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Mata pasiones. AOITA. por SzSuzuZs

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Notas del capitulo:

A ver si les gusta.

 

 
Si bien sé algo de Aoi, es que suele comprar ropa interior con algún estampando que puede ser muy vergonzoso para las personas que están a punto de entrar a la etapa de los cuarenta. Para él es lo contrario.
 
—¿¡Cuando mierdas compraste estos calzoncillos Yuu!? —mis carcajadas deben de resonar por todo el cuarto.
 
—¿Antier…? Humm, no recuerdo Amor. ¿A poco no son lindos? —el eco de la vos de Aoi resuena en el baño, quién está por salir.
 
—¿Te los vas a poner? Yo me pondré unos negros, los chicos nos pusimos de acuerdo por Line. Dime por favor que no te vas a poner esos. —la puerta rechina para dejar que el cuerpo físico de mi pareja salga. 
 
Tiene una toalla en la cabeza y otra tapando su hombría que me encanta tragar por las noches. Hace un gesto de; “sí me los pondré, ¿Algún problema?”.
 
—¡Dios mío! —tapo mi cara algo avergonzado— pues yo no quiero, dijimos los cinco que íbamos a llevar negros. 
 
—¿A mí me importa eso? —camina hasta la orilla de la cama y comienza a secar cada parte de su hermoso cuerpo. — No creo que sea algo malo tener ropa interior con estampado.
 
Ruedo los ojos.— ¿De pudín? ¿¡Es en serio!? —vuelvo a reír. 
 
—¡Ay, está bien! Llevaré negros. 
 
La conversación termina ahí, la sección de autógrafos a salido perfecta y eso significa que yo podré tener mi noche íntima con Aoi, he estado esperando casi ciento nueve horas para esto, mi cuerpo lo necesita. 
 
Desde la primera vez que tuve relaciones con Aoi, no he podido para, su cuerpo es adictivo y lo hace de manera fenomenal, aunque debo de admitir que esperaba que Aoi fuera una fiera como lo es Yutaka en la cama, por que sí, me acosté con Tanabe unas veinte o treinta veces y en todas al siguiente día no podía levantarme y el dolor de espalda me duraba alrededor de tres a dos días, me imagino que se debía al esfuerzo —y al enorme pene— que mi cuerpo hacia por ¡Cuatro a cinco horas! ¡Dios mío, que Tanabe aguantaba demasiado, también era insaciable! —tiene un enorme pene— Y se toma el tiempo para probar distintas posiciones —y me metía su enorme pene—, pero bueno, con Kai fue algo sin sentimiento, fue solo un acuerdo que hicimos en su momento, tampoco esperaba ser yo el inactivo, me imaginaba a Kai siendo un sumiso, pero Yutaka esconde muchos secretos bajo esa sonrisa que tiene… ¿Ya dije que tiene un enorme pene? 
 
—¿Qué piensas?  —en cuando Kai me metía su enorme pene en mi culo y me dejaba un dolor de espalda que se prolongaba en muchas horas de sufrimiento.
 
 —En que hoy si no te escapas de mi… —me subo al regazo de Aoi, abriendo mis piernas de par en par.
 
—Te pones como si fueras un pasivo activo, pero cuando ya te la estoy metiendo, lo único que haces es gemir y quedarte en tu lugar mientras rasguñas y tiras las colchas de la cama. —me sonrojo al ver como Takanori me mira con una ceja alzada diciéndome “Te la meten duro”.
 
—Y-Yuu cállate, eso es mentira. —Bajo mi cabeza para recargarla en su hombro. 
 
—Si, si, lo que digas. 
 
—¡Ni que la tuvieras grande como para hacerme sentir así! —estoy muy avergonzado.
 
—¿A quien le mide dos centímetros menos del tamaño promedio de un japonés? —mi cara arde de vergüenza y las risotadas que lanza Taka sólo hacen molestarme.
 
—¿¡Quieres callarte!? —le grito a mi pareja para de igual forma mira a Ruu que está sufriendo un ataque de risa imparable.
 
—¿Por qué Ruuchan se está muriendo? —pensando en Kai.
 
—¡Le mide dos centímetros menos que a un japonés promedio! ¡Jajaja! ¡Hasta koron la tiene más grande! —ojalá le de un paro cardíaco por reír tanto, a ver si se muere de una vez, pinche enano culero.
 
—¿A Akichan? —volteo a ver a Tanabe, antes de que suelte algo indebido. —¿En serio? —Muy bien hombre de los millones, sigue haciéndote el puro desentendido y has como si nunca me la hubieras visto.
 
—Por lo menos tengo, no como tú, nogmo. —Me levanto de las piernas de Aoi.
 
—¿Cómo me dijiste? —la acaba de cagar en grande Suzuki Akira. —para tu información me mide muuucho más que tú. ¿Quieres que te la meta? 
 
—Basta, no quiero peleas dentro de aquí, que no es nuestra casa ni estamos en la compañiay yo estoy pagando por este lugar, así que más les vale no romper nada. —Tanabe me mira de arriba hacia abajo y detiene su mirada en mi mero miembro, algo de mi reacciona mal y solo puedo sonrojarme. 
 
—¡LIDEEEER! ¡LIDEEEER! —Takashima interrumpe en la sala con su mano derecha puesta sobre su pecho y precionandola con la izquierda. —Rompí un vidrio del mini salón de alado y me he cortado la mano. 
 
—¿Acaso lo escuchaste lo que dije? 
 
—¿Escuchar qué? Si yo no estaba aquí. ¡Ah, ah! Te habla el manager, dice que tienes que hablar con los dueños del lugar para que pagues eso. 
 
—¡**** ***** *****!
 
Hemos llegado a la casa después de tres horas y como estoy indignado porque mi novio me echó de cabeza frente a toda la banda, solo me voy a dar un baño e iré a la cama y es muy probable que mande a Aoi a la bañera. 
 
—¿Sigues molesto? —las palabras de Aoi pegan justamente en mi oído.
 
—Hoy duermes en la tina. 
 
—Eso es un sí. ¡No tiene nada de malo tenerla chica! A mí me gusta, cuando te la mamo no me puedo ahogar y eso es lo bueno. —creo que puedo ser confundido por un tomate ahora.
 
—¡Lárgate! —si no fuera porque Aoi es mucho más fuerte que yo, ya lo hubiera sacado del cuarto. 
 
—¿Qué? Es la verdad. Bueno, a mi me gusta tu pene, es chiquito, güerito y tiene la puntita rosita y eso lo hace ver muy lindo, parece de los que venden en las tiendas, los mini penes que compran las chamacas… ¿Por qué me miras así de feo? —no sé si sentirme alagado u ofendido. 
 
—Tu tampoco la tienes grande. —La tiene unos tres centímetro arriba del promedio, pero dicen que el tamaño no cuenta, sino saberla mover y como la mueve. Pero si volvemos con Yutaka, la tiene grande y se mueve como un dios, así que he llegado a mi límite, pero no es igual de hermoso que hacer el amor, como lo hago con Shiroyama una que otra vez.
 
—Amor, a mí no me ofendes. —la risa burlona de Aoi… ¡Me saca de quicio! 
 
—¿Podemos ya dejar este tema? Quiero bañarme. —le doy la espalda.
 
Los brazo de Aoi me toman por la cadera y me carga hasta tirarme en la cama matrimonial, me voltea bruscamente —ya que he caído boca abajo— para subir arriba de mi. 
 
—Dijiste que hoy no me salvaba y llevo desde hace rato esperando que tu boquita de labios rosados como tu pene me hagan un oral, para después metertela sin para, así que ponte. —sus labios chocan con los míos y yo torpemente me acomodo debajo de él tratando de quitar su camisa. —Estas desesperado, por lo que veo, no tomes mucho tiempo, arrancarla. —me encanta cuando Aoi se pone dominante… ¡Pero a mí me gana la vergüenza! —¿No lo vas a hacer, cariño?
 
—¡Si! —¡Dios! Sí, mi noche intensa. 
 
Mis manos vagan por su camisa ya abierta gracias a mí, tiro de ella para que Aoi se la quité lo más sexy que pueda, aunque parezca que se le subió un animal al moverse de un lado a otro como gusano.
 
Sus manos recorren ya mi cuerpo desnudo, tiemblo de placer. Pasamos por varios besos en distintas direcciones, Aoi sigue con su pantalón y estoy dispuesto a quitarlo de una vez, quiero que me reviente el culo.
 
Mis manos viajan hasta su cinturón a medio quitar, bajo su bragueta y desabotono el pantalón, Aoi se quita de encima de mí para parece en la alfombra, yo recorro la cama hasta sentarme justo a la altura arriba de su cadera, tiro de poco en poco el pantalón y logró observar como su ropa interior era amarilla y ahí estaban.
 
—SHIROYAMA. —¿Por qué se tiene que poner eso?
 
—¿Qué? 
 
—¿Por qué jodidas madres traes puestos tus pinches calzones de tu puto pudín? ¡Se me fue mi puta excitación! ¡Deja ya de ponerte tus mata pasiones Aoi! 
 
Alguien se quedó sin sexo… otra vez. 
 
Notas finales:

FIN. Un RW si gustan. 


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