-Bien, otro día aburrido, otro día en el que no pasara nada interesante, a veces el ser agente no es tan glamoroso como se cree comúnmente, pero supongo que no hay algo más que hacer, digo no es como si llevara años en la fuerza como mi padre, pero eso no cambia el hecho de que siento mi vida aparentemente vacía, aun así tengo una novia maravillosa, mi vida es tranquila, pero no me es suficiente…- pensaba un joven rubio mientras estaba recostado en un sillón de su pequeño apartamento con los ojos cubiertos por su brazo, el lugar estaba un tanto descuidado por el hecho de no estar mucho en el así que eso era algo que también le pesaba y le quitaba ánimos, de no más de 27 años el nombre de aquel Agente era Steven Grant Rogers cuando de pronto escucho tocar su puerta, se levantó del lugar con pesadez y casi arrastrando los pies se dirigió hasta la puerta principal, observo por la mirilla y vio que era el quien se encargaba de la renta en aquel edificio, abrió la puerta para saludarlo de una forma un tanto neutral mientras que aquel hombre lo veía con una sonrisa un tanto extraña
-Hola Steve como estas, o se si recuerdes que hace tiempo tenías un anuncio para encontrar un compañero de departamento…- pregunto un tanto curioso mientras observaba al rubio con cuidado
-Sí, si lo recuerdo, creí que nadie lo había visto o algo así, ya que lo recuerdas creo que debo de hacer los anuncian, necesito más dinero y…- sin poder terminar el casero se hizo a un lado indicándole a alguien que se acercara, con pasos suaves y un tanto cauteloso vio frente a él a un castaño chico, algo bajo, se veía serio y era endemoniadamente atractivo…atractivo… ¿qué?
-Bien los presento, él se llama Anthony Stark, está interesado en compartir el piso contigo si es que aún lo necesitas…- se hizo un paso a un lado para que el recién llegado pudiera presentarse mejor mientras que por el rabillo del ojo podía ver a un rubio un tanto consternado, quien lo diría
-Mucho gusto, espero y aun este en pie su oferta, aunque no estaré mucho tiempo aquí, solo vine por cuestiones de trabajo y el estar en un hotel demasiado cliché, aunque prefiero omitir detalles puedo entregarle el dinero del tiempo que este aquí ahora si es necesario- hablaba de una forma serie y totalmente educada, quizá tendría por lo menos 25 años, y era claro que no era de la ciudad, ya habría tiempo de analizar esos detalles, el punto ahora era como solucionar aquello ya que mientras que con un “los dejare solos, que pasen un lindo día” por parte del casero volvió su azulada mirada hacia aquel chico enigmático
-Claro, pasa…- le indico mientras se acomodaba un poco los mechones de cabello rubio que estaban un tanto despeinados, mientras que con la ropa holgada que traía puesta y un claro aspecto de recién despertado hasta el mismo se daba vergüenza ajena, observaba a aquel chico tomar una maleta pequeña y otra un poco más grande de ruedas que por un movimiento en falso se atoro en un borde de la puerta cayendo al piso, parecía pesada –Déjame ayudarte yo…- por mera educación o estupidez del destino tomo la maleta al mismo tiempo que el moreno quedando en un ligero agarre de manos, sintió la mirada y sin más accedió a la ayuda del rubio, “tiene una piel muy tersa” pensó el agente mientras arrastraba aquella maleta la cual si estaba algo pesada, al ser el primero en entrar se dio cuenta que el lugar estaba prácticamente hecho un desastre, vergüenza ajena por dos…-Déjame arreglar todo esto, te pido disculpas, realmente no esperaba visitas, mucho menos alguien interesado en compartir el departamento conmigo-
-Descuida, sé que fue algo muy sorpresivo, ya después podré ayudarte a dejar todo por aquí impecable, mientras tanto me parecería una mejor opción el que me dijeras como es que esta el lugar y cuanto te tendría que pagar seria inter…- mientras hablaba pudo ver claramente un par de calzoncillos con la bandera de estados unidos en ellos y sonrió de medio lado al ver la expresión del rubio por aquel suceso- además me gustaría saber un poco más de la persona con la que compartiré el tiempo aunque sea poco, mi nombre ya lo sabes, soy ingeniero en robótica y estaré aquí en la ciudad para atender unos asuntos de negocios, si al saber esto esperas matarme o algo así, no soy de gritar así que hazlo rápido quieres- bromeo mientras observaba todo a su alrededor y después dirigía su vista hasta aquel grande cuerpo de piel clara, realmente se veía atractivo, pero era probable que estuviera comprometido, o tuviera pareja, cosa de coherencia y sentido común, ¿Quien no se fijaría en alguien así?
-Mi nombre es Steve Rogers, soy agente de policía y militar así que puedes estar tranquilo, no matare a nadie o algo parecido, no en mi departamento, el único detalle es que el departamento está diseñado para una persona, habitación y por consecuente un dormitorio, si es de tu gusto puedes usar la cama y yo me quedare aquí en el sofá, por lo demás siéntete cómodo, no hay fugas, goteras, fantasmas o derivados- hablaba mientras tomaba cautelosamente aquellos calzoncillos y los ocultaba en su espalda, cuando se había bulto tan desorganizado
-No, teniendo en cuenta tu tipo de cuerpo supongo que la cama es amplia, no me molestaría compartirla además no te fatigarías por dormir en un sitio tan estrecho, digo si es que a ti no te molesta- le lanzo una mirada retadora, le intrigaba, como es que había caído a vivir con un agente de militar, pero quizá sería una jugada del destino a su favor, por el tiempo que estaría en esa ciudad no sabía si los enemigos de su padre estuvieran buscando sabotearlo de nuevo, y hospedarse en un lujoso hotel seria como la señal perfecta, dos pájaros de un tiro
Estuvieron conversando de muchas cosas mientras que Tony se instalaba en el dormitorio colocando su ropa y cosas en un buro vacío que estaba allí, mientras que Steve terminaba de hacer la limpieza en la sala y cocina, menos mal había hecho la cama o sería el último strike.
La tarde se hizo noche dejando a un rubio agente agotado por la limpieza y a un castaño nuevo en el lugar preguntándose qué es lo que cenaría, quizá pediría algo, le preguntaría al rubio si es que le apetecía también pero al momento de buscarlo y escuchar que su silueta se proyectaba en la cocina se detuvo al escuchar que hablaba por teléfono, más exactamente se despedía de alguien con un “yo también te quiero, si no olvidare la cita…”
-Sabía que no estaba soltero, aun así no ganaría nada, digo me iré en algo de tiempo, yo sacando mil conclusiones como si de forma mágica se fuera a fijar en mí- pensó para el mismo mientras que fue hacia el sofá que estaba frente a una pantalla mediana y comenzó a buscar lugares a los cuales pedir la cena pero se detuvo al voltear y ver a aquel militar en una ligera camisa sin mangas, sí que tenía un buen cuerpo y ese cuerpo se dirigía para su dirección
-Puedo preparar algo para la cena si es que gustas, descuida no utilizo veneno, o puedo ordenar algo aunque realmente no sé qué gustes comer, tengo un poco de pasta y acompañarla con ensalada de pollo- veía al moreno intrigado, sería muy obvio, era claro que le agradaba y eso que ni siquiera había pasado un día entero con él, no sabía ni como era pero espera, como que maldita sea le agradaba, ¿Es que estaba loco o algo así? No podía agradarle un chico
-Me parece buena idea, tendré unas altas expectativas aunque si lo prefieres puedo ayudarte a preparar la cena- se ofreció pero recibió una negativa del de ojos azules para que descansara si es que había tenido un viaje largo y para que descansara
Steve regreso a la cocina y su reflejo en una charola plateada que estaba cerca de la estufa para decirse a sí mismo “te has vuelto loco Rogers”, mientras que soltaba un suspiro al aire y se disponía a comenzar la cena, eran cosas sencillas y ligeras por lo que no tardaría mucho en terminar.
Tony por su parte comenzó a leer un libro que llevaba consigo y lo tenía bastante atrapado, aunque en ese momento no podía concentrarse del todo, hace poco había terminado con una chica por los mismos motivos de estar viajando frecuentemente, eso no le impedía pensar en que ese rubio era casi un modelo, además de militar, rubio, bien parecido y cuerpo de pecado, que más cliché esperaba, amor a primera vista, por favor eso no pasa ni en los dramas que a veces veía cuando estaba aburrido, menos en la vida real.
Paso poco más de media hora pero él seguía absorto en su mente cuando escucho una voz indicarle que ya estaba todo listo, regreso en sí y se levantó para ir hacia la cocina donde estaba un pequeño comedor a un lado, vio como los platos estaban acomodados, había un poco de vino, la ensalada de un lado y la pasta que lucían de maravilla en el centro de la mesa, solo faltaba una vela y el lugar a media luz para que pasara a ser una cena romántica
-Sí que te esmeraste no es así…- Dijo Tony mientras tomaba asiento y dejaba a la vista una sonrisa de medio lado, a veces amaba su imaginación, y esa era una de esas veces en que lo hacía aún mas
-Me pareció un buen detalle para darte la bienvenida, espero y tu estancia conmigo sea de tu agrado- hablo confiado en que por debajo de la mesa y al sentir esa mirada color obscura sus rodillas se tensaron un poco “que mierda pasa contigo Steve”
La cena transcurrió tranquila, hablaban de cosas triviales, del porque Steve era militar, Tony le decía detalles de él aunque no de forma clara ya que no quería que lo conocieran de forma tan sencilla, el no parecía alguien malvado, pero quería mantener restricciones también, cuestión de sentido común, y continuaron hablando mientras tomaban de aquel vino dulce, se había vuelto un rato agradable y sí que le había quedado deliciosa la cena, aparte de atractivo sabia cocinar, debía de raptarlo o algo así. Las horas transcurrieron más rápido de lo que habían percibido por lo que ya debían de ir a dormir, hacia tanto que Steve no compartía el dormitorio con alguien, se sentía extraño mas no le desagradaba la idea, aunque esperaba que Tony no se molestara porque el dormía solo con unos pantaloncillos deportivos, era eso o pasar la noche más incómoda de su vida, entro al dormitorio y allí vio al moreno leyendo un libro mientras esperaba por él, le dio caso omiso a cómo iba así que pudo ir a la cama tranquilamente y apagar las luces al ver que Tony cerraba su libro
-La cena estuvo muy bien, recuérdame darle mis más sinceras felicitaciones al Chef, pasa una buena noche y de nuevo gracias por darme la oportunidad de estar aquí- le dijo Tony mientras se cubría una la suave manta que tenían para comenzar a dormir, Steve no dijo nada, solo sonrió, se sentía bien, se sentía alegre, como cosas tan sencillas como esas palabras lo habían sentir bien.
La noche pasaba tranquila pero por un sueño un tanto extraño Steve abrió los ojos para aclarar su mente, su vista se comenzó a enfocar mejor por la luz que se proyectaba de la luna por una de las ventanas de la habitación y allí vio a Tony totalmente dormido y peligrosamente cerca de su rostro, se veía tan tierno, pudo observar sus labios detenidamente y estos se veían muy suaves también, recordó lo tersa que era su piel, tenía unas pestañas inusualmente largas y estilizadas y con un movimiento tranquilo de su respiración solo pudo atinar a voltearse y darle la espalda para hacer también un poco de espacio entre los dos
“Te has vuelto estúpidamente loco Rogers…” pensó para sí mientras que volvía a cerrar los ojos e intentaba dejar pasar lo que había pensado de aquel chico moreno