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Ciel, el recluso. por Streacxxie

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Notas del fanfic:

 
Ah! Esto es lo primero que escribo en mucho tiempo y para ser honesta es la primera vez que plasmo lo que yo siento en una de mis historias.  En este caso he tratado de que mi odio sea canalizado en algo bueno, aunque para ser honesta dudo que sea algo bueno puesto que no me siento en condiciones de nada, más que todo anímicamente. 
Mi hija ha fallecido hace 3 semanas y yo siento que mi mundo se derrumbó por completo.
Pero buuuueeeenooooo, no estamos aquí para ver como lloro y me deprimo, pasemos al texto que es lo importante aquí. 

Notas del capitulo:  
Disclaimer: Los personajes pertenecen a su autora Yana Toboso, por mi parte yo solo los tomo a préstamo para hacerles pasar el rato esperando que sea uno bueno. 
Ahora sin más les dejo leer.
 

 

Esta no es una historia normal con un final feliz, esta es la historia de como perdí mi libertad y me convertí en "Ciel, el recluso"
...
-...Por lo tanto este consejo eclesiástico condena al joven Ciel a permanecer entre los muros de este monasterio hasta el día en que Dios nuestro señor lo llame ante su presencia.-
-¿Que?- pregunta el pequeño confundido. 
-¡Niño tonto!  Sea tan amable de prestar atención. -habla serio el presidente del consejo un adulto mayor. -Repetiré su sentencia una vez más en términos más simples. Este consejo eclesiástico lo condena a permanecer entre los muros de este monasterio hasta el dia de su muerte, todo esto habrá de llevarlo a cabo en calidad de prisionero.-
-¡No! Por favor hermano Tanaka. Sé que puedo reparar mi falta, pero por favor no me encierre. - habla el pequeño angustiado. 
-Ciel.  Ante los ojos de Dios haz cometido una falta tan grave que no merece la pena ser mencionada, por lo tanto no estas en posición de replicar nada en este momento. Hermano Grey, haga  favor  de encargarse de llevar a Ciel  a la mazmorra. -
-¡No! Por piedad se los ruego,  no lo hagan,  se que puedo cambiar... solo déjenme demostrarlo.-
-Suficiente niño,  el hermano Tanaka y el consejo han hablado y no hay forma de volver atrás.- responde burlón Grey jalando a Ciel por un brazo hacia las mazmorras donde sin duda alguna el pequeño perdería su libertad de por vida. Aunque... No necesariamente del modo en que se piensa...
 

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Han pasado casi dos años desde que el joven monje Ciel se encuentra recluido en las mazmorras del monasterio y por más fuerte que el pequeño trate de hacerse el tiempo encerrado sin contacto humano ha comenzado a hacer estragos en su cuerpo y su mente...
-Vamos... vamos chicos... hoy es el día. - hablaba con un par de pequeñas rocas. -Hoy es el día,  hoy Dios nos va a liberar de este lugar y nos va a llevar a su reino.- toma una de las rocas, la que tenia la apariencia más afilada y comienza a tallarla en su muñeca buscando rasgarse. 
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-Los planes de Dios son perfectos Ciel. No tenías porque lastimarte de ese modo cortando tus venas.  Viéndolo por el lado bueno tu reciente brote de demencia ha hecho que los hermanos del consejo acepten recibirte en una nueva audiencia la cuál sera hoy mismo en un par de horas.- habla Grey que a pesar del tiempo no pierde su toque de burla hostil contra Ciel. -Te he traido agua, asegúrate de limpiarte bien, no creo que quieras que los hermanos te reciban sucio e impuro.- desliza el agua con asco por entre los barrotes. -Tienes 5 minutos.
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-Hermano Ciel, cuánto tiempo sin verlo.- saluda jovial Tanaka. -Esta tarde para su audiencia nos acompañan el hermano Ash Landers, el hermano Spears y el Hermano Agni que viene desde tierras muy lejanas, esperó que ellos sean de su agrado y usted nos presente algo que nos haga reconsiderar su sentencia. -

 

-La tengo hermanos,  puedo asegurarles que es así. - responde alegre levantando los brazos dejando que por accidente el consejo vea las vendas que cubren sus heridas. 
-Joven hermano Ciel, ¿a caso no sabe que su cuerpo es sagrado? - pregunta Landers al ver las lesiones. 
-No, no lo sabe. El niño no tiene idea de que su cuerpo es sagrado y no debe lastimarlo o profanarlo de ninguna manera, por eso es que el esta aquí. - interrumpe Grey con la intención de avergonzar a Ciel ante el consejo.
-Hermano Grey, le agradeceriamos que guarde silencio y nos permita solo escuchar al joven Ciel ya que el asunto solo le incumbe a él.- dice Landers con reproche.
-Si hermano, lo lamento. - apenado se aleja un poco dejando a Ciel solo.
-Hermano Phantomhive, este consejo ha decidido recibirle una vez más debido a que Dios nuestro señor le ha salvado de cometer el mayor pecado. En caso de que  no lo sepa el suicidio es el único pecado que Dios no perdona. - dice serio Spears. 
-Entonces hermano Ciel, por favor hablé,  hágalo de forma clara, no para nosotros si no para el todo poderoso y que este perdone sus pecados con su infinita misericordia. - dice Agni con una calida sonrisa reconfortando al pequeño. 
-Primero me gustaría aclarar que nada de lo que paso fue con intención, al menos de mi parte.-
-Lo sabemos hermano Ciel, en este mundo hay gente mala.- responde Landers tranquilo. -Ahora por favor prosigue. -

-Durante el tiempo que he permanecido cautivo en la mazmorra he experimentado un acercamiento a mi señor que solo se podría soñar,  en ese tiempo el me ha brindado la respuesta ha todo. Dios todo poderoso me ha iluminado en un sueño. -
-Joven Ciel, le recuerdo que utilizar el nombre de Dios en vano va en contra de los mandamientos. Ahora por favor prosiga y hablenos acerca de su sueño. - habla Landers serio.
-Un libro, haré un libro en el que se encuentre todo el conocimiento del mundo.-
-¿Un libro así?  Es inposible para un humano el poder escribirlo.-
-No para alguien con fe hermano. Con el poder de Dios todo es posible.-
-Hermano Grey, queda a cargo del joven Ciel mientras nosotros debatimos, salgan de la sala un momento.-
-En seguida hermanos.- toma de un brazo a Ciel y lo saca del recinto hacia uno de los patios del monasterio.
-Que lindo día.  Hace mucho que no sentia el aire fresco o la luz del sol. Es maravilloso.-
-Aprovechalo mocoso, porque tal vez sea el último dia que verás. -
-¿De verdad cree que mi sentencia no sea revocada?-
-Yo no soy quien para decir nada mocoso,  pero siempre se tiene que pensar en todas las posibilidades.-
 
-Pueden pasar ya hermanos.- se asoma Agni al cabo de unos minutos.
-Ya oiste mocoso,  vamos.- habla Grey antes de jalar a Ciel de vuelta a donde el consejo.
-Hermano Ciel, después de discutirlo con el consejo durante un largo tiempo hemos decidido aceptar su propuesta,  ¿Cuánto tiempo necesita para llevar a cabo tal obra literaria? -



-¿Un año tal vez? - pregunta Spears. 
-Eso... Yo... una sola ...-
-¿Una década? - pregunta Grey burlón. 
-Una sola noche.- responde sin pensarlo después de que el otro hiriera su orgullo. 
-¿Una noche?- preguntan incrédulos los miembros del consejo. 
-¿Realmente esta seguro hermano Ciel?-pregunta Landers. 
-Si hermano,  estoy más que seguro de ello. Con Dios en mi corazón no hay imposibles.-
-Entonces Ciel, ¿Que es lo que deseas a cambio de culminar tal obra en dicha cantidad de tiempo? -
-Yo deseo mi libertad para poder seguir con mi preparación como misionero para llevar la palabra del señor a cada rincón del mundo en el que el me permita llegar. -
-Muy bien joven Ciel. Ahora le pido que vuelva a salir del recinto en compañia del hermano Grey mientras este consejo discute nuevamente.- habla Landers.
-En seguida. - responde Grey saliendo de nueva cuenta con el pequeño. 
 ...
-Gracias por esperar.- habla Landers serio. -Tenemos noticias que podrían ser concideradas buenas.- sonrie. -Hermano Ciel, este consejo eclesiástico ha decidido aceptar tu propuesta.  En la mañana recibiremos tu texto y si lo prometido esta en orden tu libertad será devuelta.-
-¿De verdad? - pregunta más que emocionado. 
-Sin embargo si el texto no esta listo también habra una consecuencia.-
-¿Y cuál sería esa consecuencia? - pregunta nervioso.
-Si el texto no esta listo al amanecer tu sentencia será adelantada. Serás ejecutado al medio dia.-
-¿ehhh? - balbucea en shock. 


-Lo ya dicho Ciel.- sonríe Tanaka.  -Ahora te aconsejó que vuelvas a tu  lugar para trabajar pequeño,  el tiempo apremia. Hermano Grey, le pido que lleve al pequeño todo lo que necesite para su trabajo.-
-Si hermano Tanaka. - responde inusualmente alegre pues él en el fondo sabe que Ciel no logrará su propósito...
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Tras varias horas de intenso trabajo se ve a Ciel sonriente ante su trabajo... A decir verdad no, de hecho el joven monje se encuentra completamente histerico rezando por un milagro pues apenas ha terminado de copiar 3 libros de la Biblia para su obra, eso sin mencionar que entre sus bruscos movimientos termino por derramar la tinta sobre al menos 5 hojas de su fabuloso trabajo. 
-Dios... Buda ... Athena... Quien sea... Necesito un milagro o voy a morir.- hablaba entre lágrimas el pequeño pues en menos de dos horas el amanecer llegaría y con el su condena a muerte. 
-Luces afligido monje, casi como un condenado a muerte.- se oye una voz dentro de la celda.
-¿Quien es?- pregunta el pequeño a la nada observando a su alrededor en busca de la voz.
-Tu salvación cariño.- responde una pequeña figura que se cuela entre los barrotes. 
-¿Una rata con armadura? - pregunta sorprendido al ver a la pequeña figura frente a el.
-Armadillo dulzura,  tengo la forma de un armadillo.- responde la criatura. 
-¿Y entonces... Un armadillo se ha aparecido en una mazmorra para salvarme de esto?-

 

-Ah! Pequeño monje, llevas ya mucho rato rogando por ayuda a un puñado de deidades que prefieren no escucharte. A decir verdad tus lamentos y lloriqueos han llegado a conmover mi casi inexistente corazón.- camina hacia el pequeño y acaricia su rostro con una de sus patitas. -He venido en tu ayuda.-
-Dios te ha enviado? - pregunta incrédulo.
-Para nada, hace siglos que yo trabajo por mi cuenta,  por y para mí. Además yo vengo de allá. - señala el piso.
-¿Del infierno? - pregunta observando el suelo con asombro.
-Así es pequeñín.  Entre tus lamentos clamaste por ayuda de quién fuera que estuviera dispuesto a brindartela y bueno,  heme aquí. -
-¿Y como haras para ayudarme? ¿Vas a retrasar el amanecer?-
-No precisamente,  verás,  si bien yo no tengo el poder para hacer tal cosa si lo tengo para escribir tu libro en una sola noche... Claro que mi trabajo tiene un precio. - dice el armadillo antes de subirse a la silla donde se encontraba trabajando Ciel antes de su aparición.  -Y por lo visto habra mucho trabajo que hacer puesto que esta basura no se puede utilizar. Cariño,  seré honesto,  si de mi dependiera al ver esta horrible escritura ya estarías colgado allá afuera.-
-Puedo escribir bien... Claro que no cuando muero de nervios porque si no termino mi trabajo al amanecer me van a colgar, lapidar o yo que se.-
-Shhh! No quiero detalles... O no ahora.  Además ya te lo he dicho, yo seré tu salvación.... Claro,  si puedes pagar el precio adecuado. -


-¿Un precio?  Pero yo soy un monje huerfano, por ello no tengo dinero o alguna posesión que ofrecerte a cambio.- comenta con  desilusión al ver como su oportunidad de vivir se desvanece ante sus ojos.
-Ah! Nada de eso niño,  verás, para un ser como yo no sirve de nada un pago de ese tipo. Sin embargo tienes algo que solo tu me puedes brindar.-
-Si eres del infierno supongo que querrás mi alma a cambio. -
-Usualmente eso es lo que pediría a cambio,  sin embargo esta vez requiero de otra cosa.  Yo terminaré tu libro, a cambio de eso tu pondras una imagen mia en él. -
-¿Tú escribir? Perdona mi escepticismo,  pero dudo que un armadillo tenga la capacidad para escribir. -
-¡Niño idiota! - grita levemente alterado el armadillo. -Para un demonio nada es imposible...
-Pero hace nada dijiste que no podías retrasar el amanecer. -
-Suficiente mocoso,  me largo. - responde el armadillo bajando de la silla dispuesto a escabullirse entre los barrotes tal como llego.
-Lo lamento... Por favor no te vayas.- responde posando una mano sobre lo que deberían ser los hombros de la criatura. -¿Como piensas escribir el libro?-
-Yo puedo tomar una forma que me permita escribir el libro,  tan solo debes aceptar el trato.-
-¿Tan solo a cambio de poner tu imagen en el libro?-
-Así es, por ahora solo te pido eso, una vez hecho el trabajo discutiremos los demás terminos de nuestro trato.  ¿Aceptas?- estira su pata para cerrar el trato. 
-Acepto.- estrecha la pata que le ofrecia el armadillo.
 


-Solo espero que en vedad puedas terminar en menos de dos horas, si no moriré y nadie pondrá tu imagen en el libro.-
-Lo haré,  así que menos plática y más trabajo.- tras decir eso una bruma negra acompañada de plumas rodea al armadillo durante algunos segundos. 
Al desaparecer la nube se revela a un atractivo hombre de azabache cabellera que viste ropas elegantes hechas de la piel del armadillo,  sin embargo lo que mas resalta es aquella capa carmesí como sus ojos de una tela más bella y fina que la seda.
-¡Dios!- exclama encantado al ver la figura delante suyo. 
-No querido, Dios no, yo soy el demonio.- sonríe burlón ante la reacción del pequeño. -¿Te parece agradable esta forma como para que me ponga a escribir? -
-Si es perfecta.- responde encantado. -No perdón... Ah! Como sea. ¿Que haré yo?-
-Tú... Tan solo dedícate a dormir,  yo me encargare de todo.- de la nada gracias a su poder aparece todo lo necesario para el estudio de un escritor.
-No puedo hacer eso. ¿Quién pondrá tu imagen en el libro? No puedo solo dormir y ya.-
-Ya te he dicho que yo me encargo de todo.- responde tranquilamente sentándose frente al escritorio.
-¿Seguro? -
-Bastante y si vuelves a hablar me voy.-
-Lo siento.- responde apenado echándose en el piso para caer dormido luego de unos minutos. 
Por su parte el demonio luego de un rato escribiendo voltea a ver al pequeño monje durmiendo en el frio y duro suelo haciéndole sentir lástima,  por lo cual se levanta de su lugar para cubrir al niño con su capa. 


-Solo es para que no me moleste.- repite una y otra vez en su cabeza antes de volver a su trabajo. 
 
 
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-... erta... Despierta niño, ya esta amaneciendo.-
Lentamente los ojos del pequeño se abren al escuchar como es llamado por la voz del demonio. Al notar eso de inmediato se sienta y lo observa tan pulcro y arreglado como hace un par de horas cuando lo conoció. 
-El libro terminado esta en el escritorio. Supongo que con eso deberá bastar.- comenta el demonio ignorando la tierna apariencia del pequeño recien despertado.
-Vaya, realmente es enorme, no quiero imaginarme el peso, seguro es mucho mayor que el mio.-
-No es tan grande,  solo son 92 cm de largo, 50.5 de ancho y 22 de grosor. Una pequeñes cualquiera... Aunque lo del peso no te lo discuto, estas todo delgaducho.-
-Eso sin duda será un problema,  con mi tamaño será prácticamente imposible moverlo.-
-Los demás monjes podrán ayudarte. Después de todo el autor de tan magnánima obra debe estar muerto de cansancio.- comenta con ironía. 
-Gracias por eso... Por todo en realidad,  con este libro has salvado mi vida.- se levanta del piso envuelto en la capa.  -¿Que hay de tu imagen? - pregunta observando el libro tanteandolo con una mano.
-Esta alguna de las últimas paginas.- abre el libro para el pequeño. -Allí. -
-Vaya, que trabajo tan perfecto aunque... Es un armadillo... Uno muy bien vestido...- comenta con un ligero toque de decepción. 


-¿Hubieras preferido que utilizará mi forma humana? - pregunta en un susurro cerca del oido del monje. 
-Ah! N-no lo sé. - responde nervioso ante la cercania del demonio. 
-Vamos querido,  no pasa nada. Dime una cosa, ¿te agrada mi capa?-
-Es fabulosa. - dice tallando su mejilla contra la tela. -Si pudiera dormiria de por vida en ella.-
-Entonces conservala. Vendré por ella cuando regrese para discutir los términos de nuestro trato. -
-¿Tan seguro estás de que con el libro van a perdonarme y revocar mi sentencia,  tanto como para dejarme tu capa?-
-¿Que dices mocoso? Estoy más que...
-Ciel, me llamo Ciel.- comenta con una sonrisa observando el libro. 
-Entonces lo harán Ciel, ellos van a perdonarte.-
-¿Como estas tan seguro? -
-Muy simple, mi imagen en el libro no es una casualidad. Ah! No importa, cuando venga de nuevo sabrás el resto. Ahora me voy porque viene ya tu cuidador y francamente no me parece toparme hoy con más gente.-
-Espera! ¿Podría saber tu nombre? -
-Ah! Deberías saber que jamás le digo mi nombre a nadie.-
-¿Ni siquiera a mí? -pregunta con un toque de inocencia.
-Sebastián... En el mundo de los humanos me llaman Sebastián. - dice antes de volver a su forma de armadillo y escabullirse por los barrotes de la celda. 
-Hasta pronto Sebastián...- sonríe observando el lugar donde estuvo aquel demonio mientras vuelve a sentarse en el piso.
-Buenos días Ciel.-saludan un par de miembros del consejo mientras Grey abre la reja de la celda. 


-Buenos días hermanos. - saluda el pequeño monje poniéndose de pie.
-Ciel, ¿Como va tu trabajo? - pregunta Agni.
-Esta listo hermano, tal como lo he prometido. - señala el libro. 
-Yo ya te hacia preparandote para morir.- comenta Grey con un tono de decepción. 
-¿De verdad ha escrito todo?- pregunta Spears observando el libro junto con Landers. 
-Así es hermanos, cada palabra. -
-Es un trabajo magnífico.  ¿Como es posible que lo hayas terminado en una sola noche?- pregunta Landers asombrado.
-Puedo asegurar que todo es obra de Dios... Después de todo ustedes al igual que yo saben que para el no hay imposibles.- responde con una sonrisa mientras que en su cabeza piensa que el verdadero autor del libro es un demonio. 
-Imposible! - se acerca Grey al libro y lo hojea un poco. -Es imposible que este trabajo con esta calidad sea hecho en una sola noche. ¿De donde lo haz hurtado? -
-¿Hurtar?  Yo no he hecho tal cosa,  además  la sagrada escritura lo prohibe.- responde Ciel.
-También prohibe el profanar tu cuerpo... Y en tu caso amar a un hombre como tu compañero de vida. Curiosamente haz hecho ambos Ciel, ¿Por qué no habríamos de sospechar que este libro lo robaste?-
-Tengo mucho tiempo encerrado aquí.  Si se piensa con lógica ni siquiera hay posibilidades de que yo pudiera haberlo robado.-
-A mi no me vengas con tu lógica muchachito,  tu estás aquí por algo.- Grey muy enojado se levanta y golpea a Ciel con el puño en el rostro haciendo que la nariz de este empiece a sangrar.

-Hermano Grey! ¿Que clase de acto salvaje ha sido ese?- pregunta Tanaka molesto.

-Ven Ciel.- Agni se acerca al pequeño. -Todo esta bien.  No te golpeó con la fuerza suficiente como para romperla. Aunque si dolera un poco.- sonrie para calmar al pequeño. 
-Hermano Spears,  hermano Landers.  ¿Que hay del libro? - pregunta Tanaka tranquilamente. 
-Ha cumplido con lo prometido. - habla Spears acomodando sus gafas de forma elegante.
-Siendo así Ciel tu sentencia queda revocada. Puedes volver a tu antigua habitación a descansar y el dia de mañana continuar con tu preparación. - sonríe Tanaka. 
-¿De verdad? - pregunta emocionado a lo que el consejo asiente. -Gracias hermanos,  se los agradezco en verdad...
 
 
 
 
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Algún tiempo después el anciano Tanaka se encuentra en su oficina revisando el libro de Ciel, sin embargo conforme se acerca a las últimas páginas comieza a desconcertarle por lo cual se salta a la última página encontrandose con un dibujo muy extraño. 
-Grey! Grey! Traiga de inmediato al Consejo. - habla Tanaka saliendo de su oficina llevando el libro arrastrando dentro de una manta.
 
 
 
 
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-¿Que tienes que decir al respecto? - pregunta Landers enojado. 
-Yo...
-¿Vendiste tu alma?- pregunta Agni. 
-No hermanos,  yo no vendí mi alma.- habla Ciel nervioso. 
-¿Y entonces como explicas a ese demonio en el libro? -
-Eso es porque parte del conocimiento del mundo es la existencia de los demonios y el mal en la tierra.-


-Miente hermanos y puedo probarlo. Esto lo saque de su habitación. - pone una manta roja frente al consejo.
-Esta es la capa de un  demonio Ciel, esta capa solo la tiene alguien que ha hecho un trato con el. ¿Por que no fuiste honesto desde un principio? - pregunta Tanaka con un tono de decepción. 
-Porque no era necesario.  Ya lo he dicho yo soy un ser de Dios.-
-Lo mismo dijeron ellos y luego se revelaron en contra de nuestro Dios. - dice Spears acusador. 
-Ciel, no me queda más que expulsarte de nuestro hogar.-dice Tanaka ya sin mirarlo.
-Y de la fe católica. -  sentencia severo Landers. 
-¿Que dicen hermanos?-
-No tienes permitido llamarnos así nuevamente. Haz elegido tu camino al venderte al demonio. Así que tu Ciel ya no eres parte de nuestra fraternidad.- dice Spears. 
-Pero...
-No hay nada que pueda cambiar el veredicto. - se levantan todos y salen dejando a Ciel solo con el libro y la capa.
-Todo por una tontería.- exclama con lágrimas en los ojos mientras acomoda el libro sobre la prenda para poder arrastrarlo fuera del lugar.
 
 
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Tiempo después...
 
Caminando por los bosques de la actual República Checa se ve al pequeño monje Ciel arrastrando como puede la capa y dentro de ella el libro que a pesar de las condiciones en las que viaja se ve completamente intacto,  tal como el día que aquel demonio lo escribió. 
 
-Aquí será. - se deja caer en la tierra completamente cansado. -Aquí se termina todo.-


Tras decir eso el monje observa el cielo tanto como los árboles le permiten antes de escarbar la tierra con sus manos sin percatarse del pequeño animalito que comienza a ayudarle hasta que sus manos terminan por tocarse.
-Hola Ciel.-
-¿Tú? ...
Notas finales:

Ah!

¿Final raro?

Un poco. 

Afortunadamente aquí ya saben como trabajo y esto no será todo aunque desconozco cuando pueda compartir una continuación.  Como ya he dicho arriba no estoy en mi mejor momento. 

Pero buuuueeeenooooo, espero que este capítulo haya sido de su agrado.

Les recomiendo al 100% investigar la leyenda del Codex Gigas,  es fabulosa,  una de mis preferidas en el mundo.

Okey!  Creo que por ahora es todo lo que tengo que decir así que me despido.

Coman frutas y verduras.

 

Diría que no olviden visitarme en el grupo,  pero hace mucho que no me aparezco por allá. 

Aún así unanse a 'La mansión de la dulce abuelita' en Facebook,  tienen té,  galletitas y yaoi,  además se un equipo de administración que les recibirá con los brazos abiertos. 

Saludos! 


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