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ADIÓS AMOR MÍO por HatsuYumiko

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Notas del fanfic:

Gracias por entrar a leer, espero que les guste.

Notas del capitulo:

Los personajes no me pertenecen, son de Masashi Kishimoto, pero la historia es completamente mía.

ADIÓS AMOR MÍO

 

En un asiento de primera clase se encontraba un muchacho de no más de 23 años, su mirada fija en la redonda ventana de ese avión. Sus ojos, como dos remolinos de sentimientos de todo tipo escondían una historia que deseaba olvidar, que deseaba dejar atrás. Su cerebro recordaba aquellos tan hermosos momentos que vivió en aquella pequeña ciudad, donde vivió tantas cosas, buenas y malas, pero sabía que ya no podía quedarse más en aquella cárcel que reprimía su felicidad.

Sabía que era momento de dejar todo atrás, estaba seguro que debía olvidar todo, si, era la mejor decisión que podría tomar. Recordaba tantas cosas, sabía que sería un secreto lo que aquellas blancas sábanas escondían tan recelosas, nadie se enteraría nunca de lo que la luna calló tantas noches.

Mientras su cerebro divagaba en aquellos recuerdos tan hermosos y a la vez tan difíciles, de aquellos remolinos escapaba una solitaria lágrima, el adiós a aquel lugar, a aquellos momentos tan especiales, a aquel sentimiento tan doloroso. Una promesa silenciosa de olvidar todo aquel vórtice de emociones y sentimientos.

-          Adiós amor mío – susurró.

Al mismo tiempo en una imponente mansión de estilo europeo un joven de oscura cabellera y profundos ojos negros recibía una carta, revisó de quien era pero no tenía remitente alguno.

-          Girasoles y gardenias – se dijo, reconocería aquel aroma en cualquier lugar, bajo cualquier circunstancia.

A su mente vino un recuerdo fugaz de aquellos dulces labios. Sabía de quien era esa carta, era imposible no hacerlo, sabía de memoria su aroma y no es de extrañar si compartieron juntos tantas cosas, si creyó haberlo amado en algún momento de su vida.

No le dio mayor importancia y desechó aquellos pensamientos, eran parte del pasado.

-          ¿Qué querrá ese dobe ahora? – se dijo y con aquella carta de un blanco impoluto se dirigió a su habitación, tenía curiosidad por saber que querría decirle aquel doncel tan revoltoso.

Fecha: 22 de Julio

Querido Sasuke:

No sé por qué es necesario poner el “querido” pero da igual, sé que deseas saber a qué se debe una carta mía si ya habíamos acordado cuál sería nuestra relación, aunque en realidad solo lo decidiste tú, yo no dije nada en aquella ocasión, no porque yo quisiera sino porque mi mente era un desastre y tu desapareciste de mi vida, pero no importa ya, sé que no quieres saber nada de mí y menos aún con lo último de sucedió entre nosotros.

 

Al comenzar a leer la carta de Naruto, imagine que estaría haciendo pucheros al decirme “querido”, sé que lo lastime, y decirme eso debe de ser difícil. El día en que decidí alejarme u poco de él tuvimos una leve discusión, no sé porque actuó de esa manera aquel día, recuerdo que se fue corriendo de la casa en la que vivíamos y no entiendo porque se comportó de esa manera tan infantil y dramática.  Aunque no quise alejarme de él era necesario que lo haga, el dobe debía entender que no puede conseguir lo que desea con unos cuantos gritos y reclamos.

 

Recuerdo cómo fue que nos conocimos, era un día normal en el que navegaba en Facebook, entre las sugerencias de amistad aparecía tu nombre Sasuke Uchiha, había algo que llamó mi atención en aquella cuenta, la foto de perfil era la de un hermoso gato negro que ahora sé que se llama Chidori, realmente  no sé porque decidí enviarte una solicitud de amistad y menos aún porque aceptaste la solicitud de un extraño, sé que tú nunca haces eso pero en aquel momento no le di importancia.

 

Recuerdo claramente ese día, estaba tan aburrido porque ninguna de las chicas con las que compartía momentos de calidad contaban con tiempo libre, estaba en Internet buscando alguna cita con una chica de grandes atributos para poder descargar mis necesidades biológicas, el sonido de una notificación de Facebook llamó mi atención y entonces es cuando vi la solicitud de amistad que envío el dobe y lo que me llamó la atención fueron sus hermosos ojos azules y su rostro tan dulce y algo infantil, sin pensar acepté la solicitud de ese chico con aspecto de zorro.

 

Todo inició con un “Hola” de mi parte y tú respondiste a aquel escueto saludo, poco a poco comenzamos a hablar y a contarnos detalles cada vez más íntimos y especiales, congeniamos tan bien aún detrás de una pantalla y no necesitamos de mucho tiempo para conocernos en persona, fue idea tuya y fue tan especial. Recuerdo que ese día estaba tan nervioso de conocerte porque sin darme cuenta comenzabas a entrar en mi corazón.

 

Ese “hola” llego casi al instante en que acepté la solicitud de amistad de Naruto, le hablé por educación en un principio pero pronto me di cuenta que ese doncel era especial, era divertido y tenía ese algo que hacía que no me aburra de él, en algún momento me dieron ganas de verlo en persona, pensé en que quizá podría acostarme con él y luego olvidarme de esos azules ojos que me perseguían en mis sueños, creí que solo necesitaba tenerlo en mi cama para poder seguir con mi vida.

 

Desde aquella vez que decidimos vernos en persona la relación de amistad creció tan rápido, tan fácil, tan inesperado. Antes de percatarme mi corazón comenzó a latir por ti y antes de darme cuenta de quien eras realmente me había enamorado de ti, no había día en que mis pensamientos no revoloteen alrededor tuyo, soñando cada día estar entre tus brazos, soñando con poder besar tus labios que se veían tan suaves y tan dulces.

 

Al verlo en persona ese día quedé sorprendido, tenía un tono de piel bronceado suavemente, cuando veía sus fotos creía que era por algún filtro en sus fotos, sus ojos azules eran más vibrantes de lo que se percibían en sus fotos de Facebook, su cabello tan rubio como rayos del sol me dejaron anonadado, su hermosa sonrisa hizo latir mi corazón, pero lo deje pasar, sin lugar alguna Naruto era un doncel hermosísimo, su cuerpo era bastante impresionante también, el dobe es un doncel menudo pero de atlética figura, su cintura era tan pequeña que constrastaba a la perfección con sus hermosas caderas, su trasero se veía tan apetecible y sus piernas largas hacían de ese rubio un sueño erótico para cualquiera.

 

Recuerdo que reuní todo el valor para decirte que mi corazón era tuyo, que estaba en tus manos que hacer con él, con las mejillas rojas, los ojos cerrados y el corazón en la mano esperaba tu respuesta, una simple palabra podría hacerme el doncel más feliz o podrías destruir mi corazón. Tú me dijiste que también te gustaba, que deseabas tener algo conmigo, pero … fue ese pero el que hizo que mi corazón se agriete, dijiste que aún no estabas listo para una relación, que temías lastimar mi corazón aunque no sé  si te diste cuenta que con esas palabras me lastimaste como no tienes idea.

 

Salí con Naruto un par de semanas antes de que lo vea tan sonrojado y nervioso y con su hermosa voz de pajarito me dijo: “Sasuke, sé que es pronto pero me gustas más de lo que cualquier hombre me ha gustado nunca, siento que comienzo a enamorarme de ti” en ese momento quedé tan sorprendido y por alguna extraña razón mi corazón comenzó a latir rápidamente y unas inmensas ganas de tenerlo entre mis brazos se apoderó de mí, pero eliminé rápidamente aquellos pensamientos. Le dije entonces que él también me gustaba mucho y era cierto, su cuero era increíble y quería tenerlo entre mis brazos, pero yo no era una persona de relaciones serias, lo mío era solo una noche y olvidarme de esa persona. Le dije que no podría estar con él porque en mi corazón aún no estaba listo para entregarlo así, que temía lastimarlo, que nunca me perdonaría si eso llegaba a pasar; fue una  pequeña mentira que le tuve que decir, no podía permitir que él se entere de toda la verdad.

 

A pesar de esas palabras, un rechazo vestido en seda y endulzado con miel, continuaste hablando conmigo, pero no era como antes, había algo distinto en el trato que me dabas, eras mucho más dulce conmigo, con aquellas palabras que se te eran tan fácil de decir, endulzaste mi corazón, y aun sabiendo que no correspondías mis sentimiento me deje llevar por cada te amo que escuchaba de tus labios, por cada caricia en mi moreno rostro, en cada sonrisa que me dedicabas solo a mí, comencé a enamorarme aún más de ti a pesar de saber que caía en un abismo sin paracaídas, creyendo que tú estarías ahí para evitar que me estrelle contra un oscuro y frio vacío.

 

Al llegar a mi casa ese  día me di cuenta de que tenía a ese doncel de increíbles curvas en mis manos, entonces cree un plan para tenerlo entre mis garras. Al día siguiente le hable por las redes sociales pero trataba de ser más dulce, comencé a llamarle por apelativos cariñosos, diciéndole lo mucho que me encantaría estar a su lado, sabía que hacia mal en darle falsas ilusiones, que Naruto no se merecía un trato así, pero en aquel momento solo escuchaba a mi ego y mis deseos banales y carnales. Naruto accedió a todos mis pedidos, desde aquellas fotos subidas de tono que nunca borraré de mi teléfono a cada muestra de cariño que le pedía siempre, me encantaba sentirme con poder sobre él, que él haría lo que yo le pidiese.

 

Imaginaba una vida a tu lado, creyendo que tu correspondías a mis sentimientos, creyendo que comenzabas a amarme como yo ya te amaba, creía que serías el indicado en mi vida y con tus dulces palabras me entregue a ti, deshaciéndome entre caricias tuyas, sintiendo esas tan conocidas mariposas en mi abdomen con cada te amo que me decías entre susurros, me entregue a ti, te di mis sentimientos y también mi cuerpo. Cada caricia tuya sobre mi pecho o mis caderas me hacían sentir tan especial, me hacían sentir amado y protegido, me hacían sentir tan tuyo. En ese momento creí que nuestros cuerpos estaban hechos el uno para el otro al igual que nuestros corazones. Ese fue mi primer error, creerme tan tuyo cuando quizá no me veías como más que un simple polvo.

 

Aquella mentirá que cree para él comenzaba a hacer mella en mí, comenzaba a soñar con tenerlo cada amanecer al lado mío, eso fue preocupante para mí, no podía permitir que esos sentimientos se apoderarán de mí, mi padre siempre decía que el amor solo te hace débil, solo hace que dejes de lado cada uno de tus sueños y deseos, que el amor no te llevaría a ninguna parte. Entonces, convencí a Naruto para que me entregue su cuerpo, creía que esa era la solución a todos mis problemas, mi plan fue acostarme con él y luego irme del lugar y no volver a verlo nunca más. Lo llevé a un restaurante de lujo y entre caricias subidas de tonos y falsas palabras de amor lo llevé a un hotel, ahí recorrí su cuerpo entero con besos y caricias, su dulce aroma a canela y su afrodisiaco sabor hicieron que pierda todo control sobre mí, cada gemido suyo me prendían en demasía, sus ojos bañados en lujuria me obligaban a dale la mejor noche de su vida, recorrí su cuerpo a conciencia, conociendo cada punto erógeno en su ser, deleité mi paladar en su dulce entrada al placer y bañados en sudor me adentré a él, tomando absolutamente todo lo que él me entregaba, tomando su primera vez. Se durmió tan pronto acabamos aquel acto que no era solo sexo, había algo más en lo que habíamos hecho, pero no quería pensar en eso; lo vi dormido, sus rebeldes cabellos rubios se pegaban a su rostro angelical, me causó tanta ternura que lo miré por largo tiempo antes de caer dormido al lado de Naruto, abrazándolo por la cintura.

 

Desde aquel momento comenzó ese extraño juego al que me sumiste con tus dulces palabras, con tus sonrisas y caricias. Iniciamos aquella dulce tortura, donde no éramos novios pero tampoco amigos, quizá solo fuimos amantes de una noche, aunque realmente no sé si me considerabas de esa manera, solo sé que en mi ignorancia fui tan feliz.

 

Es cierto que hablé con él tras aquella noche, no podíamos ser novios, le dije tantas excusas que él me creyó y continuamos con aquellos encuentros a la luz de la luna, su cuerpo era adictivo, pero no debía permitir que lo nuestro pase esas barreras, no era bueno para él, ni para mí, era mejor que continuemos con esto, quizá podría olvidar a aquel doncel en algún momento.

 

Debí darme cuenta que tú no me veías con los mismos ojos que yo cuando nunca me presentabas a tus amigos y solo decías que éramos conocidos, ¡ni siquiera amigos! Debí darme cuenta en aquel momento que no sentiste ni cariño por mí, pero yo cargaba cada uno de esos desplantes en mi corazón y escondía lo mucho que dolía con una sonrisa de esas que nadie reconoce, ni tú lo hacías, aunque no es de extrañarse ahora que me doy cuenta que tú nunca prestaste ni un poco de atención en mí.

 

Claro que me daba cuenta de la decepción en sus ojos cuando decía que era un conocido, pero me decía a mí mismo de que si no lo veía, todo desaparecería y comencé a creerme esa mentira poco a poco, ya no te trataba con aquel cuidado y mis palabras no eran más que oraciones vacías, comencé a ignorar tus necesidades y tus sueños y comencé a pensar solo en mí, había olvidado incluso por qué inició todo aquel juego.

 

El tiempo pasaba y mi ser egoísta deseaba más, deseaba decirle al mundo entero lo que tus blancas sábanas escondían o lo que la luna nunca diría. Deseaba que lo nuestro ya no fuera aquella relación que manteníamos a escondidas de los ojos de la gente como si lo nuestro fuese algo malo, algo que debíamos de esconder, como si yo fuese el amante de un hombre casado, pero nunca dije nada, no quería causarte problemas y no quería agregar un problema más a tu vida tan ajetreada.

 

Creí que nunca te alejarías de mí y comencé a portarme como un patán, cada vez que intentabas hablar conmigo te daba alguna excusa para evitar tu parloteo, a veces era molesto oírte hablar, o eso pensé en aquel momento, no me di cuenta del daño te hacía con cada desplante, siempre te decía que tenía problemas con mi padre o que la universidad me estresaba, todo eso no era más que una excusa para sacarte de encima.

 

 Sentía que tú no eras mío, que nunca lo fuiste a pesar de las dulces palabras que salían de tus labios, a pesar de cada caricia tan suave. Pronto me entere de esa “hermana” tuya a la cual hablabas con tanto cariño, a la que llamabas amor, a la que decías amar y a la que jurabas que jamás dejarías de tomar su mano. No imaginas el dolor tan grande que comenzaba a crecer en mi corazón.

 

Llegó mi ex novia en aquellos días y su largo cabello castaño y sus grandes ojos negros me envolvieron en algo de lo que ahora comienzo a arrepentirme, me deje llevar por sus palabras y su forma de ser tan déspota, ella sabía que tenía un amante pero no le importo e hizo lo posible por tenerme entre sus piernas, volví con ella, en ese momento creí que sería lo mejor, era una chica hermosa de piel blanca, de buena familia y todos mis amigos y conocidos sabían de ella, creí que sería la mejor opción para alguien como yo, creí que ella sería la señora Uchiha, aquella que sería la dueña y señora de la fortuna de mi familia. Naruto en aquel entonces no era más que un estorbo, alguien a quien debía de dejar de lado pero por algún motivo no podía decírselo.

 

No te dije nada en aquel momento, conocía tu respuesta a la perfección: “Naruto eres tan inmaduro e infantil, no puedes pedir más de lo que tú mismo das”, me pregunto qué fue lo que no te di, pero al final del día el malo era yo, el villano de tu perfecto cuento de hadas era yo.

 

Echaba la culpa a Naruto de todas mis desgracias, el no poder ir más allá con esa chica de ojos grandes, creí que todo era culpa de Naruto, ahora me doy cuenta de lo tonto que debí verme al culparlo de mis errores, pero él solo se quedaba callado y aceptaba cada cosa que le decía.

 

Desde ese momento lo “nuestro” se fue en picada, mientras yo lloraba escondido de todo y todos, tu disfrutabas aquellos tan buenos momentos con tu “hermana”, una chica hermosa de largos cabellos castaños y hermosas curvas, me sentía intimidado por esa mujer, que se veía tan cercana a ti, aquella mujer que todo el mundo sabía de su existencia, no como yo que solo era un “conocido”.

 

Imaginar a Naruto llorando me parte el corazón, sabía que fui duro con él pero nunca creí que le haría daño de esa manera, con cada palabra de esta carta me siento como un bastardo, sabía de sus sentimientos por mí y él sabía que me acosté con Harumi, debió haberlo pasado tan mal, seguro se encerró en su habitación a llorar, reconozco que todo fue culpa mía y nunca me di cuenta de lo que llegue a provocarle.

 

Cuando me notabas “diferente”, me halagabas de besos, abrazos y dulces palabras, jurándome amor eterno, jurándome un futuro juntos y a pesar de saber que eso era una vil mentira de tu parte, mi parte racional parecía no funcionar en aquel entonces porque aceptaba cada disculpa tuya, cada dulce palabra, cada dolor que me causabas.

 

Sabía lo que quería con Harumi, pero me era imposible olvidarme de Naruto, cuando notaba que el comenzaba a pensar en abandonarme algo en mi me obligaba a llenarlo de besos y palabras de en ese momento creí que nunca sentiría. Le hice promesas que nunca cumplí, solo pensaba en mí, fui tan egoísta, lo lastime tanto que no sé porque seguía sonriéndome, porque me seguía dando la entrada a su casa, a su vida.

 

Cuando esa situación me superó por completo, decidí dejarte ir, te dije que quizá lo mejor era terminar con aquella relación tan tóxica para ambos, tu respuesta fue “eres demasiado dramático Naruto, no eres el centro del mundo, tienes que entender que yo no estaré siempre contigo, que yo también tengo cosas que hacer en mi vida, tú no eres tan importante como te crees Naruto, así que no seas tan infantil, sabes que no me gusta que te comportes de esa manera y menos aún si no hay razón aparente”, ¿No hay razón aparente? Me dije, quizá estuve imaginando todo el tiempo que te vi revolcándote con aquella zorra que dices que es tu “hermana”, o que los ojos se te escapaban cuando veías un trasero bonito, que aparte de tus bonitas palabras no había nada más, ni una flor, ni una cita, nada, que no era más que un conocido tuyo. Te dije que tu si eras mi mundo, que eras lo primero para mí, pero tu respuesta fue “tu no el mío, entiéndelo y ya no seas infantil” y como siempre, al final del día el malo era yo, el que arruinaba el perfecto cuento de hadas que te “esforzabas” en crear, el villano de la historia, el único que lloraba contando mis penurias a la luna que lloraba junto a mí.

 

Fui un maldito estúpido al decirte aquello, me empeñaba en echarte la culpa, para mí no era más que una molestia de la que no podía deshacerme o quizá no quería hacerlo, en mi mente estaba que no podías pedir nada, que tu solo eras el doncel incondicional que lo aceptaba todo, al que podía acudir cuando quería un buen polvo, no tomé en cuenta tus sentimientos, solo mi ego y yo cercano a casarme con Harumi no eras más que un estorbo, esta sería la manera de alejarme de ti, sería tu culpa por ser tan infantil, porque sabía que te alejarías y de mí y yo diría que eras demasiado dramático para sentirte herido con una pequeña discusión como esa.

 

 Tras esa discusión te alejaste de mí, me dejaste solo en aquel momento y me abandonaste a mi suerte en un remolino de malas situaciones. Pasó un par de semanas y la puerta de mi casa sonó y vaya sorpresa verte ahí, mi corazón seguía siendo tuyo y mi cerebro dejó de funcionar. Salté a tus brazos e inicie un beso que intentaba ser dulce pero lo convertiste en lujurioso, el recibidor fue el escenario de ese encuentro.

 

No pensé en aquel momento en lo que estabas pasando, ahora recuerdo que te desmayaste unos días antes de esa discusión y que te pasabas más tiempo en el hospital que en casa o en el trabajo, recuerdo esa fue una causa para decirte aquello, en mi cabeza solo estaban tus rechazos y tú no podías hacerme eso a mí, tu siempre debías estar disponible para mí, no me importaba que fuera lo que estuvieses haciendo, tu debías estar conmigo y ya. Que me digas que no podías porque estabas en el hospital porque volviste a desmayarte para mi eran puras excusas sin valor alguno. Fui un idiota al no darte mi apoyo en lugar de mis pataletas.

Pasó una semana de nuestra discusión cuando me enteré de que Harumi no me amaba y que estaba en una relación con un hombre mucho mayor a ella, eso no me importó yo tampoco la amaba, pero lo que me dolió es que ella quería robarme toda mi fortuna y luego escaparse con su amante. Entonces me di cuenta que el dobe estaría siempre para mí, sabía que me perdonaría y que volvería de nuevo conmigo y así fue, volviste conmigo sin pensarlo, eso me hizo creer tener poder sobre él, que seguía teniéndolo en la palma de mi mano como si fuese una marioneta.

 

Me dijiste que te diste cuenta que no concebías una vida sin mí, que me veías en tu futuro como la madre de tus hijos, y para complementar aquello me pediste ser tu novio y en aquella cama acepté tu oferta con lágrimas en los ojos y una sonrisa en los labios, había soñado con aquella situación tantas veces que ahora creía que era irreal.

 

Como olvidar aquel momento, al verlo sonreír tanto feliz mi corazón comenzó a latir, creí que Naruto era mi mejor opción ahora que Harumi se había marchado de mi vida, Naruto fue mi segunda opción. No lo amaba o eso quería creer pero sabía que ese doncel no sería capaz de robarme.

 

A la semana de iniciar nuestro noviazgo, me sorprendiste con un anillo de oro blanco e hincado frente mío me pediste ser tu esposo, estaba tan feliz que salté a tus brazos abiertos, asintiendo con la cabeza repetidas veces y con emoción te besé, pusiste ese hermoso anillo en mi dedo y celebramos aquella situación en aquel hotel, entre aquellas sábanas rojas como la sangre.

 

El anillo que había sido de Harumi se la di al dobe, quería casarme con ese doncel porque era necesario para formar una alianza con una empresa que haría que Uchiha Corp crezca, pero un requisito era que este casado, según sus palabras debía dar la impresión de un hombre de familia y de preferencia en espera de un hijo, porque le haría verse como un hombre responsable y respetable y eso era necesario para un vínculo con aquella empresa. Le pedí que se casara conmigo solo por negocios y me sentí mal al verlo tan feliz y sonriente como si no hubiese pasado nada de aquel horrible pasado que había creado.

 

Pasó un mes y poco a poco comenzaste a cambiar, te alejabas de mí, me gritabas cuando tenías un mal día, ¿Acaso había hecho algo? No lo sabía, pero la gota que colmó el vaso fue cuando llegaste a la casa que compartíamos y entraste sin saludar, ese día fue como si yo no existiese, creí que talvez te pasó algo en la universidad o con tu padre, pero te veía sonreír en ocasiones. En la noche me acerqué a la cama donde dormíamos y tú no prestaste atención a mis movimientos, te dije buenas noches y tu volteaste sorprendido a verme y con una sonrisa algo nervioso me dijiste “amor, me olvide de ti, disculpa, creí que estaba solo” y aunque eso me dolió demasiado, lo que realmente terminó por destruirme fue la marca en tu camisa.

 

Yo no podía dejar atrás mi pasado tan rápido y menos aun cuando apareció Harumi diciéndome que estaba embarazada y que había terminado la relación con su amante, me sentí feliz al saber que podría volver a tener a aquella mujer y agilizar lo que aquel hombre me pedía, volvería a mi plan original y si Harumi estaba embarazada era mucho mejor aún, era matar dos pájaros de un tiro, ese día me acosté con la madre mi hijo en la oficina. Estaba tan feliz recordando todo eso que olvidé la existencia de Naruto y que ahora vivíamos en su casa. Fue en la noche que él me dio las buenas noches y recordé que mi aún prometido estaba ahí, me disculpé con él esperando que no me reproche nada, pero solo lo vi acercarse a mí y luego salir corriendo de la casa, no entendí su reacción hasta que me vi en el espejo, en mi camisa había una marca de labial rojo, era el de Harumi. Esto me venía como anillo al dedo, así podría terminar con el dobe sin darle explicaciones y nuevamente que sea él el único culpable.

 

Salí de mi casa llorando y corrí hacía algún lugar, y aunque no recuerdo casi nada de esa noche, las lágrimas estuvieron en mis rostro todo el tiempo, no volví a mi hogar hasta casi dos días después y al llegar te habías marchado de mi casa y de mi vida, te llevaste algunas cosas mías, las más importantes como un acto de venganza hacia mí, y de nueva cuenta el malo en la historia era yo, porque al final fue mi culpa. Aquella carta tuya sobre mi cama me lo dijo, que la victima de mis amenazas y chantajes eras tú, que el único malo era yo, el que lo arruinó todo era yo.

 

Después de darme cuenta de la marca de labial me di cuenta que no podía quedarme más tiempo en esta casa, entonces escribí esa carta donde te decía que el único culpable eras tú, tu forma tan dramática e infantil de resolver los problemas hicieron que le aleje de ti y que no te amé en realidad. Me doy cuenta ahora que abrí los ojos de lo que realmente pasó, yo fui el único que jugó con tus sentimientos y sé que soy la persona más despreciable del mundo. Me enteré hace poco que Harumi espera al hijo de otra persona, no es mío y me lo dijo de la manera más cínica que pudo. En ese momento no me di cuenta de nada todavía, fui a tu casa para decirte que te perdono, que idiota que soy, Naruto es el único que debe de perdonarme.

Recién ahora me doy cuenta de que realmente le amé, que era el doncel perfecto para mí y no lo supe apreciar, pero que me mande esta carta significa que aún me ama y esta vez no voy a desperdiciar esta oportunidad, iré ahora mismo a su casa a pedirle perdón e iniciar con el nuevamente, esta vez haré las cosas bien.

 

Sasuke, sé que no fui el mejor novio del mundo, sé que tuve muchos errores durante nuestra relación, pero sé que no es solo culpa mía, sé que no soy el único que acabó con lo nuestro. Este es el adiós, aunque sé que no quieres verme creo que es necesario que te mande esto, si lo terminas de leer o no, ya no es asunto mío, pero este es el primer paso para olvidarte y sacarte de mi vida y de mi corazón, esta es el inicio de la despedida de mi amor hacia ti. Adiós amor mío, ten una buena vida y espero que no le hagas eso a nadie más, espero que encuentres pronto el amor en tu vida.

Nunca tuyo: Uzumaqui Naruto

Naruto fuiste el mejor de todos, el mejor amigo, el mejor novio, el mejor todo, el único culpable soy yo, con mis estupideces te hice daño pero ya no más, me di cuenta que te necesito a mi lado.

Adiós… así que este es el final de nuestra historia, discúlpame amor mío, fui un idiota, es demasiado tarde para hacerlo bien. Aunque llore un mes por ti, sé nunca compensaré lo que él tuvo que sufrir.

Discúlpame Naruto, discúlpame, quisiera tanto tenerte aquí para decírtelo a la cara y hacer las cosas bien, no quiero ser ese imbécil que te hace daño con cada acción. Naruto no sé qué voy a hacer que es cierto cuando digo que te necesito en mi vida, te buscaré en donde sea necesario, te buscaré en todas partes y hasta que dé contigo no pararé, volverás a ser mío, lo prometo.

Notas finales:

¡Gracias por leer! 

 


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