NO ONE'S P.O.V
-Muy bien Kise. Necesito que te prepares, instalaron un vestuario para ti pasando por el corredor que da al lado derecho de la pista.- indicó la manager del rubio mientras sacaba el teléfono celular de su bolsillo y comenzaba a teclear un número para luego colocar el artefacto en su oreja y hablar con quien fuese que se encontrara del otro lado de la línea.
El rubio hace lo que le dicen y se mete en el probador, se pone el traje que le dieron y espera a sus maquillistas para que hagan su trabajo. Uno de los asistentes de la pista se acerca a el y le coloca los patines correctamente para que el rubio no sufra ningún infortunio durante la sesión.
Una nostálgica melodía de piano inunda el lugar mientras el termina de prepararse para su sesión fotográfica. Al parecer, motivadas por el Grand Prix Final sus fans pidieron que se tomase fotos patinando sobre hielo junto a una de las actuales promesas del patinaje.
Una vez que estuvo listo y se dirigió a la pista, vio una pequeña figura vestida con ropas negras que se deslizaba con gracia mientras realizaba complicadas secuencias de pasos al son de la melodía. El cabello del patinador era celeste y su piel era pálida, una sonrisa descansaba en sus labios mientras clavaba salto tras salto, ese chico le recordaba a su Kurokocchi, pero no podía ser el. Kurokocchi sólo estaba interesado en el baloncesto.
La música se detuvo y el peli-celeste dirigió su mirada al rubio que lo miraba casi desde el inicio de la rutina, cuando lo vio levantó su mano en señal de saludo y patinó hacia donde se encontraba.
-Buenas tardes Kise-kun.-dijo el peli-celeste tan educado como siempre.-ha pasado un tiempo.
-Ku..Kurokocchi… ¡Eres tú!.-dijo eufórico mientras se lanzaba a los brazos del mencionado, quien no hizo nada para evitarlo. Si lo hacía y Kise golpeaba su cara contra el hielo tendrían que posponer la sesión de fotos.
La manager de Kise carraspeó para obtener la atención del modelo.-Kise, veo que ya conociste a tu compañero para esta sesión, su nombre es Kuroko Tetsuya y es la figura representativa de Japón para el Grand Prix Final de este año.- la mandíbula de Kise casi cae al escuchar lo dicho por la mujer, su Kurokocchi era el "prodigio" del patinaje artístico del cual tanto se hablaba últimamente. Mientras el rubio intentaba procesar lo que su manager había dicho, la mujer le preguntó al peli-celeste si podía colocarse su traje para comenzar con las tomas.
El peli-celeste desapareció por los pasillos con una bolsa, que contenía su traje, en mano.
Kuroko se cambió y salió, dejando a quienes pasaba asombrados por su nueva apariencia, parecía una persona completamente distinta con ese traje que lo hacía lucir casi como un ángel. Cuando se paró a un lado de Kise, el rubio no pudo evitar lanzarse a el murmurando cosas como "Kawaii" "Mi Kurokocchi es un ángel" y "tan lindo".
El fotógrafo terminó de arreglar la iluminación para la toma de fotos y les indicó que se paren en medio de la pista.
-Kurokocchi, déjame hacer algo.- el rubio sacó un pequeño brillo labial de uno de sus bolsillos y con su pulgar colocó un poco del mismo sobre los labios del más bajo, provocando un leve sonrojo en el peli-celeste, a pesar de que el tiempo había pasado no había podido olvidar sus sentimientos por el rubio. Sentimientos que nunca confesó por miedo a ser rechazado y que escondió bajo una máscara de inexpresividad que volvían a jugarle en contra queriendo salir a flote y hacerse notar por el más alto.
-N..Nos llaman Kise-kun.- dijo maldiciéndose mentalmente por tartamudear.
El rubio miró extrañado al peli-celeste quien no sólo tenía un leve sonrojo en las mejillas sino que acababa de tartamudear, algo demasiado inusual en él. Descartó sus pensamientos y se encamino junto al de menor estatura para iniciar con la toma de fotografías. Ambos hacían las poses que les indicaba el fotógrafo y en cuestión de minutos habían terminado.
El rubio estaba por salir de la pista cuando sintió un ligero tirón en la manga de su traje, al voltear se encontró con un par de hermosos ojos zafiros que lo miraban nerviosos.-¿Te gustaría patinar un rato conmigo Kise-kun?
Kise sintió como su corazón se aceleró al ser buscado por el peli-celeste y no al revés como solía suceder. El rubio asintió y comenzaron a deslizarse lentamente sobre el hielo mientras un instrumental suave resonaba en el lugar, conversaron de temas triviales hasta que Kise preguntó algo que venía invadiendo su mente desde que vio al más bajo patinando en la pista.
-¿Desde cuando patinas Kurokocchi? La última vez que nos vimos sólo te interesaba el baloncesto, según lo recuerdo.- preguntó curioso.
-Umm… aprendí a patinar cuando era pequeño ya que mi abuela me traía a la pista bastante seguido.- contestó brevemente.
-¿Por qué decidiste comenzar a competir?.-preguntó sabiendo que el peli-celeste no tendría problema alguno en contestar a sus preguntas con respecto al tema.
-Amor.- contestó sencillo y un poco sonrojado. La respuesta descolocó al rubio, su Kurokocchi estaba enamorado de alguien.
-¿Amor?.-preguntó Kise intentando conseguir mas información sobre el amor de su Kurokocchi.
El peli-celeste asintió y decidido a confesarse si Kise llegaba a preguntar o a dar un pie para que lo hiciera.-Si, amor. Hay una persona de la que he estado enamorado desde hace años, pero esa persona es demasiado buena para mí; digo, es talentoso y sumamente atractivo, podría salir con cualquier persona que quisiera. Por otro lado, yo soy invisible a los ojos de la mayoría, no resalto y no destaco, pero eso cambia mientras patino, cuando patino soy visible y la gente me llama prodigio, tal vez, sólo tal vez si consigo el oro, él esté a mi alcance.-respondió.
Kise lo miró sorprendido por la forma en la que Kurokocchi hablaba de sí mismo, el mismo se creía invisible, pero entonces se dio cuenta de algo más importante. Kurokocchi se había referido a su persona especial como un "el".-Kurokocchi no debería decir esas cosas de sí mismo, Kurokocchi es muy lindo y es muy talentoso, si los demás no pueden verlo es su problema.-dijo mirando hacia el frente.
Cuando dirigió su mirada al más bajo, lo que pudo ver lo dejó impactado. Un notable sonrojo adornaba las mejillas usualmente pálidas del contrario y los normalmente inexpresivos ojos zafiros se veían brillantes.
Entonces las cosas que su Kurokocchi dijo se repitieron en su mente, y el inusual comportamiento que tenía ese día cobraron sentido.
"He estado enamorado desde hace años" el y Kurokocchi se conocen hace años.
" Es talentoso y sumamente atractivo" aunque lo crea una exageración por parte del otro, es cierto que a el lo consideran un prodigio en baloncesto y es un reconocido modelo.
"Podría salir con cualquier persona que quisiera" Kurokocchi presenció la forma en la que se me declararon incontables veces cuando asistíamos a Teiko.
Cuando volvió a voltear para ver a Kurokocchi, lo vio con la cabeza gacha y una sonrisa triste bailando en sus labios.-¿Ya te diste cuenta?.-preguntó sin levantar la mirada.
-Eso creo.- contestó el rubio inseguro acerca de como sentirse al enterarse que su Kurokocchi le había correspondido todo este tiempo. Se sentía feliz porque el peli-celeste estaba enamorado de el, se sentía mal por saber que el de menor estatura creía no ser suficiente para el, y se sentía angustiado, por no saber si el peli-celeste le habría confesado sus sentimientos en otras circunstancias.-entonces…¿Le gusto a Kurokocchi?.-preguntó para asegurarse de haber entendido bien.
El peli-celeste lo sobrepasó, quedando frente a frente y asintió.- ¡Si gano el Grand Prix Final sal conmigo por favor!.-dijo con determinación marcada en su rostro e hizo una reverencia, para luego retirarse de la pista.
TIME SKIP
Kise estaba en Sídney, Estados Unidos, donde se estaba llevando a cabo el Grand Prix Final de este año. El último participante de la final, un patinador con cabellos celestes entra en la pista y la multitud grita y aplaude al "Prodigio", el aura que emana de su cuerpo es de pura determinación.
Su rutina es increíble e impecable, dejando a todos los presentes deseando por más, la puntuación que recibe lo deja primero en la competencia siendo el indiscutible ganador de la medalla de oro. Tras la premiación se dirige hacia donde vio al rubio que poseía su corazón.
Nervioso toca el hombro del más alto y le muestra la medalla con sus ojos brillantes.-Ahora que gané la medalla ¿Saldrías conmigo Kise-kun?.-pregunta con un sonrojo cubriendo sus mejillas.
El rubio lo miró y le sonrió.-¿Sabes que con un "Me gustas Kise-kun sal conmigo" habría bastado para que acepte? Siempre creí que Kurokocchi era asombroso.- Concluyó riendo. El más alto tomó la mano del otro y entrelazó sus dedos con los del otro.-Si quiero salir con Kurokocchi.- se acercó al de menor estatura que lo veía con una sonrisa plasmada en sus labios y lo besó tiernamente.