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TAMAGOTCHI por SetsukaBonnie

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Había salido de su casa, rumbo a la universidad. El camino era relajante y lo ayudaba a pensar, también, algunas veces repasaba sus anotaciones para un exámen. Le gustaba estar solo y perdido con sus cosas. De igual forma, sacaba el pequeño aparato y un su emoción crecía en su pecho, mirar a la cosita en la pantalla le encantaba, era como su hijo. No sabía qué era exactamente, pero le parecía una cachorrita. Le puso Mimmy, por no tener mas imaginación a sus 6 años, le gustaba el color que tenía, los diamantes falsos hacían un bonito contraste y el corazón en la parte superior era lo que mas resaltaba, le fascinaba porque su padre lo había escogido especialmente para él. Ahora con 20 años, mantenía el peculiar nombre con el que lo había bautizado y su afecto crecía cada vez más.
Ya se había llevado los sustos cuando el aparatito decidió sonar en clase, para su suerte, no se lo quitaron. Su madre sabía que era lo único que lo mantenía unido al recuerdo de su padre.
Terminó de alimentar a su pequeña, ya estaba bien atendida y no daría problemas hasta la hora del descanso, había memorizado las horas en las que esta pedía atención. Pero en ocasiones, sentía que entendía que no debía de molestar a Loki.
De todas forma, ya había llegado a su universidad. Guardó en una funda negra su bebé para meterlo en su bolso y emprendió camino a la zona de su facultad. Se levantaba muy temprano para tener tiempo en arreglarse y cuidar de Mimmy. Ayudaba a que no sonara en clases.
 - Hasta que llegas -su castaño amigo, Tony. Lo abrazó por la espalda- normalmente eres tú quien llega antes.
Tony Sartk, su mejor amigo desde el instituto. Se habían conocido por un amigo en común, encontrando cosas en común llevándolos a una bonita amistad que perduraba hasta la fecha, era la única persona (a excepción de su madre) que sabía de su bebé.
 - Mi mamá me recordaba que debo llegar temprano, vamos a cenar con Laufey -durante el último mes, el hombre frecuentaba en su casa, lo que le molestaba era que trataba de manipular su vida.
 - Te diría para venir a mi casa, pero mis padres quieren que salgamos a visitar a mi abuela. Lo siento.
Miraron la hora, ya debían de entrar a clases. Sin poder discutir mas del asunto, se apresuraron en ir a sus respectivas clases. El día mantenía una bonita mañana y duró hasta la tarde, luego se nubló y tenía la sensación de que algo iría mal.   ***
Guardó sus cosas en su bolso y miró la hora en su celular, todavía le quedaba tiempo. Podía retrasarse un poco y decirle a su madre de algún proyecto, que debía quedarse en la biblioteca y buscar información para hacerlo.
Lastima que lo habían programado desde la semana pasada. Y lo había obligado a desocupar su agenda para esa cena.
Compró un par de cosas en la tienda cerca a la universidad, su cabello le dió un poco de calor al cuello en todo el frío y con su gorrito la mantenía, agradeció aquello.
Ocupado en sus planes de ignorar a Laufey chocó contra un grupo de personas que vestían de forma única, como él. Por sus rostros, se disculpó y pasó de lado, sin dejarse inmutar, caminó lento lo que quedaba de camino mirando a su alrededor, tal vez sería una feria; la gente pasaba animada, con las luces de cálidas de colores en pequeños puestos de comida, juegos y recuerdos. Le encantaría ir, su madre sabía cuánto le gustaban ese tipo de lugares.
Suspiró mirando la gran casa de color blanco frente a él, la zona residencial donde vivía era segura, pero sus vecinos eran cautelosos aun con la seguridad que tenían. El parque era hermoso y se mantenía cuidado, pocas veces salía para sentarse en las bancas. Tampoco tenía un perro como para pasearlo.
Sacó la llave y abrió la puerta principal, de inmediato escuchó la risa de su madre en la cocina, donde la luz era tenue. Dejó el bolso en la sala y se relajó, solo lo haría por su madre.
 - Ya llegué -sonrió a los presentes.
Ambos voltearon y le devolvieron la sonrisa. Pronto se embarcaron en una conversación que a duras penas siguió, quienes mas conversaban eran los mayores, de lo linda que se veía Farbauti esa noche, seguido de lo encantador que era Laufey.
A esta hora Mimmy debería de estar sonando, pero no podía ir, agradeció que se quedara en silencio el resto de la fastidiosa velada. La premiaría con muchos cariños luego.    - ¿Ya tienes novia, Loki? -esta vez el objetivo era ese. Ya se preguntaba porqué no le hablaba.    - No -faltaba poco y quería mantenerse enfrascado en sus estudios, hasta que terminara y consiguiera un trabajo.
 - Tengo una sobrina de tu edad, le gusta el modelaje -prosiguió sin prestarle atención a lo que dijo- se llevarían bien, le diré para que salgan un día.
Hasta ahí, no quería salir con una cabeza hueca que estaría mas interesada en su cuerpo o ropa que en querer hablar.
 - En realidad, voy a estar ocupado estas últimas semanas, olvídalo -se levantó con sus servicios- gracias por la comida.
A pesar de los reclamos de su madre, lavó, secó y guardó los trastos para salir de la tonta cena que mantendrían sin su presencia. Agarró su bolso una vez mas, ya harto de que quisieran incluso manejar su vida amorosa.
Se acostó en su cama y buscó la bolsita negra.
Removió sus cuadernos, sus lapiceros, nada.
Había perdido todo.
***
Pasó una semana luego de la cena. Su madre ya había salido a trabajar y el estaba metido bajo las sábanas de su cama.
Luego de descubrir que su Tamagotchi no estaba, salió de su casa sin abrigarse a buscar a su hija, debido a eso, enfermó dos días, pero terminó deprimido. Todavía no conestaba las llamadas de Tony.
Escuchó que la puerta se abría, pensó que era su madre que se había olvidado algo.
 - Mas te vale que estés listo, Loki -el rubio abrió la puerta- quiero verte bañado, cambiado en diez minutos porque en este momento salimos. 
Ingresó al cuarto y miró el bulto entre todas las mantas, no podía estar tan triste. Se sentó al borde y trató de hallar la cabeza, en lugar de eso, se encontró con medias de panditas. Era mala señal.
Quitó las mantas jalando todo, cuando encontró el cuerpo, lo levantó como pudo y lo llevó al baño.
Gracias al cielo que decidió colaborar un poco quitándose él mismo la ropa.   Logró que se bañara y vistiera.
Salieron al medio día, luego de obligar a que Loki comiera algo, lo sujetó del brazo y salieron a caminar. Quiso hablarle, pero solo conseguía monosílabos.
Lo sentó en una banca y le dijo que esperase, iba a por algo de beber y volvía.
Tampoco es que pudiera irse, había salido y ni llevaba su billetera, a las justas y Tony guardó su celular en su chaqueta. Bien podría estar en su cama con un pijama suave mirando videos de cuando era niño.
 - Oye -le tocaron el hombro, no quiso ni levantar la vista, de seguro se vería como un muerto- oye, tú.
Quitó la mano invasora de un manotazo, ahora ni podían dejarlo tranquilo con todos sus esfuerzos en ignorarle.
 - ¡Cuidado! Que me ha costado mantenerla viva, maldición -confundido por aquello, levantó la mirada.
Un chico de aproximadamente su edad esta frente a él, tenía el cabello rubio y ojos azules. Su mirada estaba en el pequeño juguete en sus manos, ¡Su bebé!
 - ¡Mimmy! -se lo arrebató, inspeccionado que estuviera bien, sin manchas y limpio. En la pantalla mostraba al animalito en buenas condiciones, bien atendido y con la misma carita sonriente.
Casi se desmaya por el alivio, después de tantos días sin ella, parecía que el alma volvía a su cuerpo. Desgraciadamente sus emociones también, sintió vergüenza.
 - Te he estado buscando -informó el chico- por cierto, me llamo Thor.
A primera vista tenía pinta de matón y podía intimidarlo, sus ropas y la mirada eran así. Pero esa sonrisa cambiaba todo lo anterior, era muy guapo.
 - Entonces... -le devolvió la sonrisa- dime Loki.   ***
Había pasado poco mas de dos meses. En la universidad seguía siendo el mejor estudiante, con notas sobresalientes y puntos extras, que al parecer no le servirían, su círculo de amigos se había ampliado.
Desde que el día en el que conoció a Thor, las cosas habían ido para mejor. Ese día habían estado hablando hasta las once de la noche y le presentó a Tony, que dijo que tenía algo pendiente con la excusa de dejarlos a solas. Fueron hasta la casa del moreno e insistió en que debía compensar lo que había hecho por su Mimmy (a Thor le pareció divertido el nombre). Luego de mucho, habían quedado en salir al día siguiente.
El chico era amable y explicó a su ropa era porque le gustaba ser un poco resaltante, al igual que sus amigos. Al parecer, también era un secreto que le gustaban los Tamagotchi pero que el suyo se había malogrado desde hace ya mucho tiempo, cuando era pequeño, por eso sabía lo que era perder uno. La idea vino a su mente y lo dijo sin pensar.
 - ¿Por qué no lo cuidamos juntos?
Claro que se habían reído por ello, pero lo pensaron bien y terminó en «Papá Thor» «Mamá Loki» sugerencia de Thor que no le importó mucho a Loki, después de todo, sonaba divertido.
Y ahora estaban en el mismo lugar donde se habían conocido.
Como siempre, Loki se había esmerado en su ropa y estilo. Tenía que estar bien presentado siempre.    Thor igual se había arreglado su cabello ahora corto y ropa un poco mas adecuada.
Terminaron de atender a Mimmy entre pequeños abrazos y suaves tomadas de mano, tímidas como siempre.
 - Supongo que dormirá un rato -guardó en la bolsita el tamagotichi y lo acomodó en su bolso.
Inesperadamente, se quedaron callados. Solían hablar de temas con total comodidad, siempre llegando a otro y sin ganas de terminar. Ahora estaban incómodos por el silencio.
 - Loki -llamó- me gustaría decirte algo.
Inmediatamente se acomodó en el asiento que era la banca para mirar mejor a Thor.
 - Nos conocemos desde hace unos meses. Increíble que sea por un tamagotchi -sonrió, contagiando a Loki- yo no soy muy bueno en estas cosas, la verdad no he tenido mucho la necesidad de hacerlo pero, tú eres especial.
 Cuando vi que se había caído algo de tu bolso, primero pensé que era dinero, no te voy a mentor que me sorprendí que fuera un tamagotchi y que también quería quedarmelo. Pero... yo sabía que te importaba, por eso busqué a un pelinegro todos los días, hasta que lo encontré. No pensé que fueras tan hermoso, eso fue lo que pensé, por mas que lucías tan afligido.
 Y ahora, luego de conocerte y salir, que me nombres «Papá de Mimmy» no quiero esperar más -sujetó las manos suaves y blancas del pelinegro- quiero estar contigo, mas allá de ser amigos. ¿Quieres salir conmigo, de manera romántica?
Por el silencio del moreno, pensó que había malogrado todo, ya estaba pensando en las posibles palabras contra su persona y nunca mas volvería a ver a Loki.
 - Sí -sujetó mas sus manos, emocionado- por dios, claro que sí Thor.
El rubio fue el primero en hacer contacto, abrazó a Loki de manera suave pero mostrando cariño, sintiendo por fin un peso menos, no había podido callar mas lo que su corazón albergaba. Loki era una joya única, tenía una aura que hacía que se sintiera agusto, en confianza, pero también sabía que su emoción por siempre verlo significaba algo, fue descubriendo poco a poco que se había enamorado.
Lo mismo fue para Loki, le había gustado Thor, desde que fue hacia él y devolvió su aparatito. Los días que pasaron juntos siempre estaban presente en él, recordandolos con una sonrisa enamorada.
 - Te amo Thor.
 - Te amo Loki.
Compartieron un tímido beso, le inexperiencia de Loki era grande al ser su primera vez.
El sonido que producía el aparatido hizo que se separaran. Tal vez Mimmy sí tenía mente propia, hace un rato se habían encargado de que estuviera totalmente atendida. Ahora los molestaba.
- Te toca papá -le pasó la bolsita de Mimmy al rubio.
- Lo haré -miró al animalito y sonrió- solo porque mamá es muy sexy -le habló sabiendo de que Loki se avergonzaría.
FIN  

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