EL OCASO DE UN AMOR
—Príncipe ¡NO LO HAGA!
—¡Déjeme en paz, Midorima! —Respondió el príncipe observando su túnica blanca a pasos lentos subía los escalones de esa torre para llegar a la punta de esta para que los rayos del sol acariciaran su blanca piel.
El alto hombre intentaba abrir la puerta con la ayuda de varios guardias, pero esta no accedía abrirse, el rey sentía el peso de sus errores ceñirse en sus hombros, pero era demasiado tarde para retractarse.
///No lo hagas, por favor no lo hagas
—Me estoy volviendo loco, porque es imposible que estés aquí Atsushi. Mi dolor me obliga a escucharte
///Akashi-chin lo juraste
Seijuro negó con la cabeza, de todas las cosas que quería escuchar de su amado no eran precisamente esas palabra, pero no iba a dar, marcha atrás no ahora que por fin lo había decidido hacer lo que su corazón deseaba. Ni su mejor amigo, ni su padre, ni los guardias reales lograrían abrir esa puerta y cuando lo hicieran sería demasiado tarde…
La luna le dio la bienvenida, ahí tan hermosa en lo alto del cielo nocturno, las estrellas brillaban y el Príncipe Akashi Seijuro se sentó en el balcón de la ventana de esa torre, sintió el frío de la noche abrazarlo y él solo dejó que el viento jugará con sus rojos cabellos… él solo esperaba… tenía una cita… tenía su…
//////Antes que sigas quiero contarte algo que nunca lo escucharás en tu mundo, sí tu mundo por hay otro mundo que desconoces que la luna señorea con devoción. Donde las tinieblas gobiernan los seres sobrenaturales.
¿No lo sabias? ¿Acaso creías que esas leyendas de pesadillas eran eso pesadillas? Debo decirte que has vivido toda la vida engañado amigo. Ahora te preguntaras porque he aparecido así, en medio de esta historia.
Porque lo que te debo contar, solo fui yo la única testiga de ese amor, del amor más puro que mis ojos pudieron presenciar. La historia de Murasakibara Atsushi y Akashi Seijuro. Sólo escucha y dime si fue justo el desenlace de este.
Cada año, cuando la luna se tiñe de rojo todos los monstruos hace una gran fiesta: Fantasmas, brujas, quimeras, hadas y demás seres aparecen para disfrutar su unión todos menos dos especies. Hombres-Lobos y Vampiros. Esas dos especies se odiaban tanto que no se podían ver, tenían reglas de prohibición a cada miembro de sus especies, crueles castigos para los que desobedecieran.
Pero a veces la madre naturaleza tiene sus momentos y precisamente esa fiesta tenía algo diferente. Porque hay amores que inician con una mirada con un toque y llegan a ser eternos sin importar sus desenlaces. Mira ahí está lo que decía:
Un par de jóvenes trataba de ocultar sus orígenes, estaban cansados de tantas responsabilidades y por un momento querían olvidar todo, hoy no eran ellos, hoy eran dos jóvenes que disfrutaban la fiesta del "Ocaso"
—Lo siento—Se disculpó cortes un chico de piel blanca, cabello rojo intento olfatear al alto hombre de cabello morado, pero no supo saber sé que especie era. Así que el también huía de sus responsabilidades
—Pareces una cerecita —respondió el otro buscando lo mismo que el otro y no supieron que los motivo a bailar, pero cuando sus dedos se tocaron juraron sentir chispas en todo su cuerpo y supieron que debían estar juntos sin importar nada.
Al finalizar la velada, cuando él sol iba a salir, ellos no querían separarse, buscaron un lugar alejado para prometerse amor eterno, sin decir de sus clanes, ni su especie, solo eran ellos dos, solamente ellos se amarían. Que importaba que se hayan conocido ese día. Que importaba que uno debía mantener su virtud por las leyes de su clan. Que importaba ser despreciado por ser quien era. Lo único que importaba es que se amaban
—Seijuro —Hablo el de cabello rojo, completamente desordenado, viendo la espalda desnuda de su amante que sólo se acercó para robarle un beso en sus labios.
—Atsushi—Respondió el otro para que sus enormes manos volvieran a tocar esa piel de porcelana tan suyo como él era del otro. Los dos amantes sabían que su amor iba a ser para siempre.
/// Claro que lo fue, yo fui testigo de ese amor, Seijuro como Atsushi se amaban como nunca había visto, sus luchas por tener sus momentos románticos. Recuerdo una vez en que tuvieran su primera batalla y es que Atsushi parecía un niño en un cuerpo de alto, Rogué que Seijuro tuviera paciencia y no terminará antes su relación, pero lo que muchos no sabían era que siendo parejas predestinadas no sólo necesitaban estar juntos se completaban porqué Seijuro tenían muchas responsabilidades al tener un padre estricto, orgulloso y lleno de ambición, mantenía a su único hijo en una jaula de oro, tan cruel al intentar tener cautivo a un alma libre. Pero a veces los padres pueden cometer muchos errores. Atsushi entrenaba para ser él más fuerte en su clan, de ser un líder sanguinario, pero a veces por su actitud muchos dudaban de sus capacidades, pero había uno que no.
Los dos amantes, se abrazaban, se acurrucaban, se amaban a la luz de la luna, planeaban un futuro para ellos dos, porque si fueron muchos años que tuvieron su romance, años que ninguno dijo de qué clan pertenencia, años qué también la guerra de Licántropos y Vampiros derramaron tanta sangre. Cansados de esa guerra sin sentido el mundo Sobrenatural unía a todos los reyes de todos los clanes para presentar a sus hijos para mostrar su poder, y también qué hubiera un tratado de paz, pero sin llegar a nada, ese día en específico se llamaba "Luna de Sangre " y como los años no pasan otro "Luna de sangre se presentó " y ahora se presentaría a los hijos de la siguiente generación para gobernar, y cada hijo fue presentado faltaba solo dos y todo terminaría. ¿Nada malo debería pasar verdad?
—El Príncipe del Clan Vampiro Akashi Seijuro —
—Y por último el próximo Líder de los Licántropos Murasakibara Atsushi
Ambos jóvenes se vieron a la cara y sintieron como su corazón se rompía, eran clanes enemigos, su destino indicaban que debían odiarse. Se día algo se rompió en ellos porque la responsabilidad de su sangre cayó en sus hombros.
Y el lugar que era de ellos, su nido de amor quedó en olvido. Ambos amantes sufrieron su separación y todos notaron eso, pero nadie dijo nada.
//// Sabes esa parte de la historia me rompe el alma, un amor como los de ellos no debió pasar se sumaban que las hadas pequeñas criaturas hicieron el trabajo de mensajeras miles de cartas que jamás fueron enviadas, miles de notas pidiendo perdón qué jamás fueron contestados. Akashi tenía miedo, miedo de fallar a su padre, a su gente y todas esas cartas quedaban escondidos en su habitación, pero a veces él amor es terco. Y un día ya no pudieron estar más separados…
—Atsushi sabes que lo nuestro no puede ser —susurro Akashi sintiendo como su pareja acariciaba con devoción su cuerpo —Te amo —
—Lo se Aka-Chin —Contesto para fundirse en un nuevo beso. Y aun cuando su amor estaba prohibido siguieron viéndose, profesando su eterno amor. Y en una luna de sangre se casaron en secreto. Algunos lobos miraban con duda esa unión, pero amaban a su líder y los dejaron hacer. Quizás pudiera ver una pizca de esperanza a un tratado de paz.
/// La envidia es el peor pecado del hombre y también él Sobrenatural. Akashi era hermoso, Murasakibara era fuerte y alguien supo su secreto, las miles de cartas, los miles te amo, como los encuentros clandestino y el peor pecado se atrevieron a casarse. Alguien traiciono a los jóvenes amantes.
El padre de Akashi atacó a traición el clan de Murasakibara, no dejó a ninguno cachorro, anciano o mujer con vida, fue una masacre. Seijuro llegó tarde… solo vio un río de sangre. Y a su amado agonizando…
Seijuro como Atsushi se vieron a los ojos, y el lugar se sumó en silencio, su padre quiso alejarlo de ese maldito lobo, pero vio en los ojos de su hijo un enorme odio a su persona, detrás de su hijo venía el clan de los vampiros del sur su rey Aomine Daiki vio con profundo enojo la bajeza del rey, busco algún sobreviviente del clan Murasakibara siendo el único con vida Atsushi.
—Jura que vivirás por mí —Susurro Atsushi sintiendo los labios de su esposo por última vez.
///como dije esa es la parte más triste que no me gusta recordar, ver a Seijuro abrazar el cuerpo inerte de su esposo, Aomine se sintió mal por no llegar antes pero nadie se esperó esa forma de actuar del padre de Seijuro, y sé que dirán por eso debo aclarar existen más clanes de vampiros como hombres-Lobos, y si bien Aomine pensaba igual que el padre de Akashi, este cambio cuando vio a su amigo tan feliz fue uno de los pocos que supieron la verdad y gracias a esa rara relación conoció a su consorte un hermoso lobo fértil pero esa es otra historia. El rey fue encerrado luego de su juicio, arrepentido de sus actos, pero era demasiado tarde, su hijo no deseaba saber nada, por su culpa perdió todo, por su culpa un clan murió. Por su culpa el amor de su vida murió.
—¿Estás seguro de lo que vas a hacer?
—Lo estoy. Ellos merecen ser felices y mientras mi padre siga con vida los va a cazar, es mejor que nunca sepa mi otra verdad. Júrame que nadie sabrá esto Kise, que tú junto a Aomine los protegerán — habla cansado Akashi entregando un par de bultitos que algún día serían fuertes, pero para entonces él no los vería crecer, no vería llamarlo "Papi"
///Cuando dos personas que se aman demasiado muchas veces tienen él fruto de su amor, pero Seijuro no quería su título de Príncipe ni mucho menos en el futuro gobernar a los soldados que mataron a su esposo, pero sobre todo si tomaba su puesto como Príncipe condenaba a sus hijos. Entonces su única salida, su única oportunidad de que sus hijos fueran libres era que nadie supiera que eran hijos suyos. Entonces Kise le ayudó con su embarazo porque si tuvo dos hermosos lobos idénticos a su otro padre y Reo junto a su esposo cuidarían a sus hijos como propios ya que ellos jamás pudieron tener hijos y apreciaban mucho al príncipe vampiro como uno de sus mejores amigos. Desde ese momento Seijuro lloro por días, pero ese era el destino qué tuvo y que nunca renunciaría.
Antes de ir a donde tenía su última cita cargo a sus bebés una hermosa niña qué fue nombrada Leila y el varón Argón, los cargo maravillándose de ver su pequeño cuerpo lleno de pelos, como sus orejitas caninas, le dio un beso a cada uno recordando cada detalle de sus bebés para salir de ese lugar.
Ahora que lo sabes, que sabes la historia de ellos, te dejó en el momento que te detuve ¿Dime fue justo?
La luna le dio la bienvenida, ahí tan hermosa en lo alto del cielo nocturno, las estrellas brillaban y el Príncipe Akashi Seijuro se sentó en el balcón de la ventana de esa torre, sintió el frío de la noche abrazarlo y él solo dejó que el viento jugará con sus rojos cabellos… él solo esperaba… tenía una cita… tenía su…
Cuando la puerta fue abierta todos pudieron ver Akashi reír cuando los delicados rayos del sol quemaban su piel, dejando que el viento llevará sus cenizas.
///El rey se retorció de dolor, jurado cazar a todos los lobos de linaje puro, amenaza que nunca cumpliría porque Aomine lo desterraría, le quitaría toda arma para que jamás hiriera a otro ser. Los amigos más allegado del príncipe solo contuvieron sus lágrimas al ver tan noble sacrificio…
Esa es la historia de nos amantes qué dejaron atrás disputas, que se amaron como ninguno y sus hermosos hijos crecieron sabiendo de su sacrificio rompiendo toda regla injusta de odiarse vampiros como hombres-Lobos
Como lo sé porque fui testiga de ese amor, y no quise que ambos amantes quedarán olvidados los convertí en estrellas para que su amor brillará más allá de los cielos. Porque, siendo diosa de la oscuridad, señora de la noche. Lo hice porque así es luna , amante de los romances más hermosos que muchas veces no son contados.
FIN