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Los Búhos Cupido por Ale Moriarty

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Notas del fanfic:

Día 7. 14 de febrero-San Valentín/Chocolate (s)


Advertencias: Posiblemente contendrá Ooc. Solo he visto el anime así que aún no estoy al 100% con sus personalidades, perdón de antemano.


Anime/Manga: Haikyuu


Pareja: Kuroo Tsukki y una pequeña mención del Bokuto Akaashi (¡Viva la OT4!)


Palabras: 3,199 –OS-

Notas del capitulo:

Notas: Este fanfic está basado en una tabla de san Valentín del 2016, la temática se menciona arriba, es el último día

Los búhos cupido.

[Tsukishima tiene un admirador secreto que ha rechazado durante varios días, lo que no sabe es que es Kuroo y que recibirá ayuda de dos búhos muy interesados en que su relación florezca]

—Oya, Oya… ¿acaso aun no has podido conquistar al megane kun? Sí que eres inútil, Kuroo.

—Oya, Oya… no quiero oír eso de un bebé llorón como tú, Bokuto.

—¡¿Qué dijiste?! ¡Ya no te ayudare a conquistar al megane kun!

—Vamos… ambos cálmense ¿acaso no prometiste ayudar a Kuroo-san, Bokuto-san? Los hombres mantienen sus promesas ¿cierto?

—Tsk, de acuerdo.

—Gracias Akaashi.

—De nada.

—Bueno, primero que nada… tenemos que lograr que este plan funcione ya que tus intentos de conquistarlo se han ido al fiasco y mañana ya es 14 de febrero… si deseas que el megane kun acepte tus chocolates tendrás que darle algo que no pueda rechazar.

—Me siento como una colegiala patética—gruñó el pelinegro mayor entrando de incógnito a Karasuno junto a los dos hombres de Fukurodani.

—Kuroo-san ¿qué es lo que le has dado a Tsukishima-san que ha sido rechazado?

—Bueno…

Flashback.

10 de febrero.

Una carta en su casillero.

Remitente. Admirador secreto

“Me gustas. Sal conmigo. Veámonos después de tus clases detrás de la escuela”

Y entonces estuvo esperando como idiota por más de 4 horas, hasta se perdió la práctica y este lo dejo plantado… estaba emocionado porque el equipo de Nekomata tenía practicas con una escuela cercana a Karasuno y aprovecharía esa semana para declarar sus sentimientos pero… el de lentes tenía otros planes.

¡Sí que era frio!

11 de febrero.

Una ramo de 12 rosas rojas.

Remitente K.

“Acepta mis sentimientos y sal conmigo. Te espero donde te cité ayer.”

Y el ramo terminó en el bote de basura junto con su autoestima.

¡Le patearé el trasero tan fuerte que llorará!

12 de febrero

Un enorme peluche con forma de oso junto a una caja de chocolates de la mejor marca japonesa.

Remitente K.T

“En serio me gustas como nunca nadie lo hizo. Dame una oportunidad. Te espero detrás de la escuela”

Que puta molestia, no es no.

Y con aquella queja el peluche terminó en el mismo basurero junto con los chocolates y la dignidad del pelinegro.

¡¿Por qué le gustaba tremendo hijo de puta?!

Fin del flashback.

—Oh… pobre Kuroo… ese megane kun sí que pateó tus sentimientos, les paso por encima y les escupió… tu vida apesta hermano~ te ayudaré—gimoteó el as de Fukurodani mientras Akaashi se ponía pensativo ante la situación.

—¿Cuál es tu plan Bokuto-san?

—Primero… tenemos que descongelar el corazon de hielo de Tsukishima-kun, y para eso tenemos que ir con la persona más cercana a él y amenazarlo—un golpe sonoro se escuchó al momento que su puño dio de lleno contra su palma.

—¿La persona más cercana del megane? —penso Kuroo con detenimiento— Ese es el chico pecoso con el número 12.

—¡El pecoso kun!

—Exacto.

—Entonces planeas sacarle informacion a las malas ¿qué pasara si Tsukishima-san lo descubre?

—¡No lo descubrirá Akaashi! Somos los reyes de la persuación.

—¡No nos subestimes Akaashi! —apoyó Kuroo con una sonrisa arrogante.

—Ustedes dos son tal para cual—suspiró cansado mientras les apoyaba en el ridiculo plan para que la luna cayera en las garras del gato negro.


-------

Habían estado espiando las prácticas de Karasuno y los orbes de Kuroo no se despegaban del número 11 de los cuervos, la cara seria de Tsukki, su cabello radiante color dorado el cual era del mismo color de sus orbes, era como una luna llena.

—Tu mirada de enamorado me da escalofríos, Kuroo.

—Se siente como si lo quisieras devorar Kuroo-san, es algo atemorizante.

—¿Devorar? —preguntó el de cabello alborotado.

—Sí, tienes una mirada feroz. Como cuando un gato se va a engullir a un ratón.

—Sí hermano… no lo mires de esa forma o huira de ti—asintió el de cabellos grisáceos volviendo a fijar su vista en la “presa” del momento, Yamaguchi Tadashi— ¡Perfecto! Parece que saldrá al baño… prepárate Kuroo.

—¡Sí!

El número 12 de los cuervos salió del gimnasio y camino rumbo a los baños de la escuela, pero fue interceptado en una esquina por los dos búhos y el gato enamorado.

—¡Bokuto-san, Akaashi-san y Kuroo-san! —gritó los nombres mientras el voleibolista de Nekomata le tapaba la boca con rapidez.

—No hagas mucho escándalo pecoso… necesitamos tu ayuda para unos asuntos.

—Así es, pecoso-kun ¿por qué no sueltas la información?

—¿Información? —exclamó casi de forma inentendible ya que su boca aún permanecía tapada.

—¿Cuáles son las cosas favoritas de Tsukishima-san? —cuestionó el más maduro de los tres, es decir Akaashi.

—¡¿De Tsukki?! ¿Por qué quieren saberlo?

—Hey, Hey, Hey~ nosotros hacemos las preguntas pecoso-kun… ¿qué chocolates son los favoritos del megane-kun? —sonrió amistosamente el de cabellera grisácea, aunque emanaba un aura que le ponía los pelos de punta al perteneciente a Karasuno.

—¡No diré nada!

—Oh, vamos pecoso… solo cuéntanos—sonrió Kuroo de manera sombría provocando un chillido por parte del menor.

—¡¿Acaso ustedes conocen a la chica que ha estado molestando a Tsukki?!

—¿Chica? —comentaron los tres con confusión.

—Sí, la chica que le ha estado mandando regalos absurdos en estos días, Tsukki no quiere nada con ella. Así que será mejor que se lo digan.

Una leve risa por parte de Bokuto se hizo presente y Kuroo quiso tirarle los dientes tanto al número 4 de Fukurodani como al mejor amigo de Tsukishima.

—Absurdos…—murmuro el pelinegro de cabello alborotado con una voz quebrada.

—Hey, Hey… no digas algo tan hiriente—sonrió Kōtarō dándole una palmada amiga al de Nekomata—si conocemos a la chica, así que échanos la mano para que tenga su oportunidad con el megane-kun.

—Tsukki no está interesado—y parecía renuente a ceder por lo que provocó una vena de ira en la frente de Bokuto.

—Oye… no seas tan malvado, ayúdanos.

—Lo siento Bokuto-san, pero es un no.

—¡Oye… será mejor que…!

Se detuvo al sentir como la mano de Akaashi lo detenía de hacer una tontería y alzó una ceja en interrogación.

—Yamaguchi-san ¿cierto?

—Sí.

—Sería una lástima que esa linda manager tuya ¿cómo se llamaba? Ah sí… ¿Yachi-san? Se enterará que no decidiste ayudar a su amiga con Tsukki.

“¿Su amiga?” pensaron los mayores y luego entendieron el porqué de aquella mentira.

Yamaguchi estaba enamorado de esa pequeña chica tímida.

Bokuto sonrió en victoria.

—Bueno, le diremos que el pecoso-kun fue realmente malo y además dijo que su amiga era una chica absurda y patética.

Kuroo sintió la indirecta como un flechazo y maldijo a aquel que consideraba como su hermano.

—¡Esperen, no le digan nada Yachi! Hablaré…

¡Bingo!

Akaashi los había salvado por completo.

Por eso lo amo” pensó Kōtarō con emoción.

-------

14 de febrero.

San Valentín.

El día donde el amor flota en el aire, donde muchas parejas toman valor para declarar sus sentimientos, donde los amigos dan muestras de afecto y…

—Donde hay más idiotas contaminando el aire—bramó Tsukishima Kei con fastidio. Detestaba más que otro día aquella fecha absurda.

Y también detestaba ir a practicar el sábado, poner tanto empeño en el voleibol le estaba drenando la energía, además escuchar a todos los idiotas animados sobretodo Hinata, le ponía de nervios.

Abrió su casillero para cambiar sus tenis y de nuevo cayó al suelo otra de las cartas de su “admiradora” secreta.

Rodó los ojos con fastidio y tuvo el deseo de ser cruel, rasgarla y tirarla al basurero, pero… no era tan malo como todos creían.

—¿Qué mierda quieres ahora? —se quejó en la nada y abrió el sobre particularmente simple.

Las cartas de amor no eran como las que uno miraba en los animes o en las películas asquerosamente románticas… esa clase de notas llenas de corazones, tinta rosa o dibujos de niña retrasada, las de él eran simples, concisas y con tinta negra en papel blanco.

Al menos la chica no tenía un gusto asquerosamente cursi.

Sacó la carta y sus ojos se ampliaron en sorpresa tras sus anteojos ¿era una carta redactada en papel con decorado de dinosaurios?

¿Pero cómo demonios lo supo?

Su obsesión por los dinosaurios era algo que intentaba ocultar frente a todos.

—Tal vez… solo se le acabo el papel blanco…—se dio una excusa a sí mismo y prosiguió a leer las palabras anotadas.

14 de febrero.

Remitente. K.T

Ten una cita conmigo.

Te daré algo que en verdad te gustará.

No huyas ¿o acaso tienes miedo?

Te espero después de la práctica detrás de tu escuela.

Una cara horrorizada mezclada con sorpresa alteró la estabilidad de Kei ¿acaso su admiradora estaba siendo una completa grosera?

—¡Vete a la mierda, no iré!

Gritó histérico dispuesto a tirar la carta, pero se detuvo… no podía tirar aquel papel lleno de dinosaurios tan geniales ¿Dónde habría comprado ese papel decorado?

¡MALDITA SEA!

¿O acaso tienes miedo?

—Yo no te tengo miedo—murmuro guardando la carta y cerrando de un portazo el casillero, iría a ver a esa chica y antes de rechazarla le sacaría la información del papel de dinosaurios.

En una ventana cercana a donde estaba el casillero de Tsukishima yacía Akaashi Keiji observando calmado la escena del megane.

—Parece que esta vez el plan de Bokuto-san funcionó.

—Hey, Hey, Hey~ tendrás al megane-kun en la palma de tus manos Kuroo.

—Es justo lo que quiero.

—Kuroo-san no lo vayas a echar a perder… esos regalos costaron mucho dinero y tuvimos que prestarte—dijo el de segundo año.

—Les pagaré… cálmense.

El plan para conquistar el frio corazón del bloqueador medio de Karasuno estaba en marcha y empezaba a funcionar.

---------

Kuroo estaba sentado en una de las bancas que estaban detrás de la preparatoria Karasuno, últimamente se había hecho familiar con la banca ya que su trasero se había fusionado de tanto esperar a Tsukishima por horas.

Bokuto y Akaashi estaban escondidos en la copa de un árbol frondoso observando con unos binoculares la escena.

—¿Qué haremos si Tsukishima-san lo rechaza?

—No creo que lo rechace Akaashi, ese megane-kun parece frío, pero en estos días mire como se acercaba sigilosamente a mirar si había alguien esperando.

—¿Qué? ¿Por qué no dijiste nada?

—Es más divertido de esta forma ¿no crees? De seguro al ver que Kuroo era el único en ese lugar imagino que su “admiradora” huyo, ese megane-kun no es tan listo como uno pensaría…

—Y tú eres más malo de lo que pensaba—sonrió levemente el más serio y Bokuto hizo una cara de sorpresa graciosa.

—¡No soy tan malo Akaashi!

—Cállate Bokuto-san, creo que ya se está acercando

El número 1 de Nekomata estaba impacientándose, la enorme caja de regalo que lo acompañaba a su lado le ponía una presión impresionante y entonces sintió una mirada encima de él.

Tsukishima Kei.

—Kuroo-san ¿qué haces aquí? —preguntó con su tono seco mientras bajaba su mochila de entrenamiento y la ponía a un lado.

—¿Por qué lo preguntas? —frunció el entrecejo con confusión ¿acaso no era obvio? Estaba allí por él.

—Bueno, desde hace días que me he dado cuenta que estas esperando a alguien en este lugar ¿acaso te vas a confesar a una chica de nuestra escuela?

Un crack se propago desde su cerebro hasta su corazón.

¡Ese idiota lo había visto sentado allí todos esos días y no se había percatado que su admirador secreto era él!

Ah. Se las pagaría.

—Sí, vine a declararme a alguien de tu escuela ¿qué hay de ti megane?

—Oh~ ¿acaso la chica te ha rechazado como para que vengas tantas veces?

Oh. Golpe directo al corazón.

—No, no he tenido la oportunidad de hablar con ella.

Y las burlas se detuvieron, Tsukishima miro a la pared y se quedó parado al lado de la banca, miro de reojo el enorme regalo que Kuroo cargaba y bufo levemente.

Pobre idiota. Tremendo regalo para una mujer” pensó con fastidio cruzándose de brazos, su reproductor de música se había descargado así que no tenía con que distraerse de aquel encuentro incómodo.

—¿Tú que haces aquí megane? —volvió a repetir la pregunta que el rubio había evadido olímpicamente.

Vaya. Una pregunta que no quería contestar.

—Yo… fui citado por una admiradora secreta.

—Oh… ¿apenas te cito ahora?

—Hm…

Joder ¿Por qué hacía tantas preguntas?

—No…

—¿Entonces la has estado evitando? Sí que eres horrible~—negó con la cabeza en clara señal de que el rubio era un desalmado.

—Ella es la horrible—contraatacó Tsukishima

—¿Ella? ¿Por qué?

—¿Quién en su sano juicio le da rosas, chocolates y un oso de peluche a un hombre? Que gusto tan horrible~—se quejó el de anteojos provocando unos sentimientos mezclados en Tetsurō Kuroo.

—¡¿Entonces por qué decidiste venir a dar tu cara esta vez?!—gritoneó el de cabello alborotado provocando un estremecimiento en el voleibolista de Karasuno.

—Porque necesito saber dónde compro el papel de decorado de dinosaurios que me dio en su carta de amor.

Kuroo e incluso los dos búhos espías se quedaron congelados, ese chico sí que tenía un corazón de hielo.

—Eres de lo peor—suspiró el capitán de Nekoma mientras miraba el cielo azul.

—De seguro es una chica a la que solo le gusto por mi apariencia y no sabe nada de mí—murmuro por lo bajo, pero capto la atención del pelinegro.

¿Qué acababa de decir el de anteojos?

—Siempre ha sido así, las chicas solo se basan en mi apariencia y cuando conocen mi personalidad huyen despavoridas por lo que… cuando vi el montón de regalos ridículos, me moleste de inmediato porque ella no conocía nada de mi ¿cómo espera que me la tome en serio? Pero… cuando vi su última carta de alguna manera quería conocerla y… rechazarla sinceramente.

Los dos fisgones y Kuroo se quedaron anonadados por la confesión del menor, una sonrisa juguetona se apoderó del rostro del gato negro.

Se levantó de la banca y tomo el enorme obsequio para después acercarse a Kei, este se sorprendió y alzo una ceja confundido.

—¿Qué?

—Sujétalo por un segundo… me abrocharé mis cordones—le extendió el obsequio y el rubio lo cargo de mala gana, aunque no había comprendido las intenciones del felino.

—Ni siquiera tienes los cordones sueltos.

—Exacto, acabas de caer en mi trampa megane~ aceptaste mi regalo de San Valentín así que ahora tendrás que darme uno el 14 de marzo.

Entonces en ese momento apareció una sonrisa de satisfacción por parte de Tetsurō, una expresión boquiabierta de Kōtarō y Keiji y una mueca indescriptible por parte de Kei.

—¿Qué… qué clase de broma es esta?

—No es ninguna broma megane, yo soy tu admirador secreto… creí haber sido obvio al escribir las iniciales de mi nombre… eres demasiado idiota.

—¡¿Cómo si fuera tan obvio?!

—Da igual, aceptaste mi regalo así que, resígnate el destino nos quiere juntos—sonrió el capitán de Nekoma dejando a un Tsukishima fuera de la jugada. No entendía la lógica del burlón felino.

—Deja las bromas de mal gusto.

—No es una broma Tsukishima—pronunció su nombre provocando un desconcierto en el de cabellera dorada—En verdad me gustaste desde la primera vez que te vi así que no te queda de otra más que aceptar mis sentimientos porque no aceptare un NO como respuesta.

—¡¿Qué mierda de confesión es esa?!

—La mía.

Una penumbra rodeó al de primer año y suspiró pesadamente. Era la primera vez que un hombre se le confesaba.

—De seguro será otro regalo de mierda.

—Ábrelo y si te gusta eso quiere decir que empezaremos a salir.

Una vena de enfado se posó en su frente al escuchar a ese hombre hablar con tanta confianza en sí mismo. Le pegaría en el orgullo.

—De acuerdo.

Aceptó el convenio y abrió el presente para luego sorprenderse ante el enorme pastel de fresas, pero lo que más capturó su atención fue la colección de dinosaurios que estaban al lado de la tarta.

¿Cómo se había enterado que coleccionaba esas figuras?

¿Cómo carajos había conseguido esa información?

—Te dejé sin palabras megane… eso quiere decir que amaste mi regalo.

—No ame nada, es un fiasco—murmuro la mentira sintiendo como empezaba a sudar del nerviosismo.

—Oh. Entonces eso quiere decir que no quieres esto—le mostró la pequeña libreta con hojas decoradas de dinosaurios—son muy difíciles de conseguir y solo yo tengo contactos con la tienda que distribuye estas cosas… lástima, pudimos tener una historia de amor llena de estas cosas.

Y atacaba el rey de la provocación.

—Bueno, me llevo mis regalos patéticos…—comento acercándose a la caja para tomarla, pero Kei lo sujeto de la muñeca con fuerza—Oya, Oya… ¿cambiaste de opinión?

—Yo… no…

—¿Qué? ¿Aceptas mis sentimientos?

—…

El silencio provocó que el pelinegro sintiera como una vena de enfado se marcaba en su frente. Ese Tsukishima sí que tenía cojones.

—Me largo con las cosas entonces…

—Está bien…

Se detuvo y sonrió triunfante de manera maliciosa, esto no se terminaría tan fácil… no después de que el rubio había sido cruel por varios días. Se merecía una recompensa.

—¿Está bien qué?

—¿Ah? No lo repetiré.

—Entonces me largo.

—Eres molesto…

—Acostúmbrate.

Esos dos eran tal para cual, ninguno iba a ceder… pero Tetsurō tenía toda la suerte para ganar ese enfrentamiento.

—¡Ah, eres un fastidio! De acuerdo, salgamos… ¿contento? Ahora dame la maldita libreta.

—Eh~ no eres nada lindo—sonrió el pelinegro para inclinarse y besar rápidamente los labios de Tsukishima.

El de primer año sintió como un calor intenso se apoderaba de su cara y sus agiles reflejos le fallaron por esta vez, se quedó varios segundos sin poder moverse, hasta que el otro se separó y se relamió los labios.

—Al parecer no eres tan frío como aparentas megane ~

—¡¡ ¿Qué demonios fue eso?!!

—Recompensa.

—¡¿Ah?!

Y aquella relación empezaba con una típica pelea de enamorados, pero al menos el pequeño cuervo ya estaba en las garras del gato negro.

Mientras tanto… en un árbol cercano.

—Ah… creo que no deberíamos estar mirando esto Bokuto-san—comento el de segundo año con una mirada apacible.

—¡Ese Kuroo hizo una buena jugada! El megane-kun no pudo decir que no, cumplimos con nuestra misión Akaashi.

—Sí, será mejor que nos vayamos pronto…

—Hey, Hey, Hey… yo también quiero algo de amor—se arrastró por la rama hasta quedar al lado del menor mientras juntaba sus labios en forma de querer un beso, un suspiro salió de los labios del pelinegro, Bokuto era un completo cursi, pero eso le gustaba de él.

Se empezó a acercar para cumplir el deseo caprichoso del de cabellos grisáceos, pero no calculó bien que la rama no soportaría el peso de los dos y entonces…

Crack.

Pum.

Desastre.

Ambos tirados en el suelo.

Tsukishima quien peleaba con un Kuroo porque este quería sobrepasarse con él, miro a sus espaldas y descubrió a los dos espías del gato libidinoso, una ira se apodero de él y Akaashi sintió que aquel san Valentín podría terminar como el final de una película de terror.

—¡¿Qué demonios es esto Kuroo-san?!

Tal vez los búhos cupido tendrían más trabajo que hacer porque ahora mismo habían arruinado la oportunidad de Tetsurō para manosear a Kei.


Fin.

Notas finales:

Espero sus reviews.


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