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Pajarito desobediente por dark kirito

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Notas del fanfic:

Magi pertenece a Shinobu Ohtaka-sama. Escrito en el móvil, errores son sin querer. Gracias a Yayoi y a todos los que leen por el apoyo :3.

Notas del capitulo:

Magi pertenece a Shinobu Ohtaka-sama. Escrito en el móvil, errores son sin querer. Gracias a Yayoi y a todos los que leen por el apoyo :3.

Jamil mira hastiado por la ventana, bufa y frunce el ceño. Le molesta que su nueva adquisición abarca todos y cada uno de sus pensamientos. Recuerda todo el tiempo esos brillantes e insolentes zafiros. Muerde sus labios iracundo y se pone en pie para coger el látigo.


- Te enseñaré a respetar a tu amo.


Sonrió diabólico y se encaminó a uno de los muchos calabozos en su hogar. No tarda en llegar a su destino. El pequeño se haya dormido. Es sorprendente, a pesar de estar encadenado por los tobillos descansa como si su vida estuviese plagada de tranquilidad. Pero le haría conocer el mundo, el verdadero, el despiadado y cruel. Dió un golpe con el artefacto de tortura a su lado pero no le hizo reaccionar. ¿Acaso se está burlando de él?


Frustrado decide agacharse y toma su pequeño cuello entre las manos con intención de asfixiarlo pero antes de hacerlo el infante despierta y sonrie.


- Buenos días onisan. Gracias por las manzanas, aunque temo decir que el piso húmedo no es del todo cómodo je je je.


Empleó una voz tan amigable que le llevó a pensar que no comprendía su situación pero al contemplar sus ojos, esas malditas joyas le obligan a creer que el mocoso sabe y solo se burla.


- Soy tu amo, tu dueño, tu todo.


- ¿A-mo? - parecía reflexionar.


- Exacto.


- Y eso... ¿qué es?


La furia se apoderó del espíritu del mayor, la ira irradia en el puño que adoraria estrellar en tan insolente rostro. ¿Gritaría, lloraría, suplicaría piedad? Indudablemente le vería humillado. La sola idea llenó su corazón de felicidad, de una indescriptible. Pero cuando se disponía a cumplir sus sueños se congeló ante una manzana que le era ofrecida por el menor.


- Shhh, que sea nuestro secreto. Me dijeron por ahí que las frutas se consiguen con algo llamado dinero y que son muy valiosas. Es la manera que tengo de darte las gracias. Es por ti que tengo un techo que me cubra de los rayos del sol. Aunque las cadenas lastiman un poco. ¿Seguro que no me las puedes quitar?


- Escucha mocoso, no dije que no pudiera, no quiero. Eres mío.


- ¿Tuyo? ¿Como un amigo?


- Como un objeto.


- Mmm...


- Arrodillate, besa mis pies y puede que considere pasearte mi linda mascota.


Aladdin frunció el ceño, luego se recostó dando la espalda. El otro apretó el látigo ofendido y más dispuesto que nunca a disciplinarle.


- Espero tu visita cuando estés menos confundido.


¿Confundido? ¿Él? ¿Con quién se piensa que habla? El dueño de todo aquello que su vista alcance a distinguir. Respiró agitado. Aladdin sería reprendido especularmente, en su tierna piel quedaría grabado el sufrimiento para siempre. Pero apenas alzó la mano para golpearle con el látigo se congeló. No podía lastimarlo por alguna razón, misma que se pregunta desde hace dos semanas, tiempo en que le conoció. Salió de ahí a toda prisa, conteniendo las náuseas que le provoca su inutilidad.


~_~_~_~_~_~_~_~_~


...


- ¡Morgiana! ¡Morgiana!


Grita Jamil a todo pulmón. Le han dicho que el cargamento de vino no llegará sino hasta mañana. Ahora más que nunca piensa deleitarse con los alaridos de uno de sus muchos esclavos, ¿y qué mejor que la resistente fanalis? Pero apenas le tiene enfrente le recuerda al mocoso encadenado. Incluso los ojos se ven similares a pesar de ser distintos. Le supo mal. Ella ladeó la cabeza confusa.


- Retirate. Hoy no quiero ver a nadie.


- Si señor.


Una vez se quedó a solas se puso como loco. Tiró todo objeto en su escritorio, rompió los cuadros en las paredes, el ventanal pasó a mejor vida.


- ¡¿Qué me has hecho?! - lastimó su garganta hasta quedarse sin voz.


~_~_~_~_~_~_~_~


...


Las cosas no cambiaron en los seis meses posteriores. No, en realidad fueron de mal en peor. Hace tiempo que no le grita a los esclavos, que no los humilla, por dios santo siquiera ha pensado en golpearlos. Pero como si no tuviese suficiente con ello el otro día ayudó a poner en pie a una mocosa de su propiedad, de no más de cuatro años. Y lo que encontró en su mirada le causó repulsión, ¿acaso era agradecimiento? ¿Cuándo se convirtió en la clase de hombre que despierta tan grotescos sentimientos? Negó rápidamente. Cuando tienes dificultades sólo debes eliminar la raíz del problema. Sus labios se curvaron con crueldad y cogió la espada en su cinto con gran determinación. Hoy haría pedazos a ese monstruo.


~_~_~_~_~_~_~_~


...


Jamil llega a la suerte de habitación de su inocente presa y abre la puerta con brutalidad, produciendo un gran estruendo que aún así no logró asustar al niño. En cuanto Aladdin miró el filo supo que no tenía escapatoria.


- ¿Dejamos de ser amigos onisan?


- Nunca lo fuimos, me perteneces. Soy tu amo.


El hombre le cogió por el chaleco hasta obligarle a poner en pie, el dulce aroma de Aladdin impregnó sus fosas nasales y sus ojos se perdieron en los virginales labios. ¿Qué es ese pensamiento atroz que cruza su mente? Ah si, ya lo sabe, siempre tuvo conocimiento de ello pero se negaba a admitirlo. Se despojó de la razón y le besó. Apartó el rostro algunos centímetros, sería testigo del más...


- ¿Eh?


Hermoso niño sonrojado a punto de llorar por la vergüenza. Y lo halló, lo que todos estos años estuvo buscando, una razón para vivir. Paseó la lengua por su boca captando un sutil pero embriagante sabor a manzana. Depositó a la consternada víctima en el suelo, apenas de pie pues no le dejan de temblar las piernas. Rompió su cadena y se giró.


- Desde hoy eres libre.


No recibió respuesta pero no hizo falta, sabe que ese mocoso se quedará a su lado.


~_~_~_~_~_~_~_~_~


...


Esa misma tarde el congelado corazón de Jamil comenzó a funcionar. Convirtió a todas sus pertenencias en humanos, devolvió aquello que jamás debió robar. Sin embargo ocurrió algo que no estaba dentro de sus planes. Morgiana le dijo que Aladdin se había marchado. La decepción fué tal que se dirigió al sitio que nunca fué apto para alguien de su estatus pero que le hizo tan feliz. Una sonrisa divertida se dibujó en su rostro. En la celda, una manzana junto a una nota: "Estuve mucho tiempo encerrado, ansío conocer el mundo y ayudar a Ugo-kun, cuando haya terminado volveré a casa."


Tomó asiento en el piso y llevó la mano a la frente sin dejar de reír. Vaya insolencia de mocoso. La esclavitud no existe más en Quishan pero si habrá un par de cadenas y una jaula destinadas a cierto pajarito desobediente.

Notas finales:

Hasta la proxima¡


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