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Flores Blancas por Ale Moriarty

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Notas del fanfic:

Advertencias: Muerte de personaje. Posible Ooc. Contiene spoiler si no has leído el manga.


Género: Drama, Tragedia, Angustia, Romance.


Anime/Manga: Tokyo Ghoul


Pareja: Arima x Sasaki


Palabras: 1,164 –OS-

Notas del capitulo:

Notas: Este fanfic fue realizado por el cumpleaños de una de mis mejores amigas Veggy, ella me pidió un fanfic que contuviera la muerte de un personaje, así que baby, aquí está, tú lo pediste así que no quiero lloriqueos. Se mencionarán varias flores y cada una conlleva un significado de acuerdo al lenguaje de las flores. Sí Veggy, no soy yo si no hago un puto fic con flores♥

FLORES BLANCAS

[Fue una despedida cruda, y estas flores son tan pesadas cuando comienzo a pensar en el significado oculto detrás de ellas. Mi dolor tiene un nombre y es: Arima Kishou.]

Después de escapar de las garras de las palomas, permanecimos ocultos en Anteiku, pero mis preocupaciones seguían perforando mi corazón con miles de remordimientos.

—Hermanito, aquí tienes —alcé mi cara y observé la sonrisa tierna de Hinami, ella era la única que me alegraba en esta situación. Me entregó una pequeña flor blanca que tenía una hermosa forma, esperaba que mi petición egoísta no le hubiera traído problemas.

—Lamento pedirte algo tan extraño —sonreí secamente. No podía decirles ni a ellos, mi corazón permanecía reacio a soltar mi más profundo secreto. Me levanté del sofá y caminé hasta mi habitación, me encerré y abrí el armario. Allí, observé el pequeño santuario que pertenecía a él, Arima Kishou.

No podía olvidarlo, el peso en mi alma era doloroso. Tenía que vivir con el hecho de que escogí salvar a mis amigos y lo dejé de lado. Incluso en nuestro final, él me salvó. Yo estaba dispuesto a pagar por mi pecado y me dejó vivir, ¿qué cruel destino era este?

Fijé mi vista en la pequeña vela que permanecía encendida y las flores blancas que la rodeaban, esta flor era la última que necesitaba, sonreí tristemente y la coloqué. Me pregunto si existe el Cielo y el Infierno, ¿en dónde estarás Arima? ¿Podremos estar juntos si me asesinan?

Me siento sobre el suelo y recargo mi cabeza en la pared, de repente me siento cansado.

—¿Recuerdas todos los libros que me llevaste cuando estuve encerrado en el Kokuria? —le pregunto a la nada, esperando que estés allí para aclarar mis dudas, pero no me respondes. Suelto un suspiro y sonrío tristemente, mi corazón sigue nostálgico por no ser tan fuerte para detener tu partida. —. Hay uno en particular que releí miles de veces, incluso ahora.

Sacó de una caja de zapatos el pequeño libro, el cual está desgastado por el tiempo y el uso que le he dado, en la portada se pueden notar las letras borrosas.

—El lenguaje de las flores —sonrío cariñosamente, conteniendo las lágrimas que se quieren escapar de mis ojos. —. ¿Quién diría que un libro tan cursi sería mi favorito? Puedo recitar al pie de la letra cada significado que tienen, ¿es una habilidad estúpida, cierto? —me burlo y golpeo mi cabeza contra la pared, me siento vacío.

Hay ocho flores diferentes que engloban mis sentimientos hacía Arima, hoy conseguí la última. No tengo nada de él, solo los recuerdos que me dejó… y no son suficientes.

Me acercó a mi pequeño altar y mis ojos se estrechan al ver la primera flor, ya está a punto de marchitarse, pero aún se nota su forma, es un clavel blanco.

Todo empezó de esta forma, con sentimientos puros y una amistad fuerte. Al inicio te tenía desconfianza, pero pude notar que, a pesar de esa capa exterior dura que te rodeaba, tenías un corazón blando y lleno de amor. Mis días a tu lado se llenaban de una pureza que el mundo en el que vivimos me hizo olvidar.

Después, mi cariño se comenzó a transformar en una rosa blanca, ya que esta amistad comenzaba a transformarse en un amor puro e inocente. Sinceramente, quería pensar que te amaba como un amigo y cuando este amor me sobrepasó, quise esconderlo con el que se siente por un padre o un hermano.

Pero al final, no pude ocultármelo, te amaba como se ama a una pareja, así que lo siguiente fue una clematis blanca, porque esperaba que mis sentimientos llegaran a tu corazón. Eras la razón de mi sonrisa, de mi existencia, de incluso el nombre que poseía.

Así que sencillamente, mis sentimientos podían tener el leve significado de un Jacinto blanco, porque era feliz de quererte, cada día y a cada hora. Eras rodeado de cariño y admiración por cada uno de los investigadores y, aun así, yo solo quería que me vieras a los ojos, que te dieras cuenta que eras la razón por la que mi mundo había dejado de ser tan doloroso. El motivo por el que renunciaba a mi antigua vida sin miramientos.

Y finalmente, un día se volvió un jazmín blanco porque te confesé mis sentimientos, mi declaración fue torpe y ridícula, pero dije que te amaba. Sonreíste y me abrazaste, no quería dejar ir esos brazos que me sostenían como si no estuviera teñido en oscuridad. Amaba que fuéramos blancos, que fuéramos luz. Quería que nuestro amor fuera dulce como este jazmín que desprende su aroma en el santuario que te hice.

Todo se volvió como los lirios, lleno de confianza y ternura. Nuestra relación era el secreto que ocultábamos de todos, quería sostener tu mano y que nos fugáramos a un lugar idílico, donde no hubieran ghouls ni humanos, solo nosotros dos. Mi corazón se llenaba de inocencia otra vez, y ahora es un golpe bajo saber que mi utopía fue destruida por mis propias manos.

Y justo en el final, quería que me mataras.

Sabía que había arruinado nuestra relación, pero era difícil mentirme a mí mismo Arima.

Kaneki Ken no me dejaba coexistir como Sasaki Haise, la persona que te amaba fielmente. Era una lucha constante entre mi antiguo y nuevo yo. Le pedí a ese Dios que tal vez no existía, que me dejara renacer en un mundo donde volvieras a vivir tú, aunque fuera como una cucaracha o un ciempiés, incluso si renacía como una mosca, no me importaba. Solo deseaba verte de nuevo y esta vez, no fallarte.

Quería que supieras que siempre serías mi lirio de los valles, porque estaba feliz de amarte, esa era la única verdad en mi mundo de mentiras.

Pero todo se marchitó, como lo harían algún día estas flores.

Una sonrisa cariñosa fue lo último que obtuve de ti y la pureza se esfumó de mi vida. Mi luz se apagó definitivamente cuando diste tu último respiro.

—¡Kaneki, baja por un café! —escucho la voz de Touka y parpadeo confundido. Todos saben que no deben entrometerse cuando estoy encerrado en mi habitación, vierto un poco de agua a la nueva flor y sonrió con la poca alegría que me quedó al perderte, Arima.

—Este es un crisantemo blanco, ¿sabes lo que significa? —vuelvo a curvar mis labios en una sonrisa y me levantó para despedirme de este altar —. Significa que nuestro amor es eterno y tu muerte me lastimó demasiado. Te amo Arima, veámonos de nuevo en otra vida.

Ojalá hubiera habido más flores, tiempo, risas y vida.

Ojalá no te hubieras marchado y así la vida no sería tan complicada.

Ojalá no existieran las despedidas y de esa forma, quizás mi herida podría sanar.

Pero por el momento, solo me quedaba cumplir con su último deseo y sobrevivir.

Al menos, siempre tendría las flores blancas, aquellas que me recordaban mi historia de amor con Arima Kishou y tendría aquel nombre que él me ayudó a escoger.

Sasaki Haise siempre sería la prueba viviente de lo mucho que él me amo.

Fin.

Notas finales:

Espero pacientemente sus comentarios♥


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