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Angel's Jealousy por Moyoko

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Notas del fanfic:

Hola soy Moyoko y este fic lo escribi en el 2011 pero nunca lo continue ups. Es gracias al anime de Boruto que volvi a reencontrarme con mi amor por Naruto y en particular la pareja de SasuNaruSasu, aque este fic es 100% SasuNaru (Ya tengo una idea para un fic Narusasu, pero ese lo empezare mucho despues...)

Como sea, tiene mucho que no escribo asi que espero me tengan paciencía. Sin mas les dejo el fic y espero disfruten de este largo prologo lol. 

Notas del capitulo:

SEGUNDA EDICIÓN:

Bueno ahora que ya me siento mas agusto escribiendo, le de una leida al "prologo" y decidi que era demasiado largo para ser el prologo, asi que le he ascendido y ahora el prologo es el capitulo 1 (tenganme paciencia por favor...)

Tambien he decidido pulir el primer capitulo y cambiar el narrador a tercera persona, pues siento que no todo el mundo es muy fan de ese estilo y el primer capitulo al fin y al cabo es una importante primera impresión para que la gente le de chanse a tu historia XD asi que espero que con este cambio mas personas se animen a darme una oportunidad.

Para aquellos que leyeron el fic con la primera version de este capitulo; USTEDES SON LAS MEJORES PERSONAS. Espero que se animen a releer este capitulo puesto he agregado detalles que les puede ser de interes.

Sin mas, les dejo el capitulo que espero disfruten. ¡Si te gusto recuerda dejar un comentario! Los review motivan a uno, se los prometo. 

Angel’s Jealousy

(Los celos del angel)

Capitulo 1: Encuentro predestinado

 

—¡No puede ser! —Naruto gritó exaltado, corriendo a lo más que daban sus piernas—. ¡¿Cómo pude quedarme dormido?!

Genial; pensó el rubio. Apenas había empezado el año escolar y seguía llegando tarde todos los días. A este paso, Naruto estaba seguro que su nombre terminaria en los records guiness por “adolescente con mayor cantidad de retrasos en la preparatoria”. No pudo evitar un suspiro. Pero que irresponsable… no es extraño que hasta la directora se preocupara por él.

Uzumaki Naruto. Edad: 16 años. Alumno de primer grado de preparatoria. El muchacho no era el más brillante de su salón, aunque tampoco era el más tonto. Naruto de alguna manera lograba obtener calificaciones satisfactorias, claro, si el chico se lo proponía.

En estos momentos, el muchacho de cabellos dorados como el sol corría a toda velocidad. ¿Por qué? nuevamente llegaría tarde a clases. La realidad era que, desde el inicio de las mismas, Naruto había sido incapaz de levantarse a tiempo y llegar con puntualidad. Aquello provocó la queja de varios de sus maestros, quienes viendo sus clases interrumpidas por la irresponsabilidad del muchacho, terminaron acusándolo con la directora; quien personalmente lo reprendió.

Y es que, que gran osadía la suya. Su instituto no podía permitir tales conductas, puesto se trataba de un prestigioso colegio que muchos soñaban con entrar. Todavía podía recordar el anuncio de la página oficial de su escuela…

Instituto Sannin, de la ciudad de Konoha. La mejor educación en escuelas del estado, contamos con maestros calificados en educación primaria, secundaria, preparatoria y profesional e instalaciones de calidad. Además, proveemos a los estudiantes con actividades extracurriculares para cultivar sus habilidades y talentos. ¡Inscriba a su hijo hoy, Sannin garantiza su futuro!

Pero bueno. ¿Qué más daba? ya había llegado al edificio, aunque para su desgracia no había una sola alma en la entrada. De seguro las clases ya habían empezado. Naruto se escabulló entre los pasillos con pasos sigilosos y pegado a la pared, simulando movimientos que había visto en la televisión.  Miró hacia sus lados, cerciorándose de que no hubiera profesores que pudieran regañarlo. Si era cuidadoso, a lo mejor podía entrar al salón por la puerta trasera.

Con cautela se dirigió a su aula asignada y abrió la puerta muy despacio, tratando de no hacer ni el más minúsculo ruido.

Para su sorpresa, frente a él en la puerta recién abierta, reconoció a una figura que ya le era sumamente familiar. El chico trago saliva, esperando lo peor.

—Vaya, vaya… —escucho a la mujer mayor, quien le observaba con expresión divertida— ¿Pero a quién tenemos aquí? —Naruto sentía el sudor en su frente—, es el mismísimo Uzumaki Naruto.

La directora, la abuela Tsunade —como solía llamarle Naruto de cariño—, rió con prepotencia llevando los brazos por debajo de su voluptuoso pecho. Naruto la conocía en realidad de sus días en el orfanato, pues la mujer era una reconocida benefactora para diversas instituciones. Naruto le tenía mucha confianza y el sentimiento de aprecio era mutuo, pero eso no lo salvaba de los severos regaños que la mujer era capaz de propinarle.

Naruto sabía que la mujer lo regañaba por su bien, pero eso no significaba que le gustara tener a tan poderosa figura dando sermones por pequeñeces como llegar tarde a clases.

Si Naruto supiera lo que era tener una madre, se imaginaba que Tsunade era lo más cercano a una.

—Perdón abuela Tsunade —Naruto hizo una reverencia, sumamente apenado—. De verdad que esta vez trate pero no escuche mi alarma.

—¿Pero de que hablas, Naruto?

—Me dijiste que si volvia a venir tarde me mandarias a detención —explicó el rubio con miedo en su voz—. Se que ya me diste muchas oportunidades, ¡pero te prometo que no volveré a llegar tarde jamás! —grito el rubio desesperado.

Silencio. De pronto, Tsunade comenzó a reírse en una fuerte carcajada. Naruto se sintió consternado, sin entender de que se estaba riendo aquella rubia que poco comprendía.  ¿Qué había sido tan gracioso? ¿No que si llegaba tarde de nuevo iba a sufrir grandes consecuencias?

—Burlarte de mi desgracia no es muy alentador —comento el rubio, sin poder ocultar la irritación en su voz.

—Ay Naruto —Tsunade intentaba calmarse; cedió su carcajada a duras penas llevándose una mano al estómago y otra a la altura de sus ojos, retirando lágrimas provocadas por la risa—, sigues siendo el mismo despistado de siempre —la mujer sonrió de oreja a oreja mientras revolvía el cabello del muchacho, dejándolo aún más desarreglado de lo que ya era usual para él.  

—Abuela, ¿pero de que estas hablando?

—Naruto, ayer tenias que haber atrasado tu reloj por el cambio de horario. ¡Haz llegado una hora antes de lo usual!

Naruto no dijo nada. El rubio se quedó petrificado por la revelación, hasta que toda su cólera se acumulo en su rostro justo frente a Tsunade sin previo aviso.

—¿Naruto? —Tsunade llamó en consuelo, pero ya era muy tarde.

—¡¡¡MALDIGO AL ESTÚPIDO DESGRACIADO QUE CREÓ EL TONTO CAMBIO DE HORARIO!!!

 

- - -

 

Naruto hizo una nota mental. Jamás volvería a gritar en frente de la abuela Tsunade. De lo contrario, no estaba seguro que viviría los años que tenía planeado vivir.

La abuela Tsunade, después de que gritara con todo lo que daban sus pulmones, en un acto de admirable violencia, le propinó un fuerte golpe con fuerza descomunal a su cabeza. La mujer tenía cincuenta años y Naruto se preguntaba donde almacenada tanta monstruosa condición física en su cuerpo que parecía de treinta. El muchacho no tenía la menor idea y solo pensarlo le provocaba escalofríos.

Su cabeza todavía le daba vueltas y otras partes del cuerpo le pulsaban por quién sabe qué razón. Podría jurar que el chichón de su cabeza era visible, puesto algunos compañeros tras de él se reían en voz baja, pero se reían.

Aquel día no podía ponerse peor.

—Tal parece que de nuevo te haz metido en problemas, Naruto —tras él se burlaba Kiba, un chico fanático de los caninos. El muchacho tenía dos triángulos invertidos en cada mejilla; tatuajes, asumió Naruto cuando le conoció. Tras crear un lazo de confianza el chico le compartió que aquellas marcas en realidad eran para cubrir cicatrices obtenidas tras un accidente que el muchacho prefería olvidar.

Aquella historia había sido suficiente para empatizar con el muchacho. Kiba era, sin lugar a dudas, lo más cercano que Naruto tenía a un mejor amigo.

—No tienes por que burlarte, perro sucio —Naruto fulmino con la mirada a su amigo, insultando con el apodo que le había puesto tras dos semanas de clases juntos.

—Que mal carácter tienes, zorro estupido —contesto Kiba, quien le había puesto un apodo también tras recibir el propio—. Y yo que venía a informarte de tu reciente popularidad.

Naruto volteo sobre su asiento para mirar frente a frente a su amigo. ¿Popular?, ¿él?

—¿No te has enterado? —le pregunto Kiba, perplejo por la reacción del rubio—. El otro día, pasando cerca de los baños femeninos, escuche a las chicas del salón hablar sobre los chicos de nuestro grupo.

Naruto ladeo la cabeza entrecerrando los ojos con sospecha.

—¿Y se puede saber que hacías espiando el baño de las chicas? —el tono de Naruto era de total desaprobación.

—¡Yo no estaba espiando! —clamo Kiba, ofendido por la indecorosa acusación—. Estaba yendo al baño y solo fue casualidad que las escuchara.

—Bueno, ¿y qué dijeron?

Kiba se acerco al rostro de su amigo; se llevó una mano a la mejilla en señal de discreción. Confundido, Naruto volteo su cabeza de lado prestando su oído, expectante por la posible revelación que su amigo le iba a compartir.

El castaño se quedó callado unos segundos y despues sonrio con picardia. Pero antes de que pudiera revelar la información, alguien a quien nunca, nunca, Naruto era feliz de ver, los interrumpió.

—Naruto tiene una cara muy linda pero su carácter hiperactivo es muy decepcionante. ¿No dijeron eso las chicas, Kiba?

De quien sabe donde, Sai apareció recargado en el pupitre donde estaban Naruto y Kiba. Ambos muchachos saltaron del susto.

Sai era un nuevo alumno que llegó de intercambio hacía apenas dos semanas. Sumamente inteligente, incuestionablemente apuesto, el adolescente era un favorito de las chicas del salón. Eso claro, sin mencionar que era el segundo mejor alumno del grupo, por sus méritos académicos que parecían no costarle ni el más mínimo esfuerzo. Naruto jamás se hubiera podido imaginar que un chico tan excepcional se interesaría por él, puesto que era conocimiento de todo el salon que Sai buscaba con frecuencia al rubio de ojos azules. Naruto estaba seguro que Sai quería solo molestarlo, puesto el chico era muy bueno haciendo comentarios inapropiados que lo sacaban de quicio.

Para Naruto era claro que Sai no era su amigo. De hecho, Naruto lo detestaba. Pero aquello no era obstáculo para el muchacho de piel pálida e inexpresivos ojos oscuros. No importaba cuantas veces Naruto lo insultara para que lo dejara en paz, el chico solo le sonríe de vuelta y Naruto se quedaba con ganas de vomitar.

—¡Sai, no hagas eso por favor! —Kiba tenía una mano en el pecho; mientras Naruto trataba de regular su propio ritmo cardiaco—. Casi se me sale el corazón del susto.

—Si Naruto fuera más educado, probablemente tendría mejor oportunidad con las chicas —Sai ignoro por completo a Kiba, dirigiendo toda su atención al rubio—. ¿O acaso me equivoco, zorro estupido?

Naruto se puso rojo del coraje y Kiba simplemente quedó boquiabierto. No era la primera vez que Sai utilizaba el apodo, pero la reacción de ambos chicos siempre era la misma.

—Dime, ¿cuantas veces tengo que decirte que no me llames con ese apodo? —Naruto señalo a Kiba, quien se sobresalto por el repentino gesto—. ¡Únicamente Kiba puede llamarme asi! ¡Es un acuerdo mutuo que hicimos como amigos!

—Tengo entendido las personas se ponen apodos para ser más cercanos —dijo Sai en un tono robótico que a Naruto simplemente le irrito más—. Supongo que es justo que tu me pongas un apodo entonces.

—¿Qué tal descarado infeliz hijo de---

—Cambiando de tema —habló por fin Kiba, quien no deseaba verse envuelto en otra pelea verbal entre Sai y Naruto—. Sai no está mintiendo. Parece que intimidas a las chicas con tu energía.

—¿Enserio? —la calma volvió a Naruto. La verdad era que no le importaba mucho la opinión pública de sí mismo, sin embargo, había una opinión en particular que le importaba mas que cualquier cosa en la vida—. De pura casualidad…

Ella no estaba con las demás —Kiba ni siquiera le dejó terminar. 

Un sentimiento de alivio al mismo tiempo que de pequeña vergüenza se mostró en las rosadas mejillas de Naruto. El muchacho desvió la mirada, perdido en sus propios pensamientos sobre la chica que reinaba su mundo.

Sin darse cuenta, sus ojos terminaron encontrándose con unos tímidos lilas. Ahí estaba Hyuuga Hinata, quien le miraba fijamente. Sus ojos permanecieron en contacto unos segundos, hasta que la muchacha se dio cuenta de con quien llevaba una competencia de miradas y terminó con la cara roja y llevándose las manos al rostro.

Hinata siempre hacía lo mismo. Naruto suspiró con cierta resignación. La chica era reconocida como la más tímida de toda la escuela, por lo que aquella reacción no le sorprendió al rubio en lo más mínimo.

Con gran tentación en la boca de su estómago, el rubio dirigió su mirada hacia el frente del salón.

Entonces la vio.

A ella.

La chica de sus sueños, la que le robaba el aliento y pintaba su mundo de colores. La hermosa Haruno Sakura.

La muchacha apenas iba entrando al salón; el uniforme escolar solo resaltaba aún más su  inigualable belleza. La falda azul marino del instituto resaltaba sus piernas que eran perfectamente tapadas por las medias blancas. La camisa de manga corta semi-ajustada dejaba ver su figura delicada pero atlética. Un suspiro lleno de su anhelo escapó de sus labios.

—Estas babeando grandisimo idiota —comento Kiba entre risas.

—Callate y dejame disfrutarlo —contesto Naruto, quien seguía observando a la hermosa jovencita.

Sakura se dirigió a su asiento. Ella se sentaba en la cuarta columna de siete, justo en el frente. Sakura era la chica más inteligente del salón y la alumna numero uno por calificaciones. Siendo sincero, la inteligencia de la muchacha solo era una de tantas cualidades que Naruto admiraba de ella. Desde el hermoso cabello rosa que tanto la caracterizaba hasta la abnegada amabilidad de la que era testigo todos los días; Haruno Sakura era una diosa en tierra y Naruto estaba decidido a conquistarla costase lo que costase.

Y hablando de su plan maestro, parecía que Sakura estaba sola por el momento. Naruto vio en ese momento una oportunidad para empezar su ardua conquista de una vez por todas.

—Ahorita vuelvo —anuncio Naruto a su amigo. Pudo notar que Sai ya había desaparecido y tomado su asiento, que era de hecho justo frente a él.

—Está fuera de tu liga, Naruto —le reprocho Kiba, quien no tenía malas intenciones, solo no quería ver a su amigo con el corazón roto y lloriqueando a sus pies.

—Que buen amigo eres —dijo Naruto con total sarcasmo. El rubio sacó su lengua en retribución—. Solo deseame suerte idiota.

—Que te parta un rayo —sonrió el castaño, alzando el pulgar en señal de soporte.

Naruto, con paso decidido, se acercó al pupitre de Sakura, quien retiraba sus cosas de su maleta. De pronto un nerviosismo poco característico de él comenzó a brotar y expandirse por todo su cuerpo.

No era la primera vez que la saludaba por su propia voluntad, pero por lo que estaba a punto de tratar de hacer los nervios se lo estaban comiendo vivo.

—Bue… —apenas comenzó las palabras se le trabaron en la lengua. Internamente Naruto se dio una bofetada mental para tratar de recuperar sus agallas— ¡Buenos días Sakura!

Su intención no era gritar y se arrepintió al darse cuenta que había sobresaltado a la muchacha.

—Ah, Naruto —dijo ella; le sonrió con timidez y Naruto agradeció de todo corazón el dulce gesto—. Buenos días. Hoy has llegado mas temprano de lo usual.

—Ah, si… bueno, fue un accidente —contesto el y nuevamente volvió a arrepentirse de sus decisiones.

—¿Un accidente?

—Olvide que tenemos que atrasar nuestros relojes y llege una hora más temprano que los demás.

Sakura no comento nada, hasta que de pronto soltó una dulce carcajada que derritió el corazón de Naruto.

—No cabe duda que eres todo un caso, Naruto —comento la chica llevándose una mano a la boca, tratando de controlar su risa.

—Si, bueno, al menos me salvé de detención por hoy —dijo él, todavía ruborizado a causa del deleite de lo que era la risa de la pelirrosa.

—Y bueno —aquellos bellos ojos jade se encontraron con sus zafiros—. ¿En qué puedo ayudarte?

El corazón de Naruto se aceleró. Esta era su oportunidad; había hecho reír a la muchacha y tenía un plan para pasar tiempo con ella el dia de hoy. Dándose una auto-porra mental, el rubio abrió la boca con intenciones de dar el primer paso hacia lo que soñaba sería el romance de su vida…

… pero antes de que pudiera decir si acaso una palabra, sintió un peso en su hombro derecho que lo empujó fuera de la visión periférica de la chica frente a él.

—¡Buenos días Sakura! —grito Karin, quien había empujado a Naruto para saludar a quien era su mejor amiga.

Naruto, apenas capaz de recobrar el equilibrio por el empujón, fulmino con la mirada a la chica de cabello rojo.

Oto Karin. La mejor amiga de Sakura y la segunda chica más inteligente de todo el salon. Karin era una empalagosa cariñosa que no dejaba a Sakura sola ni siquiera por cinco minutos, a menos que tuviera planes de fugarse clase como solía acostumbrar.  Karin trataba a todos, a todos, como basura; excepto a Sakura a quien afirmaba adoraba por sobre toda la escoria que era el cuerpo estudiantil de la preparatoria.

Karin era una chica doble cara que Naruto no soportaba, pero el rubio quería pensar que Sakura escogía a sus amistades con cautela y con buenas razones.

—Sakura, sobre los equipos de química de hoy…

Oh no.

— … no voy a ir a la clase de hoy. Tendrás que buscar un buen reemplazo.

—¿Remplazo? —Sakura se veía decepcionada.

—Si, veras… —Karin no prosiguió. Dirigió su mirada hacia el rubio, quien todavía permanecía cerca de ambas chicas y podía escucharlo todo. Dándose cuenta que si decía alguna otra palabra el escandaloso de la clase las iba a escuchar, Karin se acerco a Sakura para susurrarle algo en su oído.

Karin se veía muy sonriente y complacida, pero Sakura de pronto parecía muy triste y desilusionada.

—Lo entiendes, ¿no es así Sakura? —dijo Karin quien le dedicaba una dulce, pero fría, sonrisa a su mejor amiga.

—Por supuesto —contestó Sakura, quien no sonaba muy segura de sí misma, pero aquella respuesta parecía haber satisfecho a la pelirroja.

—Muy bien, pues me marcho —Karin tomo sus cosas que había dejado en el suelo—. Nos vemos mañana.

Sin ninguna otra palabra, Karin salió del salón. Claramente hoy seria otro dia que se saltaría clases.

—Naruto —Sakura llamó bajito. Naruto apenas pudo escucharla pero se acercó.

—Dime —dijo él tratando de sonar lo más amable posible.

Sakura no se veía tan radiante como antes. Naruto se preguntaba qué pudo haberle dicho Karin para provocar tal reacción.

—¿Tienes equipo para la clase de química?

—No —Naruto se emocionó.

—¿Te gustaría estar en mi equipo?

—Si —Naruto se habria puesto a bailar en ese mismo momento, pero se contuvo como pudo—. Pero, ¿estas segura?, ¿no preferirías a otro?

Y allí iba, a auto-despreciarse frente a la chica que le gustaba. Que mal habito, Naruto podía ser egocéntrico a veces, pero pocos sabían que aquello era nada más una fachada para no mostrar lo ridículamente humilde que podía ser.

—¿Por qué no?, eres el séptimo en la lista de alumnos de honor —Sakura le dedicó una sonrisa y Naruto casi se desmaya de la impresión.

—Con mucho esfuerzo —admitió él, recordando cómo se mato estudiando en primer lugar para ser admitido en aquella prestigiosa escuela.

—Está decidido entonces. Te espero después de la clase de condición física para que nos pongamos de acuerdo. ¿Trajiste materiales?

—Si, estan en mi mochila.

—Perfecto —Sakura desvió la mirada y miro hacia el pizarrón—. Nos vemos después, ya llego el profesor.

Naruto miro al frente. Efectivamente, el profesor en turno había llegado y con cortesía le pidió a todo el salón que tomaran asiento.

Los alumnos tomaron sus respectivos lugares y realizaron el saludo esperado hacia el profesor. Una vez empezada la clase, todos guardaron silencio con intención de prestar atención y dar oficialmente inicio al día.

Un ligero toque en sus hombros alertó a Naruto de que Kiba quería hablar con el. Como era costumbre, Naruto saco su celular de su bolsillo y miró en su bandeja de mensajes. Ocultando su celular tras el libro de textos en turno, espero la notificación de que Kiba había terminado de mensajearle.

¿Como te fue? -Kiba

Naruto sonrió con picardía y prosiguió a comenzar la conversación escrita.

Operación: Conquista Haruno a comenzado oficialmente. -Naruto

¡¿Es encerio?! (⊙_⊙) ¡¿Tan facil fue?! -Kiba

Así es. Debiste haber tenido más fe en mi. A lo mejor te puedo dar consejos después para conquistar a las chicas (=^â–½^=)/ -Naruto

JAJA, que gracioso. En tus sueños zorro estupido. -Kiba

De pronto una notificación de un número desconocido distrajo a Naruto. El rubio abrió el chat y casi le da un paro al leer el mensaje recibido.

Te vi hablando con Sakura; parece ser que estaremos en el mismo equipo de quimica. Por cierto, soy Sai, encontre tu número por internet. Deberias tener mas cuidado con lo que publicas. Bueno, hagamos nuestro mejor esfuerzo, compañero. Estoy seguro de que seremos un maravilloso equipo (*^‿^*) -Sai

Naruto tuvo el genuino impulso de gritar en terror, pero se contuvo y simplemente bloqueo el contacto.

Lo que le faltaba. ¿Sai en el mismo equipo que él y Sakura?, Naruto se sintió maldecido. No sabia como pero Sai siempre encontraba la manera de entrometerse en su camino; el chico tenía un talento para hacer su vida miserable.

Naruto miro el contacto recientemente bloqueado. La imagen de perfil de Sai era una fotografía de el mismo con su horrible falsa sonrisa. Naruto sintió nauseas con solo ver aquella foto y simplemente decidió que era el momento de guardar su celular.

El muchacho esperaba que la clase en curso lo distrajera de la miseria que estaba a unas horas de enfrentar por culpa del chico que más detestaba del salón.

 

- ­- -

 

—Este día, en serio, no puede salir peor…

El rubio se lamentaba en la banca de la cancha de fútbol. Hoy tocaba clase de condición física, después sería el receso y finalmente la clase de química que tanto ansiaba. O al menos así era hasta que Sai le mandó aquel siniestro mensaje de texto donde le revelaba que el otro miembro de su equipo era nada más y nada menos que el mismísimo bastardo que tanto lo irritaba.

Maldito desgraciado. Justo cuando creía que tendría un momento a solas con Sakura y dar giro a su plan maestro para, primero que nada, entablar una posible relación amistosa, resulta que Sai tenía que ser el ridículo acosador que era y buscar su teléfono por internet solo para decirle que estaba “emocionado” por estar en el mismo equipo. ¡¿Acaso podía este día ponerse peor?!

—Algun dia matare a Sai —la voz de Naruto sonaba llena de furia contenida—. Lo juro. Ese maldito está muerto.

—Eres un dramático, Naruto —Kiba sentado a su derecha en la banca suspiro—. Piénsalo, tienes a los dos cerebritos de la clase en tu equipo y el trabajo es para la calificación final del primer periodo. Tienes el pase asegurado.

—¡¿Y a mi que mi importa una vil calificación?! —soltó Naruto a punto de chillar. Sus ojos brillaban y parecía que en cualquier momento rompería en un feo llanto—. ¡Yo solo quería una oportunidad para intimar con ella! ¡Quiero ser su amigo!

—Bueno, bueno, que Sai esté en tu equipo no significa que no puedas tratar de acercarte a ella. Solo no seas un tarado e ignora las provocaciones de Sai y todo saldrá bien, ya lo veras.

—¡Naruto!

De entre la multitud de alumnos que todavía no terminaban de dar diez vueltas a la cancha, apareció Rock Lee. El deportista por excelencia de la generación. Lee siempre era el primero en terminar las vueltas pero por alguna razón siempre daba unas treinta más. El chico se tomaba muy enserio sus prioridades atléticas, pues después de todo había sido admitido en la escuela con una beca deportiva, por lo que era su obligación dedicarse al deporte y representar al instituto durante torneos; específicamente torneos de fútbol que eran su especialidad.

—¡Cuando todos terminen sus vueltas juguemos un partido de fútbol para levantar la llama de la juventud de todos los presentes! —declaró Lee con el entusiasmo por el que era conocido— ¡Tu y yo seremos capitanes! —Lee señaló a Naruto, quien no estaba muy dispuesto a jugar un partido amistoso con la estrella deportiva de su generación.

—Me honras pero, no tengo muchas ganas de capitanear. Mejor pideselo a otro.

—Tonterías —exclamó Lee, quien tenía una gran admiración por Naruto pues era de los pocos que le presentaban un reto cuando se trataba de actos atléticos—. Tienes todo el potencial de un líder; nadie más es digno de ser mi rival como capitán.  

—Fuertes declaraciones del chico que no pudo pasar los exámenes de admisión —soltó Kiba, a lo que Naruto le dio un codazo por ser tan grosero.

—Cada persona es buena en algo diferente. Yo no soy bueno con materias académicas, pero nadie me gana a la hora de demostrar mi condición.

—Cierto —reitero Kiba, recordando como una vez Lee le venció en un concurso de abdominales. Kiba tuvo el cuerpo adolorido por dos días seguidos, mientras que Lee simplemente dio las cien abdominales para luego agregar otras doscientas, pues el chico había dicho que no estaba satisfecho.

De pronto algo llamó la atención de todos. Un golpe seco. Todos los alumnos presentes en la banca miraron hacia la izquierda.

Sai, quien venía en dirección hacia ellos con intención de unirse a sus compañeros en la banca, se había tropezado y caído de lleno al suelo. Se encontraba boca abajo y completamente inmóvil, como si algo lo estuviera reteniendo.

Naruto fue el primero en soltar la ruidosa carcajada, seguido por Kiba y los demás presentes.

—¿Pero que te paso? —pregunto Kiba, apenas siendo capaz de articular su pregunta entre risas.

—Algo… no está bien —comentó Shino, un chico de cabello castaño que usualmente se le veía con una chamarra que le cubría la mitad del rostro, nunca se la quitaba ni aunque se estuviese muriendo de calor; normalmente se le veía callado en un rincón sin hacer comentario alguno. Otra peculiaridad, además, era que siempre llevaba puestos unos lentes de sol de círculo que al igual que la chamarra nunca se quitaba, ni siquiera de noche.

Shino era una persona peculiar.

—¡CUIDADO! —grito Rock Lee, a lo que todos voltearon a la nueva crisis que se estaba presentando.

Naruto no tuvo tiempo de reaccionar. La pelota de fútbol con la que maniobraba Lee mientras esperaba a los que faltaban de cumplir sus vueltas, se le había escapado de entre los pies y al tratar de recuperar el momentum la había pateado con tanta fuerza, que la pelota salió disparada hacia la banca donde se encontraba sentado el rubio. La pelota hizo contacto con su rostro y Naruto cayó de espaldas por el impacto. La cabeza le daba vueltas y podía sentir su consciencia desvanecerse con cada segundo que transcurría.

—¡Naruto!

—¡¿Naruto estas bien?!

—¡Contesta Naruto!

—¡N-Naruto!

Después, oscuridad y silencio. El rubio de ojos azules se había desmayado.

 

- - -

 

No podía ver nada. Estaba oscuro. De pronto, una luz me cegó… pero por fin pude finalmente divisar lo que ocurría.

Era yo. Cuando tenía cinco años.

Estaba llorando. ¿Por qué?

Pronto lo recordé con pesar. Era por que estaba solo.

Me encontraba sentado contra un muro con mis piernas contraídas a mi pecho, intentando inútilmente que el llanto cesara. Había personas caminando a lo largo de la avenidad, pero para mi, no había realmente nadie.

Un hombre había intentado hacerme daño. Los recuerdos eran confusos, pero estaba seguro que él era el causante del dolor en mis mejillas. Las tres marquitas en mi rostro eran evidencia de que aquello había sido real y no una pesadilla. Ya no sangraban, pero aun así el dolor no desaparecía.  

Lloraba en silencio. Era mejor así, sin molestar a nadie. De todos modos, ¿para que hacer ruido?, ¿a quién le importaría verme llorando?

Después de todo estaba solo. Ya no tenía a nadie.

Yo era el monstruo causante de la muerte de mis padres...

Pero algo de pronto se sintió diferente. Sentí una calidez pasar sobre mi cabello. Una calidez que nunca olvidaré.

No quise alzar la vista, tenía miedo que aquella calidez desapareciera, solamente me quedé quieto con los ojos cerrados.

Oía una voz.

“No llores… yo te protegeré”

La voz era suave y llevaba consigo un cariño que había olvidado. Seguí escuchando.

“Ya nunca más estarás solo"

Una sonrisa surco mis temblorosos labios. Sentí la calidez bajar de mis cabellos a mi cuerpo.

Sentía como si alguien me estuviera abrazando. Fue entonces cuando por fin abrí mis ojos.

 

Naruto despertó.

Miró hacia su costado. Le tomó unos segundos darse cuenta que se encontraba en la enfermería del instituto. Le dolía la cabeza y sentía una jaqueca punzante que apenas y pudo soportar. Por instinto, Naruto se sobo las sienes, con lo cual se dio cuenta que tenía una venda en la cabeza.

Entonces lo recordó todo. Antes de caer inconsciente había logrado ver que la pelota pateada por Lee había impactado directamente contra él. Seguramente se había desmayado por el golpe y el profesor en turno lo habría traído a la enfermería.

Naruto observo el reloj colgado en la pared frente a sí. Eran las dos con cincuenta y siete minutos…

… un momento. ¿Casi las tres de la tarde?

¡Ay no!

¡La clase de química! ¡La había perdido! ¡¿Cuánto tiempo se había quedado dormido?!

De acuerdo, este día era oficialmente uno de los peores de su corta vida. Primero se había levantado demasiado temprano por miedo a ser enviado a detención y en vez de llegar a tiempo fue emboscado por la directora, quien terminó golpeándolo por gritarle sin querer en la cara. Después, fue invitado por la chica de sus sueños a trabajar con ella para luego enterarse que su archienemigo estaría con ellos. Y para hacer las cosas peor, el zoquete de Lee que solo tenía proteína en el cerebro lo había noqueado con un balón de fútbol. Y ahora despertaba a casi las tres de la tarde en la enfermería, ya perdida su oportunidad de pasar tiempo con Sakura y establecer aquella relación amistosa que tanto anhelaba.

Lee se las iba a pagar. También Sai. Ambos iban a pagar muy caro.

De pronto, Naruto sintió que no se encontraba solo. Primero observo hacia su derecha. La enfermera Shizune no se encontraba en la enfermería, seguro se había ido a comer o algo asi. Sin contarse a sí mismo, la enfermería estaba prácticamente vacía.

Entonces Naruto miró a su izquierda. El rubio se sorprendió al ver la ventana abierta… y que alguien se encontraba sentado en el borde, mirando en contemplación hacia el horizonte.

No podía verle el rostro, pero noto una cabellera negra que terminaba en puntas y una piel albina como de porcelana. La persona iba vestida ligeramente formal pero eso no fue exactamente lo que llamó la atención del rubio.

A primera vista, Naruto estaba seguro que jamás había visto a aquel sujeto en su vida.

Sintiéndose observado, el sujeto desconocido ladeo el rostro para encontrarse con la mirada de Naruto.

—Vaya, con que por fin has despertado, dobe… —dijo el joven desconocido como si nada. El tono le hizo pensar a Naruto que aquel muchacho lo conocía a él de alguna parte, por la familiaridad en su tono de voz.

Unos ojos oscuros y profundos como la misma oscuridad lo dejaron paralizado.

Pero, un pequeño detalle había pasado desapercibido. En la espalda del sujeto, destacaban unas grandes y blancas alas.

¿Quién demonios era este sujeto?

 

Continuará...

Notas finales:

Bueno pues. Asi termina primer capitulo. Espero que no les moleste un poco de repugnante heterosexualidad (lol?) pero les prometo que no durara mucho ;) cualquier pregunta o aclaración con gusto la respondo en los comentarios siempre y cuando no sea un spoiler.

Espero les haya gustado y esperen el siguiente capitulo.


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