Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El fantasma de la Ópera 2da parte por yaoiana

[Reviews - 19]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Hola a todos y todas, he regresado con este fanfic, espero me tengan paciencia para ir actualizando. 

Espero que la historia les agrade y les emocione.

Todas las pistas que recomendaré escuchar, son elaboradas para este fanfic.  Y cada capítulo llevará el nombre de cada creación. 

 

Notas del capitulo:

Este es el primer capítulo, dejo aquí les dejo la canción para que disfruten escuchando y leyendo.

https://www.youtube.com/watch?v=3Lochlgr3nY&feature=share

/////////////////////////////////      FANTASMA DE LA ÓPERA 2DA PARTE /////////////////////////////////

 

 

 

Osaka, Japón

 

Para mi amigo y mi amor imposible.

 

 

Han pasado cinco años para atreverme a escribir esta carta y el motivo principal, fue haberme topado con tu padre.  Ambos nos sentamos en un café a hablar de nuestras vidas y tú, como tema de conversación, fue inevitable.

 

Tu padre me contó que andas en giras, que por fin cumpliste tu sueño de ser cantante y de ser amado por alguien…  por una parte estoy feliz, tu antiguo amigo se siente infinitamente feliz por tu gozo, pero por otro lado, el hombre que aún te ama con ahínco radica en mí y siente celos por no poseerte.

He intentado asistir a tus conciertos y verte,  pero el imaginar verte compartir escenario con él, siempre resta todo mi entusiasmo… no soy masoquista.

 

Me casé hace poco, Ayame es una buena mujer y vale la pena intentar amarla; no quiero seguir persiguiendo un imposible y tal vez ese es el motivo principal de esta carta.  Quiero olvidarme de ti e iniciar una nueva vida, espero que una feliz como la que llevas ahora.

Sin embargo, algo en mi interior me dice que no por siempre serás feliz con él, es obvio que en una relación existan altas y bajas, pero a lo que me refiero, es que presiento que saldrás muy lastimado y como tu amigo, no quiero eso para ti… no te entregues tanto Inuyasha y guarda un poco de amor para ti mismo.

 

Espero que podamos vernos algún día, cuando yo te haya superado y puedas verme nuevamente como un amigo.

 

 

Atentamente,

 

 

Kouga  Yamaki.

 

 

Suspiró mientras apretaba la carta, era la segunda vez que la leía en ese mes; extrañaba a su amigo y las locuras que hicieron durante su juventud.  Sin embargo, leer para recordar sobre aquellos tiempos no era el verdadero motivo para releer la grafía, era el hecho de que las últimas palabras en esa carta comenzaban a calar en lo profundo de sus emociones.

 

Últimamente Sesshoumaru se veía distante, su mirar era melancólico y eso poco a poco comenzaba a crearle un vacío en el pecho.  Pensaba que su hombre tal vez se estaba cansando, pero al momento de hacer el amor, Sesshoumaru se mostraba pasional y tierno… eso realmente le estaba confundiendo mucho.

También estaba el hecho de que su pareja se perdiera observando el parque, al principio pensó que era por alguna mujer… sus celos habían ganado en aquel momento, pero Sesshoumaru se lo negó, no había tal mujer.   Tiempo después se dio cuenta que el mayor divisaba a los niños que jugaban; los miraba con añoranza y eso le dio cierta idea del estado meditabundo de su amante.

 

-       Inuyasha… Inuyasha…

 

-       Eh? Lo siento… ¿me decías?

 

-       Llevo llamándote casi cinco minutos, ¿dónde tienes la cabeza?

 

-       Estaba distraído, ¿qué me decías?

 

-       Que salgamos, hace una buena noche para que estemos afuera

 

-       Tienes razón, demos un paseo

 

 

Ambos peli platas salieron de la casa que hacía un año compartían juntos.  Optaron por estabilizarse en una casa para eso también darle un poco de equilibrio a su relación.  Al principio resultó, pero al cabo de un año, la relación no era igual.

En eso pensaba Inuyasha cuando sintió su mano ser entrelazada con la de su pareja; Sesshoumaru seguía siendo tan atento, que en parte le lastimaba… cada día lo amaba más, pero no sabía si el mayor lo sentía igual.

 

-       Sesshoumaru, sabes que puedes decirme lo que sea, ¿verdad?

 

-       Lo sé Inuyasha

 

-       Entonces ¿ por qué no me dices que te molesta? ¿ te has cansado de nuestra relación?  - un tanto desesperado-

 

-       No es eso Inuyasha, es algo complejo  - dijo tranquilamente-

 

-       Si no me lo dices, ¿cómo pretendes que lo entienda? – un tanto molesto.  Miró fijamente a su pareja y este seguía en su porte estoico, eso solo indicaba una cosa… su fantasma no hablaría más sobre el tema.   Aquello comenzaba a intoxicarle, la indiferencia a veces era peor que saber la dolorosa verdad; empuñó con fuerza sus manos, intentando contener el creciente enojo en su cuerpo.  Sin embargo, al ver como la brisa dejaba a sus pies varias hojas otoñales, algo hizo clic en su mente… por estas épocas de otoño es que Rin había muerto y eso siempre traía melancolía en su pareja.

 

-       ¿ Es por Rin? ¿ cierto?

 

-       Inuyasha, sabes que ese tema no se toca

 

-       Puedes debemos tocarlo, estoy cansado de ser su sombra Sesshoumaru, ¿hasta cuándo pensarás llorarla?  - un tanto irritado-  ¿acaso no valgo el esfuerzo de que lo hagas?

 

-       No es alguien que se supere tan fácil, no lo entenderías

 

-       Entiendo que está muerta

 

-       Y aún así, jamás le llegarás a los talones

 

 

Ante tales palabras olvidó como respirar, había sido una daga invisible empuñada en su pecho,  dolía y mucho… siempre sería el “ segundo amor” en la vida del mayor, había trabajado en superar ese recuerdo pero al parecer, Sesshoumaru aún lo seguía alabando con vehemencia… no podía hacer nada más… no si su amante no quería.

 

Suspiró con dolor y observó los ojos inexpresivos de su fantasma, tal vez habían  dicho demás, pero las palabras dichas no tenían reversa, ni ahora ni nunca.  Lo amaba, pero algo que tenía claro, es que no pretendía sacrificar su esencia, tal como le había dicho Kouga,  “no te entregues tanto Inuyasha y guarda un poco de amor para ti mismo”.

 

-       Entonces quédate velando su recuerdo, porque eso te llena más que yo

 

Giró en sus talones y emprendió marcha lo suficientemente lento para que su pareja lo alcanzara.  Pero al no escuchar pasos tras él, supo que el orgulloso demonio no iría tras su partida… siempre sería así, altivo, egoísta y terco… y eso mismo le costaría aquella relación.

 

Optó por dejar al tiempo lo que era del tiempo, Sesshoumaru necesitaba pensar y él también, por eso ahora, le indicaba al taxista que lo llevara al aeropuerto, regresaría a Japón… algo en su interior le dictaba que regresara a su antigua casa, allí se revelaría una señal que pondría fin o principio a su relación con el fantasma. 

 

Con esa incógnita tomó el avión…

 

/////////////////////////////////      FANTASMA DE LA ÓPERA 2DA PARTE /////////////////////////////////

 

 

No dejaba de dar vueltas por todo el departamento, estaba realmente molesto por lo sucedido con Inuyasha.  No pretendía decirle algo así te hiriente, pero fue lo que salió de sus labios al sentirse arrinconado por la exigencia de su pareja.

 

Prendió otro cigarro y caminó hasta el balcón, todo era alumbrado por la luna en aquel momento, los locales estaban cerrados, las calles desoladas y los fastidiosos autos estaban guardados en los garajes. Las noches le gustaban por el descansado silencio, pero esta noche era una excepción… esperaba ruido, habladurías y pasos… esperaba escuchar los pasos de Inuyasha regresando a casa, pero al ver que en el reloj marcaban las tres de la mañana, supo que su amante no regresaría.

 

-       Maldita sea Inuyasha… ¿dónde estás?  - maldecía en voz alta debido al enojo que sentía.  Apagó el cigarro para sacar otro, pero observó que no habían más en la caja, se había consumido cada gramo de tabaco en ese recipiente.  Decidió buscar otra caja de cigarros,  Inuyasha siempre se las escondía porque no le gustaba verlo fumar.  El simplemente podría ir a comprar otra, pero era divertido ver el rostro frustrado del menor, cuando hallaba la caja.

 

Haría lo mismo, sólo que esta vez, no vería el hermoso puchero que se formaba en ese rostro. 

Encontró  la cajetilla debajo de un papel perfectamente doblado; olfateó con su sentido agudo y sin dudarlo desdobló la carta; aquella tenía un olor particular que sabía que en el pasado le había acarreado muchos problemas. Antes de leer el contenido, leyó el nombre del remitente y gruñó porque tenía razón… el antiguo amigo de su novio volvía a aparecer en sus vidas después de cinco años.

 

Al principio de la lectura, se burló de la grafía y poca estética de la carta; era algo insulsa pero no podía esperar más de ese sujeto, sin embargo, al llegar al párrafo final, tuvo que leer varias veces para convencerse en que el sujeto quería decir aquello.  “Sin embargo, algo en mi interior me dice que no por siempre serás feliz con él, es obvio que en una relación existan altas y bajas, pero a lo que me refiero, es que presiento que saldrás muy lastimado y como tu amigo, no quiero eso para ti… no te entregues tanto Inuyasha y guarda un poco de amor para ti mismo”.

 

Pensó en destruir la carta, estaba realmente molesto por el atrevimiento de aquel sujeto.  No obstante, él había alimentado esa duda en Inuyasha, él le estaba confirmando lo que ese tipo había escrito y ahora Inuyasha se había ido porque no se sentía apto y querido… se sentía como una sombra.

 

Se sentó en el sofá y gruñó con frustración, al ponerse en los zapatos de su amado, supo lo cruel que había sido con sus palabras.  Es verdad que aún cuidaba con júbilo el recuerdo de Rin, pero no era eso lo que lo tenía melancólico ni meditabundo; era el mismo Inuyasha quien lo traía así.

 

De un tiempo atrás, comenzó a tener deseos de formar una familia a su lado.  Habían cumplido un sueño en conjunto, pero ahora, quería algo más; quería un hogar con su pareja y un primogénito… tal vez su error fue en no decírselo al menor.  Inuyasha en comparación a su edad, era demasiado joven y no quería imponerle nada, además, de que estaba el problema de que ambos eran hombres.  Con la tecnología humana, podrían alquilar un vientre o hacer otro tipo de intervención… pero él quería un hijo de linaje puro, un vástago que tuviera su sangre y la de Inuyasha… un pequeño demonio con lo mejor de los dos.

 

La idea sonaba prácticamente imposible y es allí donde radicaba su melancolía.  El decirle a Inuyasha era ponerlo a sufrir, era ilusionarlo para después desilusionarlo nuevamente… lo mejor sería desechar la idea y aclarar el asunto con su pareja.

 

Marcó al móvil de su novio pero sonaba fuera de servicio. Para infortunio de Inuyasha, él lo conocía muy bien,  Inuyasha era transparente a sus ojos y por eso a veces podía anticipar cualquiera de sus movimientos.

Retomó su celular y marcó a la línea del aeropuerto; consultó sobre algún viaje con dirección a Japón y obtuvo una respuesta afirmativa, el avión había partido a las 11 pm.  Para cerciorarse, le preguntó a la encargada si Higurashi Inuyasha aparecía como uno de los pasajeros, a lo cual, obtuvo otra respuesta afirmativa.

 

Colgó la llamada y comenzó a empacar algo de ropa para ir al aeropuerto.  Sabía que Inuyasha iría a casa de sus suegros.  La idea no le agradaba mucho, apreciaba a Keichi, pero a su suegra, no la toleraba… era una mujer cizañera y roñosa, el solo verla le provocaba acidez en el estómago.

 

Finalmente había llegado a Japón después de doce largas horas de viaje.  Inhaló el aroma y a pesar de ser el mismo oxígeno, pudo distinguir el diferente aroma nipón. Tomó un taxi y minutos después llegó al antiguo templo que fue su hogar; en las escaleras del lugar, se encontraba su padre barriendo.

Cuando el hombre mayor lo miró, soltó la escoba y bajo corriendo a abrazarlo.

 

-       Hijo, que gusto verte

 

-       También me alegro de verte papá  - correspondiendo el abrazo-  ¿ qué tal todo?

 

-       ¿ Por qué no me avisaste que vendrían? Así les tendría preparado algo – sonriendo-

 

-       Bueno yo… vine solo

 

-       ¿ Y eso?  ¿ Pasó algo?  - preocupado-

 

-       Adentro te cuento

 

 

Ambos hombres entraron a la casa. El mayor sirvió té y comenzaron a dialogar sobre el asunto.  

Para Inuyasha siempre era un alivio ser escuchado por su padre, le agradaba ser oído y no ser juzgado, aquel hombre era un gran padre y siempre lo sería.   Una caricia en su cabello lo relajó, debía sacar toda esa pena que tenía en aquel momento; si seguía con ella, sabía que lo suyo con su pareja terminaría muy mal.

 

-       Todas las relaciones tienen bajas, piensa que es un pequeño tropiezo para levantarte luego Inuyasha.  Además, nos tienes de ejemplo a nosotros, tu madre y yo hemos superado muchas cosas.

 

-       Demasiadas a mi gusto papá, no sé como la has soportado

 

-       Por amor hijo, por amor se hacen muchas cosas

 

-       Gracias por escucharme papá, realmente lo necesitaba   - sonriendo-  lo olvidaba, hace poco me llegó una carta de Kouga, ¿ ha venido por aquí?

 

-       Nos hemos encontrado una que otra vez, se ha casado

 

-       Sí, eso me contó en su carta

 

-       Y su esposa está esperando un bebé  

 

-       Oh… no lo sabía, me alegro mucho por él, deberé ir a felicitarlo 

 

-       Lo harás después, debes estar cansado por el viaje, te prepararé un baño para que luego duermas, aprovechemos que tu madre esta con sus amigas de “ vacaciones”

 

Sonrió ante las atenciones de su padre y asintió.  No había nada más relajante que un baño a la antigua; era una de las cosas que extrañaba de Japón. 

Mientras su padre arreglaba el baño quiso pasearse por el templo, aquel lugar guardaba recuerdos por cualquier rincón, tanto para sus abuelos como para él mismo.

 

Pasó por el árbol que a pesar de los años, seguía con la marca intacta de la flecha que selló a su abuelo.  Muchos años de historia se agolpaban en ese anciano árbol, y creía que por esa misma historia es que el árbol seguía existiendo.  Lo tocó y sintió como una fuerte corriente de aire salía de ese agujero y se desplazaba hacia el pozo.

 

-       ¿Será la señal que espero?  - se dijo mientras caminaba con lentitud hacia el pozo.  Recordaba que de allí había surgido aquel maligno ser que los había engañado.    Naraku fue quien estuvo al borde de asesinarlos con su macabro plan, pero a diferencia de antes, ahora dominaba sus poderes demoniacos gracias al entrenamiento de Sesshoumaru.

 

Notas finales:

Muchas gracias por sus mensajes y las visitas al canal de Youtube. Espero que la canción haya sido de su agrado. 

 

Próximo capítulo: Campo Astral. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).