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home is the right people por KeyKnows

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Notas del fanfic:

Lo escribí para un amigo, y lo escribí en inglés pero lo traducí lel

Espero les guste.

 

Era casi surreal lo mucho que Sasuke visitaba el no tan secreto escondite de Orochimaru. Suigetsu no estaba para juzgar, sin embargo, después de todo él. Karin y Juugo habían decidido quedarse con el sannin como si no hubieran sido víctimas de su curiosidad científica y falta de ética.

Pero al final, Suigetsu pensaba, todos ellos necesitaban estabilidad, alguna semblanza de permanencia. El tiempo y pelear dos guerras habían ablandado a Orochimaru; no que no fuera el mismo hombre miserable que no se detenía a nada para saber todo lo que había por saber sobre jutsus, que llevaba sus investigaciones las últimas consecuencias. Más que nada estaba cansado.

Todos ellos estaban cansados. Suigetsu a veces se sentía como si ya fuera un hombre de edad, que ya había hecho demasiado, visto demasiado, y no podía imaginarse el peso que descansaba sobre los hombre de Orochimaru, ni mucho menos sobre los de Sasuke.

Sasuke venía lo que Suigetsu se atrevía a llamar seguido. Sasuke siempre estaba viajando, siguiendo pistas sobre personas que amenazaban la paz que tanto habían peleado por conseguir pero de alguna manera siempre hallaba el camino de vuelta aquí, con ellos. Hasta donde Suigetsu sabía, pasaba mucho más seguido por aquí que por Konoha, donde su hija aún esperaba conocerlo por primera vez. Se preguntaba si Yamato, que siempre los tenía bajo vigilancia, habría reportado esto. Cuando menos Naruto debía saber.

Suigetsu no cuestionaba este comportamiento, conocía a Sasuke lo suficiente como para saber que no le respondería aunque le preguntara, no estaba tan interesado en saber y él se hacía una idea bastante acertada de los motivos de Sasuke.

Y si su idea estaba errada no quería saberlo.

Ellos, Karin, Juugo y él mismo eran amigos de Sasuke. No viajaron juntos por el mundo y casi murieron juntos para ser menos que eso. Puede que ellos tres no conocieran absolutamente todo de Sasuke pero sabían más que suficiente; más importante todavía siempre le cuidaron la espalda, siempre siguieron sus planes desquiciados y siempre sabían cuando decirle que tenía que parar, incluso si nunca los escuchaba. Sasuke no podría haberse conseguido mejores amigos, la verdad.

Además después de todo lo que había pasado y cómo se habían desarrollado las cosas, Sasuke le tenía cierto respeto a Orochimaru. Así que venía de vez en cuando a ver a sus amigos y a su sensei.

No había nada de raro en eso.

O a Suigetsu le gustaba creer que no había nada de raro en eso, incluso si definitivamente lo había.

La mayoría del tiempo, cuando Sasuke venía, se quedaba unos cuantos días. Gastaban el tiempo hablando de todo y nada, Sasuke ayudaba en el laboratorio o se sentaba en un rincón a verlos trabajar. Los cuatro hacían mandados para Orochimaru, tenían muy ligeras sesiones de entrenamiento o simplemente se sentaba a disfrutar de su silenciosa compañía. La mayor parte del tiempo eran sólo un grupo de amigos muy cansados.

Pero había otras ocasiones en las que, además de todo esto, Sasuke y Suigetsu pasaban la noche juntos.

La primera vez que Sasuke buscó a Suigetsu buscando algo diferente a lo que había entre ellos, Suigetsu no lo cuestionó del todo. Simplemente se le quedó mirando y dijo:

—¿Así que ahora vamos a hacer esto, eh?

Suigetsu estaba cansando después de todo, cansado de la guerra y de los secretos y de las tristes historias en sus pasado que todo el mundo estaba tan desesperado por enterrar. No tenía la fuerza para discutir esto con Sasuke, preguntarle por qué quería esto, por qué ahora, por qué con él. Conocía a Sasuke lo suficiente para saber que no obtendría ninguna respuesta y no quería obtener una.

Conocía a Sasuke lo suficiente. Y Suigetsu no iba a decirle que no a un buen polvo de todos modos.

De manera que a veces Sasuke venía a verlos, hacían todas las cosas que normalmente hacían y luego, durante la noche, Sasuke iba a su cuarto y la pasaban bien por un rato.

Suigetsu pensó, la primera vez que ocurrió, que iba a ser cosas de una sola noche, que Sasuke no admitiría que algo así jamás habría ocurrido y que se iría de su habitación como si no acabaran de tener sexo. Cuál fue su sorpresa al ver que, aquella primera vez, Sasuke se quedó. Y se quedó también todas las demás.

El asunto se convirtió no sólo en un hábito sino en una especie de ritual. Un ritual de intimidad y confianza, de amistad y de amor.

Suigetsu no diría que amaba a Sasuke como una pareja, y tampoco creía que Sasuke lo amara de esa forma, pero definitivamente había más que sexo en lo que hacían.

Era evidente en las pláticas ocasionales que sostenían luego de terminar. Sasuke no era de abrazos y cariños luego del sexo y tampoco lo era Suigetsu, así que se quedaban uno a lado del otro disfrutando del satisfactorio cansancio y la tranquilidad post-coital en la que se sumergían. A veces Suigetsu hablaba porque él nunca cerraba la boca y Sasuke parecía disfrutar de su charla sin sentido, de otra manera le habría dicho que se callara.

En otras ocasiones la conversación se tornaba inevitablemente seria.

—Me siento mal sobre esto —dijo Suigetsu una vez y de pronto, acostado mirando al techo como si esperara que se le viniera encima.

Sasuke, sentado con la espalda en su almohada y la que le había robado a Suigetsu, le preguntó sin demora:

—¿Por qué?

—Sabes lo que Karin siente por ti —respondió—, y yo lo sé.

—Karin y yo ya hablamos sobre eso. Sobre todo.

—¿Incluso sobre esto? —Suigetsu preguntó con algo de pánico en la voz, volteándose a ver Sasuke.

—Claro que no imbécil —contestó Sasuke con el ceño fruncido ante la idea—, quiero decir sobre lo que ella siente y…lo que yo siento.

Hace años habría sido imposible tener una conversación así con Sasuke, pero la guerra, los años de peregrinación en los que se sumergió después       y lo que sea encontró, lo habían ablandado también. Con ellos, con sus amigos, con Suigetsu, las eternas paredes alrededor de su corazón se abrían, si tan sólo con ellos, si tan sólo un momento.

—¿Y…? —presionó Suigetsu.

—Y nada. Lo arreglamos, incluso si le decimos sobre esto no habría ningún problema.

Años atrás Suigetsu no le habría creído, pero Karin también había cambiado e incluso si aún era tan explosiva como siempre, sabía mejor ahora.

—Si tú lo dices —Suigetsu concedió— ¿Cuándo hablaron de esto?

—Hace mucho. Cuando Sarada iba a nacer.

—¡¿Qué?! ¡¿Hace tanto?! ¡Karin no me dijo! —se quejó— O sea, sabía que algo había pasado porque no quería matar a nadie cuando se enteró pero…No puedo creer que no me haya dicho.

—¿Por qué lo habría hecho? —le dijo Sasuke con escepticismo— ¿Te cuenta todo?

—Claro, porque soy su mejor amigo, soy el mejor de los amigos que todos ustedes podrían tener y no tienen la cortesía de decirme estas cosas.

Sasuke bufó.

—¿Qué? ¿No me crees? —Suigetsu se sentó para estar a la altura de Sasuke— ¿Tengo la consideración de follarte y dejas que me folles y no me crees?

—Cierra la boca —Sasuke ladró, pero fue sin mala intención y la comisura de sus labios lo estaba traicionando con una sonrisa tímida.

Antes, ver a Sasuke sonreír era similar a presencia un milagro. Ahora sonería un poco más seguida, ahora que su sed de venganza no le robaba el lujo de sentir algo más.

—Oblígame —lo retó Suigetsu con una sonrisa engreída.

Sasuke no le respondió, simplemente se rodó para quedar encima de Suigetsu, sosteniéndose con su único brazo, y lo besó.

Fue un beso lento y deliberado, muy diferente al primero que compartieron esa noche. Lento, deliberado y terriblemente íntimo. Cumplió su propósito de callar a Suigetsu, al menos hasta que fueron por la segunda ronda.

[Días después de eso, cuando Sasuke ya se había ido de nuevo, Suigetsu tuvo una conversación muy incómoda con Karin acerca de que tal vez deberían remodelar su cuarto para hacerlo a prueba de sonido, ya que era imposible dormir con sus malditos gemidos haciendo eco en el pasillo.

Juugo había estado de acuerdo. También Orochimaru. Suigetsu se llenó tanto de vergüenza que prácticamente se derritió.

Y entonces, unas horas después de esa conversación, Suigetsu tuvo otra muy incómoda pero muy seria conversación con Karin.

No quería que esto se interpusiera entre ellos y su amistad, y Suigetsu estaba dispuesto a detener esto si ella estaba incomoda. Era una conversación que hubiera sido imposible antes también. Antes proalmente se habría burlado de ella y le habría restregado en la cara que Sasuke lo había preferido incluso a él antes que a ella. Pero antes Sasuke seguramente no habría iniciado esto.

Las cosas eran diferentes ahora.

Karin apreció su consideración pero le aseguró que todo estaba bien, eso era algo que ya estaba en el pasado e incluso si ella nunca iba a dejar de amar a Sasuke, ahora quería algo diferente para ella misma.

Así que todo estaba bien.

—Pero…—dijo Karin, mordiéndose el labio y sonrojándose un poco— ¿él es bueno en la cama?

—No tan bueno como yo —le respondió Suigetsu guiñando el ojo.

Karin lo golpeó pero la comisura de sus labios  la estaba traicionando con una sonrisa y mientras se gritaban en el ritual de su amistad, Suigetsu pensó que ella habría sido buena para Sasuke.

Algunas cosas, sin embargo, no estaban destinadas a ser.]

Incluso si Suigetsu no le cuestionaba a Sasuke sus motivos exactos para haber iniciado esto, a veces de todas formas se lo preguntaba a sí mismo.

El deseo de saber no era algo constante, pero el pensamiento venía a él cuando, inevitablemente, Sasuke tuviera que irse de nuevo. Los pocos días que Sasuke estaba ahí eran…diferentes.

Era un poco como sus días de Hebi y Taka, y al mismo tiempo completamente distinto. Ahora no había lugares a dónde ir, metas que cumplir ni nadie a quién matar, pero su constante compañía era suficiente para recordarle a Suigetsu peores, pero ciertamente más entretenidos días.

Cuando Sasuke venía su rutina no cambiaba del todo, Sasuke simplemente se acoplaba con el resto de ellos y era como si siempre hubiera estado ahí. Era precisamente por eso que, cuando se iba, parecía que algo faltaba.

Era en esos momentos cuando Suigetsu no podía sino reflexionar sobre lo que él y Sasuke tenían.

Sasuke nunca había sido una persona feliz. Ninguna de ellos lo había sido y tal vez era por eso que era tan fácil darse cuenta de que ahora era mucho más felices de lo que antes habían sido, y era  todavía más evidente que Sasuke era mucho más feliz cuando estaba con ellos.

Parecía particularmente feliz cuando él y Suigetsu estaba juntos, y quizás era sólo porque el sexo era una placentera y feliz actividad, o quizás estaba pasando otra cosa que Suigetsu no alcanza a entender. No tenía manera de saberlo y no iba a preguntar.

De todas maneras no tuvo que hacerlo.

—¿Estás bien con esto? —le preguntó Sasuke una noche.

La pregunta tomó a Suigetsu por sorpresa, ni siquiera habían hecho nada todavía y el tono cansado, casi derrotado con el que Sasuke habló lo hizo sonar como si ya fuera tiempo de esas conversaciones post-coitales de las que nunca hablarían otra vez.

—¿Sí? —dijo Suigetsu tentativamente— ¿Por qué otra razón estaría desnudo sobre tus caderas si no lo estuviera?

—No me refería a eso —Sasuke respondió, su mano reposando con firmeza en la cadera de Suigetsu.

—¿Entonces a qué te refieres?

Sasuke pensó largo y tendido su respuesta.

—Me estaba preguntando si aún estabas bien con nuestro acuerdo.

—Sostengo mi punto, ¿por qué estaría desnudo…?

—Me refiero a que ¿no quieres algo más de lo que tenemos? —Sasuke dijo, mirándolo a los ojos.

—¿Tú quieres algo más? —dijo Suigetsu con la voz baja.

Sasuke negó con la cabeza.

—¿Entonces por qué preguntas?

—Yo…

Era raro que Sasuke se quedara sin palabras, no porque siempre supiera que decir, lo contrario de hecho, sino porque cuando no sabía que decir prefería quedarse callado. Claramente ahora quería decir algo y no sabía cómo.

—Me estaba preguntando —empezó Sasuke quedo— si tú también vas a pedirme algo que no puedo darte.

La expresión de Sasuke apenas y cambió pero bien podría haber estado llorando. Suigetsu no necesitaba que hiciera otra cosa para entender el peso de lo que estaba diciendo.

—¿Qué quieres decir? —preguntó y presionó sus manos en los hombros de Sasuke para hacerle ver que hablaba en serio.

—No quiero volver a Konoha —dijo Sasuke—, y no quiero lidiar con nada de lo que me espera ahí.

—Entonces no lo hagas —dijo Suigetsu, como si fuera así de simple, como si fuera posible—, quédate aquí con nosotros.

Sasuke soltó un resoplido triste, puso su mano en la nunca de Suigetsu y lo atrajo hacia sí para besarlo.

Fue un beso lento e íntimo. Le mostró a Suigetsu porque Sasuke quería esto, por qué con él, por qué ahora. Era un motivo egoísta como todo lo que Sasuke hacia pero estaba bien, porque era su amigo y era algo que Suigetsu podía darle.

Después de todo, esto era algo que Sasuke, al fin, había escogido por sí mismo.

 

Notas finales:

El final es medio abrupto pero cuando lo estaba editando no se me ocurrió cómo hacer que sonara menos abrupto lol a demás había tematicas ene l final que quería explorar pero al final todo quedó muy por encima y bueno, es lo que hay

 también siento que hay bastante ooc, pero no sé, mi eterna decepción con el final hace que escriba este tipo de cosas, es como yo estoy cansada así que ellos también lo están, you feel me?

de cualquier manera espero que lo hayan disfrutado.

Gracias por leer, todos los comentario son ampliamente apreciados! <3


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