Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Dealer por Ale Moriarty

[Reviews - 0]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Advertencias: Posible Ooc. AU.


Anime/Manga: Daiya no Ace


Pareja: RyoKura (Ryousuke x Kuramochi)


Palabras: 1,221 –OS-


Canción utilizada: Dealer-Roco


https://youtu.be/pjGGXra2XSo

Notas del capitulo:

Notas: Este fanfic es por el día RyoKura (04/06 que en Gringolandia significaría que es del seis de abril). Se basará en un AU donde tanto Ryo-san como el Mochi son adultos delincuentes (¿?), disfrútenlo♥

DEALER

[Estoy perdidamente enamorado de un traficante, de un hombre que me enseño lo adictiva que puede ser la droga llamada amor]

La pequeña cabaña abandonada que estaba escondida dentro del tranquilo bosque se había convertido en nuestro escondite secreto. Siempre llego primero en mi motocicleta y termino esperándolo alrededor de una hora o a veces una hora y media… pero eso no me importa, porque sé que al final seré capaz de verlo.

Ryo-san.

El meloso apodo que le puse desde que era pequeño resuena en mi cabeza como una molesta alarma, una que me anuncia lo perdidamente enamorado que estoy de ese hombre.

Constantemente fui consciente de su imponente presencia, Ryo-san siempre fue una persona de estatura pequeña y quien nació con la suerte (mala fortuna) de poseer un rostro atractivo, pero, que de igual forma se malinterpretaba como el de un chico delicado y frágil, tuvo que aprender a hacerse respetar por aquellos que se creían con el derecho de dominarlo.

Al principio yo era parte de aquellos idiotas que se dejaban guiar por las apariencias y cuando recibí una enorme paliza por parte de su puño comencé a recapacitar mis decisiones, decidí que seguiría a esa persona por el resto de mi vida.

Observo el claro cielo que se extiende a lo largo pareciendo infinito y suspiro algo ansioso… deseo verte, anhelo verte… quiero que estés a mi lado porque no soporto esta necesidad que me consume.

Eres como un traficante y yo soy el adicto que te persigue como tu sombra para que le des, aunque sea un poco, de su preciada droga.

Y mi única adicción eres tú.

Escuchó el fuerte sonido del motor de tu motocicleta y observó como a la lejanía traes encima ese enorme casco oscuro además de que tienes puesta aquella chaqueta de cuero vistosa solo para parecer más rudo de lo que ya eres, tomo un largo respiro y siento como miles de mariposas aletean en el centro de mi estómago…

¿El amor se siente como esto? Me lo pregunto cada vez que apareces frente a mí.

Estacionas tu motocicleta a un lado de la mía y te bajas con sutileza, después de unos segundos observo como te despojas del casco y ese reluciente cabello rosa brilla gracias al radiante Sol… no puedo quitarte los ojos de encima.

—Te he dejado sin palabras Youichi… ¿acaso estás pensando en cosas estúpidas? —dices con un tono juguetón mientras sonríes de esa forma que me eriza la piel.

Mientras más te acercas a mí, más rápido late mi corazón, como si comenzará a tener una sobredosis.

Una sobredosis del narcótico llamado Kominato Ryousuke. 

— Pero ¡qué dices! ¡Solo estaba mirando tu casco! ¡Es genial! —miento desvergonzadamente y me doy cuenta que no crees mi engaño porque te burlas, pero no dices nada…

Siempre eres así.

Eres tan desconfiado y te encierras en miles de candados, justo cuando elevo mis esperanzas porque creo que eliminó una cerradura me doy cuenta que una enorme muralla se alza bloqueando mi camino a tus sentimientos.

¿Qué somos?

Es una pregunta que cada día me atormenta, pero no puedo cuestionártelo porque en el momento en que observo tus afilados ojos… me quedo petrificado.

Temo la respuesta.

¿Qué tal si solo soy un juego para ti?

— ¿Esperaste mucho tiempo? —parpadeo varias veces y reacciono instantáneamente enfocándome en él, parece preocupado o más bien… un poco disgustado.

—No…

Te acercas más hasta que finalmente quedas frente a mí, la diferencia de estaturas es notoria pero aun así… me siento tan diminuto a tu lado.

— ¿Por qué parece que estuvieras a punto de llorar?

—Yo…

Siento un tirón en el cuello de mi camiseta y me inclinó hasta quedar a tu altura, la saliva se queda atorada en mi garganta y olvido respirar, esos ojos color rosa me incineran vivo.

—Si tienes algo que decir ¡dilo! —sonríes, pero sé lo enfadado que estas, evado tu mirada y siento como estrujas más mi ropa ¿la solución es desgarrarla?

—No es nada…

Youichi

Mis labios tiemblan al escuchar mi nombre de esa forma tan estricta, pero no seré convencido tan fácilmente… no me expondré aún más.

—Hoy estás algo necio ¿no? —preguntas con enfado soltándome de la camiseta, parece que ya te hartaste de este interrogatorio improductivo.

Me pregunto si te marcharás, el ambiente se acaba de estropear… yo mismo puedo darme cuenta.

—Realmente eres terco Youichi… ¿por qué no lo preguntas y ya?

Escuchó aquello con atención y giró mi rostro para encararte ya que me has sorprendido totalmente.

— ¿De qué hablas? —cuestiono inocentemente y veo aquella sonrisa amarga, pero de inmediato suspiras pesadamente, te notas algo cansado.

— ¿Cuánto tiempo planeas seguir con esto? ¿No es agobiante?

—Ryo-san yo no sé de qué…

Me gustas

Firme y conciso. Tan breve como un pestañeo.

¿Escuche bien?

— ¿Qué?

— ¿Cuántas veces deseas que lo repita para que te sientas satisfecho, pequeño imbécil?

Y aun cuando me insultas, veo por primera vez una sonrisa llena de amabilidad, de cariño… puedo verme reflejado en aquel hermoso rostro, porque sé cómo me veo enamorado… y luzco similar a como Ryo-san se ve ahora mismo.

—Yo…

— ¿Cuántas veces?

Vuelves a sonreír y entonces comienzo a llorar de felicidad, que alguien con pintas de rufián este llorando como un pequeño niño debe de verse realmente patético. Pero solo siento como esos brazos fuertes me abrazan y hundo mi cara en tu hombro. Refugiarme en ti siempre me hace sentir en el lugar más seguro sobre la Tierra.

Pasan segundos que se convierten en minutos y al fin puedo tranquilizarme, todas mis inseguridades son eliminadas a través de mis lágrimas, me aferro a ese pequeño cuerpo al cual soy adicto, como si fuera la única balsa en un mundo lleno de agua.

—¿Cuántas veces?

Escuchó la insistente pregunta, pero puedo darme cuenta del tono de voz suave que nunca has empleado por miedo a sonar débil. Poco a poco, esas murallas caen ladrillo por ladrillo.

—Muchas… demasiadas… lo suficiente como para que me duran hasta mi otra vida.

—Ah… en serio eres un niño llorón y cursi—escucho como ríes ante la declaración y mi rostro se enciende en vergüenza ¿cómo fui capaz de decir semejante cosa penosa? ¡Que se abra un hoyo en el piso y me coma vivo!

Me separas de tu cuerpo y al fin encaro de nuevo tu rostro, me sonríes y no pareces dudar de tu declaración de minutos antes, permaneces completamente seguro.

—Me gustas, mocoso llorón ¿ya te calmaste?

—Ryo-san… ¿cómo es que tú…?

—Cuando te observo me doy cuenta que la forma en la que me miras… es como yo te miro… era de suponerse.

— ¡Entonces por qué dejaste que…!

— ¿Pasara tanto tiempo? Quería que fueras el primero en decírmelo—te encoges de hombros despreocupadamente y siento como miles de bloques de cemento (imaginarios) me caen encima.

Definitivamente este es el mismísimo Ryo-san… tan cruelmente encantador.

Ya no son necesarias más palabras, he sucumbido hasta este traficante que me vende la droga a la que soy adicto y la cual se llama amor.

Porque justo en el momento donde me besa, puedo deleitarme con ese adictivo sabor azucarado y sé que estoy condenado a no querer darle mi vida a nadie más.

Porque si llegó a morir, deseo que sea de una sobredosis de tu amor.

Fin.

Notas finales:

Amo hacer fics de estos dos. Espero sus comentarios♥


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).