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Besos Traviesos por Ari_123_love

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Notas del fanfic:

He tenido muchas cosas que hacer con la universidad, y sólo por eso he podido acabar este shot e.e De otra manera, ni de broma encendería la laptop x)

Minho tragó duro, mirando con algo de pánico el enorme corazón color púrpura que había sido dibujado al frente de su casillero. No era posible, esto se estaba saliendo de control. Alargó un poco su mano, tocando el corazón, sólo para darse cuenta que estaba dibujado con lápiz labial. Aterrador. Sintió un escalofrío recorrerle la espalda, provocándole que su corazón se agitara. Debía borrar eso, antes de que alguien lo viera y le dijera a Taemin.

Buscó dentro de su mochila, arrancando una hoja de papel de una de sus libretas, y la mojó con su botella de agua. Lo que fuera, con tal de quitar esa acosadora marca en su casillero. Restregó el papel contra la puerta graffiteada, hasta que no encontró más de aquel color púrpura. Suspiró con alivio, recargando la frente contra la puerta de metal. Tenía que encontrar una solución para esto pronto.

-Hola guapo.

Minho dio un brinco de casi dos metros de alto ante el saludo. Miró con el ceño fruncido a su novio, bufándole suavemente.

-¿Podrías dejar de hacer eso?- Se quejó.

-¿Qué escondes mi amor?- Taemin agitó sus cejas, mordiéndose el labio inferior, haciendo una mueca burlesca. –Estas muy nervioso, y eso sólo te vuelve culpable de algo. Dime, ¿de qué se trata?

-No es nada, Tae.- Suspiró, pasando su brazo por encima de los hombros del chico. –Sólo estoy algo pensativo.

-Mentiroso…- Taemin le sonrió. –Te conozco, Min. No puedes esconderme nada, ¿qué es? ¡Oh! Tu forma de actuar tal vez se deba a que has recibido otra carta de tu acosador/acosadora. Dime Min, ¿qué te escribió esta vez?- Gimoteó, pegándose un poco más a Minho.

¡Y esa era la razón por la que Minho no quería que Taemin supiera! La pequeña mierda estaba más que encantado con la situación aterradora por la que estaba pasando Minho. Pasaba día y noche riéndose de cada carta que le era dejada en el casillero. Minho sólo suspiraba, soportando que su absurdo novio se burlara tan abiertamente de él. No podía quejarse, así se había enamorado de él, y a Taemin parecía complacerle el hecho de que Minho lo adorara con defectos incluidos.

-Er...No sé...- Mordió la comisura de su boca, mintiendo. -Acabo de llegar, no he abierto el casillero.- Soltó a Taemin, abriendo el candado sólo para poder destrabar la puerta. Deseó no haberlo hecho, tras ver caer un papel color lavanda de adentro de su taquilla.

-¡Bingo!- Taemin se apresuró a recogerla, con una enorme sonrisa en el rostro. -Veamos que te dijo ahora esta extraña persona.- Desdobló el papel, dejando ver una escritura que sólo podría ser de alguien que ha practicado caligrafía artística. -A ver~, aquí dice: eres mi mayor sueño húmedo.- Leyó con humor. -Bueno, de hecho estoy de acuerdo con esta nota.- Exhaló una vaga risa. -Cada vez creo más que se trata de una chica....Lástima que tú tengas un novio, ¿no?- Sonrió, alzándose de puntillas para robarle un beso en los labios.

-Bebé, no entiendo cómo le ves lo divertido a esto.- Minho exhaló. -Independientemente si es hombre o mujer, ¡me está acosando! Y a ti no te molesta en lo absoluto.- Jadeó. -Fácilmente podría robar mi atención, y entonces yo te dejaría.

Taemin frunció el ceño, alejándose un par de centímetros.

-Si me dejas, te arrepentirás. Yo no repito, eso sólo es para patéticos. Encontraré un novio más guapo, y más alto.- Afirmó.

Minho sonrió, tomándole por la cadera para acercarle de nuevo. Adoraba ver a Taemin enojado. Le besó en la frente, mimándole.

-Y~ por eso, no pienso dejarte.- Rio. -Me volvería loco si te veo con alguien más.

-Eso es bueno, Min.- Se acomodó en el hombro del mayor. -Me hace feliz, muy feliz.

-Ah, realmente estás loco, Tae.- Minho afirmó. -¿Pero por qué los locos tienen que ser tan lindos como tú lo eres?

-Para atraer hombres como tú, cariño.- Se burló. -Es nuestro deporte favorito, atraer hombres perfectos al mundo de la locura.

-No tienes idea de cuánto sufro.- Le revolvió el cabello. -Así qué, bebé, estaba pensando que está tarde tal vez podríamos ir a tu casa...

-¡Oh! Sí. Justo a eso vine.- Taemin rio bobamente. -No puedo salir contigo hoy, Minmin.- Le hizo un lindo puchero, sabiendo qué táctica usar. -Le prometí a Krystal ayudarle a comprar un nuevo guardarropa. No puedo cancelarle, eso no hacen los mejores amigos.- Aborregó los ojos, suplicando sólo con la mirada.

Tras evitar rodar los ojos, Minho exhaló. Qué sorpresa que Taemin saliera con esa niña. A Minho no le caía muy en gracia que ese par estuvieran pegados todo el tiempo. No se trataba de que Krystal le desagradara, de hecho ella era muy amable y una persona con quien puedes llevar una amena amistad, la cual tenían. Era tan sólo que cuando Krystal y Taemin estaban juntos, nada bueno podía suceder. Casi, como si los dos fueran un catalizador el uno al otro, para sus travesuras absurdas.

-Así que supongo que no hay modo en que cambies de parecer, ¿verdad?- Comentó rendido. -De acuerdo, supongo que tendré que conformarme con llamarte a la noche...

-Hey, puedo compensarlo.- Taemin le sonrió, colgándose del cuello del alto. -Mañana podríamos ir a tu casa.

-Eso suena bien, de hecho.- Aceptó, agachándose lo suficiente para besarle. -Ahora, se nos hace tarde. Ve a tu clase, bebé.

-Iré, pero primero promete que nos veremos cuando acabes tus clases.- aflojó su labio inferior, haciendo un convincente puchero.

-De acuerdo, lo prometo.- Rio. -Al salir, te buscaré.- Accedió rápidamente, agarrándole por la cadera para consignarle un beso en los labios como despedida. -Corre a clases.

Taemin asintió, riendo, sólo para desaparecer rápidamente por el pasillo. Minho suspiró, mirando su casillero. Tal vez, si colocaba un papel por dentro, podría tapar las rendijas y así evitar que aquella persona le siguiera obsequiando notas...Aunque eso no evitaba que volviera a dibujarle la puerta. No podía hacer nada, sabía que esta persona encontraría  una mucho más ingeniosa y aterradora forma de seguir acosándolo. No lo entendía, ¿por qué alguien le profesaría su amor en ese estilo, cuando él obviamente tenía novio? No era ningún secreto, casi toda la universidad lo sabía, ambos se la pasaban besándose en casi todos lados. Agitó la cabeza, rindiéndose por ahora. Tendría que hallar una forma de detener eso pronto. Cerró su casillero y se dirigió a su salón de clases.

Varias horas después, mientras salía de última clase, decidió pasarse por su casillero una vez más, y dejar unos libros que no necesitaría hasta la semana siguiente. Al abrir su casillero, una nota más volvió a caer. ¡Joder no! Eso era imposible, ¿dos notas en un mismo día? El pulso de Minho volvió a acelerarse. La persona que le acosaba estaba empezando a ser más constante, y eso definitivamente le aterraba.

Con manos temblorosas recogió la nota, desdoblando el papel color rosa claro, para encontrar un sólo mío, escrito en pulcra letra. Y ese era un gran problema, si tan sólo pudiese reconocer la letra, pero le era imposible. La manera en que esa persona escribía era con caligrafía profesional, casi como si sacara las letras de un molde. Y no conocía a nadie que supiera escribir de ese modo. Un gemido suave se escapó de su boca, tratando de recuperar el aliento. Estaba a nada de decirles a sus padres y hermano que tenía que irse del país para comenzar una nueva vida, lejos de esta acosadora persona. Lanzó el papel hasta el fondo de su casillero, esperando que el siguiente semestre, cuando fuese la redistribución, la siguiente persona en turno tuviese que deshacerse de esa horripilante nota.

Cerró todo, mirando a su alrededor sólo para corroborar que no hubiese nadie sospechoso vigilándole. ¡Se estaba volviendo loco con esta situación! Apretó su paso, tratando de salir de ahí lo antes posible. Debía ver a Taemin, y regresar a casa. Así es, sin tomar algún otro camino, sólo se iría derecho al departamento que compartía con su hermano, y se encerraría bajo siete llaves hasta que su hyung regresara a la noche.

No tardó en encontrar a Taemin, puesto que el chico normalmente se encontraba en los mismos lugares. Minho sólo tuvo que dirigirse a la cafetería, y de hecho pudo encontrar a su novio ahí, justo cuando Taemin salía de aquel lugar junto con Krystal.

-¡Hey Min!- Taemin le saludó alegremente. -¿Minho? ¿Qué ocurre?- Notó rápidamente lo acongojado que el mayor se notaba.

-¿Ah? No es nada.- Minho se sacudió aquel extraño sentimiento, sonriéndole a su novio. -¿Qué están haciendo?

-Nuestro plan para dominar al mundo.- Taemin suspiró algo desencantado.

-Taemin no confía en mi parte del plan.- Krystal se cruzó de brazos, sonando ofendida.

-¿Por qué no me sorprende nada de esto?- Minho sólo se limitó a agitar la cabeza. -Al menos díganme que será una memorable dominación del mundo.

-¡Por supuesto que sí! ¿Cómo te atreves a dudarlo?- Taemin fingió ofenderse. -Voy a ser el regidor de este nuevo imperio, jamás dudes de mí, o de mi mano derecha.- Señaló a Krystal.

-¿En serio vas a cederle el poder?- Minho preguntó a la chica, mientras cubría los oídos de Taemin.

-Por supuesto que sí, de otra forma él terminaría envenenándome para tomar el poder.- Krystal rio. -Así puedo tener el poder tras bambalinas, y los ataques directos serían en él.

-No dejes que lo maten, realmente lo amo.- Rio.

-De mi cuenta corre que jamás sea un envenenamiento...apropósito.

-Gracias Krys.- Minho rio, sabiendo que toda esta platica era totalmente absurda.

-¡Saben que puedo oírlos!- Taemin se soltó, enfadado. -¡No conspiren en mi contra!- Primero golpeó rudamente el brazo de Minho, después un poco más suave el brazo de Krystal.

-¡Auch!- Se quejaron al mismo tiempo.

-Están cayendo de la gracia de su sumo emperador.- Les regañó. -Vámonos, Krys, tenemos mucho que hacer.- Jadeó, con el rostro por lo alto.

-Espera Taemin, debo ir por mi mochila. La dejé en el laboratorio tres.- La chica le detuvo, recordando que Taemin simplemente le había arrastrado fuera del laboratorio en cuanto la clase terminó. -No me tardaré.

-No te preocupes, yo voy por ella.- Minho se ofreció. -Tengo que hablar con el profesor Park acerca de una tarea que dejó, y él siempre se encuentra ahí.

-Gracias oppa.- Accedió, sonriéndole en agradecimiento.

-No vueles alto, Krys. Minho sólo lo hace por retenernos aquí.- Taemin rodó los ojos, cruzándose de brazos. –Sus intenciones no son buenas.

-¿Qué tiene de malo con que quiera retener a mi novio a mi lado por unos minutos más?- Le sonrió con sorna. –Y si para eso, debo de tardarme buscando la mochila de Krystal, entonces ten por seguro que lo haré.

-Vaya, oppa, eres igual de malo que Taemin.- La chica rio deliberadamente.

Taemin bufó y rodó los ojos, como quiera aceptando el beso que Minho le dio en la mejilla antes de que se encaminara hacia el laboratorio.

Minho por unos momentos se sintió capaz de olvidar aquel horrible sentimiento que tenía por las múltiples notas que le habían sido dejadas en su casillero. Si había algo que le distraía por completo, era Taemin. El chico era un total bastardo, pero Minho se había enamorado de esa característica actitud. Normalmente cuando no estaba del lado receptor de los ataques de Taemin, disfrutaba de ver las travesuras que el chico hacía. Taemin no se limitaba, si algo le gustaba demasiado, o por el contrario, lo detestaba, definitivamente haría algo al respecto en vez de quedarse quieto. Taemin era del mismo modo con las personas, y por eso nadie quería entablar una enemistad con el muy ocurrente muchacho. Por otro lado, era muy frecuente que hubiera personas a su alrededor tratando de convertirse en sus esbirros. Minho entendía perfectamente aquel hechizo que Taemin tenía sobre los demás. Simplemente era magnético.

Y se consideraba afortunado por haberse convertido en el objeto amoroso de ese bastardo.

Suspiró, recordando que de hecho, la razón por la que ahora estaban juntos, había sido que él había quedado atrapado en medio del fuego cruzado que una vez hubo debido a una disputa que Taemin tuvo con uno de sus compañeros. Lo sabía, Taemin había quedado más que consternado cuando no demostró molestia alguna por haber sido empapado en pintura, a pesar de no conocerse. A partir de ese día, Taemin le había seguido a diario, provocándole, con tal de hacerle molestar un poco. Taemin había sido muy adorable. Oh al menos así lo consideraba, porque gracias a esa absurda insistencia, había visto los verdaderos colores de Taemin. Y le adoraba, por completo.

Sonriente, caminó hasta el laboratorio, encontrándolo vacío. ¡Vaya su suerte! Ese profesor siempre estaba ahí, y ahora que lo buscaba no había rastro del él. Exhaló, resignado a tener que buscarlo por todo el edificio. Terminó de entrar al lugar, encontrando la mochila de Krystal hasta el fondo, en la última mesa. Caminó hasta ella, cogiéndola por un asa, sin darse cuenta que la otra asa quedó atrapada en la llave de agua que había al final de la mesa para limpiar los residuos. Sintió el tirón, escuchando el sonido de la tela al estirarse hasta tronar un poco. Soltó sin querer la mochila, dándose cuenta que estaba abierta y algunos objetos se habían salido.

-Maldición.- Jadeó, acuclillándose para recoger las libretas y otras pequeñas cosas, que volvió a meter dentro de la mochila. Notó que había una tapa a unos centímetros, cogiéndola rápidamente para reunirla con...

Miró a su alrededor hasta encontrarse con un lápiz labial. Minho sólo lo hubiese tapado y vuelto a meter a la mochila, si no hubiese visto el color del labial. Dejó de respirar, sacando casi por completo la barra, sólo para confirmar que era de color púrpura.

No podía ser posible.

¿Krystal era su acosadora? No, no debía ser. Krystal era la mejor amiga de Taemin...¿Pero y si eso no evitaba nada? Regresó el labial a la mochila, cerrándola para no encontrar evidencia de algo más. Debía de ser un error, una coincidencia. ¡Sí! ¡Eso! Tan sólo era un labial de color púrpura, cualquier chica podía tener uno. ¡Incluso podía ser otro color de púrpura! Tal vez él los veía iguales, pero las chicas siempre decían que eran colores diferentes. Eso debía ser, sólo estaba dejando que su miedo le invadiera. Krystal era una muy agradable persona, ella no podía ser la persona que estaba acosándolo.

Salió corriendo del laboratorio, casi chocando con su profesor. Ni siquiera recordaba que tenía que preguntarle algo acerca de su trabajo. Sólo podía pensar en que estaba demasiado asustado, por culpa del acoso, que estaba empezando a imaginar que cualquiera era quien le estaba dejando aquellas aterradoras notas en su casillero.

Corrió directo a Taemin cuando le vio a lo lejos. No se sintió en lo absoluto mejor, a pesar de buscar consuelo en su sonrisa. Y ¿si sí era Krystal su acosadora? ¿Cómo se lo diría a Taemin? Estaba aterrado de la reacción del menor. Taemin parecía divertido con la situación por ahora, pero ciertamente sabía que cuando el nombre de esa persona saliera a la luz, Taemin no se quedaría de brazos cruzados. A veces podía llegar a ser excesivamente celoso. Y si se trataba de Krystal, definitivamente habría una gran pelea ahí.

-Tae…- Jadeó, tratando de advertir su miedo.

-¡Ya volviste!- Taemin se acercó, parándose de puntillas para robarle un beso rápido, mientras le quitaba la mochila de las manos. –Eres un amor, Min. Pero Krys y yo tenemos que irnos. Te llamo a la noche.- Se despidió rápidamente, sin permitirle hablar de más.

Oh dios, Minho sintió un escalofrío recorrerle la espalda al observar como Taemin se reunía con Krystal en la puerta del edificio, yéndose. ¿Por qué tenía que sucederle esto a él?

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Taemin miró el par de labiales con precaución, tratando de descifrar la diferencia en colores. Él los veía exactamente iguales, pero según el nombre de cada uno, no lo eran. Bufó, frustrado, introduciendo en la canasta de productos, el que –según él- tenía el nombre más bonito. Luego se movió a la siguiente sección en colores.

-Taem, ¿por qué estamos haciendo esto?- Krystal, detrás de él, sólo pudo rodar los ojos antes de caminar los dos pasos que Taemin se había adelantado. -¿No estás siendo demasiado cruel?

-¿Consideras cruel el que me esté divirtiendo un poco?- Sonrió de oreja a oreja, tomando un labial líquido de color azul. -¿Te gusta?

-Sí…- Suspiró. – ¿Pero por qué estamos comprando tantos labiales?

-A Minho, definitivamente, le aterra más que se trate de una acosadora. Debemos de dirigirnos en esa dirección.- Rio, tomando algo que tenía demasiados brillos. Ni siquiera sabía que era, pero definitivamente lo usaría.

-Minho oppa ya se ve lo suficientemente asustado, como para que sigas con esto…Taemin.- Trató de insistir, siendo ignorada olímpicamente.

Taemin sólo tomó un puñado de productos de belleza más, y se dirigió a la caja registradora, donde una chica lo atendió rápidamente. Tomó la bolsa con todo, regresando hacia Krystal, portando una aterradora sonrisa de oreja a oreja.

-No te preocupes por Minho, conozco exactamente cuáles son sus límites, y hasta donde puedo seguir empujando un poco más.- Rio.

-Es increíble como Minho oppa no ha terminado contigo aún. ¿Tan siquiera se ha enojado contigo?- Preguntó, mientras ambos salían de la tienda y se dirigían hacia el camino que les llevaría al pequeño departamento donde Krystal vivía.

-Por supuesto que lo ha hecho.- Taemin se encogió de hombros. -Sólo que pocas veces, y no suele hacer tanto escándalo. Él realmente tiene una alta tolerancia~.- Rió.

-No creo que la tolerancia de oppa sea infinita, Taem…- Krystal suspiró. Tras subir las escaleras que le llevaban a su departamento, abrió la puerta y dejó pasar a su amigo. –Y ¿qué vas a hacer con todo lo que has comprado? Creí que sólo le estabas escribiendo notas.

Taemin le guiñó un ojo, antes de entrar al pequeño lugar, vaciando la bolsa de productos cosméticos en medio de la sala de estar y sentándose en el suelo. Se quitó la mochila, buscando su carpeta de donde sacó varias hojas de colores, un sobre de alguna tienda que revelaba fotos y una pluma fuente.

-La acosadora de Minho dará su siguiente paso.- Comentó de manera maquiavélica, provocando que su amiga sintiera un escalofrío recorrerle la espalda.

-¿Ahora qué Taemin?- Krystal se sentó a lado de su amigo, tomando el sobre que Taemin había cargado todo el día en su mochila. No lo pensó, sólo lo abrió. -¡¿Por qué tienes tantas fotos de Minho oppa?!- Comentó escandalizada. Normalmente no lo haría, si las fotos no estuvieran tomadas desde la perspectiva de alguien que acosa a otra persona.

-Minho, él realmente no se da cuenta de cuando le saco las fotos.- Taemin rio. –Suelo tomarle un par de fotos, antes de acercarme a saludarlo.- Tomó las fotos de las manos de su amiga. –Ser tan distraído es su perdición.- Arrugó la nariz en un gesto burlón. –De acuerdo, esta foto deberá ir con…- Señaló un papel color verde claro, y luego con la pluma fuente escribió en una demasiado pulcra caligrafía Me mantengo sin dormir cada noche, pensando en ti.

-Wow, no sabía que podías escribir así de bonito.- La chica tomó la nota que Taemin había escrito.

-Tomé un curso hace años, por insistencia de mi madre. Realmente nunca le vi el uso hasta ahora…- Sonrió completamente. –Minho tampoco lo sabe…- Le guiñó un ojo.

-Eso no me sorprende…- Suspiró. -¿Y para qué son los labiales ahora?

-Ya lo dije, a Minho le aterra más que sea una acosadora.- Entonces tomó un labial color rosa brillante, y con el reflejo de la pantalla de su celular empezó a pintarse los labios.

-Taemin, espera…¿Minho no reconocerá tu boca?- Krystal le detuvo antes de que besara la foto y la nota.

-No lo creo…- Torció los labios en un gesto pensativo. –Minho nunca ha visto mi boca pintada en algún lado, no es como que suela usar labial y vaya dejando besos pintados por todos lados. Pero, tal vez no deba correr el riesgo, ¡Krystal besa la foto!

-¡Estás loco!- Krystal le empujó de regresó la foto y la nota. –No voy a besar una foto de Minho oppa.

-¡No actúes como si mi novio no fuera lo suficientemente caliente como para querer besar su foto!- Taemin se indignó.

-Pero no me gusta Minho oppa.- Rodó los ojos. –Supongo que aquí es donde nuestros gustos se diferencian Taemin.

-Aish…Tienes malos gustos entonces.- Taemin se indignó. –Minho es el más guapo del mundo.

-¿Te gusta tanto que quieres causarle un infarto?- Preguntó escéptica, sabiendo que el asentimiento de cabeza con el que Taemin le respondió era algo que no le sorprendía en lo absoluto.

Taemin besó varias veces la foto, y par de besos más fueron destinados en la nota. Entonces se limpió la boca con el dorso de su mano, para deshacerse del labial que le quedaba. Buscó su agenda planificadora, y en el día siguiente colocó ambos papeles.

-Espera Tae, ¿vas a dejarle la foto y la nota mañana?

-Sip, hoy le dejé dos notas.- Aseguró.

-¿No crees que de verdad te estás pasando ya?- Insistió. Si Taemin iba a dejar una foto y una nota por día, con todo el material que tenía le era suficiente para un mes más con todo y fines de semana.

-No te preocupes, este juego terminará pronto.- Le aseguró, tomando otra foto y otra hoja de color. Escribió en ella rápidamente con esa letra perfecta e irreconocible, escogiendo un lápiz labial de color naranja.

-¿Por qué presiento que en realidad le estás dando fin a esto porque has comprado todos los colores de labial que existe?- Exhaló, riendo un poco con la risa de culpabilidad que escuchó provenir de su amigo. -¡Por cierto! ¡Deja de poner tus cosas en mi mochila!- Comentó, algo indignada. Buscó dentro de su mochila, hasta sacar el pequeño lápiz labial que muy temprano en la mañana Taemin había guardado ahí.

-¿Qué querías que hiciera? ¿Qué anduviera por ahí con un labial entre mis cosas? ¿Y si me veían?- Rio. –Sería raro.

-Tan raro como verte usar labial ahora.- Krystal rodó los ojos una vez más. ¿Por qué su mejor amigo era tan raro. –Taem, detesto el morado. Además, como labial, se me ve horrible. Cualquiera que me conozca sabría que no es mío.

-Pero nadie lo vio.- Le mostró la lengua. –Además, creo que es un color bonito.- Lo tomó, guardándolo en el bolsillo de su pantalón. –Mejor deja de quejarte, y ayúdame a pensar en más frases aterradoras.

-De acuerdo…- Jadeó, siguiéndole la corriente.

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Minho miró hacia ambos lados del pasillo, sintiendo que todas las miradas estaban puestas sobre él. Sólo que nadie le estaba prestando realmente atención. Trazó el plan en su mente, caminaría directamente hacia su casillero, lo abriría y tomaría sus libros necesarios, sin mirar nada más. Si algo caía de la taquilla no lo revisaría, no se detendría a buscar esas notas del mal, porque tal vez si ignoraba el problema, este desaparecía.

-¡Oppa!

Minho se quedó congelado junto a la puerta del edificio.

-K-krystal...- Trató de sonreírle a la chica. -Hola...¿Pasa algo?- Casi se atragantó con su propia lengua.

-De hecho, quería preguntarle qué sería un buen regalo para Taemin.- La chica de paró frente a Minho, evitando que este pudiera moverse de donde se había refugiado. -Quiero darle un buen regalo de cumpleaños, y sé que estoy adelantándome mucho, pero creo que si lo planeo con tiempo será perfecto.

-Eres su mejor amiga...Sabes cosas de él que yo no...- Jadeó por lo bajo. ¿Cómo podía ser Krystal su acosador si obviamente quería tanto a Taemin? Un escalofrío le recorrió la espalda al imaginar que tal vez eso no la detendría. Sintió que tenía que huir pronto. -Um, se me hace algo tarde...

-¡Espera!- Krystal se apuró a detenerle, tomándole por el brazo. -También quería preguntarte si podrías ayudarme con una tarea que realmente no entiendo, y Taemin me dijo que tú la llevaste hace dos semestres y...

¡Oh no!

-Sabes Krys, lo siento, pero no tengo mucho tiempo.- Minho se apuró a excusarse. -Tengo un proyecto enorme con el que estoy trabajando y me está consumiendo el tiempo por completo.

Krystal miró su reloj de mano, ignorando lo que el chico le decía.

-Ah si bueno, no importa oppa. Buscaré a alguien más.- Se apresuró a decir, mirando por el pasillo rapidamente. -Me tengo que ir, ten un lindo día.

Minho se sintió más confundido que antes. Con desconfianza se separó del marco de la puerta, caminando por el pasillo hasta ver su casillero. Taemin se encontraba ahí de pie, esperándole con una enorme sonrisa en el rostro. Esa sonrisa le calmó un poco.

-Hola guapo.- Taemin le saludó alegremente, alzándose de puntillas para darle un beso. -Te estaba esperando, ¿por que has tardado tanto?

Minho ahogó un gemido, ¿cómo iba a decirle a Taemin que de hecho se había debatido entre ir y no ir a clases? El bastardo se reiría de él, diciendole que estaba exagerando la situación. ¡No estaba exagerando nada! Esto del acoso le estaba volviendo loco.

-Se me hizo tarde...- Jadeó.

-¿Mi pobre Minho se quedó dormido?- Taemin apretó las mejillas del mayor, sonriendo. -Está bien, el fin de semana te prometo que sólo nos acurrucaremos y descansaremos perezosamente.

Minho sonrió sin darse cuenta, adorando la idea de Taemin. A veces, ese pequeño bastardo era la persona más dulce del universo, y Minho adoraba tenerle para ser el único receptor de esa dulzura.

-Ahora estaré ansioso por que ya sea sábado. - Afirmó.

-Pronto amor, ahora toma tus cosas y será mejor que nos vayamos encaminando a nuestras clases.- Taemin indicó.

Minho sintió un escalofrío recorrerle al recordar su casillero. Lo miró, aliviándose un poco al ver que no había nada dibujado en su puerta. Pero eso no significaba que no hubiese nada por dentro.

-Am no, no ocupo nada.- Aseguró.

Taemin alzó una ceja, sonriendo ligeramente.

-Vamos, te conozco, siempre guardas tus cosas en vez de andar con ellas en la mochila. ¿Que escondes?- Se apresuró a tratar de abrir el casillero.

-No oculto nada Taem...- Jadeó. -Es tan sólo que...

-¿Qué?

Minho mordió el interior de su mejilla. ¿Cómo decir que estaba preocupado de que su acosador fuera la mejor amiga de Taemin? O que tenía absoluto miedo de encontrar otra carta rara dentro de su casillero.

-Nada...- Se rindió, abriendo el seguro de su casillero, sólo para ver que un pequeño sobre se deslizaba hasta el suelo. -Por supuesto...

Taemin rio divertido, agachándose para tomar el sobre del suelo.

-¿ A esto le temes?- Comentó de buen humor. -Vamos Min, es sólo una carta, no es para tanto.- Le aseguró, abriendo el sobre. -Esta vez te han dejado...Oh mira, Margaritas.- Le entregó el par de margaritas secas que habían sido dejadas dentro del sobre. -Y esta preciosa nota.- Rio, desdoblando un papel color naranja de donde cayeron brillitos. -Am a ver, ¿qué dice? Oh...- Rio al leer el contenido. -¿Me quieres? ¿No me quieres? Ahora tienen sentido las margaritas.- Masculló, entregándole la carta a Minho.

Definitivamente sintió otro escalofrío recorrerle al ver esas palabras escritas en la carta, y hasta abajo un beso color café había sido colocado como firma. Nunca antes habían firmado las cartas. Se asustó más, gimiendo estruendosamente.

-Tengo que ir a clases.- Chilló, entregándole los papeles y flores a Taemin. -Quedatelas.

-¿Min?- Taemin rio al verle marchar rápidamente fuera de ahí.

El terror de Minho era tal que no fue capaz de ver como Taemin guardaba la carta y flores dentro de su propia mochila, o sacaba un nuevo sobre color azul dejándolo dentro del casillero antes de cerrar la puerta.

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Taemin cogió una manzana de la cafetería, llevándosela a la boca mientras pagaba en la caja. Miró a su alrededor, dándose cuenta que ya era demasiado tarde como para que el lugar estuviera abarrotado de personas, y aun así no era capaz de ver a Krystal por ningún lado. Rodó los ojos, esa chica nunca era capaz de llegar a tiempo, ni aunque su vida dependiera de ello.

Se sentó en una mesa, rebuscando en su mochila él libro que un amigo le había prestado, y todavía no era capaz de terminar de leer. Se acomodó en su asiento, comiendo tranquilamente la manzana, dispuesto a esperar. Él tenía toda la tarde libre, así que no se desesperaría.

Pasó media hora antes de que Krystal apareciera en la cafetería, corriendo hasta la mesa donde él se encontraba sentado.

-Lo siento Taem, la práctica se alargó. Acabo de salir.- Se disculpó, sentándose frente a su amigo para tomar algo de aire que perdió en su larga carrera. -Creí que no iba a acabar pronto, la entrenadora se ha puesto demasiado exigente ahora que las finales se acercan.

-Lo imaginé, no te preocupes.- Guardó su libro y lanzó sus sobras de manzana al bote de basura que más cerca estaba. -Tienes suerte de que la película que vamos a ver tiene muchas salas en distintos horarios.

-Sí, escuché que realmente es buena.- Concordó.

-Bueno, entonces ¿estás lista?- Se puso en pie, y jaló a su amiga fuera de su silla. –Se nos hará más tarde. Y cuando vez este lugar vacío, realmente da miedo.- Fingió un escalofrío.

-Como si no dieras más miedo tú, Tae.- Krystal rodó los ojos, riendo.

Salieron de la cafetería, bromeando acerca de tonterías. Pero antes de poder salir, Taemin detuvo su paso.

-Espérame aquí, tengo algo que dejar.- Sonrió maliciosamente, sacando un sobre color beige en el cual estaba escrito con un rotulador rosa brillante el nombre de Minho en letras enormes.

-¡Vas a ponerle otra carta!- Krystal soltó. –Taemin, me habías dicho que ya ibas a terminar con esto, y seguiste haciéndolo por tres semanas más.

-Es la última, lo prometo.- Rio, guiñándole un ojo. –Realmente sé hasta dónde puedo empujar el temor de Minho, y mi pobre Min está a nada de su límite. No soy tan malo, voy a recompensarle todo lo que le he estado haciendo.

Krystal puso los ojos en blanco, esperando que esta vez Taemin cumpliera su palabra.

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Con algo de aprehensión Minho miró a sus costados, mientras ingresaba la contraseña al candado de su casillero. Los últimos dos días no había recibido carta alguna, pero eso no le dejaba tranquilo. Estaba, en realidad, tan aterrado, que esperaba en cualquier momento de su casillero salir animal sacrificado, o alguna otra cosa desquiciada.

Cerró los ojos con fuerza, mientras abría la taquilla, por si algo inesperado brincaba de adentro. Al no sentir nada abrió los ojos, dándole una revisada rápida al pequeño espacio. Nada fuera de su lugar, excepto un sobre más.  Un escalofrío le recorrió con fuerza por la espalda. Este sobre era diferente a los demás. Mientras que los otros estaban hechos con papeles de colores, y por dentro llevaban una sencilla carta de otro color firmada con algún beso pintado en extraños colores de labial, este sobre estaba hecho con papel color blanco. Sólo que estaba cubierto con cientos de besos de distintos colores. Prácticamente tenía una tienda entera de labiales en él. Había algunos con brillos, otros se veían muy tenues, incluso varios olían a frutas. Minho no sabía cómo tomar el sobre, le ponía incómodo tener que tomar algo que había sido besado tantas veces y con tanta insistencia.

Rebuscó entre sus cosas, por un papel que quisiera desechar, y con ese papel en la mano tomó el sobre, abriéndolo lo más rápido posible para poder sacar la nota. Podría simplemente ignorar la carta, y tirarla a la basura, pero sabía que no le convenía. Lo había hecho hacía semana y media, simplemente botando la carta al cesto de basura más cercano. Al regresar de clases, su casillero estaba lleno de stickers de corazones, y por dentro cientos de papelitos con una sola pregunta escrita en ellos, ¿por qué no me quieres?

No, no podía simplemente ignorarle. Casi como si le estuviera vigilando todo el tiempo…Lo que probablemente era cierto, debido a todas las fotos que le había dejado junto a las cartas a lo largo de ese mes y medio en que había sido acosado. Sintió su estómago revolverse, era horrible el tener que seguir como si nada, cuando sabía que su acosadora era mejor amiga de su novio. Eso, probablemente era lo peor de todo. Había intentado decírselo a Taemin, había planeado miles de conversaciones en donde podría comentar su descubrimiento…Pero no podía hacerlo. Estaba tan preocupado por la manera en que Taemin reaccionaría, después de todo se trataba de su mejor amiga. Además, Krystal en realidad no había hecho nada más que enviar notas o cartas…

Por supuesto que también había pensado en la posibilidad de que no se tratara de Krystal, sino que coincidentemente había un labial color morado en su mochila, el mismo día que alguien le había dibujado un enorme corazón color púrpura en su casillero. También ese día habían empezado a aparecer las cartas dobles. Era demasiada coincidencia, tomando en cuenta que Krystal también actuaba raro a su alrededor, exactamente de la misma manera en que ella actuaba cuando ella y Taemin estaban haciendo algo malo.

Suspiró, abriendo el sobre, esperando que por dentro no tuviera algo peligroso como polvo de ántrax o algún otro veneno.

Es hora de que nos veamos~

Esta noche, 7:30 pm en las gradas de la cancha de Futbol.

Leyó, aterrado hasta el grado de soltar un ruido extraño desde el fondo de su garganta al notar el beso como firma que se colocaba hasta abajo. Era color rosa, y estaba dibujado casi como si la persona que lo dejó, hubiese sonreído traviesamente mientras besaba el papel. ¿Verse? Definitivamente estaba empezando a creer que Taemin era mejor amigo de una psicópata. Estaba empezando a tener ideas donde se imaginaba medio asesinado y dejado por ahí a su suerte.

-¡Basta!- Se dijo a sí mismo, alejando las ideas ridículas que estaba teniendo.

Por supuesto que nada de eso pasaría. Además, a las 7:30 de la noche, toda la universidad seguía teniendo estudiantes. Tan sólo iría, y le pediría a quien le había estado dejando esas cartas que se detuviera. Y si no se detenía, entonces le denunciaría, sea quien sea.

Exhaló, torciendo los labios. Esperaba que las cosas resultaran bien, al final de cuentas.

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Minho inspiró y exhaló, ya no había jugadores en la cancha, pero aún había personas usandola como espacio para correr.  Sintió alivió al ver que no estaría sin testigos. Buscó a su alrededor, acercándose hasta las largas gradas. Las miró, había unas cuantas personas en ellas, pero o se encontraban conversando con alguien más, u observaban a los que estaban haciendo ejercicio en la cancha.

Unas manos cubrieron sus ojos, provocando que se helara. Sólo fue capaz de recuperar el aliento cuando escuchó la peculiar risa maliciosa de su novio. Se giró, atrapando aquellas pequeñas manos entre las suyas. Frunció el ceño, mirando por encima de Taemin y a su alrededor.

-¿Qué haces aquí?- Cuestionó, preocupado. Taemin podría estar a segundos de conocer a su acosadora, y eso era para nada bueno.

-¿Cómo que qué hago aquí?- Rio, sonando aún más malcriado. –Yo puedo estar donde quiera estar.- Aseguró. –Además, tengo asuntos pendientes.- Siseó.

-¿Asuntos pendientes? ¿Qué?- Minho miró con confusión al menor, negándose rápidamente. –Taemin, no es bueno que estés aquí. Krystal…

-¿Krystal?- Por un segundo Taemin demostró confusión, reemplazándola por una de sus miradas divertidas. -¿Por qué estás esperando a Krystal?

Minho suspiró, sentándose en la penúltima grada. Sentó a Taemin a su lado, sin soltarle de las manos. No sabía cómo se tomaría su suposición. Después de todo, Taemin era un chico de carácter.

-Hace como tres semanas…- Exhaló. –En mi casillero, la acosadora dibujó un corazón color morado. Cuando fui por la mochila de Krystal al laboratorio, había un labial color morado entre sus cosas. Además, ella actúa muy raro cuando está a mí alrededor y…

Minho se calló al escuchar la risilla que Taemin contenía entre dientes. Parecía que estaba a nada de explotar de risa. De hecho, le soltó las manos, para poder cubrirse el rostro y reír abiertamente.

-¿Taem?- Cuestionó. De todo lo esperado, ni un rastro de buen humor había cabido en los escenarios. Aun así, Taemin reía de esa manera satisfecha en que lo hacía cuando alguno de sus planes había salido perfectamente bien.

-Ah~, Min…- Lloriqueó, limpiándose las lágrimas que salían de sus ojos. -¿Estás diciendo que crees que Krystal es tu acosadora?

-¡Sí!- Afirmó. –Siempre que llego, ella me detiene, y mira a su alrededor como si estuviera vigilando, sólo para después irse apresuradamente como si escondiera algo. Es demasiado sospechoso, Taemin ah. El día del enorme corazón púrpura en verdad había un labial púrpura en su mochila.

-Ella jamás usa color púrpura, Min. No le queda.- La defendió.

-¡Eso la hace más sospechosa!- Trató de hacerle ver. –Un color que jamás usa, para que así su identidad no quede descubierta…

-Min, ¿podrías decirme cómo era ese labial?

-¿Eh? Sí, creo…- El estúpido labial había sido grabado para siempre en sus más aterradoras pesadillas. –Era morado, como el color de las lilas, y tenía brillos, o algo que lo hacía verse brillante. No lo sé…

-¿Y el corazón?

-No lo sé, Tae. Era un corazón dibujado, se ve como cualquier corazón.

Taemin rodó los ojos, sonriendo. Si no fuera tan desordenado, probablemente se aseguraría de revisar las bolsas de sus pantalones antes de lavarlos, pero la verdad era que eso le daba igual. Así que con certeza rebuscó el bolsillo derecho, sacando un tubo. Tomó la mano de Minho y se dispuso a dibujar en él.

-¿Un corazón así?- Rio, coloreando el corazón el mismo labial con el que lo había dibujado.

-¡SÍ! ¡JUSTO ASÍ…- Los ojos de Minho crecieron grandes, mientras observaba el corazón burlón dibujado en la palma de su mano. –Hijo de…

La risa de Taemin le interrumpió. Taemin se balanceaba de atrás para adelante, riendo histéricamente.

-Oh Min…

-¡Has sido tú todo este tiempo!- Reclamó.

-Eres tan bonito cuando estás asustado.- Volvió a reír, siendo sorprendido por las manos de Minho al arrastrarle hasta tenerle sentado sobre su regazo.

-Y tú eres un maldito bastardo. ¿Sabes cuánto terror me provocaste?- Hundió su dedo en el pecho de Taemin, acusatoriamente. –Había días en los que realmente pensaba en dejar de venir.

-¿Por qué seguías viniendo, Minho ah?- Coqueteó con sus pestañas, escondiendo su rostro en el hombro del chico alto.

-…Por ti…- Minho admitió. –Quería verte, a pesar de todo.

-Naturalmente.- Taemin rio, regalándole un travieso beso en la mejilla a su novio. –Me encantaba sacarte fotos mientras no veías, y cada vez que leías una de mis cartas, ¡oh tu cara! Haces los más divertidos gestos de horror.

-Eres un sádico, Lee Taemin.- Le regañó. -¿Cómo pudiste? ¡Por tanto tiempo!

-Krystal me dijo que me detuviera, hace un mes.- Torció los labios. –Sabía que podías aguantar un poco más antes de terminar volviéndote completamente loco.

-¡Pensé que iba a terminar muerto y descuartizado!- Le sacudió por los hombros, consiguiendo más risa de Taemin.

-¡Eres tan adorable!- Taemin se burló una vez más de Minho. –Y que creyeras que era Krystal.- Se ahogó en su propia saliva. –Yo puse el labial en su mochila, no podía llevarlo a todos lados conmigo, en la universidad. Y, cada vez que Krystal te intercedía en los pasillos, era porque yo le pedía que te distrajera para poder meter mis cartas en tu casillero.

-¿Y el día que pusiste todas esas flores dentro de él?- Frunció el gesto.

-Me aprendí la contraseña de tu candado hace mucho, Min.- Comentó descaradamente.

-¿Asi que estás confesando tus crímenes Lee?- Minho le sostuvo fuerte por la cintura, pegándole más a su cuerpo. -¿Sabes que por esto voy a tener que castigarte?

-Oh, un castigo…Eso suena lógico.- Sonrió de mala manera. –Te he hecho una muy mala travesura, ¿qué podría recibir como castigo, Minho?- Hizo un puchero, sacando su labio inferior.

-Todos esos labias con los que besabas las cartas…¿los conservaste?

Taemin asintió vehemente, sonriendo de manera pícara.

-Entonces cariño, tengo el castigo perfecto para ti.- Minho se alzó, cargando a Taemin sobre su hombro y saliendo rápidamente de la universidad.

FIN

Notas finales:

Tenía mucho tiempo queriendo escribir a un Taemin así xD Un poquito hijo de su mami y muy travieso. Al fin pude completar este pequeño proyecto, así que espero les haya gustado tanto como a mí. 

-Ignoren que es otro de mis intentos por escribir humor, aún cuando es obvio que no se me da- xD♥ 

¡Besos!


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