Tengo que contar una historia, y esta historia comienza en una escena de crimen.
España, siglo XVl, en un pequeño pueblo sin nombre, otro asesinado fue encontrado en la mañana. Ésta vez fue el sacerdote de la iglesia, nuestro único canal hacia la salvación de este brutal y desconocido ataque.
Otra persona se ha ido, otra víctima se suma a estos inhumanos eventos. Todos han sido encontrados descuartizados y devorados en partes, dejando la marca de una necesidad desgarradora de carne y sangre que se graba a fuego entre los sobrevivientes.
Los inspectores no descubren nada, el alcalde no sabe qué medidas tomar y los campesinos solo podemos temer y orar a un Dios que parece que nos ha abandonado.
“El enemigo está allá afuera, en el camino”, “¿Vive entre nosotros?”, “¿Regresa en el día?”, es lo que se corre a través de la voz.
Algunos dicen haber visto al culpable. Un ser de casi dos metros, peludo y con rostro de lobo, negro como la noche, pero nunca ha habido un asesinato cuando se ha avistado.
A pesar de todo, para nosotros, la vida continúa… Hay que trabajar para pagar los impuestos, tratar de descansar en la noche y tener la suerte de continuar respirando al día siguiente.
…
Han pasado 3 días desde el último asesinato y aunque todos tenemos miedo, no ha habido nuevas víctimas. En cuanto a mí, otro día, otra barra de hierro al horno de carbón…
Me encontraba martillando una barra de hierro al rojo vivo sobre un yunque cuando alguien se acercó a mi pequeño taller, asomándose por la entrada, la cual estaba sin aberturas y conectaba directamente con el exterior…
-¡Law! –
Law- ¿Qué sucede…Penguin? (Sin dejar de martillar) Estoy ocupado, esto es para mañana… -
Penguin- ¡Es importante! ¡Se están reuniendo todos en la plaza! Parece que sucede algo –
Law- (Suspira y detiene el martilleo) De acuerdo –
Tal y como Penguin había dicho, todos se habían reunido en la plaza y al llegar casi en último lugar no podía ver lo que había delante.
Penguin- Me adentraré entre la multitud (Y desapareció entre ella sin decir más) –
Permanecí detrás de todos, escuchando las conversaciones de la gente a mí alrededor para ver si podía entender lo que sucedía; Sin mucho esfuerzo, sólo llegaba a ver la parte superior de un carruaje y escuchar el relinchar de un par de caballos.
-Dicen que han llegado dos extranjeros-
-¿”Extranjeros”?-
-De eso es lo que se habla-
Law- ¿Mm? (Pensando) ¿En un pueblo que nadie conoce?... –
La curiosidad me venció y comencé a moverme entre la gente para alcanzar una posición más cercana al carruaje. Parecía que todo el pueblo se había reunido, había demasiadas personas. Entonces comencé a escuchar la voz del alcalde, la cual se hacía más clara a medida que me acercaba a él.
Alcalde- Ellos son los mejores cazadores del país, no quería pero debemos recurrir a ellos como una presunta última opción-
Law- (Pensando) ¿”Cazadores”? ¿De qué? –
Alcalde- Ellos son los hermanos Donquixote, el “cazador” Doflamingo y el “hechicero” Rosinante-
Al posicionarme entre los campesinos más cercanos vi a los nombrados. Definitivamente eran extranjeros, altos, esbeltos y con cabellos dorados. El primero mantenía una amplia sonrisa en su rostro, era difícil saber lo que pensaba y las extrañas gafas que portaba no ayudaban al asunto. Pero a quien me generó mayor interés fue el otro, se veía un poco más tímido y algo tenso, tal vez la multitud lo ponía nervioso, pero cuando sus ojos caídos cruzaron con los míos, desvié mirada al instante “¿Qué fue eso?”, pensé.
Rosinante- ¿…? (Se limitó a parpadear un par de veces) –
-¿Un hechicero? –
-¡No queremos brujos aquí! –
-¡Lárguense! –
-¡No son bienvenidos! –
Alcalde- Por favor ¡Cálmense! –
Doflamingo- (Dando un paso al frente) Vaya, han de ser muy orgullosos para no aceptar la ayuda cuando la tienen en frente –
-¡¿Qué dices, extranjero?! –
-¿Qué puedes saber? –
Doflamingo- Más de lo que creen, junto a mi hermano hemos enfrentado a muchos de lo que los está asechando, ciertamente han de saber igual que yo de lo peligroso que puede ser… Un Licántropo –
-¿Licántropo? –
¿De qué habla? –
Doflamingo- (Hacía ademanes con una mano) Ya saben, seres Humanos que se trasforman en bestias sedientas de muerte -
Rosinante- Maestros del escondite, no dejan huellas y siempre se mueven solos, claramente es un Hombre Lobo (Todos se sorprenden) –
Law- Éstos tipos… -
-¡Esas cosas no pueden existir! –
Doflamingo- Ohh~~ Fuffufu, claro que existen… Es más, el responsable ha de estar entre nosotros–
La multitud comenzó a hablar entre ella y el de la sonrisa la ladeó con regocijo, parecía disfrutar del miedo y la inseguridad de quienes tenía en frente. El otro, en cambio, parecía más inseguro pero no de la situación, sino de sí mismo, claramente se abrazaba debajo de la túnica que traía puesta.
Doflamingo- Los pueblos como éste son tan susceptibles al ataque de un Licántropo como un polluelo abandonado de ser devorado por algún predador. Puede vivir tranquilamente alimentándose de ustedes cada tanto y nunca lo notarían… Seguramente les habrá devorado algo del ganado –
-¡Sí! A veces suelen aparecer animales devorados –
-Pero creímos que era algún animal –
Doflamingo- Pues ahora ese ser ha probado la carne humana y por lo que me han informado, creo que debió gustarle y pienso que ha sido su primera vez, ya que tantas muertes sucesivas me dicen que aún no sabe controlar la adicción que le provoca esa carne –
Éste hombre sabía de lo que hablaba, sus palabras estaban llenas de conocimiento, eso es lo que nos hizo creer sin siquiera conocerlo.
Rosinante- Hemos ido a muchos lugares como éste, apenas saben lo que sucede en el “mundo exterior”, los Licántropos son tan comunes allá como lo es la magia, no así menos peligrosos –
-¡La magia no existe! –
-¡Ofendes a nuestro Dios con lo que dices! –
Doflamingo- (Levantó un brazo, como si cubriera a su hermano al colocarlo delante de él) Al parecer su Dios no ha hecho demasiado por ustedes, por favor, no juzguen negativamente lo que desconocen… Rosinante es un hábil hechicero y se especializa en la curación y la protección, hemos sobrevivido gracias a sus habilidades –
Alcalde- ¡Debemos aceptar su ayuda! –
-¡De seguro han de cobrar una fortuna! –
Doflamingo- Fufuffufu~ De hecho el servicio no es económico –
-¡No podemos! –
-¡Son sólo charlatanes! –
Rosinante- Quieran o no nuestra ayuda ya hemos venido hasta aquí. Nos quedaremos hasta la próxima luna llena que será dentro de 7 días –
Doflamingo- Durante la luna llena esas bestias se descontrolan, deberían tapiar bien sus puertas y ventanas~ -
Law- … -
Alcalde- Entonces, tomaremos una decisión después de esa noche… No puedo decidir por mi cuenta si el pueblo entero está en contra –
Doflamingo- Como quieran (La gente comenzó a dispersarse) Agradecería que nos dijera dónde podemos hospedarnos… Vivir en el carruaje por una semana no me es una idea agradable –
Alcalde- Sólo puedo ofrecerles la casa de una de las víctimas… No murió allí pero tal vez no les guste –
Doflamingo- La aceptamos –
Rosinante- Muchas gracias –
Los hermanos siguieron al alcalde quien los guiaría hacia el lugar donde vivirían, como mínimo, la siguiente semana. Yo me quedé parado entre la multitud, observando al hechicero, algo en él me atraía, era muy bello y puro, o al menos esa era la impresión que daba, también se veía joven, aunque seguramente era mayor que yo. Él no se volteó, siguió a su hermano. Quería ver una vez más su rostro pero al no tener esa oportunidad decidí volver al trabajo…
…
Atardecía y había terminado el trabajo y adelantado algunos pendientes. Guardaba las herramientas luego de apagar el horno de carbón cuando escuché un fuerte ruido afuera y un quejido. Me asusté y voltee, alguien se había caído. Rápidamente me acerqué a socorrerlo y grande fue mi sorpresa al ver que era uno de los extranjeros, Rosinante…
Rosinante- Lamento molestarte (Dijo entre risas) –
Law- No es nada –
Lo ayudé a levantarse “¿Cómo es que se tropezó sin haber nada en el camino que provocara su caída?”…
Rosinante- (Limpiando el polvo de su túnica) Soy bastante torpe –
Law- ¿…? (Pensando) ¿Sólo por eso te has caído? -
Rosinante- Eres muy amable (Rascaba su nuca y sonreía nervioso) Todos me ha estado evitando durante mi paseo por el pueblo, no sé si es rechazo o miedo –
Law- Tal vez sea ambas, debido a la… Magia –
Rosinante- Tú no pareces estar como ellos –
Law- (Desvía la mirada) Sé de la magia, llegué aquí hace poco así que no nací en éste lugar aislado… Además… Pareces buena persona, eso me da… Seguridad –
Rosinante- (Se sonrojó levemente) Oh, (Sonrió con amargura) Para nada… Con mi hermano hemos matado a muchos –
Law- ¿Hombres lobo? (El rubio asienta con la cabeza) Pero salvaron otros tantos ¿O no? –
Rosinante- Sí… -
Law- Entonces se quedarán… -
Rosinante- En parte nos conviene… Necesitamos ese dinero… -
Law- ¿Necesitan? –
Rosinante- Bueno, ya sabes (Se puso nervioso) Así nos ganamos la vida –
Law- … -
Rosinante- Ha de parecerte cruel –
Law- No hay nada que no lo sea… (Se encoge de hombros) Cada uno vive como puede –
Rosinante- ¡…! (Agarra las manos de Law) –
Law- O-Oye –
Rosinante- Estás herido (Veía sus manos con algunos cortes y quemaduras) –
Law- (Tratando de disimular su incomodidad) Es normal lastimarme con mi oficio… -
Rosinante- (Sin soltarle las manos y viendo al interior del taller) Oh, ya veo, eres un herrero –
Law- S-Sí –
Rosinante- ¿Trabajas la plata? –
Law- S-Sí –
Rosinante- ¿Podría traerte una daga para reparar? Mi hermano la rompió en nuestro último encuentro con un Licántropo –
Law- … Claro pero… ¿Puedes soltarme? –
Rosinante- ¡Ah! (Se sonroja) Lo siento (Lo suelta) No me di cuenta –
Law- Tienes unas manos muy suaves… (El rubio se sonroja aún más) O será que las mías son demasiado ásperas… –
Rosinante- ¿Puedo curarte las heridas? –
Law- ¿Eh? –
Rosinante- (Le sonríe tiernamente) Por haberte preocupado por mí al caer –
Law- (Entró al taller dándole la espalda) No gracias, no necesitas sentirte en deuda –
Rosinante- Uh… Pero… -
Law- Si quieres traerme la daga, puedes hacerlo mañana… -
Rosinante- … Lo haré, ten cuidado… -
Fue lo último que escuché de él esa noche, se marchó sin decir más, en parte lo agradecí, ese hombre generaba en mí lo que ningún otro, ya me era difícil disimularlo. Era muy apuesto pero había algo más, o eso quería pensar, ya que nunca imaginé que existiría una persona tan honesta… En nuestra conversación, claramente noté que no se sentía cómodo con lo que hacía, aunque por lo que Shachi y Penguin me habían contado horas antes, el verdadero cazador era su hermano, Doflamingo, él se encargaba de combatir mientras Rosinante utilizaba su magia para curarlo y protegerlo, al parecer, sólo podía usar sus hechizos en una persona a la vez, lo que los volvía un par peligroso. Pero Rosinante dijo que necesitaban del dinero, y sonaba convencido de ello, me pregunté para qué durante un par de minutos, pero nada convincente vino a mi cabeza.
Esa noche, se oyó un aullido y una nueva víctima fue encontrada a la mañana siguiente, esta vez, cerca de la casa donde los hermanos habían pasado la noche…
CONTINUARÁ...