Yuuri Katsuki, se consideraba un joven promedio, un poquito pasado de peso, estudiante de Administración de Empresas a pocos días de titularse, tiene pocos pero buenos amigos, tiene una gran familia, una madre amorosa, un padre que es su orgullo y una hermana que es su vida, junto con su pequeño Yoichi.
Va caminando apurado hacia sus clases de piano, ya va atrasado y posiblemente minako-sensei su profesora de piano lo vuelva a regañar. Yuuri siempre se consideró un chico tranquilo e incluso muy tímido, muy diferente a su hermana Mari una alfa con mucha personalidad y alegría.
Pero una vez que se sentaba a tocar tan magnifico instrumento él se transformaba, la música era parte de él, era pura pasión, jamas toco una canción a tabla raja para él la música debía sentirse con el alma, las experiencias de vida no eran las mismas por ende era imposible que se tocaran de una sola manera y vacío. Sus feromonas cambiaban de olor cada vez que tocaba alguna partitura y sus ojos brillaban más, si eso era posible. Es por esto que Yuuri era considerado un pianista rebelde. Y un dolor de cabeza para su profesora y compañeros.
Casi ya llegaba a su destino cuando vio a su amigo en la entrada del conservatorio.
- -¡¡Yuuri!! Grito mientras feliz lo saludaba con una mano su amigo Pichit.
- -¡hola Pichit! ¿Qué haces aquí deberías estar ensayando?
- -Pues te estoy esperando minako está furiosa, Yuko la está intentando desconcentrar.
- Yuuri puso mala cara. – Pues ahora te regañara a ti.
- -Jaja y cuando eso nos ha detenido eh?
Yuuri se puso a reír mientras entraban a la sala. Era verdad conoció a Pichito en esa escuela el tocaba violín y Yuko viola, eran inseparables, ellos eran los únicos que podían seguir el ritmo de Yuuri al tocar, es por esto que siempre ensayaban y se presentaban o solos o los tres.
- -¿se puede saber de qué te ríes Katsuki?
- -¡oh! Minako-sensei, lo siento
- -Llegas tarde, exijo una explicación
- -Pues es Yoichi, lo siento. Hizo una reverencia.
- -Tsk está bien. Ultima vez, debes ensayar, se viene el concurso y puedes subir de nivel.
- -Oh ya lo sé. Decía mientras saludaba a Yuko y pasaba a sentarse frente al hermoso piano blanco de cola y tocar sin sentido.
- - Ustedes dos largo, también deben prepararse. Les dijo a ambos amigos que solo se sacaban selfies.
Pichit se despidió de Yuuri ya que no lo vería el resto del día, sabía que cuando su amigo se sumergía en la música no volvía en horas. Y asi fue de hecho, Yuuri salio entrada la noche, con una sonrisa de oreja a oreja y sobreexcitado como le encantaba tocar.
Camino a casa, pertenecía a una buena familia, pero era humilde de corazón. Llamo al pequeño niño, para desearles buenas noches.
- -Hola Yoichi, ¿qué tal el colegio?
- - Yuu muy bien. ¿y tú que tal?
- -Muy bien, ¿iras a verme al concurso?
- -¡¡¡claro Yuu, hasta el abuelo ira!!
- -Está bien mi niño, descansa, debes ir a dormir.
- -Buenas noches Yuuri, te quiero.
- -Y yo a ti.
Suspiro, como quería a Yoichi, esa mirada tan pura que tenía detrás de esos profundos ojos verdes, era pequeño, tenía solo 10 años, pelo ligeramente largo color café, delgado. Le recordaba mucho a él, incluso decían que Yoichi era su hijo, o asi se vería un hijo de él. Yuuri no se arrepentía de la decisión que tomo con respecto a Yoi.
Llego a casa, la señora tita lo recibió, Yuuri la saludo de beso en la mejilla, y camino a donde los esperaban.
- -Hola hijo, ¿Cómo te fue?
- -Muy bien mami, creo que me ira bien.
- -Ese es mi muchacho.
- -Aunque estoy nervioso por mi defensa de tesis.
- -Ooh tranquilo, seras el mejor en ambos. Le revolvió los cabellos su hermana.
Luego de cenar Yuuri se fue a dormir en dos días más tendría su defensa de título y cuatro días seria el concurso de piano, quizás si le iba bien podría optar a ir a alguna escuela mejor, tal vez al extranjero. Y con ese pensamiento se quedó dormido, en la calidez de su hogar.