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Las deducciones de la Mujer por sherlocked221B

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Notas del fanfic:

Muchas gracias por leer, espero que dejen sus comentarios al final del capítulo. 

Notas del capitulo:

gracias por leer

por favor no olviden dejar sus comentarios con sus impresiones 

Irene Adler, la dominatrix, la mujer más perversa que Londres habría visto en mucho tiempo se encontraba arrodillada e indefensa, presa de una célula terrorista en Karachi, sabía que en unos minutos sería decapitada por sus captores, “al menos será un final rápido” pensó para sus adentros, aún en esos últimos momentos de agonía venía a su mente un solo nombre…Sherlock Holmes, sus ojos se llenaron de lágrimas al ser consciente que después de todo no volvería a ver a ese presumido e inteligente genio detective, no tendría más oportunidades para invitarlo a “cenar” y que él se negara inventando una nueva excusa, ya no sería parte de su vida, se preguntó si él aún pensaba en ella, si dedicaba al menos un fugaz instante de su día para pensar en “La mujer”, quien había estado muy cerca de poner de rodillas al gobierno británico ante sus caprichos.

Siempre la traicionaría el corazón, su obsesión por el detective consultor había derribado sus propias barreras cayendo rendida a sus pies. Pero el frío Señor Holmes la había rechazado, humillándola y dejándola al descubierto…sin protección, en parte él era el responsable de que la atraparan y se viera envuelta en esta situación “no durará ni 6 meses sin la protección de su móvil” escuchó la voz del detective en su mente. Siempre que pensaba en Sherlock la envolvía una mezcla de alegría y amargura.

El asesino de pie junto a ella llevaba un  un rifle colgando al hombro,  la interrumpió de los que serían sus últimos pensamientos. Le estaban concediendo un deseo final, ella solo pidió su móvil unos instantes con la intención de enviar un último mensaje al único hombre que había logrado ganarle. Pese a los temblores y escalofríos que le provocaba sentir la muerte avecinándose intentó controlarse para pulsar los botones correctos, escribió con dificultad solo 3 palabras “Adiós Sr. Holmes” apretó los labios antes de finalmente decidirse a enviarlo. Le arrebataron el aparato de las manos y ella agachó la cabeza esperando sentir el golpe fatal del verdugo caer sobre su cuello y que todo terminara para ella.

Entonces lo escuchó, el tono que había grabado en el móvil de Sherlock para personalizar sus  mensajes, escuchó su propia voz grabada en un sugerente gemido, una sonrisa esperanzadora surgió entre sus labios, alzó el rostro buscando el rostro de Holmes con esas filosas mejillas que lograban darle una belleza única, sus ojos se encontraron con los del detective que llevaba la mayor parte de la cara cubierta por una capucha  negra tenía un sable entre sus manos sosteniéndolo sobre la cabeza de Adler,  sus inconfundibles ojos verdes la miraron con intensidad. Sintió que la confianza y la adrenalina se apoderaban de ella, “saldré viva de aquí” pensó.  

Sherlock solo le susurró -Cuando te diga corre, ¡corres! -acto seguido levantó el sable dirigiéndolo hacia los captores, Adler se levantó y con ambas manos propinó un fuerte golpe en la entrepierna al otro hombre parado junto a ella, el detective había logrado acabar con 3 de los secuestradores, Irene aprovechó para huir necesitaba salvarse, aún no había llegado su hora, corrió por el galpón hacia el pasillo de la fábrica abandonada en donde la  habían llevado a la fuerza,  pero  de pronto sintió un fuerte golpe en la nuca y todo se volvió borroso, sintió rebotar su rostro con el suelo frío, solo pudo escuchar unos golpes secos, vio a hombre desplomarse a su lado, temió por Sherlock, quizás habían sido demasiados para él, finalmente el golpe en la cabeza la dejó inconsciente.

Despertó con un fuerte dolor en la parte baja de la cráneo, todo le daba vueltas, al inicio sintió que se balanceaba de un lado a otro, hasta que por fin pudo enfocar la vista y vio a Sherlock cargándola en brazos sin mayor esfuerzo, su rostro era inexpresivo como siempre, perdido en sus propios pensamientos, tenía el entrecejo levemente fruncido.

-cómo se encuentra-dijo aun sin mirarla

Irene intentó que su voz sonara calmada- he estado mejor señor Holmes-

-no lo dudo- dijo el esbozando una media sonrisa presumida

-creo que puedo caminar por mi cuenta, a menos que disfrute cargarme en su regazo-Sherlock la observó algo desconcertado, sabia que Irene le decía ese tipo de cosas en doble sentido, pero le costaba identificar el componente sexual en sus frases. Finalmente la bajó, apoyándola en el suelo con cuidado, Adler aún se sentía mareada por el golpe, pero su orgullo estaba primero, no se rebajaría a mostrarse débil y menos ante ese hombre, en ese momento se dio cuenta que Sherlock le había puesto encima su enorme abrigo, hacía bastante frío y él estaba vestido solo con su ajustada camisa blanca y su traje, hizo el ademán de desprenderse del abrigo para entregárselo, pero Sherlock se negó.

-estoy bien gracias- dijo el detective restándole importancia a las bajas temperaturas

-yo no lo creo, debemos buscar alguna manera de hacerlo entrar en calor señor Holmes- dijo Irene con su característico tono sensual.

-Ni siquiera estar a las puertas de la muerte la han hecho redimirse de sus oscuros pensamientos señorita-

Adler sonrió abiertamente -Usted sabe cómo soy… me porto mal dijo Irene mirándolo con intensidad- ¿no querría probar señor Holmes? ¿No siente una pizca de curiosidad? -

-No me interesa- dijo tajantemente el detective con una expresión despectiva, adelantándose sin mirar atrás

- ¿Espera que le dé las gracias verdad? -

-Eso no sería una mala idea, considerando que arriesgué mi vida infiltrándome en esta red terrorista solo para rescatarla…le salvé la vida después de los descuidada que fue generando un escándalo en la realeza británica,  después de todo tenía razón, sin su protección usted es un blanco fácil, y tiene demasiados enemigos acechándola… ¿intentar jugar conmigo no fue muy inteligente o sí?- interrogó Holmes enarcando una ceja.

Adler lo ignoró -¿Solo para rescatarme, de verdad piensa que soy tan ilusa?…a mi no me engaña Sherlock…

-Bu..bueno no solo para rescatarla, pero ese también era uno de los propósitos…-

-Admita que lo que en realidad quería era destruir la célula terrorista, esos hombres estaban organizando un plan para atacar el gobierno de Londres…lo escuché en los breves momentos en los que fui su prisionera, ¿acaso Mycroft te envió? Típico de él…manda al Junior a hacer el trabajo sucio, mientras él se esconde entre las pomposas paredes del gobierno británico.

Eso sería muy sencillo, los problemas que involucran al gobierno jamás son tan simples…replicó sherlock, deje de aburrirme y piense de una vez.

-¿Por qué?- lo increpo ella

-Porque me han dicho que hoy lo inteligente es sexy- insinuó el detective

Irene entrecerró los ojos intentando recordar cual era el componente esencial que le faltaba en su deducción y de pronto su mirada se iluminó- ¡Los planos! -habían pasado por sus ojos unos breves instantes, seguramente el detective al acceder a ellos los había memorizado y almacenado cuidadosamente en su fuente de datos .

Sherlock sonrió, Adler seguía siendo tan perspicaz como siempre…- exacto, vine a robar sus planos o al menos la información que contienen y  los nombres de los involucrados- explicó al fin-esta red está en contacto con una célula terrorista en Londres y las bombas ya han sido ubicadas en puntos clave para provocar la destrucción masiva del gobierno, esta información nos ahorrará mucho tiempo, estaremos varios pasos delante de ellos y…

Adler lo interrumpió, sabía lo que venía a continuación- Lograrán desmantelar la red terrorista por completo, la red que Moriarty ha estado construyendo en Londres durante estos últimos meses.

-Así es, siegue siendo igual de buena, no ha perdido el toque-admitió Sherlock

Y usted no es tan malo…-se miraron por unos instantes, y de pronto irene cambió el rumbo de la conversación -Siempre del lado de los ángeles Sherlock Holmes, debería portarse mal más seguido…-

-¿Por qué? -inquirió él

-Porque es más divertido…más excitante ¿No cree?

-Definitivamente no lo es.

-Eres un aburrido…no sé por qué sigo invitándote a cenar.  

-Tampoco yo…jamás los respondo, es perseverante…oh demasiado obsesiva

- ¿Debería sentirme alagada? - ironizó, pero Sherlock no respondió.

-¿Hacia dónde nos dirigimos? Preguntó Adler al fin, llevaban caminando casi una hora en la penumbra y aún no llegaban al centro de la ciudad…Sherlock la observó…-yo debo que tomar un avión que sale en una hora de vuelta a Londres y usted…necesita urgentemente un hospital-en ese momento Irene comprendió a que se refería, se estaba tambaleando y Sherlock se veía cada vez más borroso, se tocó la cabeza, sus dedos quedaron ensangrentados-

Hay un hospital a solo unas cuadras de aquí dijo con  preocupación rodeándola con los brazos para que no se desplomara, Irene lo observó…siempre había considerado que a Sherlock lo rodeaba un aura poética, artística, no sabía identificar bien que era, pero no parecía ser como el resto de los mortales, tenía algo único…sus ojos se posaron en los de él  y finalmente sonrió, formulando la pregunta que tantas veces había formulado en los mensajes de texto… ¿Vamos a cenar?

Sherlock la miró un brillo de diversión en los ojos - ¿Por qué iría a cenar con usted? -

-Debe tener hambre-

-No tengo…-

-Eso no importa-dijo Adler repitiendo el diálogo que habían tenido una noche lejana en el apartamento de Sherlock frente a la chimenea.

- ¿Por qué iría a cenar si no tengo hambre? -

-Señor Holmes…hubo una pregunta que jamás respondió si este fuera el fin del mundo, y esta nuestra última noche… ¿cenaría conmigo?- dijo esperanzada

Sherlock sonrió, pero no contestó a la insinuación Irene asumió ese silencio como negativa, entonces finalmente lo comprendió, o quizás lo sabía desde hacía mucho tiempo pero solo en ese momento ante el frío de la noche tuvo el valor de admitirlo…por más que lo intentara  Sherlock Holmes jamás sería suyo…quizás nunca llegaría a ser de nadie, una vez intentó jugar con él y terminó perdiendo, enamorada de quizás el único hombre que no se rendiría ante su belleza y sensualidad, el único al que nunca podría tener, se sentía despechada. Incisivamente preguntó - ¿así que los rumores son ciertos? Dijo burlonamente debo darle mis felicitaciones a John Watson…enviaré un ramo de flores rojas a la feliz pareja-

-No entiendo a qué se refiere -

- Usted y Watson…no es obvio…deje de engañarme debe haber alguien que lo haga sentir un hombre señor Holmes, que le revuelva las hormonas…-

-John es mi amigo- intentó defenderse- no creí que fuera tan ilusa para creer lo que dicen los medios amarillistas- dijo Sherlock con tono despectivo

-Se lo tiene muy bien guardado señor Holmes, realmente sabe disimular frente a él, pero he leído el blog de John y déjeme decirle que a veces creo que le gusta más que a mí, lo idealiza…lo cree una especie de superhéroe, un ser humano intachable…un genio-

- John no…bueno, es cierto que él expresa ese pensamiento en cada posible variante del lenguaje, pero…los héroes no existen señorita Adler y si existieran yo no seria uno de ellos- Respondió Sherlock, se habían detenido, Irene estaba sentada sobre un pequeño banco.

Tiene una sola vida Sherlock…deje de tener miedo, atrévase a ser feliz, John es un hombre realmente afortunado, usted lo preferirá por sobre todo y sobre todos-admitió Irene, el detective desvió la mirada- atrévase a “cenar” conmigo o con quien quiera, pero deje de tener miedo de “sentir”- En ese momento Sherlock tuvo la certeza de que Adler no se refería a cenar como una cita para comer, era una metáfora…de algo que aun no lograba entender.

-así que en el fondo la fiera dominatrix es una romántica empedernida- evadió el detective

Irene sonrió -mi señor Holmes, usted no entiende nada acerca del romanticismo, ni del amor-

- Quizás tengo nula experiencia, pero como sabrá conozco el efecto químico de los sentimientos es sorprendentemente simple y a la vez muy destructivo

- Y no ha visto esos efectos en John…no ha percibido sus pupilas dilatadas cuando se miran directo a los ojos o las leves alteraciones de su ritmo cardiaco, yo se que si…pero prefiere ignorarlo, usted señor Holmes es una farsa, me trata con tanta dureza, me rechaza y por si fuera poco me quita toda protección, pero con John…es distinto ¿verdad? John es el primero que ha logrado ver lo bueno en usted, quien de verdad se ha involucrado, el que lo seguirá hasta el fin del mundo si es necesario. Usted…está aterrado porque con John Watson no puede hacer caso omiso a los sentimientos que tanto dice aborrecer. -Sherlock la miraba   más pálido de lo normal no sabia como replicar aquello-

- ¿Cree que si yo hubiese llegado a su vida antes que John me habría preferido a mí? preguntó Adler como si le estuviera reprochando su falta de atención.

-Yo no estoy prefiriendo a nadie-

-Entonces supongo que es por mi trabajo…ser una dominatrix trae una lamentable reputación…- señaló Irene con un brillo extraño en sus ojos

-Al contrario, no es por su trabajo…es por el mío, estoy casado con mi oficio y no tengo tiempo para distracciones amorosas-

Irene sonrió, jamás lograría que sherlock admitiera nada…miró el reloj de su muñeca, - si no se apresura señor Holmes perderá el vuelo, a no ser que eso es lo que desea en el fondo-Sherlock puso los ojos en blanco, Irene jamás cambiaría su forma de referirse a él era una especie de arma de autodefensa para esconder lo herida que estaba por dentro…pero él lo veía todo, notaba sus ojos cansados, hinchados por las lágrimas y esas ojeras marcadas por la falta de sueño, sus sonrisa falsa, su pulso acelerado cada vez que él se acercaba a apoyarla para evitar que cayera, su mirada triste, la dolorosa verdad que la carcomía por dentro tras  sus despectivas frases  hacia John y Sherlock. Caminaron juntos hacia el hospital, Irene sabía que esta sería la despedida, y que quizás no volvería a ver al detective en su vida.

-cómo sobrevivirá a partir de ahora señorita-preguntó de pronto el detective-ya no tiene su móvil con cámara para protegerse-

-Pues…tranquilo Sr. Holmes tengo algunos contactos que me brindarán protección a partir de ahora y después quien sabe…me abriré camino en el mundo nuevamente, quizás adquiera otro móvil con nuevos secretos que sirva a mis propósitos…no tiene por qué preocuparse más por mí, créame no está en mis planes volver a molestarlo -dijo Irene a modo de despedida mientras le devolvía el abrigo.

-Claro que no, con “la mujer” suelta por las calles, son otros quienes deben preocuparse- dijo el detective divertido -como usted misma ha dicho es “perversa” y el mundo es su sala de juegos- El humor del detective cambió radicalmente, se acercó a recibir el abrigo y en un ultimo instante rozó con las yemas de sus dedos la muñeca de Adler quien no pudo evitar abrir los ojos en señal de sorpresa, Sherlock acercó sus labios al oído de la mujer susurrando- tenga cuidado Irene, no dejes que vuelvan a atraparte, no les des la oportunidad- nuevamente las pupilas dilatadas y el pulso acelerado de la mujer delataban sus sentimientos.

Sherlock se colocó el abrigo, subió el cuello de su chaqueta y le regaló una última sonrisa ladina, que fue imitada por Irene, no pasó por alto que era la primera vez que Sherlock la llamaba por su nombre.

Y lo vio alejarse sabiendo que no volvería a verlo, él le había regalado una noche de su vida después de todo, quizás muy en el fondo Irene le importaba. Una parte de ella quiso salir corriendo tras él, retenerlo solo unos instantes más, tentarlo a que se fuera con ella, comenzar de cero. Movió la cabeza, se sentía absurda…nuevamente Sherlock la hacía sentirse patética, ella no era una damisela en peligro y el no era un héroe. Solo eran dos personas con una cualidad en común…su capacidad de deducción, cuyos destinos se habían enlazado y ahora volvían a separarse.

Sherlock subió al avión que lo llevaría de vuelta a Londres, si alguien lo hubiese visto habría pensado que se veía algo triste, su melancólica mirada no pasaba desapercibida. Sin embargo no había nadie. Puso sus manos dentro de los bolsillos del abrigo mientras el avión despegaba, y encontró un papel, era la hoja con la composición de la melodía que había escrito durante el caso de la mujer…la partitura original, creyó que se había perdido durante el desorden que mantenía normalmente en el apartamento-así que todo este tiempo la conservó ella-dijo para sí mismo atrás tenía unas cuantas palabras escritas

“hermosa melodía Sr. Holmes, ¿algo sugerente no cree?, tengo la esperanza de que la haya compuesto en mi honor…me complacería mucho

Salude al doctor Watson de mi parte, dígale que soy una fiel admiradora de su blog, parece que le gustas más que a mí, espero que encuentre la felicidad a su lado…si no, siempre podemos ir a cenar”.

Sherlock se removió incómodo en su asiento, por más que le doliera, por más que se negara a aceptarlo en el fondo sabía que…Irene Adler, “la mujer” …siempre tuvo la razón sobre John Watson, ella había deducido más de lo necesario…

Notas finales:

por favor no olviden dejar sus comentarios, muchas gracias por leer


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