerca, era una locura.

 

—WTF, debe de estar drogada… oh por Dios le está mordiendo la cara.

 

La policía llegó, ellos se quedaron observando un poco más, era algo a lo que ninguno daba crédito, completamente una locura, de pronto Tatsuya le tomó de la mano.

 

—Es peligroso estar aquí, movámonos.

 

— ¿Qué está pasando Tatsuya?

 

—No sé, pero no es normal cómo actúa esa persona, quizás es una droga o un virus la verdad tengo miedo, hay que movernos pronto.

 

Todo sucedió muy rápido, por micrófono dieron el aviso de que mantuvieran la calma, que los equipos de emergencia se dirigían al lugar, pero casi no hubo tiempo de reaccionar cuando se escucharon muy cerca de ellos una serie de disparos, corrieron hacia la salida, pero estas fueron cerradas y hombres armados las custodiaban.

 

—Estamos muertos…—una ráfaga de disparos hizo caer a varios que estaban en el tumulto intentando escapar, a su alrededor varios se golpeaban, otros se abalanzaron sin razón dándose cabezazos contra las paredes, a sus alrededores todos estaban entrando en un estado de locura extrema.

 

 

De pronto al ojo de águila se le ocurrió algo, ese instinto de sobrevivencia del que todos hablan se había activado en él.

 

—Caminemos por la vía, está electrificada, pero si lo haces con cuidado es posible. Intentemos llegar hasta la siguiente estación.

 

—Qué más da, si nos quedamos moriremos igual. — era extraña la forma en que ese par tomaba aquella situación, calmados, como si constantemente vivieran cosas tan fuertes.

 

El contexto era incontrolable, personas se desataron violentamente en actos incomprensibles. Las fuerzas públicas no dudaban en disparar, el ruido de alarmas, gritos, llantos, explosiones era todo lo que podían escuchar, eso y el desenfrenado golpeteo de sus pechos.

 

Avanzaron cerca de la horda de personas desesperadas por salir, en eso alguien gritó que habían roto una puerta, toda la gente corrió hacia la nueva salida.

 

Himuro dudo un momento si seguir a la masa que aún se mantenía cuerda,  pero Izuki lo detuvo sujetándolo de la manga de su chaqueta, se encaminaron rápidamente por el lado contrario mientras escuchaban llantos, gritos y el aterrador sonido de las balas, ninguno quiso mirar atrás.

 

Se escabulleron pasando por debajo de los andenes caminando hasta que el refugio del subsuelo se les terminó, los gritos en tramos eran ensordecedores, pero no se detuvieron en ningún momento hasta que por cosa de suerte encontraron una pequeña salida en una pared recientemente destruida en un rincón olvidado de aquella estación.

 

Dudaron, pero si se quedaban ahí seguro morirían, así que rápidamente echaron a correr como si no hubiera un mañana junto con otros afortunados que vieron esa vía como un único escape.

 

Shun cerró los ojos cuando cruzó el improvisado portal esperando que un disparo terminará con su vida, pero no sucedió, al parecer las fuerzas de orden se vieron sobrepasadas cuando un segundo tren fue detenido.

 

Al salir a la calle la situación no era mucho mejor, un montón de alarmas sonaban por doquier, en las pantallas se mostraban escenas de pavor por todas partes, se hablaba de un ataque terrorista en varios puntos y una declaración de guerra.

 

 

Himuro lo sacó de su repentina ensoñación tirando de él, avanzando rápido no soltandolo en ningún momento.

 

— Shun, esto es grave al parecer el momento ha llegado, de donde vengo mucha gente se prepara para esto, estoy en buena forma, puedo correr rápido, estoy seguro que puedes seguirme el paso, apenas veas algo que puedas usar como un arma lo tomas ¿Ok? — Izuki no lo comprendía bien, solo sabía que estaba atrapado en caos colectivo con un sujeto al que conoció hace menos de dos horas.

 

“Se les informa a todos que deben permanecer en sus hogares y no salir por nada del mundo, las autoridades están intentando devolver el orden, el primer ministro y el emperador están…”

 

Escuchaba las escuetas  palabras de la mujer de la pantalla gigante mientras corrían a todo lo que daban por una avenida central que parecía extrañamente vacía hasta que otra horrenda escena se les puso por delante de sus ojos.

 

“NOOOOOOOOO, Amor, NOOO, ¿Qué haces?”

 

Una mujer era atacada por el que al parecer antes era su novio, este le estaba comiendo una pierna. El extraño sujeto no se veía como un "Zombie” típico de  película, no, era de lo más normal solo que lucía cubierto de sangre de la mujer a la que estaba devorando, Himuro lo tironeó dentro de un callejón, no era mucho lo que podían hacer por ella.

 

 

— Escúchame esto es… no sé lo que sea un, virus, una mutación que se yo, pero esas cosa ya no son personas y si es como lo pintan en las películas seguramente debemos conseguir armas, esto es Japón y no creo que sea de lo más común encontrar de casualidad ¿Sabes dónde puede haber una armería o algo así?

 

¡Era el peor cliché de todos!

 

—Himuro, odio las películas de zombies, son horribles.

 

 

 

— Imagina como estoy yo, en un país que apenas conozco, necesito que me guíes, o no vamos a sobrevivir Shun. — Comenzaron a buscar algo con que defenderse, por suerte encontraron algunas barras de hierro.

 

—No tengo idea de donde conseguir armas ¿Y ahora qué hacemos?

 

— Dale  un golpe a todo lo que te parezca extraño.

 

— ¿QUE?

 

— ¿Viste al tipo que se comía a la mujer? no era muy diferente a mi o a ti, solo sus ojos.

 

— Es verdad, eran blancos.

 

— Eso además del comportamiento agresivo.

 

Himuro vacío su mochila y escogió algunas cosas que  le serían útiles. Le dio a Izuki una prenda negra.

 

— Colócate esto, será  útil en la noche.

 

— Parece que sabes bien qué hacer en una situación así ¿Es porque vienes de Nueva York?

 

—Estuve en el ejército un tiempo, pero me echaron por indisciplina, pero eso no importa, quiero que tengas claro que en situaciones así todos son enemigos, no podemos confiar en nadie.

 

— Mierda vamos a tener que salir de aquí ahora Himuro. —Expresó con algo de temor Shun.

 

Un grupo de muchachos entraron presurosos dentro del callejón y corrieron hacia ellos, no podían distinguir si se trataba de personas normales o infectadas, no les quedó más que saltar la pared del fondo rogando por no romperse una pierna con la caída.

 

Se levantaron lo más rápido posible colocándose en guardia de inmediato, no los habían seguido.

 

Un sujeto gritaba y se golpeaba la cabeza contra una pared, ambos adoptaron posición de ataque, pero el susodicho parecía más interesado en reventarse el cerebro que en ellos.

 

— ¿Que mierda fue eso?

 

—Algo está volviendo loca a la gente. Solo espero no terminar así, Shun si eso me pasa mátame.

 

—Jodete Tatsuya, no vamos a morir, ya te dije que te llevaré con tu hermano.  

 

 

 

La noche comenzó a caer y todo seguía igual, el mismo caos social, caminaron incansablemente tratando de pasar lo más desapercibidos posible.

 

El ojo de águila pudo reconocer más o menos donde se encontraban, no podía ayudarse de ningún medio tecnológico, hace unas horas ya no había cobertura ni internet, para peor ninguna luz alumbraba, las ruidosas alarmas ya no se escuchaban, ni siquiera veían autos pasar y al parecer a la gente se la había tragado la tierra.

Ya cuando creían que nada podía ser más terrorífico faltaba lo peor.

 

Vieron el cielo iluminándose mientras caían varios aviones a tierra.

 

Era el fin de todo,  las llamas abrazaban los altos rascacielos de Tokio, con horror observaron  como a los lejos la misma torre se encendía como una antorcha gigante iluminando las ruinas de la que hace horas era una próspera ciudad.

 

—Estamos muertos.

 

 

Lo último que sintió esos segundos de horror era como Himuro lo abrazaba intentando protegerlo de una explosión cercana, por su cabeza pasaron las últimas palabras que su madre le dijo.

 

“Siempre has sido un problema para esta familia Shun, ojala hoy cuando salgas esta tarde no regreses”

 

 

///////

 

 

Izuki abrió los ojos poco después (según su percepción) La muerte no los había alcanzado, la onda expansiva de una fuerte explosión los había mandado lejos, pero estaban vivos, al menos él.

 

Se incorporó rápidamente para buscar a su compañero.

 

Ese sujeto, el tal Tatsuya de los “New york Knicks”  lo había ayudado, le debía la vida al cabrón, que no se le ocurriera morirse. Lo encontró a escasos metros de él. ¿Muerto?

 

— ¡Tatsuya! — le habló al ahora inmóvil cuerpo, le tomó los signos vitales y se alivió cuando encontró el pulso, solo estaba inconsciente.  Escuchó ruido cerca por lo que se incorporó rápidamente tomando la barra de acero, todo alrededor de ellos se estaba quemando.

 

Divisó a alguien que avanzaba hacia ellos con decisión, Shun intentó mirarle a los ojos, pero tenía la vista irritada por el humo, la persona emprendió una rápida carrera y comenzó a gritar con ira.

 

—Te lo advierto ¡Si te acercas voy a golpearte! — le gritó fuerte, pero no se detuvo, es más incrementó el ritmo de su paso.

 

— ¡Alto! — cuando estaba cerca le dio con todo lo que tenía en la cabeza, le quebró el cuello, pero Shun no era tan idiota, lo volvió a apalear hasta que el cuerpo inerte cayó. Definitivamente esos eran los zombies más atípicos que había visto, menos mal era solo uno.

 

Le estaba costando respirar, el fuego estaba llegando cerca de donde se encontraban, cargó a Tatsuya en su espalda como pudo-

 

—Mal nacido sí que estás pesado. —se quejó, pero no podía dejarlo, no después de que ese extraño había hecho por él lo que en toda su vida su familia.

 

Se aseguró de que no había nadie cerca y caminó lo más rápido que su dolorido cuerpo le permitía con el peso de más de 80 kilos encima, no supo de donde saco la fuerza, sus instintos estaban al 100% casi como entrar en “la zona”

 

Llegó Hasta una casa que parecía vacía, obviamente la gente no había hecho caso de lo que las autoridades recomendaron y para él eso fue mejor.

 

Con cautela entro  con el todavía inconsciente hombre, estaba al límite de sus fuerzas, pero con todos los sentidos en su máxima capacidad.

 

De pronto su mente le comenzó a jugar malas pasadas, mostrándole los peores escenarios ¿Y  si les caía un avión encima? ¿Si les llegaba una bomba? O peor ¿y si entraban una horda de gente violenta? Acomodó a  Tatsuya en el suelo y cerró lo mejor que pudo el improvisado refugio, ya cuando se aseguró que estuviera todo en orden pudo respirar y aprovechó para tratar las heridas de Himuro. Habían perdido las pocas provisiones, pero al menos en esa casa tenían agua.

 

Finalmente Tatsuya despertó unas horas después.

 

—Que mier…

 

—No te muevas, te diste un buen golpe.

 

— ¿Dónde estamos?

 

—En una de las habitaciones de una casa vacía.

 

—Shun, aquí no es seguro.

 

—Lo sé, pero no sabía qué hacer, estabas medio muerto y nos atacaron, casi morimos.

 

—Vaya, pasaste por mucho, lo lamento y gracias.

 

—Tú me protegiste primero.

 

—No tenemos cómo saber  qué hora es ni nada,  creo que la humanidad se fue al carajo, ese reloj no funciona, nada electrónico lo hace.

 

—Necesito volver a casa y encontrarme con mi amigo, se llama Yukio,  vivimos juntos desde hace un tiempo, lo hemos pasado muy mal juntos, ojala este bien.

 

—Tranquilo, lo encontraremos y a Taiga, prometiste llevarme.

 

Esa noche tomaron turnos para dormir, Izuki miraba su inútil celular a ver si podía obtener algo, pero ni siquiera encendía, pronto se le unió su compañero.

 

—Me toca, ve a dormir un poco.

Shun solo se acomodó a su lado apoyándose en su hombro y se durmió de inmediato.

 

Así estuvieron unas horas, hasta que alguien entró en la casa, al parecer eran soldados, Tatsuya despertó a Izuki, los sujetos andaban en parejas, pudo saberlo porque contó las voces, estaban bien equipados al juzgar a cómo se sentían sus pasos nada sigilosos, tardarían un poco en encontrar la habitación, rápidamente buscaron alguna ruta de escape.

 

Shun se asomó por la ventana y lo que vio fue una escena que lo aterrorizó, los soldados estaban rematando a supervivientes.

 

Himuro se colocó detrás de la puerta, le susurró a Izuki que se agachara a su lado y lo hiciera caer cuando entrara rogando porque se hubiesen separado .

 

El hombre entró en la habitación y el pelinegro se le lanzó a los pies, un tiro se escapó de su arma pero no le dio, de inmediato Himuro le saltó por detrás degollandolo, su compañero al escuchar el ruido acudió rápido, pero de nuevo el menor se hizo del arma y le dio dos tiros en la cabeza antes de que pudiera hacer algo.

 

Shun estaba impávido, ese hombre acababa de arrebatar dos vidas, que bueno era tenerlo de su lado.

 

—Oye, eran ellos o nosotros, lo entiendes ¿Verdad?—le dijo calmadamente mientras empezaba a despojar a los cadáveres de su ropa y armamento.

 

Le puso el chaleco antibalas a Izuki.

 

— ¿Sabes disparar un Arma?

 

Sorprendentemente el ojo de águila le confirmó.

 

—Aunque no lo creas estuve tres años en la cárcel por matar a alguien.

 

—Cielos, con esa cara de ángel difícil creerlo Shun.

 

—Larga historia, te la contaré si es que sobrevivimos.

 

Salieron cubiertos con parte del uniforme de la milicia, fuera se respiraba el olor a muerte, no entendían porque las fuerzas del orden se estaban dedicando a matar a civiles inocentes, ambos llevaban armas de grueso calibre que les habían arrebatado.

 

El  suelo estaba cubierto de sangre y a lo lejos se podían escuchar disparos, caminaron por las calles medio vacías, cadáveres de gente estaban apilados en horribles montoneras.

 

A lo lejos divisaron a otra pareja de soldados, era extraño andaban a pie, ningún vehículo servía ahora, Himuro se aventuró y le dio un tiro a los dos sujetos exterminandolos.

 

—Bendita puntería la tuya.

 

—El cuello, debes apuntar ahí.

 

Nuevamente desarmaron los cadáveres.

 

Sabían que se tenían solo el uno al otro, debían cooperar para sobrevivir y reencontrarse con sus seres amados.

 

Esa noche se convirtieron en los supervivientes de esa horrible situación.

 

 

Notas finales:

Espero poder seguir escribiendo para Knb, yo quiero, pero la inspiracion, las ideas se me escapan, ya tengo este fic completo a si que ire actualizando. 

 

Gracias a todos y perdòn por las faltas. 


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