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My heroe por almagazette

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Notas del fanfic:

Tiene mucho que no publico aquí y sinceramente estaba aterrada. Una vez que la emoción de haber escrito se pierde, siento que cada cosa que escribí no tiene sentido o es aburrido. Intento superar eso, por ello, publico este pequeño one shot que escribí queriendo ejercitarme.

Estaré publicando más fanfics si me va bien.

 

¡Espero les guste!

Notas del capitulo:

Es pequeñito, pero espero lo puedan disfrutar.

Una lágrima caía por su dulce mejilla. Tenía mucho que no sentía tantos deseos de llorar como en esa ocasión. Era un llorón, él siempre se lo había dicho, pero era justo en esos momentos que recordar ese insulto de su boca le parecía muy doloroso. 

Siempre fue su héroe, lo admiraba desde que tenía memoria. Solo se llevaban un año, pero Riku le parecía el más grande, más alto y más fuerte de la isla. La relación entre ellos fue muy sencilla de formarse. Sora era sensible e ingenuo, Riku era fuerte y protector. La primera vez que Sora se encontró con los ojos verdes del chico peliplateado, sintió una fuerza que lo atrajo instantáneamente. Riku pronunció esas inocentes palabras, una promesa, y bastó para que Sora le creyera como su salvador. 

“Voy a protegerte, Sora” 

¿En qué momento las cosas cambiaron? Estaba juntos todo el tiempo, eran inseparables, todos en el pueblo lo sabían. Donde fuera Riku, detrás de él estaba Sora. Aunque se burlaran, le llamaran sombra de Riku, o simplemente buscaran molestarlo para hacerlo llorar, Sora sabía que Riku siempre le protegería, lo abrazaría hasta que el llanto cesara y le diría que no haga caso de eso porque siempre estaría a su lado. Sus palabras calmaban su corazón. Ingenuamente pensó, creyó ciegamente, que eso perduraría por siempre. Fue hastaKairi apareció. 

No, no estaba culpándola, pero haciendo memoria, fue a partir que ella comenzó a integrarse en el dúo, volviéndose un equipo de 3 a donde fueran, que las cosas cambiaron. Riku se dedicaba a molestarlo, era como si deseara dejar mal a Sora frente a la chica, que solo reía por las discusiones tontas entre ellos. Ante esos ataques, Sora se volvió demasiado competitivo. Quería demostrar que las palabras de Riku no eran ciertas, no era un niño llorón que dependiera de él. Podría proteger a Kairi si se lo proponía. 

Claro, eso fue, ese deseo de demostrarle a Riku que podría proteger a alguien, ese alguien tenia cara y nombre, pero realmente no era a quien quería tener a su lado. Kairi era su mejor amiga y la quería mucho, estaba dispuesto a enfrentarse a quien sea que la lastimara, perolo confundió todo. “Me gusta Kairi”, se dijo un día así mismo y con ello se engañó, haciéndose creer que sus acciones eran para impresionarla, cuando en realidad, el objetivo era tener la atención de Riku. 

Kairilo disfrutó. Ella era feliz estando con los dos, pero ellos se empeñaban en que eligiera a uno. De eso se trataba la competencia ¿o no? 

“Toma, para que lo comas con Kairi”. Esas palabras dejaron completamente confundido a Sora. Riku estaba admitiendo que había perdido o que ya no le interesaba competir por Kairi. Estaba dispuesto a cederle el cariño de la chica, sin explicarle los motivos. Le había regalado una pequeña sonrisa que le pareció sincera y, al mismo tiempo, triste. Algo pasó en el interior de Sora que le confundió más. Se marchó de ahí con la fruta en la mano y el corazón hecho pedazos. Debía estar feliz, le había ganado por primera vez a Riku en una competencia, y sin embargo se sentía peor que cuando perdía. Porque precisamente en ese momento había perdido algo: La esperanza. 

No le dio vueltas, no quiso analizar por qué se sentía tan decepcionado. Fingió que todo estaba bien porque Riku hacía lo mismo. Las competencias se acabaron y lo único que los motivaba era terminar pronto la balsa para salir de esa isla. Sora esperaba que, saliendo de ahí, las cosas mejorarían. Los días le tirarían esas ilusiones a la basura y le traería de golpe la realidad que nunca había querido reconocer.  

El día que ocurrió la tragedia, Sora vio como esas ilusiones se hundieron en la oscuridad. No podía proteger a nadie, no pudo evitar que el desastre ocurriera. Los perdió a los dos aunque había intentado de todo para alcanzarles. Había corrido con todas sus fuerzas para tomar esa mano que Riku le extendía. No pudo llegar antes de que ambos fueran tragados por la oscuridad. 

No tuvo tiempo para pensar. La vida fue poniéndole las armas y el camino, él solo debía juntar el valor para ir en busca de ellos aunque no tuviera ni una pista para comenzar. Ni siqiuiera una que le asegurara que estaban vivos. Lo único de lo que pudo aferrarse fue de esa corazonada. Volvió a creer.  

Se esforzó mucho, pasó por peleas, problemas y acertijos. Conoció gente que se contagió de su esperanza y le ofrecieron ayuda para poder lograr su deseo. Cada día que pasaba encontraban más pistas de su paradero, pero las cosas indicaban que Riku estaba ayudando a las fuerzas del mal. No quería creerlo. Estaba seguro de que Riku estaba siendo manipulado, que estaba confundido. Su héroe no podría estar ayudando a los malos, no podría estar deseando que todo se sumiera en la oscuridad, él no debería querer la destrucción de los mundos existentes. Debía haber un error en la ecuación. Porque Riku no era así, él lo conocía desde niños. 

¿Cualquiera puede tener errores, no? Cualquiera puede tener debilidades que lo confundan. Cualquiera puede dejarse llevar por esas inseguridades y hacer cosas que están mal. Todos tenemos miedos y Riku era un ser humano. Aunque todo ese tiempo fue su héroe, Sora siempre estuvo consciente de que Riku se guardaba todos esos pensamientos oscuros. No fue capaz de decírselo hasta que todo se salió de control. Y, sin embargo, Rikuhizo un sacrificio para remendar su error y poder cumplir esa promesa infantil. 

Hubiera querido poder hablar con él. Cuando la puerta del KingdomHeartsse cerró, tuvo deseos de que el tiempo se detuviera o retrocediera para poder volver a verlo. Todo pasó tan rápido y, como siempre, no le había permitido meditar sobre lo que sucedió. Solo pudo hacerle esa promesa a Kairi, estaba convencido en traer aRiku de vuelta, sería capaz de buscarlo por debajo de cada piedra, aunque para ello se le pasara la vida. 

Otra lágrima, en realidad, caían una tras de otra humedeciendo las dos mejillas. Comparó la angustia que tuvo cuando se sintió solo, cuando por un instante se dio cuenta que había perdido a sus dos amigos. Lo comparó con el dolor de ahora, donde solo uno de ellos permanecía lejos. Porque Kairi estaba a salvo ¿no? Ella estaba de nuevoen la isla esperando por ellos, fuera de cualquier peligro.  

Debía ser sincero consigo mismo, Kairi era su mejor amiga y por eso le dolía cuando la perdió. Pero ahora, aún sabiendo que Riku estaba bien, le dolía no poder estar con él. Estaba seguro que Riku no se había perdonado lo que hizo. Pero lo extrañaba, quería decirle que todo quedaba en el olvido. 

“Te perdono. Fue difícil, sí. La pasé mal, eso es cierto. Pero eres tú, vale más la parte buena de Riku, esos recuerdos que compartimos, tu apoyo y amistad. Me haces mucha falta. Quisiera tenerte a mi lado. Lo siento si se oye raro, pero no puedo seguir sin ti. Lucharé contra todo hasta encontrarte.” 

Riku. Siempre había sido él. Todo ese tiempo era él quien ocupaba un lugar privilegiado. Era a quien más necesitaba, a quien más extrañaba y a quien más quería ver. Fue Riku todo ese tiempo, no se dio cuenta por ser siempre un tonto. Quería gritárselo, pedirle que no se aleje de él nuevamente. 

-Riku ¿dónde estas? -la voz se le quebró. Secó las lagrimas con ambas manos en un movimiento rápido y brusco. El cielo oscuro le recordaba tanto a las noches que pasó junto a él, tirado sobre la arena, teniendo el mar mojando sus pies, observando el cielo estrellado con los cabellos revueltos y la luz de la luna ilumimando su cara. Voltear y verlo ahí, tirado a su lado, es un recuerdo hermoso que podía ser doloroso en esos momentos, mas cuando aquel Riku pequeño le devolvía la sonrisa. 

-Sora… -Donald se habia acercado con sigilo, su voz delataba que no había querido interrumpir ese momento. 

-Donald… -terminó de secarse la cara lo mejor que pudo- ¿Ya tenemos que irnos? 

-Sora, encontraremos al Rey Mickey y a Riku. No estés triste.  

-No te preocupes, Donald. Sé que lo haremos. Después de todo somos los mejores súbditos del Rey ¿no? No solo encontraremos al Rey Mickey y Riku, también derrotaremos a todos los heartless o nameless que se nos crucen en el camino.  

-¡Así es! -Goofy se atrevió a acercarse luego de escuchar al chico con más entusiasmo. 

-Bien. Ya descansamos un poco. ¡Continuemos! 

No había tiempo para deprimirse. Debía encontrar pronto a Riku, el corazón se lo pedía a gritos, y estaba aprendiendo a seguir lo que le pide su corazón. Si éste le pide estar con Riku, así será. Se convertirá en su héroe si es necesario.

Notas finales:

Les agradecería si me dejaran un pequeño comentario :)

 

Para las pocas personitas que me conocen por aquí o se han encontrado un fanfic mío, una disculpa por no haber aparecido en tanto tiempo. Prometo publicar más en estos días, porque lo cierto es que mis ganas de escribir han vuelto y tengo varias ideas a las que le estoy dando forma.

 

¡Saludos!


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