HabÃa estado sentado en el auto de su hermano desde hace una hora tratando de averiguar en qué habÃa fallado o qué hizo durante su entrenamiento para provocarse una lesión en la rodilla. Hace unos dÃas notó que le dolÃa un poco al subir escaleras pero no le dio importancia, pasó lo mismo cuando hacÃa sentadillas y nuevamente lo ignoró, continuando con su rutina; fue hasta que el dolor se hizo constante que decidió contárselo a Shiro, teniendo como respuesta un "Te lesionaste la rodilla. Vas a dejar de entrenar y estarás en reposo y terapia", después de eso lo arrastró con él y ahora se encontraba en el asiento de copiloto en camino a conocer al amigo de la hermana del mejor amigo de su hermano.
Obviamente pensaba que estaba exagerando y que a lo mejor era un pequeño esguince, realmente esperaba que fuera eso. No querÃa que todos sus esfuerzos se fueran por la borda por un simple descuido suyo, las competencias para los nacionales estaban cerca, uno de sus más grandes sueños se iba a cumplir y sólo esperaba que ese dolor no fuera un impedimento para alcanzar su objetivo.
— Sé que esto es algo apresurado, sin embargo quiero estar seguro que no es nada malo ¿de acuerdo? ¿Keith? —lo ve de reojo durante unos segundos para asegurarse de que lo está escuchando— Además, él es confiable y es bueno en lo que hace, enseguida sabrá si tienes una lesión grave o no.
— De acuerdo... —dijo sin apartar la vista de lo que sea que estuviera viendo. Pasaron unos minutos más hasta llegar al edificio donde ese supuesto amigo trabajaba. Shiro bajó rápidamente después de estacionar su auto al ver a un moreno agachado recogiendo papeles del suelo, Keith lo siguió segundos de haber reaccionado, acercándose a ambos, se detuvo cuando sus ojos se quedaron puestos en el trasero del moreno. La definición de buen trasero en su plenitud, firme y con la proporción perfecta, seguramente al tacto serÃa suave, con sólo verlo lo sabÃa. Incluso cuando el moreno estaba de pie siguió observándolo, una clase de uniforme que suponÃa era de fisioterapeuta deja ver su delgado pero musculoso cuerpo.
Se dio cuenta que lo habÃa estado mirando por mucho tiempo cuando él y Shiro voltearon a verlo, con un ligero rubor de vergüenza caminó hasta ellos, sintió que el amigo de la hermana del mejor amigo de su hermano le estaba dando una mirada analizadora casi como la que él hizo hace un momento, sólo que más discreta.
— Él es Keith, mi hermano. Keith, este es Lance —ahora que estaba frente a él podÃa observar su rostro un poco más a detalle. Ojos azules, tanto como el océano, podrÃa perderse en ellos todo el dÃa, unas cuantas pecas en el puente de su nariz y sus bronceados pómulos que se distinguen gracias a la luz del Sol, nariz respingada y su sonrisa... Esa que te dice que si quiere puedes caer rendido ante él, que desprende sensualidad y seguridad en su máxima expresión. También notó que era centÃmetros más alto que el moreno.
— Asà que... Tu eres el famoso 'Keith' -la juguetona voz de Lance hizo que dejara de observar su rostro y prestara atención a la realidad—. Shiro me ha contado bastante de ti, pero no han venido sólo a presentarlo ante un amigo ¿no?
—Shiro piensa que me lesioné una rodilla —dice mientras rueda los ojos—. Pero creo que es un esguince o algo asÃ.
— Eso lo decidiré yo —se señala a sà mismo con su pulgar, mirándolo prepotentemente— Vamos a mi base —sin esperar una respuesta se dio vuelta y se dispuso a caminar a la entrada del edificio, Keith no pudo evitar ver su trasero.
El edificio por dentro era bastante parecido a un hospital, sólo que sin el intenso olor a desinfectante. Lance pidió que lo esperaran un momento, avanzó hacia el mostrador y saludó a la recepcionista con un guiño. Keith trataba de fijar su vista en cualquier lado que no fuera en el trasero del recién conocido Lance asà que optó por conversar un poco con Shiro.
— ¿Desde cuándo lo conoces?
— ¿A Lance? Ahm... —pusó su mano alrededor de su barbilla en modo pensativo—. Creo que un poco después de que entraste a la universidad.
— ¿Y cómo es que no lo conocÃa? —alzó una ceja y se posicionó en frente de Shiro.
— De hecho me pregunto lo mismo, ustedes iban a la misma universidad y por lo que sé, sus facultades estaban cerca.
— ¿De qué hablan? —Lance se paró junto a Keith.
— De cómo es que ustedes no se conocieron en la universidad siendo que sus facultades estaban cerca.
— Oh, bueno, yo sà conocÃa a 'Keith Kogane'. Eras bastante famoso, principalmente porque decÃan que te metÃas en peleas con gente de otras facultades.
— ¡Sólo fue una vez! Y ellos fueron quienes empezaron —frunció el ceño y se cruzó de brazos.
— ¿Ah, s� —sonrió burlonamente. Entraron personas al edificio, una de ellas en silla de ruedas, entonces Lance puso su mano en el hombro de Keith—. Bueno, aquà estorbamos. Será mejor que te cheque esa rodilla ¿no? Shiro, ve por el elevador al primer piso —señaló el elevador para después señalar a Keith—. Tu vienes conmigo —nuevamente empezó a caminar sin esperar una respuesta, Keith miró confuso a Shiro, éste alzó sus hombros y negó con la cabeza, finalmente, lo siguió.
— ¿A dónde vamos? ¿A dónde va Shiro? —le preguntó cuando lo alcanzó.
— Ya te lo dije, vamos a mi base —se detuvo y abrió la puerta de las escaleras de emergencia—. Sólo que nosotros iremos por las escaleras.
— ¿Qué? ¿Cuál es el sentido de eso si vamos al mismo lugar?
— Porque quiero ir por las escaleras —alzó sus hombros.
— Hubieras ido tú solo, ¿por qué tengo que acompañarte?
— ¿Es que acaso no puedes subir unas simples escaleras? ¿Y te dices ser un atleta? Seguro que no llegas a ninguna competencia —colocó sus manos en su cadera y sonreÃa mientras se burlaba de él, causando que Keith se enojara y que su instinto de competencia se activara.
— ¡Claro que puedo! Son una simples escaleras —avanzó hacia las escaleras ignorando la sonrisa arrogante de Lance. Puso un pie en un escalón y se impulsó con el otro, casi instantáneamente sintió dolor en su rodilla pero aún asà continuó. Después de unos cuantos escalones escuchó como el moreno subÃa detrás de él.
— Es en esta puerta — dijo cuando vio que Keith estaba a punto de llegar al pasillo. Abrieron la puerta y fueron por el pasillo con varias puertas, a lo lejos estaba Shiro buscándolos alrededor — ¡Hey, Shiro! ¡Por acá! —tomó a Keith por el hombro para detenerlo y señalar una puerta— Esta es mi base, pasen —dijo cuando el mayor se encontraba junto a ellos.
La "base" de Lance se conformaba por una camilla pegada a la pared a unos metros de la puerta, un escritorio al fondo de la habitación delante de dos ventanas medianas y un librero cerca del escritorio con varios marcos con fotos en uno de los estantes. Las paredes de color zafiro con el tÃtulo de "Licenciado en Fisioterapia: Ortopedia y Lesiones Deportivas" colgado del lado contrario de la camilla y, alrededor de éste, fotos de Lance con la hermana del mejor amigo de Shiro y con otro moreno.
— Shiro, puedes tomar una de las sillas de ahà —señaló las sillas que estaban enfrente del escritorio—. Mullet, acuéstate en la camilla —dijo mientras dejaba los papeles y agarraba otros y una pluma.
— ¿'Mullet'?
— SÃ, tú, ¿quién más usa mullet en estos tiempos? —dice de forma burlesca— Ahora, súbete y acuéstate.
Keith hizo lo que le dijo a regañadientes, primero hizo que le contestara unas preguntas como: '¿Cómo te llamas?' '¿Dónde vives?' '¿Desde cuándo empezó el dolor?' y cosas por el estilo; prosiguieron con un par de movimientos mientras que Lance tocaba distintas partes de su pierna. Si le preguntaran nunca admitirÃa que sus manos se sintieron bien cuando lo tocaba.
— Muy bien, puedes bajar de la camilla —tomó asiento en su escritorio—. Voy a necesitar la radiografÃa de la rodilla para ver más a detalle el daño. Lo que tienes es condromalacia rotuliana, es una lesión en el cartÃlago ubicado debajo de la rótula, algo común en los corredores, por eso también se le conoce como rodilla del corredor.
— ¿Afecta en mi entrenamiento?
— Mucho, si sigues corriendo se agravará. Es necesario fortalecer el cuádriceps, el tendón de la corva y el músculo abductor de la cadera con terapia, además de un poco de reposo. Voy a hacer cita para pasado mañana a las... —buscaba entre las páginas de su agenda—. 10:00 ¿de acuerdo?
— SÃ, me aseguraré de traerlo —dijo Shiro después de tanto tiempo en silencio. Volteó a ver a Keith con la cabeza gacha y puso su mano en el hombro contrario para regresar su mirada a Lance—. ¿Va a tardar mucho?
— Depende del daño —no estaba seguro de decir lo siguiente viendo la cara que Keith ponÃa, pero era parte de su deber—. Usualmente son meses.
— Okey... —murmuró Keith aún cabizbajo.
— Será mejor que nos vayamos —se levantó Shiro y revolvió el cabello de su hermano— Gracias por todo, Lance.
— No hace falta, aún no he hecho nada —sonrÃo y se dirigió a Keith—. No te preocupes me aseguraré de que el proceso sea rápido —el pelinegro se levantó de la silla estrepitosamente y salió de la habitación.
— Va a estar bien, sólo necesita procesarlo. Nos vemos.
Después de despedirse sale en busca de Keith, encontrándolo en el estacionamiento al lado de su auto. Todo el camino hacia el departamento de Keith es en silencio e incluso cuando llegaron no se despidieron, pensó que era mejor darle un poco de espacio por lo que lo dejó ser.
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