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El regalo perfecto. por Aryam

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Notas del fanfic:

Declaimer:

Los personajes de Naruto no me pertenecen, sino a Masahi Kishimoto. 

Notas del capitulo:

No maten mi poca creatividad, quería hacer algo por el cumple del Uchiha más emo de la historia y esto salió. Ni me pregunten cómo. 

Disfruten y gozénlo. 

El Regalo Perfecto.

SasuNaruSasu

 

 

 

El día más esperando del club de fan, que a estas alturas se reducía el grupo a unas pocas chicas, estaban cien por ciento motivadas. No por nada eran las seguidoras indiscutidas de Uchiha Sasuke y ellas estaban para velar por el pelinegro que les saca suspiros cada que les dirige una mirada o les habla –dícese de gruñirles por estar demasiado cerca de su espacio personal–, especialmente si el sueño de sus fantasías cumplía primaveras pronto.

– Chicas, yo creo que deberíamos dejarlo ser y no entrometernos.

Una rubia de exuberantes curvas y llamativo peinado, sacó del parloteo a otras dos, donde una le miró con indignación antes de suspirar con pena y fastidio.

– Recuerden que él no es de chocolates y hace un tiempo se pasó para la otra acera, cosa que hay que aceptar, queramos o no. –continuó hablando la rubia frente a una pelirosa y peliroja de lentes, que juntas se desvanecían en la mesa del local del té, lugar que siempre visitaban para juntarse a charlar o hablar del hombre de sus corazones rotos.

– Ni me lo digas, Ino. Aún pienso que el idiota de peinado de tazón necesita lentes y no vio lo que vio. – La chica de lentes se cruzó de brazos, bufando al recordar como Sakura le contó con detalle la noticia que no duró en hacerse el cotillón del mes sobre que el último Uchiha y Uzumaki Naruto, no iban a entrenar precisamente, pues este junto a Ten-ten, los atraparon en medio de un cráter en la tierra a los dos compartiendo algo más que solo golpes y sus labios estaban muy, muy juntos.

– Que es cierto, Karin. –Apresura a decir la pelirosa, bebiendo de su té. – Lo confirmé por mí misma, cuando el mismo Sasuke-kun me aconsejó qué acondicionador me venía mejor a mi tipo de cabello y cuales sólo eran publicidad engañosa. – Ella no era de creer de los chismes contados, pero bien supo que algo de cierto podían ser al recordar el consejo meticuloso que le dio el portador del Sharingan y como luego (ya que estaba de misión el equipo siete) daba cortas miradas al trasero de Naruto, donde hasta ella terminó haciendo lo mismo y asegurar que los entrenamientos le iban de maravilla a su zorruno amigo.

– ¡Pero eso no es nada, Sakura! ¡Sasuke-kun es demasiado masculino para serlo! – exclama, buscando una respuesta a todo lo que se decía y negar el hecho que Sasuke le rechazaba porque prefería las insinuaciones de un chico, aunque dudaba que gustara el de alguien más, pues Suigetsu lo intentó y terminó cortado por la mitad.

– Lo es, Karin. Ya en el cumpleaños de Choji intenté que me tocara o hacerlo hombre, pero me evitó y eso que…

– ¡Ni lo digas, solo eres una cerda! –dice exaltada Sakura, avergonzada de que su amiga fuese tan descarada y ligera para decir las cosas, cuando se lo proponía. A veces pensaba que entre las tres, la más cuerda era ella. – No quiero ni imaginar cómo conquistaste a Sai.

– Oh, Sai es adorable. ¡Te puedo contar! –Soltó animada, con las mejillas sonrojadas y la mirada llena de picardía, siendo interrumpida por Karin al ver esta que se iban por la tangente.

– Ya, paren ustedes dos. No venimos a reunirnos para hablar de novios. –gruño, pues odiaba que esa “tipa” tuviera tanta suerte con los hombres y ella parecía ser se quedaría a vestir santos. Qué horrible. – Sino a decidir que regalo darle a Sasuke-kun para su cumpleaños.

– Yo tenía pensado obsequiarle un set de tratamientos para el cabello. – acotó Ino, sacando una revista de la tienda donde estaba dicho set en venta.

– No lo sé, puede que ya lo tenga en su casa. – intervino Sakura, mirando la revista con atención. – Es una buena oferta y él siempre está al día con estás cosas.

Suspira la rubia. – Tienes razón frentona. ¿Entonces qué?

– Yo digo que hay que ser más descaradas. – Las otras dos le quedaron viendo, preocupadas de lo que pasaba por su cabeza. – Bien, aceptemos que a Sasuke-kun se le quema el arroz y hay que aceptarlo como el adonis que es…

– ¿Ya? –Soltaron ambas rubia y rosa, motivando a seguir hablando.

– ¿Por qué no darle lo que más desea?

Ino y Sakura se miraron, pensando al respecto como darle puntos a Karin, pues pensando tanto en lo material se les fue el detalle que quizás su Sasuke-kun no estaba interesado en ello, sino…

– ¡Espera! –apresura decir Sakura, mirando seria a Karin. – ¿Te estás yendo como siempre por el lado pervertido, loca?

– No sé, pero tú ya lo estás pensando. –dice con malicia, sonrojando a Sakura y sacando una risa a Ino al entender a lo que iban sus amigas, negando con la cabeza.

– Ah, chicos guapos hay pocos y no quiero darles a todo a Sasuke-kun, ¿saben? – Karin ríe y niega con las manos, sacando una foto de su bolsillo, pasando a mostrárselas a sus amigas. – ¿Naruto sin camisa? Vaya… ¿tenía aquello bajo esa ropa? –Ino intenta tomar la foto, pero la peliroja lo evita y sonriendo con malicia la vuelve a guardar. – ¿Qué haces tú con una foto de Naruto?

– Venga, el rubio está como quiere y yo no niego lo que veo a través de mis lentes.

– Omitiendo eso… –dijo con algo de desagrado Sakura, ya que de algún modo se le hacía incomodo que ellas hablaran de sus amigos, casi hermanos de ese modo y no podía evitar sentirse celosa por la forma mal sana que sus amigas los miraban. – ¿Quieres darle a Naruto como regalo?

– ¿Por qué no? Envuelto en cinta o papel de regalo, solo para él.

– Debe ser porque si el chisme es verdad, ese regalo ya lo abrieron antes. –suelta con doble sentido, Ino, que no contuvo el reírse y sacarle un quejido de pena a la peliroja.

– Hm, no sé… –musita pensante, Sakura, que parecía recordar algo. – Una vez le pregunté a Naruto por el chisme, pero está entre que lo niega o evita el tema.

– Capaz sea uno de closet y le guste estar en Narnia. – La risa de Ino se hace más escandalosa, pues la comparación de Karin había sido buena.

– ¡Chicas!

El buen humor contagia a Sakura, riendo de buena gana junto a ellas y no poder reprocharles nada. No obstante, en el peor de los casos, el tema del regalo de Sasuke iría para largo y se preguntaba si al final le darían obsequios, porque era ese mismo día. Era una reunión de “emergencia”.

Y quizás, el único detalle que se les pasaba por ser muy parlanchinas y no moderar el tono de voz, que por la calle que daba junto al local del té, dos jóvenes caminaban con calma hasta que oyeron lo que decían y cada uno adquirió un color carmín por la vergüenza/enfado. Solo cuando estuvieron lo prudentemente apartados del lugar, unas cuantas cuadras, decidieron respirar y no esconder el chakra, siendo el rubio primero en hablar.

– No puedo creer que Sakura-chan sea tan chismosa-ttebayo. –con el ceño fruncido y aun avergonzado, miraba al moreno, el que sonreía disimuladamente.

– Así son las mujeres y la mayoría en la aldea, dobe. –responde con calma con un brillo malicioso en los ojos, ese que se perdía en la solemnidad de la personalidad tranquila que lo caracterizaba. – Igual no estaban tan perdidas.

– Aun así… – Le mira con ceja alzada y manos en los bolsillos. – ¿No te molesta que hablen así de ti?

Sasuke se encoge de hombros, restando importancia a lo que a Naruto parecía preocuparle tanto. – No. Sé quién soy y lo que quiero –una mirada dirigida al rubio, hace que este mismo trague saliva al entender el sentido de sus palabras, revisando cada lado de la calle para verificar que no habían cotillas a la vista y poner las manos sobre el pecho del Uchiha, el cual acortaba discretamente el espacio del Uzumaki. – ¿Hn?

– ¡Teme, puede pasar alguien-ttebayo!

– ¿Y? No que me habías dicho que hoy, especialmente, no estarías en Narnia. –dijo, recordando el comentario que soltó Karin al referirse a Naruto y poniendo énfasis el “especialmente”.

El rubio atolondrado abría la boca y la cerraba, sin saber qué decir, bufando resignado en que no podía recriminarle nada a Sasuke al respecto, además que él mismo había dado la palabra al otro que hoy, por ser su cumpleaños –y por ser de las pocas veces que estaba en Konoha, después de meses de misión – estar con él todo aquel día.

– Sé lo que dije-ttebayo. ¡Solo no pienses que es una cita, teme! –Se aparta, apenado y esquivando su cuerpo, que sin ser detenido comienza a caminar como niño regañado delante del Uchiha.

El de cabellos morenos, solo rodó los ojos y lo siguió, logrando darle alcance en poco al rubio sin esforzarse demasiado.

Desde la última vez que se vieron, sus entrenamientos y descubrir sus propias fijaciones, debía admitir que amaba a Naruto a pesar de todo, así que cualquier cosa que hiciera o cercanía que tuviera con este, la apreciaría, al fin y al cabo, ese idiota le dio luz nuevamente a su vida. No le importaba esperar y ser paciente para que Naruto aceptara lo obvio, ya que su relación de amistad hace tiempo quedó atrás; más bien, ahora tenían una extraña relación llevado por las hormonas o instancias de gran compenetración entre ambos, que ni el rubio sabía explicar y sin olvidar los celos de este a veces.

– Deja de poner esa cara, no es como si atacara tu virginidad. – Ataca el Uchiha, divertido por la situación e irritado por el gusto de Naruto en quejarse sobre su “masculinidad dañada”.

– Yo-yo… ¡ah, teme! Puedes hablar bajo. –susurra con un toque nervioso con las mejillas sonrojadas. – Sino no te regalaré los acondicionadores que quieres, ni el ramen especial de tomates que reservé en el Ichikaru.

Golpe bajo, que provocó una afilada mirada en el Uchiha, pues nadie se metía con sus debilidades. – Es mi cumpleaños, dobe. No te eches para atrás como cual gallina. – Le picó, sonriendo malicioso.

– ¡No soy una gallina! ¡Solo no provoques! –Frunce los labios el rubio, deteniendo el paso al sentir un tirón por el brazo y al voltear para saber qué pasaba o qué quería Sasuke, este lo tome con la guardia baja para robarle un beso sutil de los labios, quedando estático en aquel lugar.

– Andando, dobe. –Le da una corta palmada en el trasero.

– Ah, sí… –Logra decir Naruto, saliendo de la ensoñación y apresurarse para ir con Sasuke, que sin problemas lo alcanzó.

El joven Uchiha se limitó a sonreír levemente, apenas las comisuras de los labios, mientras iban caminando y el Uzumaki quedaba por el momento en silencio, teniendo una vaga idea de lo que pasaba por su cabeza.

Si estaba enamorado o algo parecido, a veces dudaba de ello y en otras lo confirmaba, debido a la ignorancia de aquel tema tan cursi que no se atrevía indagar; sin embargo, los chismes no eran falsos y no le preocupaba ya la restauración del clan o lo que dijeran de su sexualidad, si por su cabeza su único interés era Uzumaki Naruto, el cual para su día de cumpleaños le daría el gusto de una cita –por más que lo negase–.

Uchiha Sasuke era feliz e iría por todo por ese idiota de buen trasero que no admitía que tenían algo más que amistad.

– Asqueroso, deja de hurgarte la nariz. – Cae un poco la cabeza de Sasuke, que después de voltearse a ver a Naruto antes de entrar a la tienda por su regalo, este se dignaba a hablarle con el dedo meñique “rascándose su cerebro”.         

– ¡Teme!

Sinceramente debía estar enfermo para amarlo tanto.

 

 

FIN

Notas finales:

¿Les gustó?

No sé, como que adoro a Naruto refugiándose en el closet y solo salir un poco por Sasu-chan jajaja.

¡Nos leemos!


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